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-Una simple línea horizontal significa Yang, lo masculino, el hombre, la luz, la punta de las montañas.
-La misma línea trunca, es decir, una línea horizontal que se convierte en dos líneas o en una línea discontinua, significa Yin, lo femenino, la mujer, la sombra, los valles y las vegas entre montañas.

Y a partir de aquí se crea todo un lenguaje, primero en bigramas o dos líneas horizontales, una sobre otra, que indican nuevos significados escritos.
Después, los trigramas con los que se definen a los baguas:

Y más tarde los trigramas y los hexagramas bajo un radical ideográfico que componen el chino mandarín escrito.
En otras palabras, el lenguaje escrito del Feng Shui sería anterior al chino mandarín, y por tanto precursor de las más de ochenta lenguas orientales escritas, entre ellas el japonés y el coreano, abriendo así las puertas a la acumulación de conocimientos de manera escrita, lo que permite tanto su expansión como su recopilación.
La magia de la escritura, y el mismo conocimiento de su significado, se mantuvo en secreto durante mucho tiempo, porque las élites siempre han considerado, quizá erróneamente, que el conocimiento es poder, y no han querido compartirlo.
La información es poder, ciertamente, y sobre todo en el mundo de los negocios, donde las oportunidades a menudo son escasas, y que todo el mundo las conozca puede reducirlas más aún.
La información privilegiada que guardaban los trigramas poco a poco fue perdiendo su cualidad de secreto, y lo que antes estaba reservado solo para los poderosos se fue democratizando y hasta vulgarizando. Ya no eran sabios y letrados monjes los que entendían su contenido, sino santones, magos, brujas, casamenteros y hasta simples diletantes y charlatanes que aprovechaban la ignorancia ajena, tal como sucede hoy en día, solo que eso sucedió en la China, con libros como el I Ching (o I King), datado en el 1400 antes de nuestra era, que ya daba las claves de la fama y la fortuna a través de los dobles trigramas o hexagramas.

Hexagramas del I Ching.
Iniciando con un doble Qian (el orden y la administración), y cerrando con un Khan-Li (el señor y el pueblo), el I Ching desvelaba los secretos del Feng Shui para todos aquellos que quisieran saberlos.
Cada trigrama tiene varios significados, como en cualquier otro idioma donde las palabras son polisémicas, y su interpretación depende tanto del lector como del contexto donde se apliquen.
Khan es el señor, pero también es el general o el gobernante.
Qian es la señora, pero también es el orden y la administración.
Gen es el consejero, pero también es el solterón o el ermitaño.
Chen es la fortuna, pero también es el amanecer y la primavera.
Dui es el monje, pero también es el viajero o el estudiante.
Kun es la hermana mayor, pero también es la viuda o la madre soltera.
Xun es la hermana menor, pero también es la guerrera o la empresaria.
Li es la cocinera, pero también es el pueblo o la cuarta y preferida esposa.
El orden del universo en la tierra
Los 4 Puntos Cardinales y el Qi
Buena parte de las astrologías y protoastronomías de todas las culturas que han observado los cielos a lo largo del tiempo, han intentado encontrar un correlación entre los cuerpos celestes y lo que ocurre en la Tierra.
La observación del cielo en el Norte del planeta es diferente a la del Sur, pero este dato tan simple y sencillo no fue comprendido durante milenios, y los observadores pensaban que el cielo y sus estrellas eran iguales para todos.
En el Norte no se ve la Estrella del Sur y en el Sur no se ve la Estrella Polar.
La visión de los cielos Aimara, en el Sur de América, es bien distinta a la visión del cielo en China, y si bien China y todo el Norte del planeta comparten la misma visión celestial, la aparente salida y puesta del Sol es percibida de distinta manera, dando lugar al Este, o Levante del Sol, y al Oeste o Poniente del Sol.
Por supuesto, esta capacidad de establecer los puntos cardinales de la Tierra conlleva la concepción de la redondez del planeta, o al menos de su movimiento y del movimiento de los cuerpos celestes.
Mayas, chinos e hindúes, en primer lugar, llegaron a conclusiones parecidas en diferentes épocas y desde diferentes observatorios. El cielo y el planeta se mueven con un orden cíclico que se puede calcular y comparar: cuando el planeta rojo se eleva y la estación se vuelve más caliente, la gente se vuelve más violenta; cuando la estrella del amanecer y el atardecer es acompañada por la primavera y el verano, la gente se vuelve más amable y amorosa, y las siembras y las cosechas son más prósperas y abundantes; cuando el pequeño planeta gris, el que acompaña siempre al Sol, se eleva durante los cambios de estaciones, la gente está más alegre, comunicativa, sana y dispuesta a intercambiar bienes.
Las observaciones se repiten, y, si se repiten, es posible y viable hacer vaticinios más o menos exactos.
El Sur es cálido y productivo.
El Norte es frío y acumulativo.
En el Sur, por tanto, no suele ahorrarse ni prevenir las malas épocas, lo que a veces provoca carencia después de la abundancia, incluso hambrunas y pobreza.
En el Norte se ahorra y se acumula, lo que con el tiempo asegura abundancia y riqueza a pesar de las inclemencias del tiempo.
El Sur es alegre, pero es pobre.
El Norte es menos alegre, pero es rico.
El Sur se llena de gente que obedece.
El Norte tiene poca gente, pero es la gente que manda.
En el Norte está, por tanto, el poder.
En el Sur, a su vez, se encuentra la masa.
En el Sur hay calor y luz.
En el Norte hay frío y oscuridad.
En el Sur las puertas del cielo se abren y hay agua en abundancia.
En el Norte las puertas del cielo se cierran y hay tierra en abundancia.

Los cuatro puntos cardinales antes del cielo.
Para la Escuela de Feng Shui Antes del Cielo, el Norte está abajo y el Sur está arriba, el Este a mano izquierda y el Oeste a mano derecha, un estilo copiado por los ingleses en la época de las conquistas, y que es contrario a la visión que tenemos en los mapas, como el de Mercator, donde el Norte está arriba, el Sur Abajo, el Este a la derecha y el Oeste a la izquierda.
Hoy sabemos que en el espacio en el que se encuentra nuestro planeta no hay arriba ni abajo, ni izquierda ni derecha, porque de hecho no sabemos dónde estamos ni si caemos o nos elevamos en el espacio, por más que los científicos quieran convencernos de cierta estabilidad gracias a cosas como la materia y la energía oscura (porque no las ven, pero las inventan), lo mismo que los antiguos astrólogos y astrónomos que le llamaban simplemente orden universal.
Cuando salió la primera versión de este libro, a finales del pasado siglo XX, aún no había telescopio alguno que nos dijera cómo era el cielo del Sur, porque hasta el 2014 no entró en funcionamiento el Observatorio de Atacama; y de hecho aún no sabemos cómo es el cielo observado desde la Antártida, es decir, no sabemos qué hay debajo de la Tierra: Atas cargando al mundo, una Tortuga Milenaria, como proponían mayas y chinos, o un elefante sagrado, como imaginaban en la India. Simple y llanamente no lo sabemos, aunque quizá los grandes gobiernos del Norte, que desde hace setenta años tienen bases en la Antártida, sí lo sepan.

Norte, siempre visible.
Sur, parcialmente visible.
Por supuesto, para el Feng Shui la Tierra flota sobre las oscuras Aguas Eternas, como una continuidad de las abundantes aguas terrestres del océano Pacífico y los mares del Sur.
En el Sur hay mucho, pero se aprovecha poco.
En el Norte hay poco pero se aprovecha mucho y, cuando hace falta, se echa mano a los recursos del Sur, como ha venido sucediendo desde hace dos mil años por lo menos.
Como en el Norte están el poder y la riqueza, durante siglos muchas construcciones en China se edificaban siguiendo el esquema de la Estrella Polar y la Osa Menor, o Escuela de las Nueve Estrellas:

Con una larga entrada rodeada de árboles, jardines y flores, y una casa grande, alta y bien resguardada, con abundante agua en el Sur y tierra firme en el Norte, bien protegida de los vientos fríos del Oeste y de las cálidas e hirientes luces del Este:

No toda la población podía tener casas de este estilo, solo los grandes señores podían darse el lujo de establecer su residencia en el lugar y en la forma ideal siguiendo el esquema de las estrellas para que todo estuviera en orden, riqueza y armonía, prometiendo paz, salud y larga vida.
En el Este está el nacimiento y la vida.
En el Oeste lo nuevo, lo espiritual y la prosperidad.
Sin embargo, del Este pueden venir incendios, sequías, inundaciones, grandes olas y calamidades de todos los tipos.
Y del Oeste pueden llegar enemigos, ladrones, guerras, demonios, terremotos y destrucción.
Hay que dejar que entre la luz del Este, pero no permitir que queme o caliente demasiado el ambiente.
Hay que dejar que el viento del Oeste limpie y oree la casa, pero no hay que permitir que su aliento frío traiga enfermedades y desdicha.
Por tanto, tanto el Este como el Oeste hay que controlarlos, llenar de naturaleza el Este, y rezar hacia el Oeste.
El Qi
El Feng Shui en sus inicios solo cuenta con cuatro puertas, la de los puntos cardinales, y un centro, o Qi, fuente de energía de los principios básicos del Yin y del Yang.

El Qi, centro energético del todo.
El Qi, por tanto, es tan importante como el resto de las orientaciones, ya que es el centro neurálgico del hogar y, por supuesto, de todo negocio.
Para los chinos, el negocio y el hogar guardan una firme y total correspondencia, donde los hombres y las mujeres trabajan codo con codo, tanto en la siembra como en la cosecha, en la cocina como en el cuidado del hogar, a pesar de las diferencias de género, porque tanto el hogar como el negocio tienen que ser productivos y generar bienestar para toda la familia.
La jerarquía parte del Qi de una forma transversal donde todos sus ocupantes tienen una función en favor de la comunidad, y si bien se pide una obediencia total de los hijos hacia los padres, y de los padres hacia los abuelos o hacia los ancestros, esta no es abusiva ni tiránica, sino una forma moral de relación que parte del Qi y se expande por el hogar, el negocio y el mundo entero.
Es por ello que escoger el lugar de erigir la casa o poner un negocio es de capital importancia, ya que la misma Tierra tiene sus centros de energía, y poner una casa o un negocio sin centro de energía es lanzarse al vacío y programar la propia ruina.
Todo cuerpo tiene un Qi, que es tan físico y palpable como espiritual.
Todo ser tiene su propio Qi. Los seres humanos suelen tener el Qi en el centro exacto del cuerpo que, dependiendo de la anatomía de cada quien, guarda un lugar: para algunos en el ombligo, para otros sobre el tejido linfático (hígado, bazo, riñones, páncreas), y para otros sobre las lumbares o incluso en el pubis, un poco por encima de los órganos sexuales.
Desde ese punto el Qi irradia su energía por todo el cuerpo humano a lo largo de la columna vertebral, extendiéndose hacia los miembros inferiores y superiores, y expresándose con fuerza en cuello, cara, nariz, ojos, frente y cerebro.
Una persona no puede vivir sin Qi.
El Qi da salud, fuerza y longevidad, y se activa y se estimula con los ahora famosos ejercicios del Tai Chi (Tai Qi), o el Tai Chi Quan en su versión de arte marcial, que millones de chinos practican todos los días en los jardines de sus ciudades.
Un Qi débil es señal de enfermedad y pobreza física, mental, anímica y espiritual.
Para el Feng Shui, todas y cada una de las cosas que nos rodean tienen su propio Qi, y, si no lo tienen, no sirven para nada y contaminan el ambiente llenándolo de negatividad y sus males subsecuentes.
Los cinco elementos chinos (Fuego, Tierra, Metal, Agua y Madera) nacen del Qi y dan forma al mundo y al universo entero.
El Qi no es solo una idea o un concepto vago y esotérico, se puede sentir perfectamente con las palmas de las manos, en el cuerpo propio y en los cuerpos de los demás, con un péndulo, una vara seca, y hasta con el humo de una vela.
Hoy en día, incluso con cualquier instrumento moderno capaz de captar ondas electromagnéticas se puede descubrir el Qi de las cosas y hasta su potencia.
Hoy sabemos que el cuerpo humano funciona con electricidad, y que tiene capacidad magnética de atraer metales, eléctrica de transmisión, electricidad estática y corrientes electromagnéticas que lo recorren y animan, y que incluso se pueden medir con un osciloscopio.
A nuestros hogares y a nuestros negocios les sucede lo mismo, captan y emanan energía, tienen carga, irradian, transmiten y absorben, y esto puede medirse, calcularse y hasta manipularse.
El Qi material suele estar en el centro de una casa o de un negocio, pero también puede moverse hacia los conductos de agua o electricidad, o manipularse distribuyendo los cinco elementos y modificando el universo interior del local o de la casa, como veremos más adelante en cada bagua y su correspondencia con los negocios.
Los cinco elementos y los negocios
Compatibilidades y conflictos
Así como en el Occidente clásico los elementos que conformaban toda la materia eran cuatro (Fuego, Tierra, Aire y Agua), en la China milenaria, y dentro del esquema del Feng Shui, eran cinco:
-Agua que se dirige a la Madera para darle vida.
-Madera que se dirige al Fuego para darle combustible.
-Fuego que se dirige a la Tierra para darle forma.
-Tierra que se dirige al Metal para producirlo.
-Metal que se dirige al Agua para darle cauce, (sistema Después del Cielo).
Tanto en Occidente como en Oriente hay un elemento sutil.
En Occidente es la Quintaesencia del Espíritu.
En Oriente es el Aliento Vital de Qi.
Dependiendo de la Escuela de Feng Shui, la posición y la relación de los elementos cambia:
-El Fuego da forma a la Madera.
-La Madera encauza al Agua.
-El Agua depura al Metal.
-El Metal fortalece a la Tierra.
-La Tierra contiene al Fuego (sistema Antes del Cielo).
-La Madera alimenta al Fuego.
-El Fuego quema y de sus cenizas nace la Tierra.
-La Tierra lleva en sus entrañas al Metal.
-El Metal se descompone para formar el Agua.
-El Agua da vida a la Madera (sistema de las Nueve Estrellas).
Se podría decir que todos tienen razón, ya que las relaciones parecen de sentido común, y sin embargo hubo luchas cruentas y sangrientas entre varias escuelas de Feng Shui para que se siguiera su esquema y no ningún otro.
En lo que sí parece que había cierto acuerdo era en la relación conflictiva (Chan) de los elementos, sobre todo en lo que a negocios se refiere:
-El Fuego vivo destruye, funde y licúa al Metal.
-El Metal oxidado desencaja y destruye a la Madera.
-La Madera en demasía empobrece a la Tierra.
-La Tierra endurecida retiene y estanca al Agua.
-El Agua desbordada o en borbotón acaba con el Fuego.
En los negocios
Agua
De todos los elementos, el Agua es el más importante para los negocios, porque es el que representa la vida en abundancia, la riqueza de las élites y el poder y capacidad de administrarla, acumularla y ahorrarla.

Agua.
Todo Khan y medio Qian pertenecen al elemento Agua.
Eso sí, el Agua no puede estar quieta ni estancada.
No puede estar en un jarrón si no se cambia el Agua que contiene todos los días, ya que dejarla estancada obstaculiza las ganancias y crea insectos y podredumbre que alejan a la clientela.
El Agua debe fluir para que fluya el dinero.
En una alberca o piscina debe removerse, limpiarse y renovarse.
En una fuente debe de cumplir el ciclo de emerger y volver al estanque.
En una pecera debe de moverse, oxigenarse y renovarse.
En las tuberías debe correr, nunca debe dejarse quieta, y por lo menos una vez al día hay que dejar que fluya abriendo el grifo o la llave de paso.
Todo negocio, sea cual sea, debe tener Agua en movimiento, de lo contrario no podrá acumular bienes ni progresar.
Aunque solo sea una pequeña pecera, o una jarra a la que se le cambie el agua todos los días, es suficiente.
Por supuesto, el Agua debe estar a la entrada del negocio o en la zona Norte o Noroeste del mismo, donde se guarde el dinero o donde se administre el negocio.
Fuego
El Fuego, o la zona cálida de un negocio, debe estar en el Sur del local (una brújula sencilla puede indicárselo rápidamente), que puede ser perfectamente la entrada, el final o a los lados del mismo, a menos que se trate de un negocio de comida, porque en ese caso el Fuego puede estar en cualquier lado, incluso frente a los clientes, dando a la calle o escondido en el sótano, porque el Fuego y los alimentos forman un universo propio con el Qi siempre vivo y presente.
El Fuego es popularidad y ese tipo de abundancia instantánea que no suele acumularse, por lo que hay que recurrir al Agua en el lado opuesto al Fuego, pues el Fuego atraerá y satisfará a la clientela, pero el Agua mantendrá a buen recaudo las ganancias.

Fuego.
En el Sur el Fuego. En el Norte el Agua.
Tierra
La Tierra es un elemento primordial, la base donde se sustenta y se sostiene todo, la primera que expresa el Qi, pero nunca debe amontonarse ni acabar en punta, sino tener una forma plana, sin puntas, como una pequeña plancha o zócalo sobre el que se posen un par de grandes jarrones decorados preciosamente y que contengan flores secas, como en muchos negocios chinos y japoneses, o bien un pequeño pedestal de piedra (Tierra) con un hermoso jarrón y las flores secas.

Tierra.
La Tierra, además de estar presente en el suelo o en la construcción, debe estar en el centro del local, o situada hacia el Sureste o el Suroeste a partir del centro, que es donde mejor se expresa.
La Tierra solidifica y da seguridad, pero es demasiado leal y honesta como para acumular riquezas o satisfacer a la clientela, por eso debe acompañarse del Fuego en el Sur y el Agua en el Norte.
La Tierra es estable y segura, productiva y trabajadora, fértil y moldeable, reflejo de la naturaleza y de la sustancia de todo el planeta; lo tiene todo y no busca nada.
Por supuesto, si no hay ambición ni deseos de progreso y se quiere un negocio solo para sobrevivir y tener una ocupación cotidiana, con cuidar el elemento Tierra es más que suficiente.
Metal
El Metal es un elemento muy dinámico y activo, sobre todo en nuestra época, con múltiples posibilidades y muy versátil en los negocios, como veremos en el capítulo dedicado a los negocios de Dui.

Metal.
En la China milenaria el Metal por excelencia era el oro, y nada más que el oro, el resto de los metales y minerales no se relacionaban con esta fuerza elemental y primordial. Con el tiempo la plata y el cobre, por su ductilidad, fueron entrando en la concepción de Metal, como lo son hoy en día el hierro y el acero, el bronce y el estaño, e incluso el mercurio.
El Metal representa fuerza y poder, continuidad y duración, contención, seguridad y riqueza, no en vano los rascacielos, las joyas y las monedas son de Metal.
Su posición es el Oeste, donde se encuentran los viajes, las novedades, lo moderno, los estudios, las comunicaciones, los idiomas, el arte elevado y hasta las ideologías o las grandes corrientes religiosas. Por supuesto, el Metal fortalece cualquier posición de entrada y salida de un negocio, junto con el cristal (mineral y Metal también), porque tiene la virtud de convertir en Oeste cualquier punto del local, negocio o vivienda.
Madera
La Madera en China, junto con el papel (que también es Madera), es la base de la construcción, a pesar de su aparente fragilidad, por su íntima relación con la naturaleza, la salud, la buena alimentación, la ecología, el respeto a todos y cada uno de los seres que pueblan el planeta.
Quizá no sea muy fuerte ni muy dura ante los tifones y las inundaciones, y mucho menos ante el Fuego, pero soporta muy bien los terremotos, y bien tratada para endurecerla y que no se pudra es tan duradera como muchas pagodas milenarias, o como algunas edificaciones de la Ciudad Prohibida de Pekín, que llevan varios siglos en pie y con buena salud.

Madera.
La Madera tiene su lugar ideal en el Este del local o negocio, y desde ese punto abre las puertas de las novedades y de lo fresco, de la salud y de la naturaleza, de las flores y de la construcción, del amanecer y de la fertilidad, y, bien tratada, hace buenas migas con el Fuego, el Agua, la Tierra y el Metal, ya que si supera el exceso de humedad y el óxido metálico, así como su punto de ignición con respecto al Fuego, hace verdaderas maravillas para los más diversos negocios.
De cualquier manera, la tradición aconseja poner la Madera diametralmente al Metal. El Metal en el Oeste y la Madera en el Este.
El Fuego en el Sur y el Agua en el Norte.
La Tierra en el centro o Qi del local o el negocio, para que el negocio sea un éxito y no se quede solo en buenas intenciones, como le sucede a menudo a la Madera cuando no está bien orientada.
Los nueve números y los negocios
Aunque en la actualidad han adoptado el sistema arábigo, tradicionalmente en China la base de la numeración era el cinco, y el diez, más que un número, era la concreción de una cuenta de 1 más el Qi, o primera cuenta completa, por lo que no es nada extraño que el grafismo del 10 y del elemento Tierra sea prácticamente el mismo, una cruz.

Números chinos.
Dentro del simbolismo del Feng Shui los números aparecidos en el caparazón de la Tortuga Milenaria eran de vital importancia en todos los planos de la vida, pero en especial en las cuentas y la administración de los negocios, ya que unos eran de buena suerte y abundancia, y otros de mala suerte y pobreza.
En un principio los números se asociaban con las cuatro estaciones del año y sus puntos intermedios en lo que a siembras y cosechas se refiere: