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Junto con esto, nuestro objetivo ha sido sopesar el grado en el cual la combinación entre las teorías de sistemas y la fundamentada puede generar conocimiento para el mundo social. Por ello se propone esta metodología alternativa. Esta aproximación implicaría perfilar la noción de “observación de sistemas fundamentada” y los productos generados, como proponen algunos autores (Gibson, Gregory & Robinson, 2005), podrían ser llamados entonces “metodología de sistemas fundamentada”. Nos gustaría sugerir ese nombre para la metodología que estamos proponiendo, ya que profundiza mucho más en la idea de sustentar elementos, relaciones entre elementos y conceptos por medio de información empírica.
La metodología de sistemas fundamentada, como aquí se sugiere, debiera sustentarse en una serie de premisas y directrices, las que detallamos a continuación:
a) En primer lugar, el análisis social cualitativo debe centrarse en develar la comunicación presente en la sociedad. La comunicación, como hecho social por excelencia y elemento mínimo de lo social, aleja el análisis sociológico de la acción y su tradición antropocéntrica, centrada en la persona (Luhmann, 1993). Ello, en cierta medida, es coincidente con el análisis realizado por la metodología cualitativa, pues por medio de la utilización de las técnicas nos interesa rescatar la semántica que se encuentra presente en la sociedad (Gutiérrez y Delgado, 1994) en cuanto dicha comunicación es tributaria de un nivel de emergencia distinta a la individual, creencia sociológica que lleva más de cien años (Durkheim, 2003).
Analizar la comunicación permite aislarla como fenómeno social y observar en ella otras distinciones; por ejemplo, su mecanismo especializado de transmisión, el lenguaje, dispositivo que permite hacer reflexiva la comunicación. Es con el lenguaje que la comunicación puede referirse a sí misma (Luhmann, 1993) y completarse como “cierre” comunicativo. Ello no siempre ha sido bien entendido, pues nuestras técnicas cualitativas habitualmente se despliegan en ambientes interaccionales y tendemos a personalizar la información. La misma idea tan arraigada en metodología cualitativa de “actor social” que tiene cabida en un “escenario”, confunde y personaliza el análisis. Muchos consejos y directrices pretenden justamente hacer tratable esta complejidad personal; por ejemplo, la misma idea de Rapport. El análisis debe hacerse sobre la comunicación que emerge por medio de la aplicación de las técnicas y ella debe ser entendida como distinta de las disposiciones personales que le dieron origen. Por ejemplo, cuando realizamos/analizamos historias de vida, nos interesan los casos particulares en cuanto ellos son el reflejo de la semántica que tiene cabida en la sociedad y no necesariamente en sus características estructurales. De ahí la importancia del muestreo teórico, tal como lo realizó Lewis en sus obras La cultura de la pobreza y Los hijos de Sánchez. Si la comunicación es selectividad coordinada (Luhmann, 1993), entonces la doble contingencia hay que entenderla como productora de emergencia social, no como la puesta en juego de significados intersubjetivos, y que puede ser rescatada por medio de técnicas cualitativas.
b) Si centramos nuestro análisis cualitativo en la comunicación, entendemos que ella es “generada” (Maturana, 1997) y co-construida entre un observador y un sistema observado (Rodríguez, 1992). Se entiende que no es una realidad externa “observada” o “levantada”; no es una cosa ni tampoco un dato que está allá afuera, lejos de la experiencia del observador como se ha propuesto desde la sociología clásica (Durkheim, 2003). En este sentido, nos atrevemos a proponer el reemplazo de la idea de dato empírico, que explicita una idea de realidad inmanente, externa al investigador, por el concepto de información, la que debe ser generada por medio de la utilización de las técnicas cualitativas. Para ello, seguimos a algunos autores (Maturana, 1997), que plantean el reemplazo de la idea de objetividad tradicional —entendida como un argumento explicativo que tiene por fin la obligatoriedad de aceptación de los enunciados—, por la de objetividad, que reúne las características antes descritas por nosotros; y la noción de realidad representada, por la noción construcción de conocimiento. En tal tránsito, se debe tratar la observación de distinciones presentes en la comunicación como fuente de análisis, ya que ellos son la expresión de los medios observacionales e interpretativos disponibles en el repertorio de la sociedad.
c) La metodología cualitativa genera conocimiento, estableciendo distinciones pertinentes sobre las comunicaciones que realizan los sistemas sociales parciales en la sociedad. La distinción es el trazo que marca una diferencia, la cual denota dos lados de un fenómeno (Spencer-Brown, 1979). No es posible conocer sin establecer una distinción, pues la distinción permite “crear diferencias”. Lo que hace la distinción es interrumpir un continuo entre lo que se observa y lo que permanece en el trasfondo: se refiere a algo que se indica (indication) y simultáneamente se distingue del resto (distinction). La operación de la observación siempre comprende los dos momentos de indicación y distinción, que aparecen conjuntamente: cuando se tiene una indicación se tiene siempre una distinción y viceversa. Tales reflexiones son consistentes con la idea de codificación abierta de la teoría fundamentada (Glaser y Strauss, 1967). La función de los códigos es justamente realizar una abstracción, altamente conceptual, del material objetivado —sea una transcripción o una imagen— que dispone el investigador. Por medio de los códigos se realiza un proceso de “síntesis” del material registrado, uniendo propiedades y dimensiones (Glaser, 1978). Este proceso no deja de ser creativo y altamente construido por el investigador.
Como lo sugiere la lógica del observador (Maturana, 1997; Rodríguez, 1992), no se pueden generar explicaciones sobre fenómenos sociales, si ellos son considerados en forma independiente de las operaciones mediante las cuales se generan. De este modo, la investigación cualitativa permite y hace posible el conocimiento mediante la observación y descripción de observaciones; es decir, haciendo distinciones e indicaciones cuyos resultados constituyen horizonte o piso para la emergencia de nuevas distinciones e indicaciones en forma recursiva (Spencer-Brown, 1979). Sabemos que una vez trazada la primera distinción, todas las distinciones siguientes tienen su base en ella; sin embargo, no puede ser traída a la sociedad sino en cuanto comunicación.
d) En cuarto lugar, si aceptamos la centralidad de la comunicación, entonces es objetivo de la metodología cualitativa buscar sus elementos comunes en los sistemas propios de la diferenciación vertical establecidos por la teoría de sistemas: interacción, organizaciones y sociedad (Luhmann, 1998). Ello supone evidenciar una serie de problemas, los que deberían ser salvados por nuestras técnicas. Por ejemplo, el acceso a los sistemas funcionalmente diferenciados de la sociedad no es directo. Sabemos sus problemas y su comunicación dominante, pero no sus características específicas. Asumimos que la tradición indica que nuestras técnicas se encuentran ancladas en sistemas interaccionales. En este sentido, las técnicas cualitativas, desde la perspectiva de una metodología de sistemas fundamentada, debería generar estrategias que permitieran encontrarse orientadas a relevar la comunicación dominante de los sistemas parciales de la sociedad, no sólo dando cuenta de sus códigos, sino también programas y operatorias específicas. Este trabajo se encuentra en fase de desarrollo por diversos autores, aunque reúnan otras perspectivas metodológicas (Mascareño, 2006).
Menos problemáticos resulta el acceso de las técnicas cualitativas a sistemas de menor complejidad, como organizaciones e interacciones. En el caso de las organizaciones, algunos autores han propuesto el desarrollo de estrategias cualitativas que sean capaces de dar cuenta de la recursividad de las decisiones y sus premisas latentes (Rodríguez, 1992). Ello obliga a abordar en forma adecuada el problema de la formalidad/informalidad organizacional. La formalidad se representa en el ámbito decisional como lo previsto que ocurra, lo formal, lo que debe suceder. Asociado a su estructura, procesos y procedimientos. Lo informal recae en lo no previsto, no decidido y esperado; es decir, contingente (motivaciones específicas, satisfacción, liderazgo, identificación y compromiso, etcétera). Las técnicas cualitativas aparecen como adecuadas para dar cuenta de las comunicaciones de decisiones y expectativas condensadas.
En el caso de las interacciones, se debe reconocer la ventaja evidente que poseen nuestras técnicas cualitativas al desplegarse en estos ambientes, lo que no implica necesariamente que no puedan capturar información de otras complejidades sistémicas. Con tal afirmación contradecimos las propuestas desarrolladas por otros autores, quienes ven en las técnicas cualitativas una limitante estructural para dar cuenta de su complejidad (Mascareño, 2006). Nuestra propuesta es entender que cuando realizamos investigación cualitativa, nos encontramos desplegando técnicas que nos permitan generar información en la sociedad que no requiera necesariamente copresencia, aunque la suponga. Los medios técnicos de registro y el despliegue de instrumental virtual comienzan a dar luces de que estos procesos de indagación son posibles de realizar por medio de nuestras técnicas.
e) En quinto lugar, quisiéramos relevar la importancia de la utilización de técnicas grupales. Si seguimos los postulados del punto b) y d), las técnicas cualitativas debieran ser reconceptualizadas para dar cuenta de la complejidad de la sociedad moderna. Los instrumentos deben focalizarse en una observación que apunte a desentrañar las formas del ver y del leer cotidiano —de acuerdo a las operaciones en las cuales basan sus observaciones; es decir, quedar desplegadas en la búsqueda de la semántica comunicacional. Desde nuestra perspectiva, este es el caso de las técnicas grupales que aparecen como más apropiadas para capturar tal semántica —focus groups o grupos de discusión. La particularidad de los grupos como forma de análisis sociológico es de por sí interesante, sobre todo en el caso de los grupos de discusión, si él es entendido desde la distinción de la autopoiesis del sistema de comunicación y de la inclusión del observador en el sistema observado; es decir, la re-entry del investigador y de la contextura que produce su observación de segundo orden (Ibáñez, 1979). Esto es claramente un paso más allá de la clásica pregunta si se puede estudiar la sociedad desde fuera de la sociedad.
Sin embargo, desde la perspectiva aquí expuesta, hay que abandonar casi todo lo que dice Ibáñez sobre su constitución como sistema, anclado en la interacción y en el lenguaje, y su fundamento socioanalítico y estructural. Ello, de suyo, implica en términos prácticos olvidarse de Ibáñez y refundar la técnica, lo cual no necesariamente es una mala idea. No obstante lo anterior, técnicas grupales como los focus groups y los grupos de discusión, utilizados con los recaudos teóricos y metodológicos aquí expuestos, privilegian el conocimiento de los fenómenos desde el punto de vista de la comunicación emergente, de acuerdo a sus categorías y distinciones significativas, validadas por la misma comunicación, lo que se encuentra en estrecha relación con el constructivismo y los preceptos de la autopoiesis.
Entendemos que las técnicas grupales desarrollan en sí mismas un tipo de comunicación en la sociedad que reúne una serie de atributos que las hacen ser preferidas por la metodología de sistemas fundamentada. Por ejemplo, privilegiando los procesos de autoconformación del grupo —al desincentivar su preexistencia y negar su característica de grupo natural—, dan cuenta de su autorreferencia comunicativa —toda comunicación relevada es comunicación del grupo—, observando su clausura operativa —toda comunicación que emerge es comunicación en el grupo— y de su determinismo estructural —no pueden existir elementos y relaciones que no sean los elaborados y propuestos por el propio grupo.
Igualmente decimos que las técnicas grupales permiten el rescate de comunicación en la sociedad para contraponerla a la idea de que estas técnicas pueden ser un reflejo de la comunicación de la sociedad. Según han propuesto algunos autores (Mascareño, 2006), entendemos que los grupos de discusión y focus groups no tienen la capacidad como para reproducir punto a punto la comunicación de la sociedad, como el muestreo estructural pretende resolverlo. En este sentido, no concordamos con aquellos que plantean que los grupos de discusión tienen la capacidad de representar estructuralmente hablas presentes en la sociedad (Ibáñez, 1979), pero tampoco aceptamos la idea de que lo social puede ser descrito en forma transparente, sin interferencia del observador (Maturana, 1997).
f) Si la comunicación de los sistemas es el referente de la metodología cualitativa propuesta en este texto, entonces surge como un elemento importante la pregunta por el sentido. El sentido es el medio que permite la creación selectiva de todas las formas sociales. Tiene una forma específica, cuyos dos lados son realidad y posibilidad, o también actualidad y potencialidad. De este modo, es la premisa para la elaboración de toda experiencia: se presenta como un excedente de referencias de un dato experimentado a ulteriores posibilidades de experimentar. Es la forma que ordena el experimentar determinando la referencia a ulteriores posibilidades: presentación simultánea de real (actual) y posible (potencial). Como dice Luhmann, en el caso de la comunicación, el sentido ofrece posibilidades de conexión que permitirán al sistema producirse y reproducirse (Luhmann, 1998). El sentido ofrece una cierta disponibilidad de posibilidades de actualización y dentro de ellas, también la posibilidad de la negación. En cuanto el sentido se constituye sólo en sistemas sociales, el experimentar y actuar del sentido son determinados en operaciones de observación de un sistema social (comunicación). El sentido da forma a la operación de los sistemas sociales e igualmente permite distinguir los límites de un sistema que lo constituye respecto a su entorno, por lo que se habla de los límites de sentido. Se trata de ayudas selectivas y no de límites espaciales o territoriales. Los límites del sentido demarcan el ámbito de posibilidades al interior de un sistema, por lo que vuelven observable tal sistema como contexto selectivo que produce sólo las propias operaciones, distinguiendo un desnivel de complejidad entre sí y su entorno.
Para la metodología cualitativa, el sentido es un orden emergente. El método y las técnicas cualitativas, de esta forma, son puestos en tensión para capturar el sentido de la comunicación en sistemas sociales; es decir, el dispositivo que permite la emergencia de los sistemas y constituye sus límites comunicativos.
2.4. Reflexiones para el uso de una metodología de sistemas fundamentada
Bajo los principios de una metodología de sistemas fundamentada, se argumenta que la realidad social no puede ser entendida como algo externo al observador que la describe (Maturana, 1997), como lo indican las orientaciones positivistas y pospositivistas (Denzin y Lincoln, 1998). De esta manera, se entiende que los fenómenos sociales pasan a ser comprendidos como co-construcciones, producidos en ambientes que privilegian comunicaciones dinámicas y activas.
En cuanto la sociedad se clausura mediante la comunicación, mecanismo que no es atribuible a aspectos externos, sino que constituye la operación misma que el sistema social produce y reproduce, correspondiendo a la distinción entre información, participación y comprensión —es decir, transformando las diferencias en diferencias (Luhmann, 1998)—, es necesario establecer algunas directrices e indicaciones a fin de utilizar en forma adecuada una metodología de sistemas fundamentada:
a) Sin lugar a dudas, la investigación cualitativa es tremendamente creativa e interpretativa. Nuestros investigadores ya no vuelven del campo con innumerables datos recolectados en material empírico, para ser analizados en las universidades y centros de estudio. Comienza a asumirse que el proceso de generación de conocimiento cualitativo tiene mucho de interpretación y de co-construcción, lo que obliga al investigador a realizar un continuo tránsito que va desde sus notas y técnicas a la escritura de sus interpretaciones y viceversa, tantas veces como sea posible. Este proceso descriptivo incluye la escritura de un “texto” que intenta ajustarse al proceso experiencial de investigación vivido y aprendido, pero que no necesariamente refleja la dinámica social “tal cual es”.
b) Exponer las comunicaciones co-construidas y registradas por medio de las técnicas cualitativas a la mirada de múltiples observadores. Ello se consigue estableciendo instancias adecuadas que permitan generar ambientes donde observadores, observaciones y medios de observación sean rescatados en procesos comunicativos que privilegian el reconocimiento de lo social desde el punto de vista de sus miembros, por medio del relevamiento de sus categorías y distinciones significativas, validadas por ellos mismos. Ello no implica desconocer el determinismo estructural propio de todo sistema, sino que releva el punto de vista desde el cual se realizan las observaciones.
c) Generar descripciones plausibles de distinciones y esquemas de distinciones atribuibles a la comunicación co-construida. Para el caso de la indagación social cualitativa, es importante tener presente que ella misma debe encontrarse orientada a rescatar el sentido de la comunicación. Este proceso se encuentra unido al relevamiento de las explicaciones que los propios actores sociales realizan de sus categorías de análisis, las cuales les permiten ordenar el mundo social circundante. Debemos reconocer que ninguna observación agota todas las posibilidades de distinción. Siempre se trata de una perspectiva. Con ello, rescatamos la comunicación explícita, dejando de lado estructuras latentes. La observación puede someterse ella misma a la observación, con el objeto de develar sus puntos ciegos, las distinciones no distinguidas. En este sentido, se requiere la utilización de técnicas cualitativas que fomenten la observación de estos puntos ciegos, no distinguidos ni previstos.
d) Movilizar las capacidades de observación y multiplicar los planos a ser tomados en cuenta aumentando la complejidad. Para lograr esta situación, se privilegiará, por ejemplo, la utilización de técnicas cualitativas que sometan juicios, análisis y observaciones a la observación de los descritos. Talleres que expliciten las orientaciones investigativas, fomento de la participación de los observadores en los resultados de las indagaciones, informantes calificados que participan en los estudios, etcétera, son algunas de las alternativas que pueden ayudar a ampliar la variedad de la observación, disminuyendo la incongruencia y acercando las observaciones realizadas.
e) No renunciar a la posibilidad de esquematizar lo social. Avanzar hacia la utilización de una metodología de sistemas fundamentada supone necesariamente entender que lo social puede ser suficientemente capturado como para realizar esquemas de análisis que sean puestos a consideración de los sistemas observados, a fin de garantizar su poder descriptivo. Tanto la teoría de sistemas (Luhmann, 1998) como la teoría fundamentada (Glaser, 1978) sostienen la necesidad de utilizar conceptos y categorías de alto valor explicativo, que permita avanzar en la representación esquemática de lo social.
Es posible construir un cuadro que resuma los postulados establecidos por las propuestas constructivistas y sus interrelaciones entre teoría fundamentada y teoría de sistemas sociales.
Ontología Los fenómenos sociales son construcciones (sociales), que operan en consecuencia. Su constatación exige el involucramiento activo del investigador, quien debe desarrollar estrategias e instrumentos apropiados para distinguirla. Epistemología Monista, basada en la lógica de las distinciones observador/observación. No puede darse uno sin el otro. No se requiere la existencia de una objetividad o subjetividad implícita, sino perspectivismo. Metodología Elaboración de técnicas y procedimientos especializados —coconstrucción. Técnicas de recogida de información asociada a grupos. Técnicas de interpretación vinculantes con la teoría fundamentada.CONTROL DE APRENDIZAJE
• Releve la importancia que para la investigación cualitativa podría significar el lograr una interconexión entre la teoría de sistemas sociales autopoiéticos y la teoría fundamentada.
• Indique y explique cuatro puntos de encuentro entre la teoría de sistemas y la teoría fundamentada.
• Señale las ventajas que presenta la metodología de sistemas fundamentada planteada en el capítulo.
• ¿Qué tipo de técnicas podrían ser utilizadas en mejor forma para el desarrollo de una teoría de sistemas fundamentada?
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