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Respecto al ser que significa lo verdadero y no el accidente, consiste solo en lo que el pensamiento afirma o niega del sujeto; es una modificación del pensamiento mismo; no se investigan los principios de este ser, sino los del ser exterior e independiente. En cuanto al otro ser, quiero decir, al accidental, es lo no necesario, es lo indeterminado. Ahora bien, ningún orden existe en las causas del ser accidental y, por otra parte, son infinitas en número, mientras que la causa final es el fundamento de todo lo que se produce en la naturaleza o proviene del pensamiento.
El azar es toda producción accidental, ya de la naturaleza, ya del pensamiento. La misma relación que existe entre el ser en sí y el ser accidental, existe asimismo entre las causas de estos seres. El azar es la causa accidental de lo que se obra con intención y con cierto fin. El azar y el pensamiento se refieren al mismo objeto, no existiendo elección sin pensamiento. Pero las causas que producen los efectos atribuidos al azar son indeterminados; de donde se infiere que el azar es impenetrable a la razón humana, que no es más que una causa accidental, o que no es causa de nada. Un dichoso o desventurado azar es el advenimiento de un bien o de un mal; grandes bienes o grandes males, he aquí la prosperidad o la adversidad.
Del mismo modo como ningún ser accidental es anterior a un ser en sí, de igual forma hay posterioridad para las causas del ser accidental. Incluso admitiendo que el firmamento posee por causa el azar o un concurso fortuito, existiría aún una causa anterior: la inteligencia y la naturaleza.
Parte IX
Entre los seres hay unos que existen solo en acto, otros solo en potencia, otros en potencia y en acto a la vez; y existe, por último, el ser propiamente dicho, el ser bajo la relación de la cantidad y bajo la relación de las otras categorías. Respecto al movimiento, este no existe fuera de las cosas; siempre se demuestra el cambio con relación a alguno de los puntos de vista del ser. Y el cambio difiere, no solo según las diferentes categorías, sino también en la misma categoría. Cada categoría es doble en los seres; respecto de la esencia, por ejemplo, hay la forma del objeto y la privación de la forma; en cuanto a la cualidad, lo blanco y lo negro; para la cantidad, lo completo y lo incompleto; por último, el objeto sube o baja, es ligero o pesado, si se trata de la velocidad. Hay, por consiguiente, tantas especies de movimiento o de cambio como especies tiene el ser en sí mismo.
En cada género de seres se da el ser en potencia y el ser en acto. Llamo movimiento a la actualidad de lo posible en tanto que posible. Veamos la prueba de la exactitud de esta definición. Cuando hay posibilidad de construcción, mediante el paso al acto en esta cualidad misma, decimos que hay acto en tanto que hay construcción, y esto es lo que constituye la construcción.
Lo mismo acontece con la enseñanza, la curación de una enfermedad, la rotación, la marcha, el salto, la degeneración, el crecimiento. Se sigue de aquí que hay movimiento durante esta clase de actualidad, no antes, ni después; y el movimiento es la actualidad de lo que existe en potencia, cuando la actualidad se manifiesta, no en tanto que el ser es, sino en tanto que móvil. Y he aquí lo que yo entiendo por en tanto que móvil. El metal es la estatua en potencia; sin embargo la actualidad del metal en tanto que metal no es el movimiento que produce la estatua. La noción del metal no implica la noción de una potencia determinada. Si hubiese entre estas nociones identidad absoluta, esencial, entonces la actualidad del metal sería cierto movimiento. Pero no hay identidad como lo prueba el examen de los contrarios. La potencia de gozar salud y la de estar enfermo no son una y sola cosa, sin lo cual la salud y la enfermedad serían idénticas. Y, sin embargo, el sujeto de la salud y el de la enfermedad no son más que una y sola cosa, ya sea aquel los humores o la sangre. Puesto que no hay identidad en el caso en cuestión, ni tampoco entre el color y el objeto visible, se sigue de aquí que la actualidad de lo posible en tanto que posible constituye el movimiento.
Esto es el movimiento; durante esta especie de actualidad el objeto se mueve, no antes ni después; esto es completamente evidente. Todo objeto puede tan pronto darse como no darse en acto. Y así, de una parte lo que puede ser construido en tanto que puede ser construido, y de otra la actualidad de lo que puede ser construido en tanto que puede ser construido; he aquí la construcción. La construcción es la actualidad misma o la casa. Pero cuando es una casa, la posibilidad de construir no existe ya; lo que podía ser construido está ya construido. Es necesario que el acto verdadero sea en este caso una construcción, porque la construcción es un movimiento. Idéntico razonamiento tiene lugar respecto de los demás movimientos.
Una prueba de que nosotros no estamos equivocados nos la ofrecen los sistemas de los demás filósofos sobre el movimiento y la dificultad que experimentan al definirlo de otra forma que como nosotros lo hemos hecho. Sería imposible colocarlo en otro género que en el que nosotros le hemos señalado; esto se advierte en sus mismas palabras. Pero unos llaman al movimiento una diversidad, una desigualdad, el no-ser; cosas todas que no implican necesariamente el movimiento. El cambio no se reduce a estos principios más que a sus opuestos, ni tampoco sale de ellos. Lo que hace que se reduzca a los principios negativos es que el movimiento parece algo indefinido. Ahora bien, los principios que componen la serie negativa son indefinidos, porque señalan la privación, mientras que ni la esencia, ni la cualidad, ni ninguna de las otras categorías son principios indefinidos. La causa de que el movimiento parezca indefinido es que no puede aminorar ni a la potencia, ni al acto de los seres, porque ni la cantidad en potencia se mueve necesariamente, ni la cantidad en acto.
El movimiento es, pues, según parece, una actualidad, pero una actualidad imperfecta, y la causa de esto es que la potencia al pasar al acto es una potencia imperfecta; y he aquí por qué es difícil concebir la naturaleza del movimiento. En efecto, solo podía reducírsele a la privación, o a la potencia pura y simple, o al acto puro y simple; pero está claro que ninguno de estos principios puede constituirle. Resta, pues, que sea lo que ya hemos dicho, a saber: que el movimiento es una actualidad y no es una actualidad; cosa difícil de entender, pero que al menos es posible.
Está claro, por otra parte, que el movimiento existe en el objeto móvil, porque el movimiento es la actualidad del objeto móvil generada por el motor. Además, la actualidad del motor no difiere de la actualidad del móvil. Para que haya movimiento es necesario que haya actualidad del uno o del otro. Ahora bien, la potencia del motor es el principio del movimiento: su actualidad es este principio que genera el movimiento; pero este movimiento es la actualidad misma del objeto móvil. No existe, por tanto, más que una sola actualidad para ambos. Por lo demás, la misma distancia existe de uno a dos que de dos a uno, de abajo arriba que de arriba abajo, sin que exista, sin embargo, unidad de ser entre estas cosas: esta es la relación del motor con el objeto en movimiento.
Parte X
El infinito es, o lo que no se puede recorrer, porque está en su naturaleza el no poder ser recorrido, a manera que el sonido es invisible, o lo que no puede acabar de recorrer, o lo que no se recorre sino difícilmente o, en fin, lo que no tiene término, ni límite, aunque sea apto tenerlo por su naturaleza. También existe el infinito por adición o sustracción, o adición y sustracción a la vez.
El infinito no puede gozar de una existencia independiente, ser algo por sí mismo, y al mismo tiempo ser un objeto sensible. En efecto, si no es una magnitud, ni una cosa múltiple; si es el infinito sustancialmente y no accidentalmente, no debe poder dividirse, puesto que todo lo que se divide es una magnitud o una multitud. Pero si es indivisible no es infinito, a no ser que sea en el mismo concepto que el sonido es invisible. Pero no es de este infinito del que se habla ni al que nosotros nos referimos, y sí del infinito sin límites. ¿Cómo, por otra parte, es posible que el infinito exista en sí, cuando el número y la magnitud de los cuales no es el infinito más que un modo, no existen por sí mismos? Por lo demás, si el infinito es accidental, no podrá ser, en tanto que infinito, el elemento de los seres, así como lo invisible no es el elemento del lenguaje, no obstante la invisibilidad del sonido. Finalmente, el infinito no puede evidentemente existir en acto, porque entonces una parte cualquiera tomada en el infinito sería a su vez infinita, existiendo identidad entre la esencia de lo infinito y el infinito, si el infinito posee una existencia sustancial, y no es el atributo de un sujeto. El infinito será, por lo tanto, o indivisible, o divisible, capaz de ser dividido en infinitos. Pero un gran número de infinitos no puede ser el mismo infinito, porque el infinito sería una parte del infinito como el aire es una parte del aire, si el infinito fuese una esencia y un principio. El infinito es indivisible. Lo que existe en acto no puede ser infinito, porque hay necesariamente cantidad en lo que existe en acto. El infinito es, pues, accidental. Pero explicamos que en tal caso no podía ser un principio, pues el principio es aquello de que el infinito es un accidente, el aire, el número par.
Tales son las cuestiones generales relativas al infinito; vamos a demostrar ahora que el infinito no constituye parte de los objetos sensibles. Un ser limitado por superficies: he aquí la noción de cuerpo; no existe, pues, cuerpo infinito, ya sea sensible, ya inteligible. El número mismo, aunque independiente, no es infinito, porque el número, como todo lo que tiene un número, puede contarse. Si pasamos a los objetos físicos, prueba que no existen cuerpos infinitos lo siguiente: un cuerpo infinito no podría ser un cuerpo compuesto, ni un cuerpo simple. No se trata de un cuerpo compuesto desde el momento en que los cuerpos componentes son limitados en número. Es necesario, en efecto, que en lo compuesto exista equilibrio entre los elementos contrarios, y ninguno de ellos tiene que ser infinito. Si uno de dos cuerpos constituyentes fuese de alguna manera inferior en potencia, el finito sería absorbido por el infinito. En otro orden de cosas, es imposible que cada uno de los elementos sea infinito. El cuerpo es el que tiene dimensión en todos sentidos, y el infinito es aquello cuya dimensión no posee límites: y si hubiese un cuerpo infinito, sería infinito en todos los sentidos.
El infinito tampoco puede ser un cuerpo uno y simple ni, como algunos piensan, una cosa fuera de los elementos, y de la que provienen los elementos. No se encuentra semejante cuerpo fuera de los elementos, porque todos los cuerpos se resuelven, y nada más, en los elementos de donde provienen. Está claro que no existe fuera de los cuerpos simples un elemento como el fuego, por ejemplo, o cualquier otro; porque sería necesario que fuese infinito, para que el todo, incluso siendo finito, pudiese ser o devenir este elemento, como en el caso del que habla Heráclito, el todo, dice, llega a ser o se hace fuego en ciertas circunstancias.
El mismo razonamiento cabe respecto de la unidad, que los físicos colocan fuera de los elementos. Todo cambio tiene lugar de lo contrario a lo contrario, de lo frío a lo caliente, por ejemplo. Sin embargo, el cuerpo sensible ocupa un lugar determinado, y es el mismo lugar el que contiene el todo y sus partes: el todo y las partes de la tierra están también en el mismo lugar. Luego si el todo es homogéneo, o será inmóvil o estará en perpetuo movimiento; pero la última consideración es imposible. ¿Por qué se dirigiría hacia arriba más bien que hacia abajo o en una dirección cualquiera? Si el todo constituyese una masa de tierra, por ejemplo, ¿en qué punto podría moverse o permanecer inmóvil? El lugar que esta masa ocupa, el lugar de este cuerpo infinito, es infinito, y la masa le llenaría, por tanto, por completo. ¿Y cómo puede ser así? ¿Cuál puede ser en este caso la inmovilidad, cuál puede ser el movimiento? ¿Habría inmovilidad en todas las partes del lugar? Entonces jamás habría movimiento. Por el contrario, ¿hay movimiento en todas las partes del lugar? Entonces jamás habrá reposo. Pero si hay heterogeneidad en el todo, los lugares están entre sí, en la misma relación que las partes que ellos contienen. Por lo pronto, no hay unidad en el cuerpo que constituye el todo, sino unidad por contacto. Luego o el número de las especies de cuerpos que le componen es finito o es infinito. No es posible que este número sea finito; sin esto habría cuerpos infinitos, otros que no lo serían, siendo el todo infinito: lo sería el fuego, por ejemplo, o el agua. Pero semejante suposición es la destrucción de los cuerpos finitos. Mas si el número de las especies de cuerpos es infinito, y si son simples, habrá una infinidad de especies de lugares, de especies de elementos. Ahora bien, esto es imposible: el número de las especies de lugares es finito; luego el número de las especies de cuerpos que componen el todo es necesariamente finito.
En general, un cuerpo no puede ser infinito, y de igual modo tampoco el lugar que contiene los cuerpos, puesto que todo cuerpo sensible es pesado o ligero. El cuerpo infinito tendría un movimiento, ya horizontal, ya de abajo a arriba. Pero ni el infinito todo y entero podría ser susceptible de semejante movimiento, ni la mitad del infinito, ni una parte cualquiera del infinito. ¿Cómo establecer la distinción, y por qué medio determinar que esto es lo bajo del infinito, aquello lo alto, el fin, el medio? Por otra parte, todo cuerpo sensible está en un lugar. Pero hay seis especies de lugar. ¿Dónde encontrarlas en el caso de la existencia de un cuerpo infinito? En una palabra, si es imposible que el lugar sea infinito, lo es que lo sea el cuerpo mismo. Lo que está en algún lugar está en alguna parte, es decir, que está arriba, abajo, o en los otros lugares. Ahora bien, cada uno de estos es un límite.
No hay identidad entre el infinito en la magnitud, el infinito en el movimiento y el infinito en el tiempo; no son una sola y misma naturaleza. De estos tres infinitos, el que sigue se llama infinito por su relación con el que precede. A causa de su relación con la magnitud que experimenta un movimiento, una alteración, un aumento, se dice que es el movimiento infinito. El tiempo es infinito a causa de su relación con el movimiento.
Parte XI
El ser que muda o experimenta un cambio accidental, como si el músico se pasea, o tiene en sí algo que cambia, y este es el cambio así llamado. Todo cambio parcial está en este último caso: se cura el cuerpo, porque se cura el ojo. En fin, existe aquello cuyo movimiento es esencial y primero; quiero decir, lo que es móvil en sí. La misma distinción cabe respecto al motor. Se mueve accidental, parcial o absolutamente. Todo movimiento necesita un primer motor, una cosa movida, en un cierto tiempo, a partir de cierto punto y hacia cierto término. Las formas, modificaciones, lugares, que son el fin del movimiento de los seres que se mueven, son inmóviles, como la ciencia, el calor. No es el calor un movimiento, no es la calefacción.
El cambio no accidental no se encuentra en todos los seres, sino únicamente en los contrarios y en los intermedios, y en los seres respecto de los cuales existe afirmación y negación. La inducción confirmará esto que adelanto.
El cambio es, en los seres que se transforman, un tránsito, o de un sujeto a otro sujeto, o de lo que no es sujeto a otro sujeto; y llamo sujeto a aquello que se asienta por la afirmación. Existe, por tanto, necesidad de tres especies de cambios, porque el cambio de lo que no es sujeto a lo que no es sujeto no es un verdadero cambio. Aquí no existe contrarios, no existe tampoco afirmación y negación, si no existe oposición. El tránsito de lo que no es sujeto al estado del sujeto, en cuyo caso existe contradicción, este cambio es la producción; producción, absolutamente hablando, desde el punto de vista absoluto; producción determinada, si se trata de un ser determinado. El cambio de un sujeto en lo que no es sujeto, es destrucción: destrucción, absolutamente hablando, desde el punto de vista absoluto; destrucción determinada si se refiere a un ser determinado.
Si el no ser se considera en muchas acepciones, y si el ser que consiste en la conveniencia o disconveniencia del atributo con el sujeto es inmóvil, lo propio ocurre con el ser en potencia, con el ser opuesto al ser propiamente dicho. Sin embargo, puede existir movimiento accidental de lo que no es blanco o de lo que no es bueno; lo no blanco puede ser un hombre. Pero lo que no posee de ninguna manera existencia determinada no puede jamás moverse; es imposible, en efecto, que el no ser se encuentre en movimiento. De aquí, es imposible que la producción sea un movimiento, porque lo que sobreviene es el no ser. Únicamente por accidente, sin duda alguna, es como el no ser se transforma; es cierto, sin embargo, que el no ser es el fondo de lo que deviene, o llega a ser en el sentido propio de esta expresión. Lo propio ocurre con respecto al reposo. Esto son dificultades insuperables. Añádase a esto que todo objeto en movimiento se encuentra en un lugar. Pero el no ser no está en un lugar, pues de otro modo estaría en alguna parte; luego la propia destrucción no es un movimiento. En efecto, lo contrario al movimiento es un movimiento o el reposo; luego lo contrario de la destrucción es la producción.
Debido a que todo movimiento es un cambio; debido a que de los tres cambios que hemos expuesto, el cambio por la producción y el cambio por la destrucción no son movimientos, bien que sean el tránsito de lo contrario a lo contrario, no existe, necesariamente, más que un solo cambio verdadero, que es el sujeto en un sujeto. Los sujetos son o contrarios o intermedios. La privación es lo contrario del sujeto, y a veces una expresión afirmativa resigna la privación, como en estos ejemplos: ciego, negro.
Parte XII
Las categorías del ser son la esencia, la cualidad, el lugar, la acción y la pasión, la relación, la cantidad, etc.; el movimiento, así, presenta necesariamente tres casos: movimiento en la cualidad, movimiento en la cantidad, movimiento en el lugar. No existe movimiento en relación a la esencia, porque no existe cosa alguna que sea lo contrario de la esencia, no existe nada que lo sea de la relación. Si no existe cambio en algo que no es la relación misma, no existe cambio en la relación; de donde se infiere que el movimiento en las relaciones no es más que un movimiento accidental. Lo propio ocurre respecto del agente y del ser que sufre la acción, del motor y del ser en movimiento, pues nunca existe movimiento de movimiento, producción de producción ni, en una palabra, cambio de cambio.
Podrían existir dos formas de admitir un movimiento de movimiento. Podrían ser como movimiento en un sujeto, de la misma manera que el hombre está en movimiento, porque de blanco que era se ha cambiado en negro. De esta forma, el movimiento experimentaría el calentamiento, el enfriamiento, el cambio de lugar, el aumento. Pero esto es imposible, porque el cambio no puede ser un sujeto. O sería el movimiento de movimiento el cambio que experimenta el tránsito de un sujeto a un sujeto de especie diferente, como el tránsito en el hombre de la enfermedad a la salud. Pero esto mismo es imposible como no sea accidentalmente. En efecto, todo movimiento es el tránsito de un estado a otro estado; la producción misma y la destrucción están en este caso. Sin embargo, los cambios que son el tránsito de un estado a otro estado opuesto, no son siempre movimientos. Consideremos que existe cambio de la salud a la enfermedad, y al mismo tiempo tránsito de este cambio mismo a otro cambio. Está claro, sin duda alguna, que si el ser en cuestión está enfermo, puede experimentar a la vez un cambio de cualquier otra naturaleza, porque nada impide que no se encuentra entonces en reposo. Pero el cambio es siempre de una especie determinada, es siempre el tránsito de un estado al estado opuesto. El estado opuesto al estado de enfermedad sería la vuelta a la salud. Pero este no es más que un cambio accidental, como el del ser que pasa del recuerdo al olvido; porque el ser en quien se realiza esta clase de cambio, pasa rápidamente de la ignorancia a la ciencia, como de la enfermedad a la salud. Por último, si existe cambio de cambio, producción de producción, será necesario ir hasta el infinito. Si el cambio posterior se produce, es de toda necesidad que el que es anterior tenga también lugar en este supuesto. Admitamos, por ejemplo, que el llegar a ser, absolutamente hablando, lo hiciera en cierta circunstancia; en este caso también lo haría aquello que se transformaría absolutamente hablando. Por consiguiente, lo que vendría a ser absolutamente hablando, no existía aún; lo que existe es lo que se transforma o se hace algo, o aquello que se ha transformado o se ha hecho ya algo. Por esto que acaecía, absolutamente hablando, acaecía igualmente en cierta circunstancia, acaecía o se hacía algo; ¿por qué, pues, no existía aún?
En una serie infinita no existe primer término, no existirá primer cambio, ni tampoco cambio que se ligue al primero; por tanto, no es posible que nada se transforma, o se mueva, o experimente un cambio. Y luego el mismo ser experimentaría a la vez los dos movimientos contrarios, el reposo, la producción y la destrucción; de manera que lo que cambia perece en el caso en que aquello que cambia deviniese aún, porque no existe ya, ni en el instante mismo de este cambio, ni después de este cambio, y lo que perece debe existir. Es necesario que lo que se transforma, así como lo que cambia, posea una materia. ¿Qué movimiento, qué producción podrá tener, como el cuerpo sujeto a alteraciones, o como el alma, una existencia determinada, y que fuese aquello que cambia? ¿Y cuál sería el fin del movimiento? El movimiento es el paso de un sujeto de un estado a otro; el fin del movimiento no debe ser un movimiento. ¿Cómo había de ser un movimiento? La enseñanza no puede tener por fin la enseñanza; no hay producción de producción.
Por lo tanto, el movimiento no tiene lugar ni en la esencia, ni en la relación, ni en la acción y la pasión. Falta que se realice en la cualidad, en la cantidad, en el lugar, porque en cada una de estas categorías existe contrariedad.
Designo en este caso como cualidad, no a la cualidad en la sustancia (porque la diferencia misma sería una cualidad), sino la facultad de ser modificado, lo que hace que un ser sea o no capaz de ser modificado.
Lo inmóvil es lo que no puede absolutamente moverse; lo que no se pone en movimiento sino con dificultad, empleando mucho tiempo o lentamente; aquello que siendo capaz por su naturaleza de movimiento, no puede moverse cuando, donde y como pide su naturaleza el moverse. Lo que yo denomino reposo, solo se dice de los seres inmóviles, porque el reposo es lo contrario del movimiento, y por consiguiente debe ser una privación en el sujeto.
Reunión con relación al lugar se dice de los seres que se encuentran primitivamente en un solo y mismo lugar. Separación se dice de los seres que se encuentran en diferentes lugares.
Existe contacto cuando existe reunión de las extremidades de los objetos en el mismo lugar.
Lo intermedio es aquella etapa por donde pasa el ser que cambia antes de llegar al término a que camina, en el cambio que permite su naturaleza, todo ser cuyo cambio es continuo.
Lo contrario con relación al lugar es lo que se encuentra más distante en línea recta.
Consecuente se afirma cuando entre un ser y el principio de donde procede, sea por posición, por forma, cualquiera otra manera determinada, no existe intermedio que forme parte del mismo género, y es lo que sigue como consecuencia. Por ejemplo, las líneas vienen después de la línea, las mónadas después de la mónada, etc. Pero nada impide que exista un intermedio de otro género, porque lo siguiente es siempre resultado de algo posterior: la unidad no lo es de dos, el primer día de la Luna no es consiguiente del segundo.
La adherencia es el contacto con lo que se sigue.
Todo cambio tiene lugar en los opuestos, es decir, en los contrarios y en la contradicción. No hay medio entre las cosas contradictorias; evidentemente entre los contrarios es donde se encuentra el intermedio.