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[1] Para una visión de conjunto de los escritos del fundador del Opus Dei, ver José Luis ILLANES, “Obra escrita y predicación de san Josemaría Escrivá de Balaguer”, SetD 3 (2009), pp. 203-276, y, más brevemente, ID., “Escritos de san Josemaría. Descripción de conjunto”, en DJE, pp. 390-400. Sobre las Cartas, su datación y elaboración, ver, además de las pp. 246-257 del artículo citado de SetD 3 (2009), ID., “Cartas (obra inédita)”, en DJE, pp. 204-211.
[2] Las tres han sido ya publicadas: Alfredo MÉNDIZ, “Tres cartas circulares del fundador del Opus Dei (Burgos, 1938-1939)”, SetD 9 (2015), pp. 353-377.
[3] Cfr. nota n.º 8.
[4] Carta n.º 13, § 13. Remitimos a esta Carta, y a otras que citaremos a lo largo de esta introducción, designándolas por el número que tienen en el elenco que daremos más adelante.
[5] Carta n.º 15, § 3.
[6] Cuanto viene a continuación se refiere al conjunto de Cartas que san Josemaría terminó de redactar entre 1962 y 1967, que constituyen un ciclo o conjunto unitario. Existen además otras Cartas, sobre las que puede encontrarse información en: ILLANES, “Obra escrita”, pp. 203-276; ID., “Escritos”, pp. 390-400; ID., “Cartas”, pp. 204-211.
[7] Además, existen otras cartas de tipo pastoral que no pertenecen a este “ciclo” y que envió a los miembros del Opus Dei en momentos determinados de la historia, como las “tres campanadas” de los años setenta y otras con motivo de aniversarios, ordenaciones de sacerdotes u otros motivos, que se editarán en un volumen aparte de la misma serie de Obras completas. Cfr. ILLANES, “Cartas”, en DJE, pp. 210-211.
[8] Apuntes íntimos, 24 de abril de 1933 (n.º 989).
[9] Apuntes íntimos, junio de 1933 (n.º 1723).
[10] Sobre estos documentos, ver Luis CANO, “Instrucciones (obra inédita)”, en DJE, pp. 650-655.
[11] En Carta n.º 13, § 13.
[12] Sobre la conservación de los papeles más antiguos y su traslado a Roma en los años cincuenta, pueden verse algunos datos en la ya citada voz ILLANES, “Cartas”, pp. 204-211.
[13] En 1954, dispuso por primera vez, en Roma, de una pequeña imprenta propia, llevada por un equipo de mujeres del Opus Dei, de la que saldrán las primeras ediciones de las tres antiguas Instrucciones de los años treinta, que existían hasta entonces sólo a multicopista y que san Josemaría mandó retirar y destruir pues contenían bastantes errores, y las Cartas. Una nota de la imprenta de la sede central de la Obra, del 26 de febrero de 1963 (Ip 27/63, en AGP, serie E.3.4, 904-3579 [prov.]) propone dos posibles tipos de encuadernación para esta Carta lo que implica que el trabajo de impresión estaba muy avanzado, y por tanto que el manuscrito se había entregado a la imprenta a finales de 1962 (ref. a un encargo con protocolo 24/62). Sobre estos datos, y otros análogos agradezco la investigación realizada por Francesc Castells, director del Archivo General de la Prelatura, así como a Carlo Pioppi y a Luis Cano, respectivamente Director y Secretario del Istituto Storico San Josemaría Escrivá.
[14] Codex Iuris Peculiaris Societatis Sacerdotalis Sanctae Crucis et Operis Dei, datado el 24 de octubre de 1963. Cfr. Itinerario, pp. 349-350. El 2 de octubre, el fundador había presentado a Pablo VI una serie de modificaciones a las Constituciones, que fueron aprobadas el 24 de ese mes. Como prólogo colocó un texto que será la primera Carta que mandará a sus hijas e hijos, en febrero del año siguiente, la n.º 28, con el íncipit latino Non ignoratis.
[15] Una referencia, breve pero más detallada, a este contexto en la ya citada voz ILLANES, “Cartas”, en DJE, pp. 204-211.
[16] Tanto Pedro Rodríguez como yo mismo, entre otros muchos, podemos testificar el uso por san Josemaría de esa expresión “ciclo” o de otras análogas, para referirse a su trabajo en las Cartas.
[17] Se trata de un cargo, previsto en los estatutos del Opus Dei, para favorecer la relación entre los órganos centrales de gobierno y las diversas regiones o países donde está extendida su labor apostólica. Este grupo de Delegados regionales se dedicó a ese trabajo desde el 21 de enero al 12 de marzo de 1963 (en diversos momentos hay referencias en el diario del Consejo General de esa época, aunque sin descender a detalles; en AGP, serie M.2.2, 430-4). Varios de los Delegados que participaron en esa reunión han fallecido, pero ha sido posible reconstruir el trabajo realizado gracias a los recuerdos de otros, todavía en vida (sus testimonios se conservan en AGP, serie A.3, 87-2-8), así como a los de algunos de los miembros en aquel momento del Consejo General y, muy particularmente, a los de Mons. Javier Echevarría, en las conversaciones personales con quien escribe estas líneas.
[18] Testimonio de Mons. Javier Echevarría, manuscrito sin fecha pero situado en sus últimos años (en AGP, serie A.3, 87-2-8). San Josemaría se refiere a este trabajo con magnetofón en una carta al Consiliario del Opus Dei en España, Florencio Sánchez Bella, del 1 de noviembre de 1966: «Están terminando de imprimir un paquete de cartas mías, que espero poder enviaros pronto: al dar vuelta a estos papeles, me doy buena cuenta del cambio de los tiempos, porque antes escribía las cosas a mano, o con alguna máquina más o menos arcaica —aun en estos casos, las correcciones van de mi mano—, pero ahora —desde el cincuenta, poco más o menos— he empleado cinta magnetofónica o dictáfono, y no os dejo rastro de la mano mía en todo este tiempo último. Es mejor, más rápido y más cómodo para mí seguir trabajando de esta manera. Así charlo, me traen copiado a doble espacio y a máquina lo que he dicho, y la cinta sirve para muchas veces. Barato también» (en AGP, serie A.3-4, 285-5).
[19] La fecha de envío que utilizamos corresponde a la del escrito que solía acompañar a cada documento. A veces, esta data ha de considerarse con un margen de algunos días o semanas, pues la expedición material podía demorarse, dependiendo del país al que iban.
[20] Tomamos el dato de las páginas de la última edición disponible, realizada en 1985, que es la única completa que se conserva, y que fue realizada en un formato más grande.
[21] La Carta n.º 33.
[22] La Carta n.º 34.
[23] Carta n.º 16.
[24] Carta n.º 18.
[25] Carta n.º 22.
[26] Carta n.º 25.
[27] Carta n.º 30.
[28] Carta n.º 23.
[29] Carta n.º 24.
[30] Nota del 6 de junio de 1965 (en AGP, serie E.1.3, 244-4).
[31] Son las Cartas n.os 1-5; 9-11; 14, 17, 19, 26-27, 29 y 31.
[32] No existe un elenco de quienes actuaron como secretarios de san Josemaría en este campo, como es lógico teniendo presente el carácter instrumental de la colaboración que prestaban. En cada caso, el fundador de la Obra se dirigía a uno u otro de los que estaban a su alrededor, en cuanto miembros del Consejo General u oficiales de alguna de las oficinas dependientes del Consejo, y solicitaba su ayuda, que siempre agradecía con especial delicadeza. Acudiendo a la memoria de quienes estaban en Roma en los años 1960, ha sido posible concretar algunos nombres: en primer lugar, Mons. Álvaro del Portillo, que, junto con Javier Echevarría, estuvo en todo momento a su lado, y también, en mayor o menor grado, pero siempre en la posición auxiliar ya descrita, otros como Joaquín Alonso (1929), Carlos Cardona (1930-1993), Julián Herranz (1930), José Luis Illanes (1933), Antonio Livi (1938) y José Luis Soria (1932).
[33] Me permito dejar aquí, aunque resulte más bien largo, un testimonio escrito sobre mi trabajo y mi actitud de espíritu en relación con el encargo que me dio san Josemaría sobre dos de sus Cartas. Un día me llamó y me habló en términos muy generales de su trabajo en las Cartas. Me preguntó si podría ayudarle en una de ellas (me habló primero de una, y luego, pasado un tiempo, de la otra). Como es lógico, le dije enseguida que sí. Era una manifestación de confianza que me conmovió: que nuestro fundador acudiera para una tarea como la de las Cartas a alguien joven, como yo lo era —tenía entonces apenas treinta años—, me impresionó y dio un tono de especial servicio a la Obra a todo el trabajo que realicé. El Padre me dijo cuál era el tema que quería tratar en cada Carta y esbozó su contenido; y también —no estoy seguro de que fuera en el primer momento o después— la fecha que iba a tener, ya que quería reflejar en sus Cartas lo que había sido su predicación a lo largo de los años. De hecho me dio material antiguo y algunas orientaciones. Recuerdo, en cambio, muy bien que me dijo que tuviera presente, junto al material que me entregaba, todo lo que le había oído decir en meditaciones y tertulias en el Colegio Romano de la Santa Cruz, al que me había incorporado en otoño de 1957 y en el que había tenido ocasión de escucharle en muchas ocasiones. Quedaba claro que en las Cartas quería dejar constancia del mensaje perenne de la Obra. Me puse enseguida al trabajo. Hice memoria de cuanto le había escuchado sobre el tema. Lo que san Josemaría me había pedido era que preparara una minuta de la Carta. Me hice la idea de que, al menos en esa época, le gustaba trabajar sobre textos seguidos que, en el supuesto de que los considerara aceptables como punto de partida, procedía a corregir, introduciendo cambios, supresiones y añadidos; y eso varias veces, es decir, haciendo copiar cada versión, que volvía a revisar a fondo hasta llegar —en ocasiones después de seis o siete revisiones— a un texto que correspondía a lo que deseaba expresar.
[34] Carta n.º 21.
[35] Carta n.º 6. Aunque la investigación está todavía en curso, algún dato apunta a que fue enviada ya en diciembre de 1963.
[36] Carta n.º 7.
[37] Carta n.º 12.
[38] Carta n.º 8.
[39] Carta n.º 36.
[40] Carta n.º 37.
[41] Carta n.º 38.
[42] Carta n.º 35.
[43] Carta n.º 32.
[44] Carta n.º 15.
[45] Son las Cartas n.os 13 y 20.
[46] En 1967, en la introducción al primer volumen de Cartas, del que se hará mención más adelante, el beato Álvaro del Portillo explicaba —refiriéndose a varias de ellas— que «el Padre desea que no se hagan públicas hasta después de su muerte» y que «es más oportuno dar alguno de esos Documentos a la imprenta cuando haya pasado tiempo, de modo que el ambiente haya madurado y los hechos históricos se proyecten lejanos».
[47] Solo hizo una excepción: la Carta n.º 13, que lleva dos fechas.
[48] Por ejemplo, en la Carta n.º 3, 2d, se lee la descripción de un episodio sobrenatural que experimentó el 7 de agosto de 1931. En la versión del volumen de 1967, había escrito —refiriéndose a ese momento— que “hace años” había sentido una locución divina dentro de su alma. Al revisar el texto, se dio cuenta de que existía un anacronismo, porque la Carta estaba fechada en 1932, por lo que no se podía hablar de “hace años” y cambió esa expresión por “tiempo atrás”, como puede verse en el aparato crítico.
[49] A san Josemaría le gustaba datar sus textos —y, a veces, también situar los acontecimientos y celebraciones— en fechas que tuvieran un valor en sí, por ser alguna fiesta de la Obra, el aniversario de algún acontecimiento importante de su historia, etc.
[50] Testimonio de Ernesto Juliá Díaz, redactado el 2 de febrero de 2005, en AGP, serie A.3, 87-2-8.
[51] En esta decisión, junto al aprecio por el latín, hondamente valorado por san Josemaría como lengua litúrgica e idioma usual durante siglos en la Iglesia e incluso en la civilización occidental, pudo influir el hecho de que el 22 de febrero de 1962, cuando estaba iniciando el proceso de redacción final de las Cartas, Juan XXIII hubiera promulgado la const. apost. Veterum sapientiae, destinada a fomentar la preservación y el aprendizaje del latín y su uso en la Iglesia.
[52] Estas traducciones al latín corrieron a cargo de dos expertos latinistas que trabajan en aquellos años en oficinas dependientes del Consejo General del Opus Dei: el canonista español José Luis Gutiérrez y el filósofo italiano Antonio Livi (de ambos se cuenta con testimonios en el archivo: AGP, serie A.3, 87-2-8).
[53] Nota 45/64, 4 de abril de 1964 (en AGP, serie E.1.3, 243-4).
[54] Nota 23/65, 11 de marzo de 1965 (en AGP, serie E.1.3, 244-3) y Nota 23/65, nueva versión, 21 de enero de 1966 (en AGP, serie E.1.3, 244-3).
[55] Nota 215/81, 23 de diciembre de 1981, en AGP, serie E.1.3, 628-1 (prov.).
[56] Nota del 24 de diciembre de 1964, en AGP, serie E.1.3, 250-1.
[57] Ver notas n.os 84, 88 y 94.
[58] Anotación del 26 de mayo de 1969, en la portada de un ejemplar de la Carta n.º 18, en AGP, serie A.3, 93-3-1.
[59] Así se hizo a partir de 1974, aunque se procedió por fases, como enseguida diremos. Los ejemplares, mecanografiados o impresos, sobre los que se realizó la revisión se conservan en AGP, serie A.3, leg. 91 a 96.
[60] Nota 7012/74, del 2 de diciembre de 1974 (AGP, serie E.1.3, 247). No se retiraron todas las Cartas largas, como la n.º 38 y las tres últimas que escribió en los años setenta (conocidas dentro del Opus Dei como las “tres campanadas”) y algunas más, que quedaron en los centros que las poseían, del mismo modo que las Instrucciones.
[61] En la nota precedentemente citada se hablaba también del temor fundado a que ese material —técnicamente inédito y sin terminar de revisar— pudiera ser copiado o manipulado por extraños, en un momento delicado de la historia jurídico-institucional del Opus Dei. Sobre las etapas finales del itinerario jurídico, los pasos que fue necesario dar hasta llegar a la erección como prelatura personal y las incidencias que jalonaron todo el proceso, ver la parte cuarta y última de Itinerario , pp. 301-503.
[62] «Mariano [san Josemaría] dejó dicho que se actuase así, cuando hubiera pasado el verano», en nota 175/75 del 12 de septiembre de 1975 (AGP, serie E.1.3, 254-4).
[63] En AGP, serie A.3, 190-3-2.
[64] Ejemplares de esta edición se conservan en AGP, serie A.3, leg. 91 a 96.
[65] Se han publicado ya siete volúmenes: Camino, Santo Rosario, Conversaciones, Es Cristo que pasa, La abadesa de Las Huelgas, Escritos varios y Amigos de Dios, mientras están en fase avanzada de preparación otro con Discursos académicos.
[66] El volumen En diálogo con el Señor. Textos de la predicación oral (OC V/1) comprende las meditaciones que san Josemaría revisó en los años setenta para que se incluyeran en las revistas Crónica y Noticias y en los tomos de Meditaciones, publicaciones dirigidas a los miembros del Opus Dei.
[67] Al preparar esta edición, se plantearon dudas acerca de incluir o no la Carta n.º 38, que tiene rasgos diferentes de las demás del “ciclo” de las Cartas, aunque también posee características muy semejantes a ellas, que han terminado por inclinarnos a incluirla en esta relación. Entre otros motivos, san Josemaría la editó como volumen XIII de la colección mencionada.
[68] Esto pasó con la Carta n.º 38, como se verá.
[69] Así sucedió con las Cartas n.os 23 y 24. El dato lo proporciona el diario del Colegio Romano de la Santa Cruz, como se detalla más adelante.
[70] Unas veces, el dato es cierto porque proviene de una nota del Consejo General en la que advierte el momento de su envío. En otros casos no existe —o no se ha encontrado— esa nota y hay que deducirlo del acuse de recibo, realizado generalmente unas semanas o meses después, por parte de las circunscripciones regionales. Pero también esto falta en algún caso, por lo que es preciso acudir a procedimientos indirectos: referencias a esos documentos en notas posteriores, listas de documentos enviados o que se debían retirar o destruir; aquí la precisión —como puede comprenderse— es más pequeña.
[71] Nota 23/65 (nv), del 21 de enero de 1966, en AGP, serie E.1.3, 244-3.
[72] Ibid.
[73] Ibid.
[74] Ibid.
[75] Ibid.
[76] Acuse de recibo, en AGP, serie E.1.3, 281-289.
[77] Nota Ip 27/63, del 26 de febrero de 1963, en AGP, serie E.1.3, 904/3579 (prov.).
[78] Acuse de recibo, en AGP, serie E.1.3, 281-289.
[79] Acuse de recibo, en AGP, serie E.1.3, 281-289.
[80] Nota 23/65 (nv), del 21 de enero de 1966, en AGP, serie E.1.3, 244-3.
[81] Ibid.
[82] Ibid.
[83] Acuse de recibo, en AGP, serie E.1.3, 281-289.
[84] Como volumen IV, pues se le asigna una sigla propia en una lista de documentos de 1972 (en AGP, serie E.1.3, 247), lo que podría significar que estaba impresa o en vías de serlo, como en el caso de la Carta n.º 15, de la cual conservamos alguna página impresa, y que tampoco fue mandada destruir en 1975, porque seguramente no se había enviado.
[85] Nota 23/65 (nv), del 21 de enero de 1966, en AGP, serie E.1.3, 244-3.
[86] En el manuscrito original se lee esta anotación autógrafa de san Josemaría: «Con esta fecha, hago que me copien en limpio las notas de mi Carta del 8 de diciembre de 1949, porque quizá me decida a enviarla a imprimir. Roma, septiembre de 1969».
[87] En AGP, serie A.3, 93-1-2, se conservan galeradas y dos páginas sueltas impresas, que parecen, por su formato, semejantes a las de otros volúmenes, pero no consta que llegara a imprimirse como los demás volúmenes. Excluimos que se enviara, porque no aparece entre los documentos mandados destruir en 1975 (cfr. nota 175/75, en AGP, serie E.1.3, 247).
[88] No aparece en la lista de Cartas enviadas, que se mandaron destruir en septiembre de 1975 (cfr. nota 175/75, en AGP, serie E.1.3, 247).
[89] Acuse de recibo, en AGP, serie E.1.3, G 281-289.
[90] Nota 23/65 (nv), del 21 de enero de 1966, en AGP, serie E.1.3, 244-3.
[91] Acuse de recibo, en AGP, serie E.1.3, G 281-289.
[92] Nota 23/65 (nv), del 21 de enero de 1966, en AGP, serie E.1.3, 244-3.
[93] En el manuscrito original hay una anotación autógrafa de san Josemaría de marzo de 1974, después de haber releído el texto, donde se plantea realizar más adelante «abundantes correcciones» y dividir la materia en apartados «para que resulte más fácil su lectura». Por otra parte, en el n.º 230, entre otras enmiendas autógrafas, explica que añade dos párrafos «al revisar la Carta, en 1975». En AGP, serie A.3, 95-2.
[94] Pudo imprimirse en forma de volumen, concretamente el n.º VII, pues aparece en una relación de documentos de 1972 (en AGP, serie E.1.3, 247), de modo semejante a las Cartas n.os 14 y 37.
[95] No se encuentra entre las Cartas que se mandaron destruir en las diversas circunscripciones (cfr. nota 175/75, en AGP, serie E.1.3, 247).
[96] Acuse de recibo, en AGP, serie E.1.3, G 281-289.
[97] Acuse de recibo, en AGP, serie E.1.3, G 281-289.
[98] Nota 23/65, en AGP, serie E.1.3, 244-3.
[99] Sabemos que fue leída el 15 de enero de 1965 en una tertulia del Colegio Romano de la Santa Cruz (Diario del Colegio Romano de la Santa Cruz, 15 de enero de 1965, en AGP, serie M.2.2, 429-4).
[100] Nota 23/65, en AGP, serie E.1.3, 244-3.
[101] También de esta sabemos que se había concluido antes de la fecha de su envío pues también se leyó en una tertulia del Colegio Romano de la Santa Cruz, el 16 de enero de 1965 (Diario del Colegio Romano de la Santa Cruz, en AGP, serie M.2.2, 429-4).
[102] Acuse de recibo, en AGP, serie E.1.3, G 281-289.
[103] Nota 23/65 (nv), del 21 de enero de 1966, en AGP, serie E.1.3, 244-3.
[104] Ibid.
[105] El 15 de febrero de 1964 se da ya como enviada (cfr. nota 14/64 en AGP, serie E.1.3, 243-4), es posible que se hubiera mandado ya el 20 de diciembre de 1963 (cfr. scg 305/63, en AGP, serie E.1.3, 255). Como ya se ha dicho, san Josemaría la colocó, además, como introducción a la nueva versión del Codex Iuris Peculiaris Societatis Sacerdotalis Sanctae Crucis et Operis Dei, del 24 de octubre de 1963 (cfr. Itinerario , p. 349).
[106] Nota 23/65 (nv), del 21 de enero de 1966, en AGP, serie E.1.3, 244-3.
[107] Acuse de recibo, en AGP, serie E.1.3, G 281-289.
[108] Nota 23/65 (nv), del 21 de enero de 1966, en AGP, serie E.1.3, 244-3.
[109] Aparece entre los documentos que había que destruir en septiembre de 1975 (cfr. nota 175/75, en AGP, serie E.1.3, 247).
[110] El 15 de febrero de 1964 se da ya como enviada (cfr. nota 14/64 en AGP, serie E.1.3, 243-4), es posible que se hubiera mandado ya el 20 de diciembre de 1963 (cfr. scg 305/63, en AGP, serie E.1.3, 255).
[111] En esa fecha se da ya como enviada (cfr. nota 45/64 del 6 de abril de 1964, en AGP, serie E.1.3, 243-4).
[112] Aparece entre los documentos que había que destruir en septiembre de 1975 (cfr. nota 175/75, en AGP, serie E.1.3, 247).
[113] Acuse de recibo, en AGP, serie E.1.3, G 281-289.
[114] Acuse de recibo, en AGP, serie E.1.3, G 281-289.
[115] En una anotación del 20 de enero de 1967 se lee: «El Padre dice que está preparada la Fortes in fide» (Diario del Consejo general, en AGP, serie M.2.2, 430-15).
[116] Acuse de recibo, en AGP, serie E.1.3, G 281-289.
[117] Como volumen XIII, acuse de recibo, en AGP, serie E.1.3, G 281-289.
II.
LA PRESENTE EDICIÓN
El principal objetivo de esta edición crítica ha sido presentar, en lo posible, el texto de la versión que su Autor quiso dejar como definitiva.
Como se ha dicho, san Josemaría revisó sus Cartas en varios momentos, después de que hubieran sido impresas, corrigiendo erratas y aportando pequeñas modificaciones[1]. Por varias razones, que explicaremos a continuación, esas enmiendas no se incorporaron en un único documento, sino en varios por separado. De ahí que haya sido necesario comparar meticulosamente las fuentes que se poseen y, en algunos casos, armonizarlas; en definitiva, fijar el texto donde era preciso, aunque advertimos que por lo general se trata de detalles pequeños.
Veamos ante todo, cuáles son esas fuentes, cómo han llegado a nosotros, y cuál ha sido el criterio para jerarquizarlas, en orden a obtener la lección mejor fundada en los documentos.
1. El manuscrito m (¿finales de 1965?)
A finales de 1965, san Josemaría envió a la imprenta de la sede central del Opus Dei las Cartas que estamos editando[2]. Conservamos los últimos manuscritos originales de las cuatro, que hemos llamado con la inicial m seguida del número que designa cada Carta. En esta edición nos referimos a manuscrito en su acepción de «texto original de una publicación»[3], es decir el borrador definitivo, aunque, como suceda en estos textos, el original esté mecanografiado con anotaciones autógrafas.
Los cuatro manuscritos tienen características similares. Están mecanografiados a doble espacio en cuartillas apaisadas, de 21,5 x 16 cm., que estuvieron grapadas en cuadernillos. El papel es de grueso gramaje, algo amarillento. La máquina de escribir parece la misma en m3 y m4, y distinta de la que se utilizó en m1 y m2.
En todos ellos hay correcciones autógrafas de san Josemaría, no muy numerosas y casi siempre en cuestiones de detalle, realizadas con diversas plumas estilográficas.
En esta fuente, las notas con referencias bíblicas y patrísticas aparecen al final del documento. No hay ladillos. El título —el íncipit latino— y la fecha elegida para cada Carta están puestas por el Autor en el encabezamiento de la primera hoja, excepto en la Carta n.º 1. El texto está numerado: cada guarismo suele comprender varios párrafos.
Sabemos que se trata del manuscrito original porque la gran mayoría de las correcciones autógrafas se incorporaron después en la primera edición impresa, de la que no ha quedado ningún ejemplar pero sí algunas hojas sueltas que se conservaron para corregir erratas.
Al cotejar estos manuscritos con las demás fuentes, de las que enseguida hablaremos, aparecieron algunas correcciones que no se habían llegado a incorporar a la primera edición impresa. Por lo tanto son posteriores al 23 de enero de 1966, fecha en la que consta su envío a las circunscripciones regionales.
Algunas de esas correcciones detectadas en los manuscritos tampoco se incorporaron en la segunda edición, que salió en octubre de 1967, en un solo tomo. Aparecen, en cambio, en la impresión de 1985, que se realizó para entregar los escritos de san Josemaría en su proceso de beatificación.
Por último, hay un tercer tipo de correcciones —pocas y muy de detalle— que no aparecen en ninguno de los textos impresos ya mencionados.