Los autores de esta obra se valen de la historiografía moderna que, en torno a los pueblos de indios, ha cuestionado las tácitas reminiscencias prehispánicas como herencia en los pueblos. Aseguran que a partir de esta postura no han cesado los esfuerzos por situar esos cambios en el tiempo y advierten una historia cambiante y dinámica de los naturales, como respuesta a la adaptación colonial, desde la formación de los pueblos hasta su desintegración a finales del siglo XVII.
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Los ocho capítulos que incluye esta recopilación contribuyen al conocimiento plural de los pueblos de indios, pero, señalan los autores, acusa diversidad en las zonas de estudio: se incluye la región mexiquense, el sur de Hidalgo (Tlacotlapilco), el oeste del actual estado de Puebla (Cholula) y la sierra Tarahumara, que si bien no constituye una región geográfica específica, si incorpora a la historia conocida de la sociedad indígena, en la que su riqueza cultural se ve limitada y cuyos visos han permitido comprender la forma de gobierno, su desarrollo político y la extensión espacial.