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En todos los aspectos mencionados, la voluntad de trabajo conjunto y amplio consenso debe primar. Las encuestas demuestran que la gran mayoría de los ciudadanos esperan este avance y desarrollo mancomunado. Es responsabilidad de todos los actores políticos, sociales y académicos alcanzar este acuerdo, por el bien del país y de sus habitantes.
Publicado en el diario El Mercurio el 25 de agosto de 2014.
Acreditación de carreras
La Comisión Nacional de Acreditación (CNA) ha informado recientemente de nuevas exigencias y estándares para certificar las carreras en educación superior. Mejorar la calidad de las instituciones de educación superior y de los programas de estudio debe estar en el centro de una reforma educacional. El desarrollo del sistema de aseguramiento de la calidad ha sido clave; sin embargo, el crecimiento y complejidad del sistema estimula a realizar actualizaciones y cambios. Es importante destacar la gran heterogeneidad de instituciones y proyectos educativos que componen el conjunto de la educación superior.
La CNA informó los doce criterios para acreditar los planes de estudio, dentro de los que se cuentan, en el marco de la institucionalidad, el propósito de la carrera; los derechos y obligaciones de los estudiantes; el perfil de egreso del estudiante; los planes de estudios y métodos pedagógicos; la interacción con el medio y la empleabilidad de los egresados. Por otra parte, hay elementos relacionados con las condiciones de la operación que incluyen el sistema de gobierno y gestión de la carrera; la calidad y cantidad de sus profesores; la infraestructura docente (áreas de laboratorio, salas de estudio y bibliotecas); la información y participación estudiantil y la capacidad de investigación de su cuerpo docente. Desde el punto de vista de los resultados, se incluyen los mecanismos de apoyo académico y trabajo en la retención de alumnos y por último los mecanismos de autoevaluación y mejoría continua.
Es importante destacar la gran heterogeneidad de instituciones y proyectos educativos que componen el conjunto de la educación superior.
Sería importante correlacionar la acreditación con el plan de desarrollo y que exista una coherencia entre la acreditación de la institución y la de sus carreras y programas. Por otra parte, se debe avanzar en medir resultados del tipo pruebas de egreso y opinión de empleadores. Así también, el acompañamiento y apoyo de la institución es clave para lograr un mejoramiento continuo de los diferentes aspectos de la labor institucional. Es de destacar que se haya abierto un período de consulta pública de dos meses para perfeccionar la propuesta, que considera la heterogeneidad del sistema.
Felicitamos esta información de la CNA y el proceso propuesto, ya que va en la dirección adecuada y permite avanzar en los cambios de la ley de aseguramiento de la calidad que se esperan para el próximo año. La acreditación de carreras y programas debe estar orientada a avanzar en la calidad de la educación superior para beneficio de los jóvenes, sus familias y de la sociedad.
Carta publicada en el diario El Mercurio el 17 de octubre de 2014.
El valor de la acreditación
El aseguramiento de la calidad de la educación superior ha permitido el desarrollo de las instituciones. El fortalecimiento y obligatoriedad del sistema de acreditación debe hacer más exigente el proceso de evaluación, cuyo foco principal hoy está puesto en los procesos, operación y funcionamiento.
A estos habría que incorporar otros indicadores, tales como resultados en las pruebas de egreso, calidad de sus programas, competencias de profesores y empleabilidad de sus titulados. Además, es necesario relacionar la acreditación institucional con la de las carreras y programas.
La formación del cuerpo de profesores, el nivel de los estudiantes, los espacios docentes y de laboratorios, las bibliotecas, la actividad de investigación e innovación, la infraestructura deportiva y la vida de la comunidad universitaria son aspectos centrales al medir la calidad de una institución. Y es la calidad el foco principal que debe guiar toda reforma de educación superior.
Perfeccionamiento del sistema
Desde la UC hemos propuesto perfeccionar la institucionalidad del sistema a través de establecer una nueva Agencia Nacional de Acreditación, elegida por Alta Dirección Pública, encargada de los procesos de acreditación institucional, definición de los estándares de evaluación y supervisión de las agencias privadas.
Desde la UC hemos propuesto perfeccionar la institucionalidad del sistema a través de establecer una nueva Agencia Nacional de Acreditación, elegida por Alta Dirección Pública, encargada de los procesos de acreditación institucional, definición de los estándares de evaluación y supervisión de las agencias privadas.
Además, es preciso establecer un proceso de evaluación basado en estándares y criterios para evaluar ámbitos tales como dotación docente, recursos educacionales, infraestructura, sustentabilidad financiera e indicadores de productividad.
Tercero, se requiere ajustar los parámetros de acreditación al tipo de institución para evaluarlas desde parámetros acordes con su naturaleza, misión y propósitos institucionales. Se propone la siguiente clasificación: universidades complejas de investigación y docencia, universidades con investigación focalizada, universidades docentes, e institutos profesionales y centros de formación técnica.
Cuarto, es necesaria la obligatoriedad de la acreditación institucional, con áreas evaluadas de acuerdo con el tipo de institución y carácter voluntario para la acreditación de las carreras, a excepción de los programas de Pedagogía y Medicina. Se establece como un requisito de acreditación de carreras la vigencia de la acreditación institucional. Junto con lo anterior, es indispensable modificar los actuales tramos de los acuerdos de acreditación, para implementar las recomendaciones de mejoramiento y evitar poner escalas entre las instituciones.
Por otra parte, la CNA ha informado de nuevas exigencias y estándares para certificar las carreras. Son doce criterios para acreditar los planes de estudio, dentro de los que se cuentan, en el marco de la institucionalidad, el propósito de la carrera; los derechos y obligaciones de los estudiantes; el perfil de egreso del estudiante; los planes de estudios y métodos pedagógicos; la interacción con el medio y la empleabilidad de los egresados.
Por otro lado, hay elementos relacionados con las condiciones de la operación que incluyen el sistema de gobierno y gestión de la carrera; la calidad y cantidad de sus profesores; la infraestructura docente (áreas de laboratorio, salas de estudio y bibliotecas); la información y participación estudiantil y la capacidad de investigación de su cuerpo docente.
Desde el punto de vista de los resultados, se incluye los mecanismos de apoyo académico y trabajo en la retención de alumnos y, por último, los mecanismos de autoevaluación y mejoría continua.
Sería importante correlacionar la acreditación con el plan de desarrollo y que exista una coherencia entre la acreditación de la institución y la de sus carreras y programas. Además, se debe avanzar en medir resultados, del tipo pruebas de egreso y opinión de empleadores. Así también, el acompañamiento y apoyo de la institución es clave para lograr un mejoramiento continuo de los diferentes aspectos de la labor institucional. Es de destacar que se haya abierto un período de consulta pública de dos meses para perfeccionar la propuesta, que considera la gran heterogeneidad del sistema.
Mejorar la calidad de las instituciones de educación superior y de los programas de estudio debe estar en el centro de una reforma educacional.
El crecimiento y complejidad del sistema estimula a realizar actualizaciones y cambios, necesarios para avanzar en la calidad.
El aseguramiento de esta calidad, la acreditación de carreras y programas, debe estar orientado a apoyar de manera decidida el proceso de transformación de los jóvenes, sus familias y de la sociedad.
Publicado en el diario El Mercurio el 16 de noviembre de 2014.
Acceso universitario
La evidencia muestra que todas las pruebas educacionales –nacionales como el Simce, o internacionales, como la prueba PISA– exhiben grandes brechas socioeconómicas. Por ello, más que un problema de una prueba (la PSU) en particular, este parece ser un problema del sistema educacional nacional que nos impone grandes desafíos, en términos de calidad y equidad.
PSU: Novedades y desafíos
En los próximos días, más de 270 mil estudiantes rendirán la Prueba de Selección Universitaria (PSU), que se aplica desde el año 2003. Por primera vez, el puntaje del año pasado será válido para postular, ya que permanece vigente por dos años. Otro elemento nuevo relativo a la admisión 2012 es la incorporación de ocho universidades privadas al sistema de selección de PSU con los mismos deberes y derechos que tienen las integrantes del Consejo de Rectores (CRUCh). Ello implica exigir puntajes mínimos de ingreso, la utilización de puntajes ponderados y la publicación de las vacantes por carrera. En conjunto, las universidades del CRUCh y las privadas que se incorporaron ofrecerán casi 80 mil vacantes este año (30% estas últimas). El ingreso de estas instituciones es un avance en el acceso y un paso significativo para el ordenamiento del sistema, para una mayor transparencia, un mejor proceso de postulación e información sobre los estudiantes seleccionados. Este es un sistema objetivo, no discrecional, simultáneo, accesible, económico e independiente, que se organiza a nivel nacional.
Nuestra universidad postula el incorporar un ensayo a la PSU, para evaluar habilidades comunicacionales y expresión escrita, que incluyen razonamiento, argumentación, escritura, desarrollo de tesis y ortografía.
Junto con las cualidades descritas, el instrumento ha estado sometido a críticas por reflejar la brecha socioeconómica existente en todo el sistema de educación. Se ha planteado un eventual sesgo en la selección, puesto que evaluaría contenidos más que aptitudes e influirían en su buen rendimiento factores como el establecimiento de proveniencia, el acceso o no a un preuniversitario y los medios económicos que favorecen la formación del estudiante. De esta forma, la PSU revelaría la inequidad social en nuestro sistema educativo. Además, se cuestiona si es legítima una prueba que mide los contenidos mínimos del currículum científico-humanista, lo que disminuye las posibilidades de los alumnos de colegios técnico-profesionales, que atienden a los sectores de mayor vulnerabilidad socioeconómica. Otra polémica ha sido condicionar la postulación a becas y créditos al rendimiento en la PSU. La prueba se encuentra actualmente sometida a una evaluación internacional por una agencia especializada, para examinar su capacidad predictiva, que debiese entregar resultados que permitan despejar estas interrogantes durante el año 2012.
Con el fin de enriquecer la prueba, desde el CRUCh se ha impulsado la posibilidad de incorporar mecanismos de admisión complementarios a la PSU. Particularmente, el ranking de ubicación del estudiante en su curso ha demostrado contribuir a la disminución del peso de la variable socioeconómica, ya que el hecho de que un estudiante se ubique entre los primeros lugares de su curso en un contexto vulnerable –en el 5 a 10% superior–, pese a tener un puntaje bajo en la PSU, da cuenta de su esfuerzo y rendimiento. Con el apoyo adecuado de tutorías, este rendimiento suele replicarse en la educación superior. Este mecanismo de inclusión del ranking no tiene costo, añadiría entre 1 y 2% a la capacidad predictiva, y se asocia a mayores oportunidades de acceso.
Otro de los aspectos que se han discutido es la implementación de un propedéutico o apoyo remedial a los jóvenes que ingresan a las universidades, que este año tiene un fondo concursable dentro del presupuesto de educación. Hay diferentes formas de aproximarse al tema, y es así como la UC desde hace diez años cuenta con el programa Penta de apoyo a niños vulnerables con talento académico, que, a pesar de ser previo a su ingreso a la universidad, ha demostrado tener gran impacto en el rendimiento académico posterior y es, por ello, una de nuestras políticas para avanzar hacia una universidad más inclusiva. En este sentido, de la misma forma como hay una asignación extra por vulnerabilidad en la enseñanza escolar, sería deseable un apoyo similar en la educación superior. Esto implica reconocer la mayor fragilidad de estos estudiantes, y enfocar recursos para darles apoyo pedagógico, y así disminuir el riesgo de fracaso académico.
Por otra parte, nuestra universidad postula el incorporar un ensayo a la PSU, para evaluar habilidades comunicacionales y expresión escrita, que incluyen razonamiento, argumentación, escritura, desarrollo de tesis y ortografía. Considerando los costos y problemas logísticos asociados a su implementación, puede constituir un aporte adicional que entregue más variables para el sistema de admisión.
El perfeccionamiento de los sistemas de selección universitaria es un desafío permanente. Nuestro compromiso debe estar siempre con la identificación de los jóvenes con mayor talento académico, independiente de sus condiciones socioeconómicas y nivel de vulnerabilidad. La sociedad a la que aspiramos debe dar igualdad de oportunidades a todos. Debe ser un lugar donde el talento, el esfuerzo y la dedicación para lograr una mejor educación sean los elementos que marquen la diferencia. Es el compromiso de las universidades y debiera ser el compromiso de todo el país.
Publicado en el diario El Mercurio el 9 de diciembre de 2011.
Políticas de inclusión universitaria
La riqueza y calidad de una universidad adquiere más fuerza si la presencia de estudiantes talentosos proviene desde diversas realidades culturales y sociales. La diferencia de sus miradas es clave para la construcción de un proyecto variado y acogedor. Junto con cimentar su identidad de universidad católica y realizar una labor académica con rigor y constante superación, la UC se orienta a generar los espacios de encuentro que fortalezcan la comunidad universitaria y a favorecer la inclusión y acogida de jóvenes talentosos vulnerables.
La realidad de la UC es selectiva en lo académico: admite al 2-3% superior de los alumnos que rinden la PSU. En Chile existe una estrecha correlación entre el puntaje obtenido en esta prueba y el ingreso familiar, debido a las diferencias de calidad en la educación escolar. Así, solo un tercio de nuestros estudiantes proviene del sistema municipal o subvencionado.
Otros instrumentos de selección han demostrado aumentar la equidad en la selección de los estudiantes. El ranking de notas en el colegio, por ejemplo, permite identificar a quienes tienen excelentes hábitos de estudio, sentido de la responsabilidad y motivación, independiente de sus respectivos entornos socioeconómicos. Es un muy buen elemento predictivo del rendimiento académico, considerado en las mejores universidades del mundo, que seleccionan al 95% de sus estudiantes con notas equivalentes al 10% superior de sus establecimientos. Incluir esta y otras variables que favorezcan la equidad en el acceso son desafíos en los cuales nuestra universidad está comprometida.
Incluir el ranking de notas y otras variables que favorezcan la equidad en el acceso son desafíos en los cuales nuestra universidad está comprometida.
En el actual proceso de admisión especial hemos incrementado en un 71% (de 90 a 145) los cupos supernumerarios con Beca de Excelencia Académica (BEA), destinados a estudiantes que tienen puntajes en el ranking de notas de enseñanza media en el 7, 5% superior de colegios municipales o subvencionados sin alcanzar el puntaje de corte de la carrera. Estos se suman a los más de 350 estudiantes BEA que ingresaron con puntajes superiores a los de corte de sus carreras.
En la admisión 2012 se ha ampliado el beneficio de gratuidad de los alumnos del primer quintil (arancel de referencia y contraparte de la universidad) a los del segundo quintil. Junto a esto, hemos creado un nuevo programa para becar a todos los alumnos BEA hasta el tercer quintil y financiar con un crédito UC (2% de interés real) al cuarto quintil.
A los exitosos ejemplos de inclusión existentes desde hace una década, como el programa de detección de talentos escolares Penta UC (actualmente con más de 850 alumnos de educación básica y media), se ha sumado, por ejemplo, el programa Talento e Inclusión desarrollado por Ingeniería, que se implementó en Derecho este año, y que busca extenderse a toda la universidad.
La beca Cardenal Silva Henríquez es otra iniciativa de la comunidad UC. La colaboración de iniciativas privadas como la Fundación Juan Pablo II también ha permitido el apoyo en becas a estudiantes talentosos más vulnerables.
Sin duda, la riqueza humana e intelectual de estos alumnos se verá reflejada en una sociedad más integrada. Nuestro compromiso es con la educación universitaria de calidad y equidad de los jóvenes.
Publicado en el diario La Tercera el 26 de marzo de 2012.
Incorporación del ranking de notas
El reciente acuerdo del CRUCh de incorporar el ranking de las notas a la batería de selección universitaria es una gran noticia para el país y también un ejemplo de los beneficios que se pueden alcanzar cuando se instala a la persona en el corazón del desarrollo. Todos los estudiantes con talento académico tienen a su alcance finalizar la educación secundaria con las mejores calificaciones escolares de su curso. Sin embargo, no todos pueden estudiar en establecimientos que cubran la totalidad de los contenidos que evalúa la PSU.
Es también un signo de la construcción de un mundo más fraterno por los caminos de la fe y la razón. Los talentos académicos se distribuyen con independencia del origen socioeconómico, cultural y racial, según lo establecen las evidencias publicadas en revistas de circulación internacional de alto impacto. Más aún, este nuevo indicador de mérito académico robustece el actual sistema de acceso a la educación universitaria, porque en él conviven en equilibrio la excelencia y la inclusión. Hay además una buena correlación entre ranking y éxito académico en la educación superior.
Este nuevo indicador de mérito académico robustece el actual sistema de acceso a la educación universitaria, porque en él conviven en equilibrio la excelencia y la inclusión.
Finalmente, es también una demostración de lo que se puede lograr gracias al diálogo entre académicos, estudiantes universitarios y las autoridades pertinentes. Un diálogo donde cada uno aporta la verdad que observa desde su propia identidad, con la intención de convencer, pero siempre abierto a ser convencido. Por eso es también el momento de recordar y agradecer a las personas que durante largos años creyeron que este acuerdo era posible. Merecen mención especial los profesores que desarrollaron esta tarea en la Universidad de Santiago de Chile y en la Universidad Católica Silva Henríquez.
Desde hace dos años, este proyecto ha contado con el decidido apoyo de toda la comunidad de la UC. Este logro debe alegrar al país y a todos sus estudiantes, ya que avanzamos en equidad.
Carta publicada en el diario El Mercurio firmada por el rector de la UC, Ignacio Sánchez D., y Noam Titelman N., presidente FEUC 2012.
Impacto del ranking de notas
Esta semana finalizó el proceso de matrícula de la admisión universitaria, ratificándose la diferencia que existe en el rendimiento de los estudiantes de acuerdo con su procedencia educacional. La incorporación del ranking de notas este año ha marcado la polémica del proceso, en lo que se refiere a su impacto en disminuir esta brecha. El Ministerio de Educación ha sostenido, de manera repetida, el nulo efecto de esta medida, que busca mayor inclusión y talento académico.
En el Consejo de Rectores hemos sostenido que el ranking de notas es un paso en la inclusión, al avanzar en la equidad del acceso en un proceso que está marcado por el impacto de la PSU, que da un peso muy significativo al conocimiento adquirido por el alumno. El ranking de notas, por su parte, apunta a premiar el esfuerzo, la dedicación y el talento de los estudiantes en su propio entorno. Así, el ranking es el único indicador que no tiene brecha social (a diferencia de la PSU y de las notas de educación media o NEM).
El impacto de este factor en el sistema de admisión se puede evaluar por el aumento de estudiantes destacados de la educación municipal y subvencionada y por el porcentaje de alumnos que se ubican en el 10% superior de rendimiento académico (top 10%) dentro de su generación. Su efecto va a estar relacionado con el hecho de si el 10% que se asignó como ponderación al ranking disminuyó el peso de la PSU o bien afectó las NEM en la postulación.
En la UC constatamos un aumento de un 2% de la presencia de estudiantes provenientes de la educación municipal vulnerable y subvencionada (90 alumnos) y un aumento de un 46% a un 52% de los top 10%, indicador de la calidad de los estudiantes utilizado en las mejores universidades del extranjero.
En la UC optamos por la primera opción y constatamos un aumento de un 2% de la presencia de estudiantes provenientes de la educación municipal vulnerable y subvencionada (90 alumnos) y un aumento de un 46% a un 52% de los top 10%, indicador de la calidad de los estudiantes utilizado en las mejores universidades del extranjero. Este porcentaje es el mayor en el sistema universitario nacional.
La UC ha implementado varias iniciativas orientadas a aumentar la inclusión de sus estudiantes meritorios. En este sentido, se han consolidado los programas de inclusión ya existentes, como el Penta UC, el aumento de los cupos supernumerarios y el programa Talento e Inclusión, que en conjunto incorporan a más de 300 estudiantes de ocho carreras.
Próximamente, contaremos con el informe internacional de la evaluación de la PSU, por lo que habrá que analizar tanto sus conclusiones como los cambios que haya que implementar al proceso de admisión. Para lograr perfeccionar el sistema, se requiere de una nueva institucionalidad en la admisión universitaria, que incluya un órgano de gobierno formado por expertos que desarrollen esta tarea de gran relevancia para el país.
Es importante evaluar lo que hoy existe, los cambios necesarios y la incorporación de nuevos instrumentos que permitan garantizar a todos los estudiantes meritorios y sus familias un proceso moderno, justo y técnicamente válido.
El ranking de notas ha significado un avance modesto pero significativo en equidad y calidad de la educación, por lo que el instrumento debe perfeccionarse en el futuro. El efecto de los pares en el resultado educativo es reconocidamente importante; por lo tanto, si los estudiantes son los mejores y provienen de diferentes realidades culturales, económicas y geográficas, el proyecto educativo aumenta también en pluralismo, diversidad y, por ende, en calidad.
Publicado en el diario La Tercera el 20 de enero de 2013.
Claves para perfeccionar la Prueba de Selección Universitaria
Se ha conocido el informe de la evaluación internacional de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), un proyecto muy importante, solicitado en forma conjunta por el Consejo de Rectores y el Ministerio de Educación. La evaluación, que se prolongó por más de un año, y que da origen a un documento de más de ochocientas páginas, se enfocó en dos áreas: la evaluación de los procesos de construcción de las pruebas y el estudio de la validez del instrumento.
Respecto de los procesos, se consideraron aspectos relacionados con la construcción de las pruebas, calidad y administración de los bancos de preguntas, el puntaje iónico de la prueba de ciencias, la adecuación de los puntos de corte para la entrega de beneficios sociales, y el proceso de entrega de información, entre otros. En relación con la validez de la PSU, se analizó la estructura interna de las pruebas, sus contenidos, su capacidad predictiva, las consecuencias de su uso y su idoneidad como mecanismo de selección para los subgrupos de estudiantes que la rinden.






