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El perfeccionamiento de la calidad es lo prioritario y debiera constituir el foco de las acciones a implementar. En la mayoría de los países desarrollados las universidades de investigación representan menos del 10% del sistema. Así, en esta nueva etapa, es importante avanzar en la calidad de las instituciones según su misión y complejidad. Las universidades se pueden diferenciar entre las que presentan docencia innovadora, formación de doctores e investigación avanzada y otras –también muy importantes– de predominio docente. Estas se diferencian en la formación de sus profesores e investigadores, la calidad de sus alumnos, su infraestructura en laboratorios y bibliotecas, sus programas de estudio e investigación, entre otros. Todas ellas, sin excepción, deben cumplir con estándares de calidad previamente definidos.
Para poder aportar al país con los mejores profesionales y científicos se requieren dos elementos clave, no bien analizados y que necesariamente deben estar en el debate educacional que se presentará en los próximos meses: la libertad académica y la libertad institucional.
El aseguramiento de esta calidad tiene al menos tres ejes fundamentales: acreditación de las instituciones y programas, fiscalización del sistema, e información a los postulantes y sus familias. Las medidas que se han introducido en los últimos años para aumentar la inclusión se orientan a que las instituciones más selectivas estén al alcance de los mejores alumnos de los diferentes sectores educacionales. La diversidad en la universidad es una riqueza, es la manera de lograr una formación más integral. Esto es avanzar en calidad con equidad.
Quisiera resaltar que para poder aportar al país con los mejores profesionales y científicos se requieren dos elementos clave, no bien analizados y que necesariamente deben estar en el debate educacional que se presentará en los próximos meses: la libertad académica y la libertad institucional. La libertad académica es crucial para que cada profesor piense y desarrolle su saber y conocimiento a plenitud. El ocio académico es productivo, es libertad de pensamiento que avanza en la búsqueda de la verdad. Así también la necesaria diversidad de nuestro sistema de educación superior requiere una amplia libertad institucional, con el fin de que cada universidad aporte desde su propia misión e identidad. Esto agrega mayor calidad, amplitud de miradas y enfoques de las diferentes temáticas, lo que favorece la consolidación de un país más democrático e integrado.
Las universidades son lugares de reflexión cultural, investigación científica y debate de ideas en un ambiente de libertad académica personal e institucional. En ellas se cultiva la creación en todas las áreas del saber, el nuevo conocimiento, la búsqueda permanente de la verdad, el desarrollo del bien en todos sus aspectos, del arte y la belleza, para aportar al crecimiento integral del país y de cada uno de sus habitantes. No perdamos la oportunidad de avanzar en aspectos prioritarios para nuestro país. La libertad para pensar y reflexionar, así como la libertad institucional, han sido aristas del debate educacional que no han formado parte de la discusión. Esto nos permitirá seguir contando con universidades de calidad internacional y tener algunas de clase mundial. Esta es una buena manera de pensar el crecimiento y desarrollo sustentable de nuestra sociedad.
Carta publicada en el diario El Mercurio el 13 de febrero de 2014.
Rankings universitarios
Quisiera clarificar la información inexacta referente a los rankings universitarios publicada en cartas de autoridades universitarias.
Nuestra política institucional ha sido valorar los rankings en su justa medida. Estos son instrumentos interesantes de comparación de la labor y calidad universitaria tanto a nivel nacional como internacional. La evaluación de estos se centra en la docencia, formación integral de los estudiantes, prestigio de sus egresados, investigación, creación, innovación y transferencia de nuevo conocimiento, compromiso y aporte a la sociedad en los temas de mayor relevancia nacional.
Es más adecuado que los rankings sean destacados de manera objetiva por los principales actores de la educación superior. Así, es deseable que ellos valoren a cada universidad y no destacarse uno mismo en el diario quehacer académico. Sin embargo, la información errónea hay que corregirla para ser justos con el esfuerzo diario realizado por nuestra comunidad académica.
En mi condición de rector, debo reconocer y agradecer de manera pública a la comunidad de la UC (profesores, estudiantes de pre y posgrado, profesionales y administrativos) por los loaros obtenidos en los últimos años. Para destacar estos logros, hay que mencionar con claridad y certeza, así como con prudencia y humildad, cuál es la realidad actual de los rankings universitarios.
Los tres rankings nacionales más reconocidos ubican de manera clara y reiterada en los últimos años a la UC como la primera universidad del país. A nivel internacional, el ranking QS (el más prestigioso y amplio en reconocer las diferentes labores universitarias) nos ubica en el lugar 166 en el mundo y segunda a nivel latinoamericano, después de la U. de São Paulo.
Los tres rankings nacionales más reconocidos ubican de manera clara y reiterada en los últimos años a la UC como la primera universidad del país. A nivel internacional, el ranking QS (el más prestigioso y amplio en reconocer las diferentes labores universitarias) nos ubica en el lugar 166 en el mundo y segunda a nivel latinoamericano, después de la U. de São Paulo. Estos son logros mayores considerando el tamaño y presupuesto de las principales universidades estatales de la región. Otros rankings que evalúan solamente la actividad de investigación nos sitúan más abajo. Sin embargo, si comparamos el número de profesores, los recursos aportados por el Estado y el índice de impacto de las publicaciones o calidad de la investigación realizada, también tenemos un claro liderazgo en Latinoamérica.
Los indicadores descritos han tenido un claro aumento en los últimos diez años, demostrando la gran calidad de nuestros académicos y científicos. Con los escasos recursos que el Estado aporta a investigación e innovación hemos podido obtener estos logros. Si se valora lo realizado y se da un nuevo impulso al trabajo de nuestros académicos, los resultados nos pueden sorprender de manera muy positiva.
La posibilidad de tener algunas universidades de clase mundial depende del apoyo y confianza del país. Nuestra institución está cerca del anhelado grupo de las mejores 150 universidades del mundo. Este logro se ha obtenido manteniendo nuestra misión e identidad de universidad católica. Esta es una buena noticia para todos y debiera estar en la agenda de las políticas públicas de la educación superior en los próximos años.
Carta publicada en el diario El Mercurio el 16 de febrero de 2014.
Educación superior: El caso de Holanda
Es interesante analizar la situación y calidad de la educación superior en Holanda, lugar que tuve la oportunidad de visitar recientemente por motivos académicos. Profesores de este país y de Chile, en particular de la UC, realizan un trabajo conjunto en áreas de investigación en agricultura y química de los alimentos. Así también, existe un activo programa de intercambio estudiantil.
Los Países Bajos destacan por su calidad de vida; es un país pluralista, con un alto nivel de desarrollo, sus habitantes tienen una preocupación especial por la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente. Su población la componen 17 millones de habitantes, 27% de ellos católicos, 17% protestantes, 5% musulmanes y 48% autodeclarados agnósticos. El país cuenta actualmente con dos universidades dentro de las cien mejores del mundo (U. de Ámsterdam y U. de Leiden), destacando en diversos campos académicos, con investigación de frontera y gran calidad en varias áreas del conocimiento.
Todas sus universidades reciben un significativo financiamiento estatal acorde con el número de estudiantes de pre y posgrado y la docencia impartida, con el requisito estricto de que sean instituciones acreditadas por su calidad y sin presentar fines de lucro. En relación con la investigación, todas las instituciones reciben el mismo trato económico: se financian acorde con la actividad de investigación, creación de nuevo conocimiento y entrega de bienes públicos a la sociedad, independiente de su propiedad.
Todas las universidades holandesas reciben un significativo financiamiento estatal acorde con el número de estudiantes de pre y posgrado y la docencia impartida, con el requisito estricto de que sean instituciones acreditadas por su calidad y sin presentar fines de lucro.
Dos ejemplos interesantes a destacar son la Radboud Universiteit en Nijmegen, fundada en 1923, de identidad y misión católicas, con un gran desarrollo en el área de las neurociencias y humanidades. Así también está la Vrije Universiteit o VU de Ámsterdam, fundada en 1880, de inspiración e identidad protestantes, con gran desarrollo en las ciencias y tecnología.
Ambas instituciones realizan notables trabajos de investigación interdisciplinarios con profesores de todo el sistema universitario holandés y del extranjero.
Holanda es un país desarrollado y con un muy buen nivel de educación superior. Este es un destacado ejemplo de valoración de la identidad y misión de los diferentes proyectos e instituciones universitarias que aportan al bien común y a la identidad de una nación.
Carta publicada en el diario El Mercurio el 11 de abril de 2014.
El foco principal de la reforma educacional
El avance en la calidad debe ser el norte de la reforma de la educación superior que se discute en nuestro país. Es importante distinguir la calidad de las instituciones según su complejidad, incorporando la diversidad del sistema. Estas se pueden diferenciar entre universidades complejas (con docencia e investigación avanzada) y otras de predominio docente. El componente regional e identificación con las comunidades debe incluirse en este análisis. El aseguramiento de la calidad incluye varios aspectos a evaluar: acreditación, fiscalización e información del sistema.
El fortalecimiento de un nuevo sistema de acreditación debe hacer más exigente el proceso de evaluación, cuyo foco actualmente está puesto en los procesos de operación y funcionamiento. La formación del cuerpo de profesores, el nivel de los estudiantes, los espacios docentes y de laboratorios, las bibliotecas, la actividad de investigación e innovación, la infraestructura deportiva y la vida de la comunidad universitaria son aspectos centrales al medir la calidad de una institución. A estos urge incorporar otros indicadores de calidad, a través de la evaluación de resultados y competencias de sus profesores y estudiantes, así como los conocimientos y capacidades de sus egresados. Por otra parte, se requiere avanzar hacia una mayor participación de grupos relevantes, lo que implica visibilizar las necesidades de los empleadores.
El aumento sustentable de la calidad del sistema pasa por el aporte de la educación superior al mejoramiento de la calidad de la educación escolar.
La Superintendencia de Educación Superior desempeñará un rol de fiscalización no solo del ámbito financiero, sino también supervisando temas asociados a la calidad, así como la recepción de los reclamos de los estudiantes. También resulta importante contar con información de la calidad de la institución a través de los programas que ellas dictan, publicando las vacantes y puntajes de corte de ingreso, las áreas y años de acreditación de la institución y sus programas, los convenios académicos internacionales, la investigación científica, la innovación curricular, las tasas de deserción y de empleabilidad, entre otros. Es vital que cada institución de ES aporte estos datos, que permitirán decisiones informadas y responsables por parte de los estudiantes y sus familias. Ambos proyectos de ley –el de Acreditación y de Superintendencia de Educación Superior– deben ser presentados y discutidos a la brevedad en el Congreso.
Así, también, el aumento sustentable de la calidad del sistema pasa por el aporte de la educación superior al mejoramiento de la calidad de la educación escolar. El avance en la formación de profesores, con mejores herramientas disciplinares y de formación general, nos va a permitir mayores y mejores oportunidades de aprendizaje para nuestros niños. En el fortalecimiento de la calidad de los profesores, las universidades juegan un papel fundamental. Así, la nueva ley de carrera docente es de la mayor importancia.
A través de un aumento de la calidad se potencia la transformación y crecimiento de la persona en desarrollo. Este proceso de formación intelectual e integral requiere avanzar en la calidad con estándares internacionales. Los estudiantes y sus familias esperan que la reforma educacional traiga esta buena noticia.
Publicado en el diario La Tercera el 2 de mayo de 2014.
El modelo educativo de Finlandia y los profesores
En momentos de un debate nacional por una reforma profunda a nuestro sistema educacional, siempre es adecuado analizar ejemplos internacionales de calidad. Por supuesto el contexto y la historia en cada caso son diferentes, pero es evidente que se pueden sacar lecciones y aprendizajes al evaluar otras realidades. Este es el caso de Finlandia, un país desarrollado, de cinco millones de habitantes, que ha progresado a través de potenciar su cultura y el conocimiento.
La educación está a cargo del ministerio del sector, en el cual existe un directorio nacional que desarrolla los objetivos, contenidos y métodos para la educación inicial, primaria y secundaria. También se encarga de la evaluación de los resultados del proceso enseñanza-aprendizaje. Cada provincia tiene un departamento de educación y cultura que se articula con el gobierno central. La gestión local reside en las municipalidades, que tienen un rol crucial en el proyecto educativo. Los niños asisten al colegio más cercano a su casa, en una sociedad con leves diferencias que permiten su estabilidad democrática.
A nivel escolar, debido a su calidad, la gran mayoría de los estudiantes asisten a colegios públicos, los que son administrados por fundaciones dependientes de las municipalidades. Solo el 8% participa de instituciones privadas, las que reciben el mismo aporte económico que las instituciones públicas. Los aportes económicos dependen en un 57% del Estado y en un 43% del nivel municipal.
La formación universitaria, si bien es gratuita, está restringida a los mejores, en especial en las carreras más selectivas, y hay una cultura de gran confianza y cooperación que está a cargo de los docentes.
Las políticas educacionales son de Estado, con características que debiéramos analizar. En primer término son de largo plazo, algunas de ellas con 40 años de evolución. Segundo, se basan en los niveles locales y hay una gran autonomía en la toma de decisiones (a nivel escolar, los directores y profesores son los responsables del currículo). Tercero, la equidad es un tema crucial, con un gran esfuerzo para mitigar las diferencias socioeconómicas del origen familiar; hay apoyo y acompañamiento, con excelentes políticas de inclusión. Además, los alumnos estudian de manera atractiva y creativa, se esfuerzan con gran sentido de responsabilidad. Ellos saben que el camino del aprendizaje es duro, que la sociedad del conocimiento va a ser exigente.
En Finlandia la formación universitaria, si bien es gratuita, está restringida a los mejores, en especial en las carreras más selectivas. Y por último, quizás lo más difícil de incorporar, hay una cultura de gran confianza y cooperación que está a cargo de los docentes.
El profesionalismo de los profesores es clave. Se define como su rol autónomo la autorregulación, el desarrollo de valores y códigos de ética, la empatía y sentido del bien común. Esto hace que se realicen más actividades y menos evaluaciones, más trabajo comprometido con menos rankings. Así, las cifras muestran que el 62% de los profesores se siente responsable de la preparación del currículo, el 70% sabe que son ellos los que deben evaluar el aprendizaje de sus alumnos y solo la minoría siente presión de sus directivos o de los padres para realizar bien su trabajo. La responsabilidad, la pasión por desarrollar su trabajo y el amor por su vocación y profesión son las claves.
En Finlandia, la principal razón que explica desde hace años el éxito educacional de sus estudiantes es la calidad de sus profesores. Los esfuerzos se enfocaron en atraer a los mejores estudiantes (el 5% superior de la promoción escolar) y en enseñarles en facultades de educación de gran nivel y con investigación de frontera. Entendieron que debían implementar los mecanismos para reconocer en el docente un profesional que desarrolla una carrera con un perfeccionamiento continuo. Darles confianza e independencia para implementar el currículo, demostrar respeto por los profesores (algo que cada uno puede iniciar en su propia realidad familiar) y reconocerlos con el prestigio social y remuneraciones acorde con su importancia parece ser el camino.
Este ejemplo es una gran lección para nuestras universidades: la enseñanza basada en la investigación como meta de la formación del docente. Debemos enseñar con exigencia y confianza a nuestros estudiantes de pedagogía para que en el futuro se las transmitan a los niños y niñas de Chile. El futuro se construye entre todos, basado en la confianza y la responsabilidad. Este debiera ser el rumbo de nuestra educación.
Publicado en el diario El Mercurio el 11 de mayo de 2014.
Sistemas nacionales de educación superior
Esta semana se ha conocido el resultado de una nueva versión del ranking realizado por Universitas 21, red internacional de universidades. El objetivo de esta medición, efectuada por la Universidad de Melbourne, es evaluar la calidad de los sistemas de educación superior de los diferentes países.
El estudio incluyó a 50 naciones, con cuatro países de Latinoamérica: Argentina, Brasil, México y Chile. De manera específica, el estudio midió cuatro áreas: recursos (inversión en educación superior e investigación); entorno (diversidad de las instituciones, transparencia, participación de la mujer); conectividad (número de estudiantes internacionales, información en la web), cada una con un 20% de ponderación, y el área de resultados (número de artículos científicos, matrícula de educación superior y empleabilidad), con un 40% de ponderación. Para elaborar el ranking se utilizó la información de la OCDE, Unesco, de los ministerios de Educación, y de SCImago.
Este año, los resultados reiteraron el liderazgo de Estados Unidos, seguido por Suecia y Canadá. Entre los países latinoamericanos, Chile está en el lugar 33, arriba de Brasil (38), Argentina (41) y México (46).
Si consideramos la evolución del ranking global desde el 2012, nuestro país ha ascendido cuatro puestos (37 al 33), destacando el avance en las áreas de recursos y entorno. Sin embargo, es preocupante constatar que en conectividad y resultados de investigación hay un estancamiento, y en algunas áreas incluso un deterioro.
Entre los países latinoamericanos, Chile está en el lugar 33, arriba de Brasil (38), Argentina (41) y México (46).
Los desafíos debieran incluir una mayor internacionalización de nuestra educación superior. Además, se debe profundizar en una investigación y creación de conocimiento madura y reflexiva, en todas las áreas del saber. Contar con un mayor número de investigadores y un incremento de la inversión de recursos para la creación de nuevo conocimiento es una tarea pendiente.
El estímulo y apoyo al arte, la cultura, las humanidades, la ciencia y la tecnología es lo que nos conducirá a tener el sistema de educación superior que nuestro país requiere y merece. Esta es una forma de avanzar en la calidad de la educación, elemento que debe ser el inspirador de nuestra reforma educacional.
Carta publicada en el diario El Mercurio el 15 de mayo de 2014.
La reforma de la educación superior
El Ministerio de Educación ha programado para este segundo semestre la discusión de los proyectos de ley de la reforma de educación superior.
La prioridad de esta reforma se debe centrar en aumentar la calidad del aporte que entregan nuestras instituciones en beneficio de los estudiantes y del país. Este esfuerzo distingue la diversidad del sistema, en que coexisten instituciones complejas y completas, de calidad internacional, con otras que desarrollan una labor docente de gran importancia. Así, en todo el sistema se debe cumplir con los mínimos estándares de calidad que han sido predefinidos. Es prioritario realizar un cambio estructural en los programas de pregrado; mejorar las tasas de egreso y titulación; dar mayor estímulo a la internacionalización y movilidad académica; expandir los fondos de investigación, y fortalecer los programas de doctorado, junto con implementar fondos para proyectos de excelencia, con una preocupación especial por el desarrollo regional. El foco se debe centrar en la formación de los estudiantes, en la investigación y en el vínculo con las comunidades, pilares fundamentales de la labor universitaria.
Es prioritario realizar un cambio estructural en los programas de pregrado; mejorar las tasas de egreso y titulación; dar mayor estímulo a la internacionalización y movilidad académica; expandir los fondos de investigación, y fortalecer los programas de doctorado, junto con implementar fondos para proyectos de excelencia, con una preocupación especial por el desarrollo regional.
Uno de los aspectos polémicos que se han discutido en torno a esta reforma se relaciona con el rol público de las universidades. Nuestra convicción es que la función y vocación pública supera con creces la naturaleza jurídica de una institución. Lo público va más allá de lo estatal. La historia de la educación superior de nuestro país lo demuestra, e incluye un número importante de instituciones no estatales de función y vocación pública, con misión e identidad propias, que aportan a Chile con egresados de calidad de todos los sectores socioeconómicos, con investigación, contribución de nuevo conocimiento y real compromiso con las comunidades locales. De esta forma, el sistema es plural, amplio y diverso, con diferentes miradas del país, lo que debe ser cautelado. Es obligación del Estado potenciar esta libertad de pensamiento y expresión, y para ello debe preocuparse de todas las instituciones de función y vocación pública.
La institucionalidad del sistema de educación superior debe ser revisada, para incorporar al trabajo conjunto a todos los actores que la conforman. Avanzar en perfeccionar y actualizar el sistema de acceso y admisión es crucial. Se deben plantear fórmulas de admisión especial para estudiantes vulnerables, con acompañamiento académico durante los primeros años. Además, es vital la regulación del sistema a través de una Superintendencia de Educación Superior con énfasis en la fiscalización financiera e información veraz a los padres y estudiantes. El aseguramiento de la calidad presenta desafíos, como son un nuevo sistema de acreditación institucional, una propuesta de acreditación de carreras y áreas de trabajo y un sistema de acompañamiento a las instituciones. Las universidades debemos reforzar la formación de maestros con estándares internacionales, por lo que la iniciativa de una nueva carrera docente se debe orientar a entregar mayor confianza, exigencia y reconocimiento a los profesores.
En el financiamiento estudiantil, los desafíos actuales contemplan aumentar las oportunidades y una mayor inclusión de los estudiantes. Junto con avanzar en cobertura, a través de becas para hasta el 70% de los alumnos más vulnerables, se deben aumentar los créditos con bajas tasas y una devolución acorde a los ingresos futuros. En este sentido, es crucial el análisis conjunto de los nuevos aranceles de referencia y las condiciones necesarias para obtener aporte estatal para la formación de estudiantes vulnerables. El avance en gratuidad en educación superior debe focalizarse en quienes más requieren apoyo, considerando su impacto en la calidad del sistema. Por otra parte, el financiamiento institucional es clave para potenciar el aporte de las universidades al país. Se requiere aumentar los aportes basales de las universidades de función y vocación pública, otorgando seguridad en su desarrollo de largo plazo. Especial atención requieren las instituciones de investigación avanzada y las universidades regionales.






