Manuales de urbanidad

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Manuales de urbanidad
Manuales de urbanidad. Genealogía de un sujeto (Colombia, 1850-1920)
Resumen
Este libro analiza los fenómenos asociados a la difusión, aprendizaje y aplicación de los manuales de urbanidad publicados en Colombia entre 1850 y 1920. Para el efecto, se vale de la caja de herramientas que se halla en la obra filosófica de Michel Foucault. Con base en esta responde a un conjunto de preguntas ligadas a la preocupación por los procesos de subjetivación humana.
El trabajo se inscribe dentro de un proyecto más grande, el cual implica pensar en una ontología de nosotros mismos. Son repetitivos los esfuerzos para que la urbanidad se enseñe nuevamente en las instituciones educativas. Al respecto, se ha asegurado que esa cátedra contribuiría a mejorar la convivencia y los propósitos de paz que se persiguen en la actualidad. El examen de la urbanidad y las prácticas unidas a su implementación permiten, en algo, que el sujeto contemporáneo se encuentre consigo mismo y, a partir de ahí, será posible contrastar parte del proyecto civilizatorio decimonónico y sus resultados con lo que busca el sujeto de hoy en sus relaciones interpersonales.
Palabras clave: Michel Foucault, vigilar y castigar, procesos de subjetivación humana, tecnologías modelizantes del sujeto, educación y formación de la nación colombiana.
Manuals of urbanity. Genealogy of a subject (Colombia, 1850-1920)
Abstract
This book analyzes phenomena associated with the dissemination, learning, and application of manuals of urbanity published in Colombia between 1850 and 1920. For this purpose, it uses the toolbox offered by Michel Foucault’s philosophical work, seeking to answer a set of questions related to concerns about the processes of human subjectivation.
This study is part of a larger project, which involves thinking of an ontology of ourselves. Repeated attempts have been made so that urbanity is taught again in educational institutions. In this regard, it has been affirmed that this subject matter would contribute to improving coexistence and the purposes of peace that are being pursued today. The analysis of urbanity and the practices linked to its implementation allow, in a way, contemporary subjects to find themselves; based on this, it will be possible to contrast part of the nineteenth-century civilizing project and its results with what today’s subjects seek in their interpersonal relationships.
Keywords: Michel Foucault, discipline and punish, processes of human subjectivation, modeling technologies of the subject, education and formation of the Colombian nation.
Citación sugerida / Suggested citationPardo Motta, D. N. (2021). Manuales de urbanidad. Genealogía de un sujeto (Colombia, 1850-1920). Bogotá, D. C.: Editorial Universidad del Rosariohttps://doi.org/10.12804/urosario9789587846966Manuales de urbanidad:
genealogía de un sujeto (Colombia, 1850-1920)
Diego Nicolás Pardo Motta
Pardo Motta, Diego Nicolás
Manuales de urbanidad: genealogía de un sujeto (Colombia, 1850-1920) / Diego Nicolás Pardo Motta; prólogo Adolfo Chaparro Amaya. – Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2021.
xxix, 170 páginas.
Incluye referencias bibliográficas.
1. Subjetividad – Colombia – Siglos xix-xx. 2. Cortesía – Aspectos sociales – Colombia – 1850-1920. 3. Etiqueta – Aspectos políticos – Colombia – 1850-1920. 4. Filosofía de la civilización – Colombia – Siglo xix. I. Pardo Motta, Diego Nicolás. II. Universidad del Rosario. III. Título.
395.01 SCDD 20
Catalogación en la fuente – Universidad del Rosario. CRAI
DJGR
Abril 22 de 2021
Hecho el depósito legal que marca el Decreto 460 de 1995

© Editorial Universidad del Rosario
© Universidad del Rosario
© Diego Nicolás Pardo Motta
© Adolfo Chaparro Amaya, por el Prólogo
Editorial Universidad del Rosario
Carrera 7 No. 12B-41, of. 501
Tel: 2970200 Ext. 3112
editorial.urosario.edu.co
Primera edición: Bogotá, 2021
ISBN: 978-958-784-694-2 (impreso)
ISBN: 978-958-784-695-9 (ePub)
ISBN: 978-958-784-696-6 (pdf)
https://doi.org/10.12804/urosario9789587846966
Coordinación editorial: Editorial Universidad del Rosario
Corrección de estilo: Andrea Carolina Liñán Durán
Diseño de cubierta: César Yepes y Luz Arango
Diagramación y desarrollo Epub: Precolombi EU-David Reyes
Impreso y hecho en Colombia
Printed and made in Colombia
Los conceptos y opiniones de esta obra son responsabilidad de sus autores y no comprometen a la Universidad ni sus políticas institucionales.
El contenido de este libro fue sometido al proceso de evaluación de pares para garantizar los altos estándares académicos. Para conocer las políticas completas visitar: editorial.urosario.edu.co
Todos los derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previo escrito de la Editorial Universidad del Rosario.
Autor
Prólogo
Introducción
Adolfo Chaparro Amaya
Identificación y localización de la urbanidad como archivo objeto de investigación filosófica
Punto de partida: el presente de nosotros-mismos
Problema y pautas de método
El archivo documental
El proyecto civilizatorio
La urbanidad como insumo en la construcción de la ciudadanía
La circulación de los enunciados de la urbanidad impulsados por normas jurídicas sobre instrucción pública
El debate sobre el papel del Estado
La retícula disciplinar de la urbanidad
La disciplina como productora de subjetividad (apropiación del concepto acuñado por Foucault)
Distribución espacial y control de la actividad de los cuerpos
La urbanidad: entre el código moral y el cuidado de sí
Actualización y vigencia de los enunciados
Conclusión
Referencias
Autor
Diego Nicolás Pardo Motta
Abogado, especialista en Derecho Administrativo y Constitucional de la Universidad del Rosario. Magíster en Derecho y Filosofía de la Universidad de los Andes. Ha trabajado, principalmente, en Catastro Distrital y en el Consejo de Estado. Ha sido profesor de Historia de las Ideas Políticas I y II; Problemas Fundamentales del Pensamiento Jurídico; Teoría de la Argumentación Jurídica; Teoría de las Fuentes del Derecho e Interpretación Constitucional; Poder Constituyente, Supremacía y Reformas Constitucionales en la Historia Constitucional Colombiana; Actuación Administrativa y de Derecho Procesal Administrativo en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario. También ha sido profesor en las universidades de los Andes y El Bosque. Es autor de los libros Laureano Gómez y su proyecto de reforma constitucional (Editorial Universidad del Rosario, 2009) y Manuales de Urbanidad: construcción y destrucción del ciudadano durante el liberalismo radical (Universidad de los Andes, 2016). También ha escrito varios artículos, capítulos de libro y contribuciones en calidad de editor. https://orcid.org/0000-0001-7734-0618
A Dios, en quien creo y confío.
A mi padre y a mi madre.
A Ideas, lugar de tantas y tantas aventuras maravillosas
vividas en compañía de mi maestro, mis monitoras,
mis monitores y mis estudiantes.
Prólogo
El impacto de la filosofía de Michel Foucault, hasta ahora, ha sido más interesante en las ciencias sociales y jurídicas que en la propia filosofía. A veces nos preguntamos por qué las citas de otros filósofos son tan escasas en la obra de Foucault. La respuesta es sencilla, pero quizás no es suficiente: los conceptos, los procesos, las divergencias teóricas y epistémicas que comprometen la producción de pensamiento desde el siglo xix en Europa están planteados en el vocabulario de las ciencias naturales y las ciencias sociales. Más aún, a partir de las diferentes ciencias se ha generado un cúmulo de conceptos que la filosofía recrea en su propio vocabulario. En el caso de Foucault, eso sucede hasta que él escribe Las palabras y las cosas. Desde el Nacimiento de la clínica, su primera obra, la fuente de su creación conceptual fue la biología, la medicina, el psicoanálisis, la lingüística, la psiquiatría y la economía. Los enunciados que forjaron el saber de la modernidad estaban inmersos en una constelación discursiva que Foucault llamó episteme.
La segunda etapa de su obra supone un giro radical hacia las relaciones de poder y no tanto hacia las formaciones de saber, aunque una y otra seguían articulando su pensamiento. En adelante, no serán propiamente las ciencias las que ofrezcan sus conceptos a las filosofías que los justifican desde la epistemología, sino que son los propios procesos institucionales, productivos y políticos los que van a ofrecer los conceptos a su filosofía. La condición es levantar un archivo suficientemente poderoso de lo enunciado al interior de esos procesos. De repente, la escuela, el ejército, la fábrica, la cárcel y el hospital se van a convertir en fuente de creación teórica y conceptual por obra del archivo. Reglamentos, edictos, instrucciones, planos arquitectónicos, métodos de evaluación, estadísticas, entre otros, se convierten en el material preferido para que Foucault construya su genealogía del poder.
Este libro está fuertemente impregnado de las intenciones, los métodos y las discusiones planteados por el segundo Foucault. No es una exégesis crítica de este autor o una discusión sobre teoría política, sino un intento coherente y sistemático por trabajar desde él en un contexto completamente distinto: la formación del Estado-nación en Colombia durante el siglo xix. La pregunta es por la formación de los sujetos y por los procesos de subjetivación de la época (1850-1920). El método es la genealogía del poder, pero la apuesta más importante es el levantamiento juicioso de un archivo que pudiera responder a la pregunta por la producción de los sujetos de la nueva República. La cuestión es que el método no es una premisa que se aplica a continuación a la realidad, sino que es una continua problematización de los materiales de archivo y de las perspectivas más atinadas para describir esos procesos.
El material para lograr esos propósitos parece inabarcable, pero el autor ha sabido seleccionar un archivo suficientemente rico y polémico para responder a las preguntas por el sujeto sin dejar de ajustar, revisar y recrear, en función de su propio objeto, los postulados de Vigilar y castigar, un trabajo central en el segundo período de la obra de Foucault. El archivo en cuestión está formado por los manuales de urbanidad que circularon en distintas instancias escolares, familiares y gubernamentales durante la segunda mitad del siglo xix y hasta comienzos del siglo xx. Esa selección de archivo cumple varias premisas foucaultianas: ubica al cuerpo en el centro de las formaciones de poder; los enunciados relativos al buen comportamiento tienen un campo de dispersión que abarca el conjunto social, especialmente urbano; todo lo dicho está fechado en su emergencia y es posible rastrear su publicación a través de la heterogeneidad documental del archivo.
Hay, sin embargo, una diferencia crucial entre el libro objeto del presente prólogo y el pensamiento Foucault. Los manuales de urbanidad se sitúan en un espacio que tiene su centro en la vida familiar, en la intimidad de la casa, pero circulan igualmente en las instituciones y en los lugares públicos de las urbes recién fundadas bajo la impronta independentista y ciudadana. Esa duplicidad doctrinal de los manuales, que los hace útiles en lo público y lo privado, es un rasgo singular que obliga a diversificar la descripción y a replantear las fuentes del propio Foucault que pudieran justificar el descubrimiento: los sujetos nacionales en formación, con todas las exigencias liberales e institucionales que demandan la construcción del nuevo Estado, tienen su primera formación en el espacio familiar. Más aún, son las madres, y las mujeres en general, las encargadas de interiorizar el manual como un primer peldaño educativo de los individuos. Lo que muestra este libro es justamente el carácter indisociable, la línea de continuidad formativa que hay entre el Estado y la familia en la producción de subjetividad.
Dado que en Foucault hay una separación cronológica muy clara entre la genealogía del poder (segundo período) y la hermenéutica del sujeto (tercer período), en un momento se plantea el dilema de si es necesario definir el método siguiendo los períodos en sucesión o si la dinámica histórica concreta del archivo hace plausible otro acercamiento. La segunda parte del libro es muy cuidadosa en la reconstrucción de la producción institucional de los sujetos en Foucault, pero justamente para demostrar el contraste con la evidencia que ubica la difusión práctica y cotidiana de los manuales en el ámbito del hogar. En otros términos, la pregunta es si el archivo exige un acercamiento desde la genealogía o desde la hermenéutica; desde las relaciones de poder o desde el cuidado de sí; desde la construcción del sujeto propio del Estado-nación; o desde una suerte de modelo civilizatorio que se arraiga filogenéticamente en la familia.
Es verdad que el autor del presente libro intenta responder a esta cuestión desde las opciones que ofrece Foucault en ese panorama tan amplio que representa su obra, pero finalmente descubre que las preguntas sobre la prioridad de uno u otro enfoque son secundarias frente al archivo. Además de ser una opción claramente foucaultiana, esa de evitar la historia de las ideas o la de someter el archivo a una referencia de autor, de repente descubrimos con el autor que la respuesta a esos dilemas se da en términos distintos a los de la pregunta. Desde luego, siempre quedará la duda acerca de si la formación del Estado es el resultado de la concentración del poder soberano o de una extensión de la Colonia a través del poder pastoral. O si la preminencia del enfoque anatomo-político de la disciplina es compatible con el poder soberano y con el poder pastoral en un contexto donde no podríamos hablar con propiedad de producción escolar, escolarización masiva o creación institucional de los ejércitos nacionales.
Podríamos decir, en un arranque nacionalista, que todas esas instituciones están presentes, pero hoy sabemos la precariedad y la pretensión infundada de esa respuesta. Y, sin embargo, esas instituciones están allí, son una promesa; de la misma manera que es una esperanza la familia monogámica o la conversión de todos los individuos al catolicismo. Al examinar tal aspiración, se abre un abanico de respuestas que no podían ser respondidas con una perspectiva excluyente de análisis. Baste recordar las asimetrías entre la ciudad y el campo; la mayoría indígena, negra y mestiza excluida de los procesos de escolarización; la exclusividad que supone el ejercicio de la ciudadanía durante el siglo xix; y la invisibilización de la mujer en el proceso de producción de sujetos buenos, cristianos y productivos, legitimada por los grandes fines civilizatorios que se publicitan desde la política, la economía o la religión. En ese punto, la investigación parece abrirse a una variedad de temas y posibilidades sin respuesta todavía en la historia de Colombia.
Finalmente, el texto avanza en su propio archivo, extrayendo las conclusiones que ofrecen los propios manuales de urbanidad en su circulación enunciativa y en su distribución espacial. Para describir la circulación, el autor muestra de manera precisa las traducciones, las citaciones, las versiones institucionales de los manuales. Para abrir su presencia enunciativa en el espacio social, logra establecer una secuencia que iría del hogar a la calle y al templo. El privilegio de estos espacios tiene varias consecuencias. Muestra la importancia del cuerpo en la disciplina establecida por la urbanidad. Pone en evidencia todos los cuerpos que escapan a esa disciplina, la resistencia de las culturas originarias, negras y mestizas, así como su incorporación mimética, especialmente en las ciudades. Para explicar ese margen que queda por fuera de la circulación del manual, permite replantear una tesis clave en Foucault: las razas, y las diferencias raciales que las expresan, no tienen un origen propiamente racial, sino social y económico; anunciando discusiones actuales acerca de la interseccionalidad entre raza, género y clase social.
Al final, para el lector es claro que los manuales de urbanidad funcionaron en Colombia —igual que en la mayoría de los países latinoamericanos— como una tecnología modelizante a partir de la cual se construyeron los sujetos idealizados de la nación decimonónica. Con ello queda claro, también, la escisión fundacional entre los sujetos civilizados que cumplen con el modelo y las que se consideran poblaciones bárbaras, atrasadas o incapacitadas para lograrlo. En ese sentido, la adopción del manual como ideal de la mayoría tiene un efecto homogeneizador sobre el conjunto social a nivel moral y comportamental. Para lograrlo, y ese es un acierto indudable del libro, es clave colocarse en una perspectiva capilar, horizontal y cotidiana del poder. No en la versión descendente, jurídica y soberana del ejercicio del poder. Es verdad que el Estado promulga los manuales más que cualquier actor social, pero el efecto de larga duración depende de su interiorización, de su adopción íntima, de su capacidad para (auto)controlar los cuerpos, los gestos, las relaciones sociales, las manifestaciones discursivas como un símbolo público de pertenencia —y por lo mismo de exclusión— que ha venido a constituir el zócalo hasta ahora impensado e incuestionado de la formación de los Estados nacionales en nuestra periferia.
Adolfo Chaparro Amaya
Universidad del Rosario
Introducción
Durante la época en la que Colombia estaba viviendo su proceso de transformación en un Estado independiente, luego de la Colonia, fueron importados de Europa, en especial de Francia, un conjunto de prácticas llamadas buenos modales. Estas se hallaban contenidas en libros titulados manuales de urbanidad, los cuales estaban destinados a servir de guía para el aprendizaje de sus principios en la escuela y en la casa y la puesta en práctica de estos en la vida diaria.
En un contexto como el de la época, la urbanidad resultaba novedosa e iluminadora a los nuevos objetivos constructores de Estado, ya que los manuales prometían educar, de tal forma que sus receptores terminaran adquiriendo la denominada fisonomía propia de la civilización, enmarcada bajo las maneras del trato cortés. De ese modo, al comparar a esa Europa limpia, trazada, delineada y rítmica de mediados del siglo xix con los espacios sucios y las gentes desaliñadas que deambulaban desordenada y escandalosamente por el territorio colombiano, los sujetos de entonces vieron en las buenas maneras un importante punto de partida para empezar a modelar ese Estado y, sobre todo, esas personas, a fin de que a los dos se les pudiera llamar civiles.
Tan grande fue el fenómeno de la urbanidad que sus textos y sus lecciones se difundieron por esporulación y, así, atravesaron la variopinta geografía física y humana de Colombia y los embates de los tiempos que se vivían entonces. Tal fue el impacto de los nuevos usos sociales que estos se anunciaron no solo como lo adecuado para saber vivir la vida, sino también, y sobre todo, como lo natural y lo obvio. De tanta envergadura fue la huella que estos modales dejaron que se asumió que su presencia iba a asegurar la paz y la sana convivencia y que su ausencia iba a equivaler a caos.
A la urbanidad parece atribuírsele un poder productor, transformador y salvador de la humanidad. Por ello hoy se extraña. Los buenos modales son echados de menos como si fueran garantía de un mundo mejor. Las buenas maneras se evocan como principio de organización, método, puesta-en-el-lugar-correcto de los objetos y de los cuerpos. Es como si, actualmente, se estuviera perdiendo un tesoro cuyo valor todavía no se hubiera reconocido en todo su esplendor. De ahí que se hable y se busque rescatarlo del olvido para, así, salvar a la pobre humanidad del abismo de la indecencia.
Desde el clásico papel de la filosofía, consistente en dudar de todo, esas actitudes que, en ocasiones, se tienen hacia la urbanidad resultan sospechosas. Tal sospecha lleva a emprender un examen filosófico que implique sumergirse de lleno en lo que se intuye que es todo un proceso productivo de subjetividad, el cual luce ser desempeñado por la urbanidad de forma efectiva en la sociedad colombiana o, por lo menos, en parte de ella. Dicho proceso parece: 1) comenzar con la enunciación de la norma que lo regula; 2) pasar por la aprehensión de ese contenido por parte de los cuerpos hasta el punto de producirlos; y 3) terminar en la observancia constante de esa norma. Ello último, en calidad de sujeto producido que, eventualmente, se puede desviar de su cauce disciplinante y disciplinado. Durante tal momento de permanente verificación, se puede escuchar a ese cuerpo producido expresando amor, devoción y credulidad absoluta por esos enunciados que lo produjeron. Todo lo anterior debe estudiarse y explicarse, hasta donde sea posible, empezando por el germen de su supuesta naturalidad y obviedad, lo cual es lo primero que resulta necesario someter a franca duda.
A partir de la interpretación que el autor de este trabajo hace de las características del contexto presentado con anterioridad, este libro se dedica a responder un conjunto de preguntas que aparecen formuladas en el primer capítulo, las cuales giran alrededor de la preocupación por los procesos de subjetivación humana. La contestación de dichos interrogantes se emprende a la luz de los referentes conceptuales que el trabajo filosófico del pensador francés Michel Foucault brinda en calidad de caja de herramientas, como él mismo lo llama.
Esta introducción, por su parte, busca hablar de varios asuntos que resultan productivos para abrir la discusión: 1) cómo tiene lugar la delimitación y la escogencia de los problemas de los que se ocupa todo este texto; 2) cuáles son las elecciones metódicas por las que opta; 3) las tensiones que se evidencian entre marco teórico y material empírico; 4) los resultados precisos de la lectura del caso práctico bajo examen, de cara a los conceptos de archivo, biopoder (biopolítica y anatomopolítica), disciplina, cuidado de sí y código moral, los cuales son abordados en la obra de Foucault; y 5) los vacíos y dificultades avizorados a lo largo de la investigación y aspectos que se pueden trabajar en futuros estudios.
Ir avanzando en el ejercicio de sumergirse en las profundidades del proceso productivo de sujetos que desarrolla la urbanidad permite pensar en múltiples posibilidades de análisis. De entrada, es necesario reconocer que en el caso propuesto hay eventuales problemas que se pueden trabajar desde la filosofía a partir de la hermenéutica, la estética, la ética, la filosofía política e, inclusive, la filosofía del lenguaje. Ante tal situación, es muy factible caer en la tentación de abarcar múltiples discusiones y, además, tratar de acercarse a ellas en todas sus implicaciones.
Para evitar este tipo de dificultades, el presente trabajo establece como objetivos únicamente unos pocos bien definidos (ver capítulo 1). Así mismo, delimita sus pretensiones a solo unas apuestas argumentativas y no a todas las posibles. Por tal razón, la investigación se dirige a responder preguntas que se consideran nucleares para lograr un estudio medianamente completo de la urbanidad. Por supuesto, habrá muchos interrogantes valiosos que de seguro se quedan por fuera de aquí; pero era necesario apuntarle a responder un grupo preciso de cuestiones, a pesar de los riesgos que esto trae consigo. De igual forma, se reconoce desde ya que los asuntos tratados en el trabajo pueden ser objeto de mayor profundidad, solo que toda investigación requiere también su punto final.