Estas páginas intentan «rescatar» algunas palabras básicas del cristianismo -y sus correspondientes contenidos- indebidamente apropiadas por el poder religioso -el aparato institucional-, así como por una determinada teología, catequesis y predicación… Palabras y contenidos que han terminado desvirtuados con respecto a la intuición original y, lo que es más grave, han extraviado, atenazado o perjudicado a no pocas personas de buena fe que han tomado como «verdad divina» lo que solo era un «mapa humano», con frecuencia pervertido o al menos «interesado».
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Se trata de una aproximación a estas palabras fundamentales de la teología cristiana desde una perspectiva no-dual-, que, sin negar las diferencias, reconoce la «no separación» de todo, por lo que permite intuir más adecuadamente el misterio de todo lo que es y dar razón de lo real con infinito mayor rigor. No existe nada separado de nada. Es solo nuestra mente, debido tanto a sus límites como a su inherente naturaleza dual, la que percibe únicamente separación, confundiendo y tomando como «realidad» lo que solo es una expresión «aparente» de la misma.
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Si una botella detectara el espacio que hay en su interior, estaría tentada de pensar que eso constituye su identidad individual, cuando la realidad es que se trata del mismo y único espacio que ocupa todo lo real.