Este libro constituye un aporte significativo al campo del pensamiento ambiental y la ecología política. Con un estilo ameno y un hilo argumentativo original, coherente, claro y profundo, el texto aborda la dimensión afectiva, sensible, sintiente y estética propia de la crisis ambiental contemporánea, así como las relaciones que requerimos tejer para reorganizar los afectos en sintonía con los ciclos vitales del planeta.
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La afectividad ambiental propuesta por los autores, es una invitación a cultivar la sensibilidad en forma común, a enseñarnos a ser tocados por la emoción de otros cuerpos, a recobrar la confianza en nuestros sentidos a través del contacto con los diversos modos de vida, a llenar el lenguaje de tierra, y a despertar nuestra percep-ción sensible anestesiada por los reduccionismos ontológicos, las ecologías de la crueldad y el régimen afectivo del mercado.
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Este ensayo es un manifiesto sobre el lugar político de la producción del sentir, una consigna ética acerca de la urgencia de recuperar los saberes ambientales de los pueblos, y un faro epistémico que nos estimula a comprender de otro modo nuestro estar en el cosmos en medio de esta guerra civilizatoria contra la vida.



