Ecumenismo

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El ecumenismo toma una dimensión nacional
A partir de 1982, el presidente del Secretariado de Ecumenismo y los obispos y pastores que preparaban la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos comenzaron a reunirse periódicamente. Fue así como surgió la idea de conformar una “Comisión Ecuménica”, que de acuerdo con el Directorio de Ecumenismo de 1967-1970 podía componerse de los líderes de las respectivas iglesias o sus delegados.
El 13 de septiembre de 1988, tras varios años de conversaciones, se aprobó el reglamento de funcionamiento de la Comisión Ecuménica de las Iglesias Cristianas en la Argentina (Ceica) con el obispo católico como presidente. El sucesor de mons. Serra, mons. Juan José Iriarte, arzobispo de Resistencia, se negó a ser reelegido; le escuché explicar sus razones: “Si este es un grupo ecuménico, el presidente no puede ser siempre de una misma confesión”17. Fue esta una actitud de gran significado, sin perjuicio de aclarar que encabezar la Ceica nunca fue una exigencia católica. Pero obligó a los demás, de muy buen grado unos, resignados los otros, a elegir a un no católico. El obispo anglicano David Leak18 se convirtió así en presidente de Ceica, sucediéndose otros integrantes hasta la actualidad. Pasado más de un cuarto de siglo, es el único foro católico-ortodoxo-evangélico de encuentro y diálogo, y que como tal participa en las reuniones con dirigentes de confesiones cristianas que visitan el país19.
Mons. Iriarte propulsó que el ecumenismo tomara una dimensión que incluyera a las diócesis a través de delegados, para lo que movilizó la respuesta de sus hermanos obispos. Comenzaron así a realizarse anualmente los Encuentros Nacionales de Delegados de Ecumenismo, con un número variable de diócesis, con el objetivo de fomentar la formación y compartir los informes a la Comisión Episcopal. Con el tiempo, los encuentros de delegados pasaron a reflejar también una alentadora y a veces sorprendente actividad de relación con el judaísmo y con el islam en la capital y en el interior del país20. Cuando nos acercábamos al Tercer Milenio, se dio un fenómeno bifronte, relacionado con la relación que tenía la Iglesia católica con los otros cristianos. Por un lado, las iglesias originalmente interlocutoras tuvieron una presencia más acotada y contactos menos fluidos que en décadas anteriores, salvo en la Ceica, también, por el retiro de algunas figuras de relevante participación hasta entonces y la disminución de su feligresía.
Había prevenciones recíprocas que tenían mucho que ver con el alineamiento de las iglesias históricas, o al menos de sus dirigencias, con posiciones próximas a la teología de la liberación, así como con lo que sucedía en Nicaragua con el intento de una “iglesia popular”. Cuando se sancionaron leyes de educación sexual y reproductiva, el matrimonio “igualitario” y proyectos sobre aborto, las dirigencias de iglesias evangélicas históricas les dieron su apoyo, sin prestar atención o en contraposición expresa con las posiciones católicas sobre familia y sexualidad.
Pero más allá de las dificultades, nunca se afectó sustancialmente la relación. Un ejemplo de esto ocurrió en octubre del 2000 cuando la Arquidiócesis de Buenos Aires y diócesis sufragáneas e iglesias no católicas organizaron un “encuentro cristiano” con motivo del Gran Jubileo. Pero en la víspera, la FAIE, aunque dejando en libertad de acción a sus miembros, se retiró de la organización del acto debido a que la Declaración Dominus Iesus, siguiendo el decreto de Ecumenismo, distingue a las confesiones cristianas entre “iglesias” (las antiguas orientales y las ortodoxas) y “comunidades eclesiales” (las vinculadas a la Reforma)21. La IELU y la IERP asistieron, en tanto que la IEMA no lo hizo. Unas 4 000 personas —un número más bien escaso— se reunieron a rezar y escuchar la palabra de Dios así como las predicaciones del obispo anglicano Leake, del arzobispo armenio Muradián y de mons. Bergoglio, para quien se estaba ante un “pequeño pasito hacia la unidad, en puntas de pie”, con el Verbo hecho carne de compañero de camino “hasta el final”22. Aunque bregando con los que tenían una visión englobante y simplista de las llamadas sectas, había que asumir el crecimiento del fenómeno evangélico, pentecostal y neopentecostal particularmente en los lugares menos favorecidos de la sociedad. Además de la expresión de pastores mediáticos, cabe señalar la actuación de un grupo nacido en Brasil, la Iglesia Universal del Reino de Dios, que instaló sus lugares de reunión en antiguos locales cinematográficos y en otros que permitieran una numerosa concurrencia.
En 1995, se llevó a cabo la asamblea de la Alianza Mundial Bautista, en la que participó un delegado fraterno venido de Roma. Si bien ya en 1985 comenzó el diálogo entre católicos y bautistas en Roma y los EE. UU., en la Argentina no había conciencia de ello. A partir de ahí, a nivel local se produciría de alguna manera un descubrimiento recíproco y un “cambio de mirada”. En el año 2001, el cardenal Walter Kasper, acompañado por mons. Marc Ouellet y el secretario de la Alianza Bautista Mundial, Dr. Denton Lotz, presidieron en el Seminario Internacional Bautista en Buenos Aires la sesión de diálogo entre ambas confesiones realizada por primera vez en América Latina. El cardenal, en el curso del culto de oración, hizo una reflexión sobre el evangelio de Juan 13, 3-5, en la que señaló que ambas confesiones habían estado separadas y en conflicto entre sí durante siglos, que ahora podían reunirse de una nueva forma y mantener conversaciones serias, pero que es una relación que recién está comenzando, con un largo camino por recorrer, con necesidad de pedir perdón a Dios y los unos a los otros. Denton Lotz en una entrevista de prensa expresó: “A católicos y bautistas nos une el reconocimiento de Cristo, nuestro Señor, que murió crucificado, resucitó y tendrá una segunda venida. Tenemos intereses sociales comunes: la unidad de la familia, la oposición al aborto, a la corrupción de los gobiernos, el apoyo a la justicia (la social en particular) y la reconciliación en un mundo dividido”. Y agregó que, sin desconocer lo que nos separa, “el conflicto no es entre nosotros, sino frente al secularismo que dice que el hombre puede vivir sin Dios”23. Las palabras transcriptas son elocuentes en cuanto a la correspondencia con las posturas católicas y la afinidad que a partir de allí se sentía. Naturalmente, esto no fue exclusivo con los bautistas, sino también con otras de evangélicos libres.
En octubre de 2007, se llevó a cabo el seminario “La búsqueda de la unidad de los cristianos en la actualidad”, organizado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Conferencia Episcopal Argentina. Participaron obispos argentinos y de los países del Cono Sur: teólogos, agentes de pastoral, delegados diocesanos de ecumenismo, miembros de movimientos eclesiales, sacerdotes, laicos y laicas, consagrados y consagradas con la presencia del cardenal Walter Kasper y de mons. Juan Usma Gómez, que también había estado en el país en oportunidades anteriores24. El cardenal se refirió a los nuevos desafíos del ecumenismo, caracterizó el concepto de sectas más como cualitativo que cuantitativo, y pasó al movimiento pentecostal, en rigor el eje del seminario.
Desde el año 2004 se celebraron en el estadio del Luna Park, en la Ciudad de Buenos Aires, los encuentros de Creces (Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo), que reúne a católicos, bautistas y pentecostales. El cardenal Bergoglio asistía a los primeros encuentros de Creces como uno más, pero en el de 2006 fue invitado a pasar al frente y a hablar. Sucedió, entonces, lo que nadie esperaba: se puso de rodillas y todos extendieron sus manos sobre él en bendición mientras un pastor hacía la oración en voz alta25. En el encuentro de 2012, las oraciones fueron para que se demorase la aceptación de su renuncia, presentada con motivo de cumplir 75 años. Pocos meses después, varios de los pastores estaban reunidos con Jorge Bergoglio, ya no arzobispo de Buenos Aires sino obispo de Roma. Por último, porque habría mucho más que decir sobre esto que ocurre hoy, señalamos los retiros para sacerdotes y pastores, con unos 100 participantes en el año 2012.
Decíamos más arriba que entre la Iglesia católica en la Argentina, como en el mundo, la relación con las iglesias históricas ha sufrido por la comprensión distinta y hasta opuesta en temas sensibles en torno a la vida y la familia. Inversamente, la similar concepción de las iglesias evangélicas bautistas, libres y pentecostales ha contribuido al acercamiento con ellas26. Así ocurrió con el “Compromiso por la vida” firmado el 15 de septiembre de 2011 por los representantes católicos, bautistas, pentecostales, iglesias libres, menonitas, presbiterianos, en una de sus ramas, y ortodoxos y orientales. Otros adhirieron posteriormente, entre ellos Aciera, la importante federación de iglesias evangélicas congregacionales27. Cuando en 2018 el Congreso debatió un proyecto de ley de aborto, las iglesias evangélicas libres, congregacionales y pentecostales, organizaron un acto en torno al Obelisco, en la Ciudad de Buenos Aires. Fue multitudinario, con nutrida participación de católicos.
Al concluir este trabajo surge el interrogante sobre cuál es el camino mismo del ecumenismo a más de medio siglo del Decreto Unitatis redintegratio hacia donde nos guiará el Espíritu Santo. El diálogo teológico continúa, aunque no en la Argentina, pero su importancia para el ecumenismo es relativizada en comparación con el pasado28. Caben algunas preguntas: ¿La unidad plena se entiende hoy como cuando estos diálogos comenzaron, o más bien la misma expresión aparece con menor frecuencia? ¿Hubo demasiados diálogos que quedaron en vía muerta? Los nuevos interlocutores tienen una eclesiología que en muchos aspectos se diferencia de la católica y de la ortodoxa. Lo vivencial, la experiencia, la unidad ya existente a partir de la fe en Cristo surge de muchas expresiones, incluso católicas, como una suerte de unidad ya realizada, en donde las diferencias, que sin negarse que existan, son más productos circunstanciales que de fondo. En el interés público y, aun, en medios religiosos, atrae más hoy el diálogo interreligioso que el ecumenismo, quizás porque en el medio siglo transcurrido se ha hecho camino al andar y es menos noticia que la relación entre las tres grandes religiones monoteístas.
En esta reseña de más de cincuenta años de ecumenismo en la Argentina, inserta en el contexto universal, se percibe la continuidad y crecimiento del compromiso en la oración, el diálogo, el testimonio y la misión. Confiados en el Espíritu Santo, seguimos comprometidos en la búsqueda de lograr lo que Jesús pidió al Padre en la última cena: “Que todos sean uno para que el mundo crea” (Jn 17,21).
Notas:
1 Abogado, profesor emérito de la Universidad Católica Argentina y Presidente del Consorcio Latinoamericano de Libertad Religiosa. Se trata de una publicación póstuma. Producto de una enfermedad, el profesor Padilla falleció en junio de 2020.
2 Il Vangelo e la Chiesa. “Rapporto di Malta” 1972, en J. Voicu - G. Cereti (eds.), en Enchiridion Oecumenicum. 1. Dialoghi Internazionali 1931-1984, Edizione Dehoniane Bologna, 1986, 555.
3 F. Ballarini, “El camino ecuménico en la Argentina”, en Ecumenismo y Diálogo Interreligioso en la Argentina. Desafíos y esperanzas para el Tercer Milenio, G. Garlatti [et al.], Buenos Aires, San Pablo 2000, 29-45. Cf. E. Costemalle - C. Dubois - M. Uriburu, Caminos de unidad - Para entender y vivir el ecumenismo, Claretiana, Buenos Aires, 2003.
4 http://www. christianunity.va/content/unitacristiani/it/settimana-di-preghiera-per-l-unita.html. Ver: 1979: Al servizio gli uni degli altri, per la gloria di Dio (1 Pietro 4, 7-11).
5 El boletín periódico que se distribuía como anexo al boletín de noticias de la Agencia de Información Católica Argentina (AICA) se prepara juntamente con la Comisión de Ecumenismo de Buenos Aires. Dejó de hacerse en papel y se envía por Internet a un amplio y variado espectro de cerca de mil personas e instituciones. Pueden consultarse en la colección de AICA y, en línea, a partir del nº 50 (en 2005) http://www. ceerjircea. org. ar/Boletines. htm, y, desde 2015, con el nombre de Ecudiálogo, que dirige la Lic. Gloria Williams de Padilla, secretaria adjunta de Ceerjir http://www. ceerjircea. org. ar/Ecudialogo. htm.
6 En sus exequias escuché por primera vez una expresión que ha tomado dimensión universal: el arzobispo Bergoglio, de quien fue vicario general, lo definió como “un pastor con olor a oveja”, ya que estuvo “inmerso en el rebaño, que acoge en brazos a la oveja cansada, herida o extraviada y conoce a todas por su nombre”. Ver N. Padilla, “El ecumenismo del corazón. Homenaje a Mons. Mario J. Serra”, en Criterio 2307 (2005) 446-447.
7 “Declaraciones por el Conflicto Austral 1 Telegrama” en Boletín del Secretariado de Ecumenismo N° 15, 1982, 4.
8 En esa oportunidad, y luego a través de la amistad con el pbro. Mejía, el pastor Juan Carlos Ortiz fue un precursor de la relación católico-pentecostal, para lo que buscaba formar una asociación “Juan, 17,11”. Partió a los EE. UU. donde levantó la Catedral de Cristal, en Garden Grove, California, de la que es pastor principal emérito. http://www. sigueme. net/autores/59-juan-carlos-orti/
9 N. Padilla, “Impresiones de un viaje a Rusia”, en Criterio 1869 (1981) 603-606. En años posteriores traté en esta revista aspectos de la ortodoxia rusa y de la relación con la Iglesia católica.
10 Nacido en 1929, es obispo emérito de Christchurch, en Nueva Zelanda.
11 Ricardo Pietrantonio fue decano de Isedet y obtuvo el doctorado por la Pontificia Universidad Católica Argentina, en cuya Facultad de Teología fue profesor invitado.
12 Ambos documentos publicados en http://www. ceerjircea. org. ar/Docdialecum-argentina. htm Ver también Ceerjir, “El Sacramento del Bautismo en la relación de la Iglesia católica con las demás iglesias y comunidades eclesiales”, Buenos Aires, 3-2008 http://www. ceerjircea. org. ar/Bautismo. htm
13 N. Padilla, “Luteranos y Católicos – El Presidente de la Federación Luterana Mundial en Buenos Aires”, en Criterio 2216 (1998) 207-208.
14 N. Padilla, “El ecumenismo en la Argentina. Un nuevo punto de partida”, en Criterio 1896 (1987) 244-245.
15 Juan Pablo II. Encuentro Ecuménico en la Nunciatura (Buenos Aires, 12 de abril de 1987). http://www. vatican. va/content/john-paul-ii/es/travels/1987/travels/documents/trav_uruguay-cile-argentina. html.
16 Este Consejo Consultivo estaba integrado entonces por representantes de las iglesias de la Reforma.
17 M. López, “Argentina: 25 años de ecumenismo”, en https://periodistas-es. com/argentina-25-anos-de-ecumenismo-16123.
18 David Leake nació en 1935 en la Provincia de Formosa, de padres misioneros, por lo que su primer idioma fue el toba. Fue obispo de la diócesis del norte argentino, donde la comunidad es de mayoría aborigen, y luego de la diócesis con sede en Buenos Aires. Tras el conflicto de Malvinas fue invitado a un acto de oración en la Catedral de San Pablo, Londres, por los caídos de ambas partes. Eligió, traducido al inglés, el poema alusivo de Jorge Luis Borges “Juan López y John Ward”. Condecorado por la reina Isabel II, vive retirado en Inglaterra.
19 F. Ballarini, “El camino ecuménico en la Argentina. Recuerdo de Mons. Juan José Iriarte”, en G. Garlatti [et al.], Ecumenismo y Diálogo Interreligioso en la Argentina, Editorial San Pablo, Buenos Aires, 2000, 85-88.
20 En 2018, el Encuentro Nacional se desarrolló en Reconquista, Provincia de Santa Fe, de la que mons. Iriarte fue el primer obispo. En 2019, fue en El Solaz de María, Movimiento de Schönstatt, en Florencio Varela, Provincia de Buenos Aires. En esa oportunidad se celebró una misa y oración ante la tumba del primer obispo de Quilmes, mons. Jorge Novak, firme defensor de los derechos humanos durante el período militar de 1976-1983, con una impronta ecuménica. Su causa de beatificación está en marcha.
21 Declaración “Dominus Iesus sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia” (6-8-2000) n.º 17. Disponible en: http://www. vatican. va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_ 20000806_dominus-iesus_sp. html [acceso el 11 de mayo de 2020].
22 Washington Uranga, “Un pasito importante para la causa ecuménica”, en Diario Página 12 (octubre 2000) 24. Disponible en: https://www. pagina12. com. ar/2000/00-10/00-10-29/pag24. htm.
23 J. Rouillon, “Diálogo entre católicos y bautistas”, en La Nación 11. 12. 2000. Disponible en: https://www. lanacion. com. ar/cultura/dialogo-entre-catolicos-y-bautistas-nid358375. “Participación de los bautistas venezolanos en el ecumenismo con la Iglesia católica romana”, en El Aguijón Bautista I, donde se encuentra la lista completa de los participantes. Disponible en: http://lalenguadehacha. blogspot. com/2015/04/participacion-de-los-bautistas. html Uno de los participantes argentinos, el pastor Tomás Mackey, fue elegido en 2019 presidente de la Alianza Mundial Bautista.
24 El cardenal W. Kasper estuvo en el año 2004 para la reunión del “International Council for Christians and Jews”. A su término, participó del encuentro de delegados de diálogo ecuménico e interreligioso, con invalorables disertaciones e intercambios, juntamente con mons. Michael Fitzgerald, actualmente cardenal, entonces presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.
25 Disponible en: https://www. youtube. com/watch?v=NnMsXm9DMK8.
26 Cuando se discutió en la Cámara de Diputados en el año 2010 el proyecto de ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, fue relevante la intervención adversa de la diputada Cinthia Hotton, bautista.
27 Disponible en: http://www. ceerjircea. org. ar/COMPROMISOPORLAVIDA. pdf La repercusión en la prensa de este compromiso fue mayor que la del documento previo del propio Episcopado.
28 W. Kasper, Cosechar los frutos. Aspectos básicos de la fe en el diálogo ecuménico. Presencia Teológica, Sal Terrae, Santander, 2010.
IV
Apuntes para una historia del ecumenismo en el Paraguay

Diana Durán1
En este texto se describe la historia del ecumenismo en el Paraguay como una cronología. Introduce el tema con el proceso de apertura de la libertad religiosa desde la Colonia, a través de los diversos ordenamientos jurídicos, hasta el actual ordenamiento constitucional. Luego, a partir de la década de 1960, se describe la articulación del movimiento ecuménico, las formas organizativas y las acciones de ecumenismo-prácticas. Indica, además, que las tensiones históricas que afectaron al movimiento ecuménico en Paraguay están relacionadas con las diversas posturas eclesiales frente a la dictadura, y luego a la realidad económica del país. Finalmente, describe los esfuerzos por volver a construir una unidad de acción a partir de la resistencia a los cambios legislativos en torno a cuestiones de carácter ético.

Libertad religiosa y ecumenismo en el Paraguay
Antes de entrar de lleno en la historia del ecumenismo en el Paraguay, a modo de escenario que permita entender mejor el acontecer de los procesos previos que posibilitaron todo el quehacer ecuménico, señalaremos algunos que han servido de punto de partida en ese camino.
Partiendo de la etapa colonial (1537-1811), cabe recordar que en 1521 el Edicto de Worms colocó a Lutero fuera de la Ley, marcando la división religiosa en Europa. La Iglesia católica invita a Carlos V a tomar precauciones para evitar el viaje a las Indias de todo pasajero no católico2.
Además, en el caso del Paraguay, la distancia existente entre Lima y Asunción fue un impedimento considerable para la investigación del Tribunal Inquisitorial. A pesar de ello, hay documentos que revelan que había sospechas en relación con posibles creencias ajenas a la fe católica, lo que evidencia que a pesar del control para evitar la presencia de no católicos en el nuevo continente, llegaron al Paraguay personas de otros credos. Ya hacia fines del período colonial, el Virrey Marqués de Sobremonte remitió un auto a Lázaro de Rivera — Gobernador del Paraguay— para la presentación de los extranjeros en un plazo determinado para declarar —entre otros datos— su origen y religión. Todos declararon haberse bautizado en la religión católica. Es claro, entonces, que el control ejercido era un formidable obstáculo para todo movimiento religioso no católico3.
En mayo de 1811, vino la independencia del Paraguay y, entre 1814 y 1840, estuvo a cargo del gobierno el Dr. Gaspar Rodríguez de Francia, que era amante de las ideas de la Ilustración. En 1815, emitió un decreto prohibiendo la inquisición.
El documento que oficializó la libertad religiosa en el Paraguay es del 8 de agosto de 1820, y declaraba: “Para poder alistarse en cofradías, hermandades u otras congregaciones de cualquier denominación… deben acreditar previamente un verdadero patriotismo… dependiendo solo del Dios universal”. Y a continuación: “Promulgo la libertad de creencias, suprimo el Tribunal de la Inquisición”, oponiéndose a la intolerancia religiosa propia de aquel tiempo4.
Con la muerte del doctor Francia, en 1841 don Carlos Antonio López asumió el gobierno del Paraguay (junto con Mariano Roque Alonso). En un decreto del 20 de mayo de 1845, afirmará que todo extranjero podía llegar sin restricción alguna al Paraguay: “Ningún extranjero será molestado por causa de religión”5. Es el primer documento que enfatiza la libertad de culto, al ofrecer garantía y posibilidad de disponer de propiedades y protección a personas de cultos no católicos; si bien nunca se autorizó un culto libre para los mismos. Por ello, se celebraban de manera particular.
En la posguerra de la Triple Alianza —en un ambiente de total destrucción— fue promulgada la Constitución de 1870, en la que se estableció la libertad de culto. Si bien los gobiernos mencionados anteriormente habían abierto el camino a la tolerancia religiosa, a partir de 1870 la Carta Magna la introdujo plenamente en el artículo 70 del quinto capítulo6. A partir de entonces se puede hablar de una etapa inicial del protestantismo en el Paraguay, pues los gobiernos de posguerra levantaron las restricciones con el anhelo de contar con la contribución de inmigrantes para la reconstrucción del país. Ese fue el origen del pluralismo en materia de cristianismo no católico y, por lo tanto, de un posterior ecumenismo.
Los pioneros de la evangelización cristiana no católica fueron misioneros de la Iglesia metodista, quienes, invitados por el gobierno paraguayo para una tarea educativa, no se negaron a la misma. En 1886, llegaron a Asunción los pastores Juan Villanueva y Thomas Wood, quienes dieron apertura a escuelas para varones y mujeres, entregando así un valioso aporte a la ciudad. Pero los metodistas concluyeron su misión en 1918 y se retiraron al Uruguay y la Argentina, prosiguiendo con sus obras los Discípulos de Cristo. Luego, a fines del siglo XIX, se establecieron la Iglesia anglicana y la Iglesia evangélica alemana luterana7. Pero dado que no llegaron invitadas por las autoridades, fueron perseguidas con amenazas de distinto tipo. Poco a poco fueron llegando también miembros de las otras iglesias.
Dos constituciones de la República del Paraguay reconocieron como religión del Estado a la religión católica, apostólica, romana, poniendo así en condición de desigualdad a otras iglesias, favoreciendo con ello tanto la intolerancia como la legitimación de una desigualdad, la de 1940 y la de 1967, a pesar de que la primera habla de tolerancia a otros cultos y la segunda habla de libertad religiosa. La Constitución vigente, promulgada en 1992, en el artículo 24 afirma en cambio que: “Se garantizan la independencia y autonomía de las iglesias y confesiones religiosas, sin más limitación que las impuestas en esta Constitución y las leyes. Nadie puede ser molestado, indagado u obligado a declarar por causa de sus creencias o de su ideología”8. El Estado paraguayo se declaró laico, pasando del Patronato Real al patronato local y corta así el nexo con la Iglesia católica, originado en la Colonia y preservado por los gobiernos independientes.





