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Existen lazos, sin embargo, entre el capítulo y la ciudad. Algunos canónigos pueden ser consejeros-tribunales, como lo hemos visto con Santiago Thuret, quien entra al consejo en el mes de diciembre de 1667. El año siguiente, el 17 de marzo de 1668, Juan Bautista recibe las órdenes menores en la capilla del arzobispado, de manos del obispo de Soissons, Carlos de


Después de su toma de posesión, el estudiante en la clase de Filosofía participa en las ceremonias y en la liturgia del capítulo. Así, el domingo de la Quasimodo de 1668 él canta el Te Deum, que celebra la conquista de La Franche-Comté, ante varios miembros de su familia y de su parentela, comenzando por su padre; el consejo de la ciudad y el tribunal participan en la ceremonia (Poutet, 1992, p. 18). La Paz de Aquisgrán le da la ocasión de celebrar su segundo Te Deum, dos meses más tarde, a inicios de junio. En esta fecha la peste ya se ha declarado en la ciudad. El 24 de septiembre comienzan las procesiones del relicario de San Remí, llevado de iglesia en iglesia por algunos canónigos, entre ellos

El sacerdocio
Cuando regresa de manera definitiva de París a Reims, a finales del mes de abril de 1672, Juan Bautista, aunque canónigo, es solo un clérigo tonsurado y con las órdenes menores. Según Maillefer (1966), durante su primer año en San Sulpicio él se había preparado para recibir la primera de las órdenes mayores, el subdiaconado, y tenía la intención «de comprometerse en las órdenes sagradas»; pero antes de hacerlo habría consultado al canónigo Nicolás Roland y se habría decidido bajo la orden de este último: «él le dijo que no postergara más la recepción de las órdenes» (CL 6, ms. 1723 y 1740, pp. 22-23). En el curso de mayo de 1672 Juan Bautista toma la decisión. Por falta de conocimiento de los entresijos de sus reflexiones y del contenido de sus intercambios con Nicolás Roland, se debe solo proceder a esta simple constatación: recibiendo de modo sucesivo las órdenes que lo llevaron al sacerdocio, Juan Bautista de La Salle se pone primero en condiciones para ejercer la plenitud de su canonjía. Él no se desvía de la ruta trazada cuando se fue a París. Seguramente su duda tuvo que ver con una cuestión de calendario y no con su vocación: ¿debía esperar el fin de sus estudios de teología para devenir presbítero o, por el contrario, comenzar por esta primera etapa? La muerte de

Pasa un poco más de un mes antes de que Juan Bautista reciba el subdiaconado en Cambrai, el sábado 4 de junio43, la víspera de Pentecostés, de manos del

Debido a que el Concilio de Trento no había prescrito sino un año mínimo de intervalo entre los grados, Juan Bautista espera cuatro años más antes de recibir la ordenación diaconal. Como para sus estudios de teología, él parece no manifestar ninguna prisa. Pero la recibe en circunstancias bastante particulares, elucidadas gracias a los trabajos de L. M. Aroz.

[…] que al comprometerse en el estado eclesiástico, no debía buscar un reposo funesto a la sombra de su canonjía, y que un eclesiástico debía servir a la Iglesia en lo que ella tiene de más duro. Lo que le hizo nacer el deseo de tomar un beneficio con obligación de las almas, y se persuadió desde entonces que Dios lo llamaba a eso. (CL 6, ms. 1723 y 1740, pp. 22, 24, 25)
Así, el director espiritual de Juan Bautista es quien está en el origen de una operación de permutación de beneficio muy compleja, sin duda, y no muy transparente para poder triunfar. Andrés


La operación fracasa por varias razones. Primero, cuando Andrés


los parientes del señor de La Salle, interesados en lo que le concernía y alarmados de su resolución, después de haber admirado su gran virtud, consideraron un deber impedirle los efectos de su decisión; y lo lograron trabajando a escondidas, junto a monseñor el arzobispo, para hacer fracasar las medidas que el maestro espiritual y el discípulo habían tomado juntos. (Blain, 1733, t. I, p. 136)
Cuando se presenta ante su arzobispo, Juan Bautista recibe un neto y definitivo rechazo. Sin duda las gestiones de la familia encontraron un oído favorable en un prelado imbuido de su rango y apegado al mantenimiento de las jerarquías. Sin duda, igualmente, este obispo bastante galicano casi no apreció ver su autoridad obviada por un procedimiento en la curia de Roma. Juan Bautista regresa a Reims confirmado, a pesar suyo, en su canonjía.
El episodio es interesante en más de un sentido. Primero, parece que el


Él franquea la última etapa en 1678. El 9 de abril, víspera de Pascua, dos meses después de haber obtenido su licencia en Teología, monseñor Le Tellier lo ordena presbítero en la capilla del arzobispado en Reims. Hubiera podido ser mucho antes si él no hubiera dejado tal intersticio entre el subdiaconado y el diaconado. Hay dudas sobre cómo leer ese último episodio de camino hacia el sacerdocio. Por un lado, la cronología parece mostrar que esos retrasos no revelan tanto una duda sobre su vocación, sino una opción deliberada y una alta exigencia: para Juan Bautista el sacerdocio debe estar apoyado sobre un saber teológico. Por otro lado, es igualmente posible que para esta fecha el episodio de San Pedro el Viejo no sea más, a sus ojos, que un accidente del camino. Dadas las circunstancias, en ese comienzo del mes de abril de 1678 él está sobre la ruta para comenzar la carrera que su familia probablemente soñaba para él.
La tutela de los hermanos
El 8 de abril de 1672, la víspera de su muerte,





Desde los primeros días que siguen a su retorno a Reims, Juan Bautista se consagra a la tarea. El 23 de abril se decide que su hermana María se establecerá donde la abuela Perrette Lespagnol, junto con el más pequeño de los hermanos,




Durante cuatro años él asegura con cuidado la conducción de la casa, como lo testifican las cuentas de tutela que nos llegaron45. Al mismo tiempo, él prosigue sus estudios de teología y asume los deberes vinculados con su prebenda canonical. Se pueden tener algunas dudas sobre su asiduidad absoluta al capítulo hasta su regreso de Cambrai, a comienzos de junio de 1672: el arreglo de la sucesión y la preparación de su propia ordenación al subdiaconado probablemente lo acapararon hasta ese momento. Con sus tíos tiene que poner en marcha una estrategia para que el oficio de consejero, dejado vacante por su padre, se transmita a la familia. La dificultad para hacer frente al conjunto de tareas lo conduce a suspender sus estudios —como lo vimos— durante todo el año universitario 1672-1673, consagrado al cuidado de sus hermanos y hermanas; sus funciones en la catedral no se interrumpen. Cuando se trata de preparar con seriedad las sustentaciones de la licencia, le parece indispensable desprenderse de una parte de sus responsabilidades. «Reconociendo que él no podía responder por sus estudios y funciones en la Iglesia», los dieciséis parientes reunidos el 9 de junio de 1676 lo descargan de la tutela de sus hermanos y hermanas menores, asignada a su tío

Así, a finales de 1670, Juan Bautista camina con convicción sobre una vía completamente trazada. Cumplirá su misión sacerdotal, tanto más que su prestigiosa prebenda puede procurarle muchas facilidades. No cabe duda de que él será apoyado por la red de las familias devotas de la cual salió y que están bien instaladas en las instituciones civiles y religiosas de la ciudad. Su seriedad para cumplir todos sus deberes y su constancia a pesar de las vicisitudes de la vida dan testimonio a su favor y autorizan las más bellas esperanzas en el seno de la Iglesia galicana.

24 Véase el plano de implantación de las casas infectadas por la peste de 1635 en Benoît (1999, pp. 97, 98, 100).
25 Literalmente sería Henri el Caricortado. Balafrer significa acuchillar, herir con una cortada, en especial en la cara (nota del traductor [N. del T.]).
26 Véase el árbol genealógico levantado por L.M. Aroz (1982, CL 42, p. 176). Es apenas útil evocar aquí un mito definitivamente descalificado sobre los orígenes mucho más antiguos y prestigiosos de la familia de La Salle. Él se remonta a las afirmaciones de los dos últimos autores que pudieron tener acceso a los archivos familiares: cierto Juan Bautista de La Salle, nacido a Rochemure (Cantal) en 1723, vicario general de la diócesis de Vienne al final de su vida (1787), y uno de sus primos, de la rama de los perigourdinés,


27 BnF, Dossiers bleus, n.° 15711; Poutet (1970, t. I, p. 23, n.º 3).
28 Esto según Jadart (1896).
29 Entre 1550 y 1554 (Aroz, 1982, CL 42, p. 176).
30 Coutre (traducido aquí por ecónomo [N. del T.]): función eclesiástica transformada de modo progresivo en oficio de los laicos, que consistía en la guardia de la iglesia y de su tesoro.
31 Este párrafo y los siguientes se inspiran principalmente en Poutet (1970, t. I, pp. 37-55).
32 Este párrafo se inspira en L. M. Aroz (1966a, CL 26; 1966b, CL 27).
33 Seguimos a Gallego (1986, p. 81, n.º 112) en lugar de Aroz, quien duda sobre la fecha y oscila entre febrero de 1672 (La Salle, 1967a, CL 28, p. 57; Aroz, 1982, CL 42, p. 189) y mayo de 1672 (Aroz, 1979, CL 41.2, p. 118). El 6 de agosto de 1672 Juan Bautista paga al monasterio por adelantado la pensión de medio año que se vence el 12 de noviembre. La cuenta (La Salle, 1967b, CL 29, f.o 61v) indica que es

34 Bernardo (1965): «su abuelo, hombre muy piadoso, que se había hecho una obligación recitarlo, le había enseñado la manera de hacerlo, antes incluso que él hubiera recibido la tonsura» (CL 4, p. 12).
35 Bernardo (1965): «cuando sus padres se habían reunido para tomar alguna recreación» (CL 4, p. 12).
36 Véase

37 Poutet (1970, t. I, n.º 3, pp. 356-357) estima que, si él llega a Reims el 23 de abril, manifiesta muy poca premura en encontrarse con los suyos y se interroga sobre el empleo del tiempo de esas jornadas.
38 Obispo in partibus de Aulone, auxiliar de Félix Vialart de Herse, quien hacía entonces una gira de visitas pastorales (Broutin, 1956, t. I, pp. 219-220).
39 Sesión XXIII, canon IV (Alberigo, 1994, t. II, p. 1517).
40 Sesión XXIII, canon VI (Alberigo, 1994, t. II, p. 1519).
41 Véase el Periódico de Coquault citado en Poutet (1970, t. I, p. 133).
42 Una nota marginal de J. Guibert sobre el manuscrito de Bernardo precisa que las cartas de ordenación (desaparecidas después de los archivos diocesanos de París donde él las había visto) de Juan Bautista dicen expresamente que él recibió las órdenes menores en la capilla del Palacio Episcopal de Reims de manos de monseñor De Bourlon.
43 Y. Poutet da la fecha del 2 de junio.
44 Aroz (1966a, CL 26, doc. 19, pp. 245-259): «permutación de la prebenda canonical».
45 Véanse los CL del 28 al 31 (La Salle, 1967a, 1967b, 1967c, 1967d).
II
Las conversiones de Juan Bautista de La Salle
Antes de acoger en su casa a

antes, yo no había, en absoluto, pensado en ello; si bien, no es que nadie me hubiera propuesto el proyecto. Algunos amigos del señor Roland habían intentado sugerírmelo, pero la idea no arraigó en mi espíritu y jamás hubiera pensado en realizarla. (Blain, 1733, t. I, p. 169)
Él no ignoraba, entonces, la actualidad de esta cuestión en los medios devotos, preocupados por la expansión de la miseria y por sus consecuencias sociales y religiosas. Sensibilizado frente a la cuestión de la pobreza por el espectáculo de las calles de Reims durante su infancia, y también probablemente por los comentarios sobre el tema en su propia casa familiar, recogió, sin duda, otros ecos de esos debates con ocasión de su estadía en el Seminario de San Sulpicio a comienzos de los años 1670. Antes de morir, su director de conciencia,
