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Tras la muerte de Marcus Garvey, una de las que más contribuyeron a la definición del desarrollo social, revolucionaria y militante contra el tío Tom o lo que Kwame Nkrumah llamó neocolonialismo fueron tres mujeres.66 La camerunesa Martha Moumie, de la que hablaremos más adelante y Funmilayo Ransome-Kuti, una activista nigeriana que luchó por el sufragio universal y la igualdad de derechos para las campesinas mucho antes de la Segunda Ola del movimiento feminista en Estados Unidos. Su participación en organizaciones internacionales la llevó a viajar por el mundo en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial. Ella defendió las causas de los pobres y oprimidos de ambos sexos cuando se unió al movimiento anticolonial que luchaba por la independencia y unidad de África, siendo una estrecha colaborado del Ogsayefo. Para las mujeres y la nación es la historia de esta valiente mujer. Una de las pocas biografías completas de mujeres africanas, y mucho menos de activistas africanas, que será acogida por estudiantes de estudios sobre la mujer, la historia y la biografía africanas, así como por aquellas interesadas en explorar los antecedentes históricos de Nigeria.67
Otra incansable referencia fue la dirigente, la oradora y la protagonista de enormes manifestaciones, Martha Mumie, activista política de talla intelectual, libertadora de Guinea Ecuatorial y Camerún, que creó, entre otras cosas, el himno de Guinea Ecuatorial y fue dirigente del partido MONALIGE. Una gran luchadora que dedicó su vida en el combate contra el colonialismo y por las independencias de los países africanos. Nació el 4 de septiembre de 1931 en Eboma Essawo (Camerún). Fue dirigente de la UPC, cofundadora de la Unión Democrática de Mujeres de Camerún (UDEFEC), organización de mujeres de la UPC. Como cualquier otro revolucionario, la suya fue una vida llena de padecimientos y de grandes sacrificios. Dedicó su vida a la lucha contra el colonialismo. A los dieciocho años, Martha fue una de las pioneras del activismo en Camerún. En 1955, formó parte de la primera clase de treinta mujeres upecistas para integrar la «École des Cadres» del partido, y cuatro años después, en 1959, creó un centro de capacitación para quienes debían gobernar el país en el futuro. Había treinta graduados en la primera «École des Cadres», seis de ellas, mujeres; Martha era una de esas. Fue la única mujer que habló en la sesión plenaria de la «Conferencia Popular de toda África», convocada por Kwane Nkrumah en Accra. Era una firme creyente del concepto de Sankofa: «Para saber a dónde ir, una debe tener una idea clara de dónde ha venido». Una parte esencial de nuestra historia es el papel desempeñado por mujeres excepcionales como Martha Moumié. Junto con otras mujeres de la UPC, Martha creó l'Union Démocratique des Femmes Camerounaises en 1951; la organización central de mujeres para conquistar la independencia. Estas crearon el primer periódico feminista, Femmes Camerounaises.68 Entre 1949 y 1960, de UDEFEC, escribieron más de mil peticiones ante el Consejo de las Naciones Unidas exigiendo sus derechos económicos y sociales como mujeres, presentaron quejas sobre el uso de la violación como arma de guerra por el ejército opresor francés, ¡solicitaron el derecho a la atención médica para ellas y sus hijos! Martha se vio obligada a huir con su familia como refugiada política en varios países como Ghana, Guinea-Conakry, Argelia, Suiza, Egipto, Sudán y finalmente Guinea Ecuatorial. Esposa primero de Félix-Roland Moumie, líder de la UPC asesinado en 1960 por los servicios secretos franceses, fue en varias ocasiones arrestada, torturada y abusada por el régimen neocolonial de Ahmadu Haidjo. Después de cinco años de prisión, fue liberada de su último arresto en Guinea Ecuatorial y en Camerún en 1974. En 2006, publicó su testamento político prologado por el expresidente argelino Ahmed Ben Bella.69 En 2009, con setenta y ocho años, su vida terminó abruptamente, pues fue víctima de un asesinato. La mayor parte de su lucha la llevó con menos de treinta años. Como dijo Miriam Makeba: «Era una mujer, una patriota africana que se levantó y luchó en nombre de la justicia y la libertad por la autodeterminación y el bienestar de su pueblo. Que nosotros, los jóvenes hoy, sigamos los pasos de esta heroína para una África libre y mejor».
Para escapar de la policía, perseguida por el Gobierno francés se exilió en Guinea-Conakry acogida por su amigo Ahmed Sekou-Touré.70 Tras el asesinato de Félix, Martha Moumié marchó a Ghana, pero tras el golpe contra Kwame Nkrumah marcha a Argel, y de ahí se refugia en la provincia de española de Guinea Ecuatorial, donde vive desde 1966 con Atanasio Ndongo Miyone, su segundo marido, dirigente independentista de Guinea Ecuatorial y líder del MONALIGE, ministro de Asuntos Exteriores en el primer Gobierno de Macías Nguema 71 y que sería asesinado en Bata el 5 de marzo de 1969 (fecha que señala el final del brevísimo periodo democrático que siguió a la independencia guineana) por personas del entorno de Macías, o quizá por el propio dictador, por un intento de golpe de estado. En ese momento, a Martha Moumié se la detuvo, se la vejó (posible violación) y torturó. Solo pudo salvarse gracias a la ayuda de las representaciones africanas acreditadas en Guinea Ecuatorial. Deportada a Camerún, permaneció en prisión sin juicio durante cinco años. En 2006 Martha Moumié apareció en la película Memoria negra, del cineasta catalán Xavier Montanyà, en el que relata su vida como militante panafricanista por la independencia y la unidad africana.72
La tercera que quiero destacar es Miriam Makeba, cuya vida comenzó en la pobreza en Sudáfrica, en medio de las crueldades del apartheid. Desde ahí se levantó para convertirse en una cantante de renombre internacional, presentada por primera vez en una audiencia internacional por Harry Belafonte en 1959 y admirada por figuras como John F. Kennedy y Nelson Mandela. Cuando su talento artístico la llevó al extranjero, el poder de su nuevo estatus de celebridad la convirtió en una amenaza potencial para el gobierno minoritario blanco de Sudáfrica y tuvo que exiliarse de su hogar y de su familia. En una autobiografía suya describe con crudeza su lucha contra el apartheid, tanto como delegada de Guinea-Conakry ante las Naciones Unidas como en su vida personal, cuando, resultado de su matrimonio con el activista negro Stokely Carmichael, una vez más tuvo que exiliarse de su hogar adoptivo, los Estados Unidos, en 1968. La última y la más determinante fue Winnie Mandikizela, de la cual nos ocuparemos en capítulos posteriores.
Estas heroínas del activismo político y social retrataron el mujerismo y las experiencias del feminismo negro dentro del proyecto global panafricanista. Hay una realidad de solidaridad afro entre hombres y mujeres en contextos de opresión; desde los tiempos de la esclavitud se ayudaban y entendían pues sufrían la misma opresión, y en contextos de colonialismo, inmigración y neocolonialismo también. Sin abandonar la reivindicación especifica de la mujer, dejaron claro y entendieron que eso no puede ser un instrumento para la lucha anticolonial de los africanos. Las sociedades africanas ni son más ni menos machistas de lo que lo han sido todas las sociedades del planeta Tierra, sino que depende más de las coyunturas económicas específicas.
La mujer africana no necesitó del feminismo occidental, no porque no debiera empoderarse sino porque tiene su propio relato y su propia historia de empoderamiento femenino que en muchas ocasiones supera con creces a lo que han logrado las mujeres en Europa y en América del Norte y se puede ofrecer muchísimos ejemplos. Es cierto que la mujer ha sido invisibilizada también en el movimiento panafricanista, pero ni más ni menos que en el resto de los movimientos políticos. Los feministas han visibilizado a la mujer, por supuesto. Sin embargo, el movimiento feminista general invisibilizada a la mujer negra, de eso no hay ninguna duda. No debemos caer en algunos mitos, que han sido muy útiles para la subyugación y recolonización de la comunidad africana, uno de ellos es el mito del machismo africano. Peculiaridades que se trasladan como la generalidad y esos mitos sirve para reconstruir hoy un espejo deformado que permita la recolonización. Las mujeres panafricanistas combatieron y refutaron estas afirmaciones de forma constructiva. Estas mujeres panafricanistas se han levantado contra el mito del machismo africano, construido por el colonialismo europeo con la complicidad de feminismo colonial.
Otro mito es el ataque a la masculinidad negra o africana, que se manifiesta en la crítica a manifestaciones culturales como el reguetón o el gansta rap. El ataque a la masculinidad negra ha servido para interiorizar al hombre negro. Dicha masculinidad se ve como un exceso de violencia vinculado al orden social de los pueblos africanos y a la sexualidad de estos como problemática para el dominio colonial. Las guerreras africanas contestatarias y revolucionarias suelen ser presentadas por la mitología y la historiografía occidentales como «gente a salvar», sometidas a los hombres por la poligamia donde conviven con seis o siete mujeres a la vez.73 El panafricanismo fue la primera corriente libertaria en la que debieron reflejarse las sufragistas, las feministas, las anarquistas, las socialistas, las socialdemócratas, las comunistas y las fascistas. Estas se levantan por la unidad global o el internacionalismo africano, pues a pesar de la experiencia de la esclavitud, no se ha podido borrar la afirmación de que existe una relación especial entre todos los africanos, esta determinación unida a una estrategia global, con la Madre África, situó al panafricanismo como ideología central y base de operaciones para la liberación y unificación de mujeres africanas y sus descendientes.74
56 (2018): Molifugue. En Uhuru Áfrika TV, Bondjale, Aranzadi.
57 Moula, Dj (2017): Curso de formación de cuadros panafricanistas. Madrid: La Kupula. Véase también (2011): Los negros en los campos de concentración nazis. Barcelona: Wanáfrica Ediciones.
58 En ese sentido, existe un profundo error a la afirmación de la profesora Jarabo en su obra Feminismos negros: una analogía. Madrid: Traficantes de Sueños, 2014 (pág. 27), cuando afirma que «el feminismo negro nació en la confluencia (y tensión) entre dos movimientos, el abolicionismo y el sufragismo, en una difícil intersección. Aun teniendo una presencia relevante en ambas, la combinación de racismo y sexismo terminó excluyendo a las mujeres negras de los dos». Esta afirmación es falsa y lleva a las nuevas generaciones de afroespañolas en busca de referencias a un profundo vacío de interpretación, ya que desconoce que las mujeres negras ya estaban excluidas por la esclavitud, Jim Crow, el apartheid y ahora la migración, y ya habían creado una plataforma ideológica política de rehumanización que fueron los kilombos, es decir, el panafricanismo. Estas desviaciones también se encuentran en las magníficas obras Viviendo de modo afrofémina, de Soler Antoinette, o de Esther Mayoko, debido a la inercia académica eurocéntrica en la interpretación de la historia de liberación negra con posiciones dogmáticas. Al igual que Rosa Luxemburgo del socialismo, o Federica Montseny del anarquismo, Pilar Primo de Rivera del fascismo, la tradición y fuerza hegemónica del feminismo de Sojourner Truth e Ida Wells está en el panafricanismo.
59 El rastafari es político. Véase la Conferencia Internacional de Barcelona, 2018, con las intervenciones de Ragnam Paisser, Ras Levi y Abuy Nfubea.
60 Martin, T. (2008): Amy Ashwood Garvey: Pan-Africanist, Feminist and Mrs. Marcus Garvey Number 1 (or A Tale of Two Amies).
61 Entrevista a Abuy Nfubea por Raquel Pereira Germán, en el Aniversario de Marcus Garvey en España, Ágora Sol Radio, 2013.
62 Haley, A. (1992): Raíces. Barcelona: Ediciones B.
63 Martin, T. (2008): Amy Ashwood Garvey: Pan-Africanist, Feminist and Mrs. Marcus Garvey Number 1 (Or A Tale of Two Armies).
64 Nzingha, Assata; Amy Jacques Garvey (2008): Women in the Garvey's movement. Mitcham: N. Assata.
65 Kabunda, Mbuyi (1995): Ideologías unitarias africanas (obra fundamental para comprender el garveyismo en África).
66 Nkrumah, K. (1970): Neocolonialismo: última etapa del imperialismo. México: Siglo XXI, p. 46.
67 Véase también la obra de Sagrario Luna Fela Kuti: Espíritu indómito (2014), la mejor biografía en castellano para entender la contribución de la matriarca de los Kuti en la conciencia panafricanista en África. También Johnson-Odim y Emma Mba (1997): Funmilayo Ransome-Kuti de Nigeria. University of Illinois Press.
68 Se trata del libro Víctima del colonialismo francés: mi esposo Félix Moumie.
69 Ibid. Su testamento ideológico lo publicó con el título antedicho.
70 Sékou Touré, A.: África en movimiento.
71 Francisco Macías Nguema Nguema (Nsegayong, Río Muni, actual Mongomo, 1924 - Malabo, 1979).
72 Moumie, M. (2000): Victim of French colonialism. Moumie Félix, My Husband. Paris: Editions Duboiris.
73 Esto se parecía mucho a los ambientes asamblearios jipis de Barcelona como Espai Tankado u otros de encierros de migrantes o lucha contra los CIE, los negros o migrantes que allí son respetados deben asumir una posición subalterna, fingir un mal uso del catalán o el castellano mediante un imaginario asexual, cuyas formas no amenacen los relatos hegemónicos del poder blanco. Esta estrategia se consigue a través de las formas, discursos, roles feministas y una particular concepción ideología de género de clara inspiración colonial. Los miembros de FOJA fueron expulsados de la delegación para reunirse con el presidente porque eran negros varones organizados y catalanohablantes, y suponían una amenaza a esa visión de hombre negro violento y con potencia sexual descomunal, etc.
74 Toasijé Pallas, Antumi: Si me preguntan por el panafricanismo. Véase también Antumi Toasijé en el día de África de 2018, en Murcia.
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Génesis del panafricanismo en España
En España siempre hubo cimarrones. Sus orígenes lejanos se desarrollan a lo largo de cinco épocas. La primera, de 1911-1939, cuando Marcus Garvey, como corresponsal del diario londinense African Times and Orient Express, pasó tres días en Madrid. Esta fase conecta con el viaje camino del exilio de Haile Selassie I, tras la invasión de la Italia fascista que fue recibido por el Gobierno republicano de Largo Caballero en 1933.75 Otra influencia fue la participación de los combatientes negros en especial la Brigada Lincoln y otros antifascistas como Carlos Greykey durante la Guerra Civil española.76
La segunda corresponde a la independencia de Guinea Ecuatorial que surgió en 1954 con la huelga del seminario de Banapá, quienes en el exilio de Yaoundé fundan varios partidos políticos77 Macías Nguema, militó en IPGE y MUNGE, pero comenzó a distanciarse del colonialismo y a radicalizarse al contactar con Atanasio Ndongo y el abogado García Trevijano. En la época que coincide con la hegemonía de sección femenina de Falange, donde destacaron mujeres como Pilar Momo, Montserrat Sañaba, Natalina Silochi, Trinidad Morgades Besari, Candida Massa Mueni, María Luisa Gorbeña Bondjale, Mikew Ntutumu, Cándida Massa Moeni, María del Carmen Ndong, Dessy Pearce Ikuga, Florentina Oko, Victoriana Oka, Victorina Eka, Adela Ovono Mbeng incluye la lucha anti apartheid con el asalto de Maleva a la embajada de Sudáfrica en 1985, acción inspirada por Raquel Ilombe. La cuarta corresponde a la liberación de Mandela hasta la fundación de los Panteras Negras en 1990.
En España, surgió entre los exiliados organizaciones como MOLIFUGE, ARND, URGE, que se fueron ampliando y radicalizando en sus reivindicaciones. Poco a poco se fue creando la semilla lejana del movimiento panafricanista, así como organizaciones socioculturales: clubes deportivos, o como el club de fútbol Afrika Sport, creado por la comunidad congoleña, tras la primera visita de Bob Marley a España.78 Las referencias de la afroderecha, durante el franquismo, que más mujeres aglutinaban, eran grupos como Acción Católica, Movimiento Obrero Cristiano, CAIH y las parroquias evangélicas, que introdujeron el movimiento Free Mandela durante la Transición. El Circulo Afroespañol, rebautizado, fundado por Carrero Blanco en 1973, dirigido por profesionales e intelectuales guineanos cercanos al pensamiento de Ramiro de Maetzu, Opus Dei y PANDECA.
A partir del decreto Suarez que funcionó durante los Gobiernos de Arias-Navarro, Adolfo Suárez y Calvo-Sotelo; el PSOE lo dejó morir.79 Surgió una generación de mujeres como Adela Ovono, Rosa Riguesa, Irene Yamba, Fabiola Nguema, Ana Jovani Bisset, Cecilia Obama etc...
A pesar de la represión, el panafricanismo creció y se convirtió en vanguardia gracias al nacionalismo canario, influido por Ben Bella y Bumedián. En 1964, el abogado Antonio Cubillo funda en Argelia el Movimiento para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC).80 Desde entonces fue la corriente más panafricanista y de más éxito político en España al conseguir en 1968 el apoyo de los No Alineados y la OUA Organización de la Unidad Africana que declaró a las islas canarias «africanas».81 A Cubillo lo siguió la organización juvenil Azarug, creada en 1992.82
La Transición española, desde 1982, fue radicalizando a los negros, quienes se vincularon contra el apartheid. Al morir Franco surge en 1976, la Asociación Riebapua, con el interés negro de transmitir la cultura africana. Un año después, Weja Chicampo creó la LIREBU (Liga Internacional de Refugiados Bubis)83 y MALEVA en 197884 del entorno guineano ndowe y las iglesias protestantes, fue una de las primeras organizaciones de asistencia social fundadas por mujeres y hombres negros tras el restablecimiento de la democracia.85
Y en 1983, en Barcelona, surgió la asociación Bia Fang, donde había mujeres como Lucrecia Ndong. En el contexto de las luchas contra la primera visita de Teodoro Obiang a España se crea en Madrid la Asociación Cultural Bubi, la organización de migrantes en activo más longeva donde destacan Mary Paz y Lola Sorizo. Son voces que irán tejiendo una sensibilidad hasta la democracia. Sin embargo, a la firma de la Ley de Sucesión, Falange Española Tradicionalista y Fuerza Nueva seguían siendo la organización con más mujeres negras con gente como Pilar Morgades.86 Las primeras luchas por la reparación colonial de la memoria histórica negra vendrán con la derecha y el Real Decreto Suárez de 1981 con la comunidad ecuatoguineana. En 1985, fue el año de la primera ley de extranjería, lo que provocará las movilizaciones por los derechos de los trabajadores africanos. Esta lucha visibilizó nuevos liderazgos como el de la comunidad amazigh (beréber).
En 1984, se funda la Asociación de Inmigrantes Marroquíes en España (AEME), en cuya dirección había mujeres, de carácter intelectual y revolucionario inauguró un contexto de masas, aunque no elitista, con un fuerte contenido identitario africanista en referentes como Ben Barka y Abdelkrim al-Khattabi.87 En 1987 se fundó la Asociación de Inmigrantes Senegaleses (AISE); la Asociación para la Mediación de los Problemas de los africanos en España (AMPAE).88 En este mismo clima de afirmación de conciencia negra, surgirán medios de comunicación como Bioko-Muni, África Negra, y Tam-Tam; Radio Voz de África, Culturas Africanas, GEA, y Diáspora. Esta estrategia política fue apoyada por el Nobel de literatura Wole Soyinka durante su conferencia en Madrid en 1986. En respuesta al asesinato del poeta sudafricano Benjamin Moloise por parte del régimen criminal de Pieter Botha en 1985, un grupo de estudiantes negras, convocados por MALEVA, atraen a los sectores más radicales y críticos con el movimiento Free Mandela, al que se suman un sector minoritario de PSEUG (Proceso Social de Estudiantes Universitarios Guineana) liderado por Marcelino Bondjale y la escritora Raquel Ilombe, Basilisa Mangue Nfubea y Vicenta Avoro, quienes convocaron unas jornadas en el despacho del abogado Narciso Djondjo Muadacucu a las que se unen jóvenes raperos del extrarradio. En aquella asamblea se acordó vengar la muerte de Moloise mediante una respuesta contundente contra el régimen racista sudafricano; una acción que significó un punto de inflexión. Una semana después, este grupo de vanguardia asaltó la oficina de turismo del Gobierno del apartheid en Gran Vía.89 Fue una acción heroica que determinó un salto cualitativo panafricanista y, al mismo tiempo, puso en crisis, dividió al movimiento anti apartheid y radicalizó el movimiento estudiantil negro, algunos de cuyos líderes fueron represaliados. Supuso el inicio de un proceso nuevo con una vertiente muy clara y autónoma, inspirado en las ideas de Steve Biko, animó e inspiró a un sector de estudiantes africanos y al mismo tiempo se creó la Plataforma Panafricanista de Solidaridad contra el Racismo.90
La entrada de España en la UE supuso un nuevo paradigma eurocéntrico con una modificación sustancial de su imaginario como construcción textual y respuesta antideológica.91 La puesta en marcha de políticas de racismo institucional y negación de la negritud, antiafricana y negrófoba, afectó principalmente a los más jóvenes, que se refugiaban en manifestaciones culturales como el breakdance y el hip-hop, gracias al concurso televisivo de break-dance del programa Tocata. Como vaticinó Malcolm X, el racismo violento dio identidad colectiva a los jóvenes negros. En 1986, los breakers fueron evolucionando y adquiriendo vertiginosamente una identidad, un sentido de pertenencia política producto de la introducción de las ideas del nacionalismo negro y el antifascismo del SHARP (skinheads contra los prejuicios raciales) y la cinematográfica de Spike Lee, Ousmane Sèmbene o John Singelton o con bandas sonoras del hip-hop como Da Brat, Mc Lyte Queen Latifah, Yo-Yo, TLC, MC Lyte, Nefertiti, Salt-N-Pepa, Patra, Meshell Ndegeocello, Sister Souljha, rap político que resucitó e inmortalizó la referencia de Malcolm X. Así nació la trasformación política el liderazgo de Winnie, cuyas hermandades más relevantes, 92 además del rap, se formaron leyendo literatura de Panteras Negras, antifascista, anarquista, marxista, panafricana, y los ambientes antimilitaristas como la campaña «¡OTAN NO!», unido a la participación en los programas sociales de las iglesias africanas de base como la virgen de Bisila, Simón Toko o Kimbangu.93 Esto creo un relato de victoria muy condicionadas por la ideología del tercermundismo que simpatizaban con el Partido Comunista de España (PCE),94 proceso que desembocó en los Panteras Negras.95 Con una actividad propagandística, las acciones tenían, en general, la función de denunciar la opresión y de difusión de las reivindicaciones históricas del movimiento negro, lo que atrajo las simpatías de gran parte de la juventud y los estudiantes negros, hartos de miedos y humillaciones. Panteras Negras nació en ese contexto muy concreto, como brazo de vanguardia de la plataforma por los represaliados del asalto en la embajada sudafricana. Su creación oficial fue en el campus de la Universidad Laboral de Alcalá y el IES Pedro Gumiel: naciendo un vehículo político muy diferente, que galvanizó las psiques de la juventud afro.
Panteras Negras se definió como una organización revolucionaria panafricanista que buscaba alcanzar sus objetivos por cualquier medio necesario. Tras el asesinato de Lucrecia Pérez en 1992, Panteras Negras se extendió desde Alcalá a las principales ciudades de España: Barcelona, Madrid, León, Valencia, Alicante, Zaragoza, Gijón, etc. Aglutinaron, en torno a sí, las causas y los elementos juveniles más conscientes que, además de poner fin a la impunidad del terrorismo nazi y al empobrecimiento de los barrios, se identificaban con la defensa del médico Alfons Arcelin y su exitosa campaña de boicot a las olimpiadas de Barcelona por el Negro de Banyoles y el llamado V Centenario del Descubrimiento. Panteras Negras constituyó a la postre una escuela y red internacional de formación y difusión de propaganda, formando a líderes y cuadros militantes comprometidos con el panafricanismo más relevante. Lo más importante a largo plazo entonces fue la actividad juvenil que los panteras realizaron, pues llevaron al conjunto del movimiento no solo a una lectura crítica de la historia, sino también tuvieron la capacidad de formar a cinco generaciones que entonces estaban explotados, alienados, frustrados y abatidos. Dando ilusión y causa por la que vivir lo que hoy da frutos, implicando a muchos de los artistas, activistas políticos, deportistas, profesionales, actores, periodistas, cineastas e incluso a sacerdotes, empresarios, etc.