La mentira del vecino

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—El nombre se explica por sí solo, pero creo que también se presta a tu habilidad para la evidencia. Además, para serte sincero, el Equipo de Evidencia tiene un grupo bastante grande de agentes de primer año. En lugar de perderte en la multitud allí, creo que podrías encajar bien en el ViCAP. ¿Te interesaría eso?
—Si le soy sincera, no sé. Nunca lo había pensado.
Johnson asintió con la cabeza, pero Chloe estaba segura de que ya estaba decidido. —Quiero que lo intentes. Si después de unos días te das cuenta de que no es lo tuyo, me encargaré personalmente de que te admitan de nuevo al Equipo de Evidencias.
Ella honestamente no estaba segura de qué decir o hacer. Sin embargo, lo que sí sabía era que se sentía bastante orgullosa del hecho que el director quería asignarla a un departamento basándose solamente en sus habilidades y retroalimentación positiva de sus colegas.
—Sí, está bien —respondió Chloe finalmente.
—Fantástico. Quiero asignarte a un caso. Empezarás a trabajar en él mañana. La policía de Maryland ha estado encargada del caso, pero llamaron esta mañana pidiendo ayuda. Trabajarás con una agente que no tiene compañera actualmente. El que le habían asignado llamó ayer para renunciar.
—¿Puedo preguntar por qué?
—Algunos de los crímenes asignados al programa tienden a ser un poco espantosos. Eso pasa a veces con las nuevas reclutas… Pasan el entrenamiento viendo casos ejemplo y escenarios de la vida real. Pero, al final, es demasiado para ellos saber que estarán trabajando en casos como ese.
Chloe no dijo nada. Trató de imaginarse tener que renunciar de esa forma, pero no pudo. Había estado esperando un trabajo como este desde que supo la diferencia entre el bien y el mal.
—¿Necesitaré alguna formación adicional?
—Recomendaría más capacitación en el uso de armas de fuego —dijo Johnson—. Me aseguraré de que la recibas. Tus puntuaciones anteriores de armas de fuego se ven muy bien, pero es posible que necesites tener más en ViCAP, si es que decides quedarte en ese programa.
—Comprendo.
—Bueno, a menos que tengas alguna pregunta, supongo que puedes irte a tu orientación. Empieza en tres minutos.
—No tengo preguntas. Y gracias por la oportunidad. Y la confianza.
—No hay de qué. Yo me encargo de todo el papeleo y alguien te llamará para hablarte de tu asignación antes de que finalice el día. Y agente Fine… tengo un buen presentimiento sobre esto. Creo que serás excelente para el ViCAP.
Mientras Chloe se levantaba para salir de su oficina, se dio cuenta de que nunca había sido muy buena para aceptar cumplidos. Tal vez era porque nunca había recibido muchos de ellos durante su vida. Así que simplemente sonrió torpemente e hizo su salida. Ya no sentía el nudo de nerviosismo. Ahora ese nudo había sido reemplazado por una sensación victoriosa que la hizo sentirse como si sus pies no estuvieran siquiera tocando el piso.
***
La orientación fue exactamente como había esperado. Consistió en una lista de reglas de conducta que unos cuantos agentes experimentados compartieron con ellos. Hubo ejemplos de casos que habían salido mal, de casos tan malos que algunos agentes habían renunciado por ellos e incluso suicidado por ellos. Los instructores hablaron de niños asesinados y violadores en serie que aún no habían sido detenidos.
Chloe escuchó pequeños murmullos de conversación incómoda en la multitud. Dos asientos a su izquierda, escuchó a una mujer susurrándole al hombre a su lado.
—Al parecer, mi compañero oyó estas historias antes que nosotros. Por eso renunció.
Lo dijo de una manera malintencionada que molestó a Chloe al instante.
«Con la suerte que tengo, esta será mi nueva compañera», pensó Chloe.
La conferencia terminó antes de la hora del almuerzo. Los instructores en el escenario separaron la multitud en departamentos específicos. Cuando Chloe escuchó Equipo de Evidencias, sintió una pequeña punzada de dolor. Vio a las veinte reclutas caminar hacia el escenario y colocarse en el lado derecho. Sabiendo que se suponía que debía estar entre sus números la hizo sentirse un poco aislada, sobre todo cuando vio que algunos de los agentes parecían ya haber hecho amistades.
Cuando los agentes del Programa de Aprehensión de Criminales Violentos fueron llamados, se levantó de su asiento y se dirigió hacia el escenario. La multitud con la que caminaba era más pequeña que la del Equipo de Evidencias. Incluida ella misma, contó solo nueve personas. Y una de ellas era la mujer que había hecho el comentario malintencionado sobre su compañero que había renunciado.
Estaba tan concentrada en esta mujer que no notó al hombre que se puso a su lado mientras se abrían paso al escenario.
—No sé tú —dijo el hombre—, pero siento que necesito esconderme. Ser parte de un programa con la palabra violentos en ella… me hace pensar que la gente me está juzgando.
—No lo había visto de esa forma —dijo Chloe.
—¿Y tú eres violenta?
El hombre lo preguntó con una sonrisa, y esa sonrisa de alguna manera la ayudó a darse cuenta de lo bien parecido que era. Por supuesto, su comentario había ayudado en eso.
—No que yo sepa —respondió ella con torpeza cuando llegaron al lugar donde su grupo estaba reunido.
—De acuerdo —dijo el instructor, un señor mayor vestido con unos jeans y una camiseta negra—. Primero almorzaremos y luego nos reuniremos en la sala de conferencias número tres para repasar algunos detalles y hacer una sesión de preguntas y respuestas… Sin embargo, antes de todo eso... — Hizo una pausa y ojeó una hoja de papel, desplazándose por ella con su dedo—. ¿Chloe Fine está aquí?
—Sí, aquí estoy —dijo Chloe, sintiéndose muy incómoda.
—Necesito hablar contigo.
Chloe se dirigió hacia el instructor y vio que el caballero también estaba haciéndole señas a otra agente para que se acercara.
—Agente Fine, veo que eres una nueva adición a ViCAP, recomendada directamente por el director Johnson.
—Eso es correcto.
—Es bueno tenerte. Ahora quiero que conozcas a tu compañera, la agente Nikki Rhodes.
Hizo un gesto hacia la otra agente. Efectivamente, era la mujer malintencionada de antes. Nikki Rhodes le sonrió a Chloe de una forma que dejó claro que ella sabía que era hermosa. Y Chloe tuvo que admitirlo. Era alta, con piel perfectamente bronceada, ojos azules brillantes, y cabello rubio demasiado liso.
—Mucho gusto —dijo Rhodes.
—Igualmente —dijo Chloe.
—Ahora vayan a almorzar —les dijo el instructor—. Según tengo entendido, empezarán a trabajar en un caso mañana temprano. Ambas fueron las mejores en sus clases, por lo que espero grandes cosas de ustedes.
Rhodes le sonrió y Chloe supo que la sonrisa era falsa. Ella odiaba asumir automáticamente que alguien no era una persona genuina o auténtica, pero sus instintos siempre habían dado en el clavo respecto a cosas como esa. El instructor se había vuelto para dirigirse de nuevo al grupo, dejando a las dos mujeres a solas. A lo que vio que su supervisor ya no las estaba mirando, Rhodes se dio la vuelta y se alejó sin decir más.
Chloe se quedó allí por un momento para calmarse. Había despertado esta mañana emocionada por empezar su carrera como agente del Equipo de Evidencias. Ya había tenido todo su futuro previsible planeado. Y ahora se encontraba en un departamento con el cual no estaba familiarizada, asignada a una compañera maliciosa.
—No parece muy agradable, ¿cierto? —dijo alguien detrás de ella.
Se dio la vuelta y vio al hombre que había caminado con ella hasta el escenario, el guapo que le había preguntado si era violenta.
—No, para nada.
—Pues estuvo en casi todas mis clases en la academia —le dijo—. Fue miserable. Hablando de eso… no recuerdo haberte visto en ninguna de mis clases.
—Sí… soy nueva. Fui asignada al departamento esta mañana.
Se vio muy en shock en ese momento. Luego dijo: —Ah, está bien. Bueno, bienvenida a ViCAP. Soy Kyle Moulton y si tu nueva compañera no quiere almorzar contigo, pues yo sí.
—Gracias —dijo Chloe, caminando detrás del resto del grupo—. Igual nada está saliendo según lo previsto hoy.
Moulton se limitó a asentir mientras salían del auditorio. Aunque Moulton era un extraño, fue bueno caminar a su lado para el almuerzo que les esperaba. Temía que el hecho de tener que entrar en este futuro incierto completamente sola podría hacerla replantearse todo.
—Los planes están sobrevalorados de todos modos —dijo Moulton.
—No para mí. Los planes significan estructura. Los planes significan previsibilidad.
—Nuestros trabajos no son nada previsibles —bromeó Moulton.
Chloe sonrió y asintió con la cabeza, dándose cuenta de que nunca lo había visto de esa forma. Francamente, eso la asustaba un poco, aunque no tenía sentido. Su vida siempre había sido impredecible, así que ¿por qué había esperado que su carrera fuera diferente?
Afortunadamente, había aprendido a lidiar con los golpes de la vida. Y si la perra de Nikki Rhodes trataba de interponerse en su camino, la pasaría bien mal.
CAPÍTULO TRES
A la mañana siguiente, Chloe fue despertada con la desagradable sorpresa de cómo sería su carrera. Uno de los ayudantes que trabajaban bajo la dirección de Johnson la llamó a las 5:45 de la mañana. Apenas había logrado saludar a la persona antes de que el hombre al otro lado de la línea empezó a hablar.
—Habla el subdirector García. ¿Estoy comunicado con la agente Chloe Fine?
—Sí. Ella se sentó en la cama, su corazón latiendo con fuerza de la adrenalina.
—Tienes que encontrarte con la agente Rhodes en Bethesda a las siete de la mañana. Van a trabajar en lo que creemos es un caso bastante claro de violencia pandillera, probablemente de la MS-13. Si tienes alguna pregunta, llámame a este número. Le daré la misma información a la agente Rhodes. A lo que cuelgue, te enviaré la dirección por mensaje de texto. ¿Tienes alguna pregunta, agente Fine?
Chloe estaba segura de que tenía varias preguntas, pero decidió no hacerlas.
—No, señor.
—Excelente. Sé inteligente y mantente a salvo, agente Fine.
Y eso fue todo. Así fue como obtuvo su primera asignación. Sabía que no sería asignada a otros casos de esa forma en el futuro ya que se lo habían dicho en la orientación. Aun así, fue una excelente forma de empezar su primer día de trabajo.
Se había duchado y sacado su ropa la noche anterior para asegurarse de no llegar tarde. Se vistió, cogió un bagel con queso crema y se sirvió un termo de café. Durante todo esto le llegó el mensaje de texto del subdirector García, dándole la dirección en Bethesda. Chloe llegó a su auto solo quince minutos después de haber recibido la llamada.
Ya había estado en Bethesda, Maryland, varias veces, así que sabía que le tomaría menos de media hora en llegar, sobre todo porque saldría temprano y no tendría que lidiar con el tráfico. Una vez que salió de las calles de DC a la autopista, colocó la dirección en su GPS y vio que estaba solo a veintidós minutos.
Sintió ganas de llamar a Danielle. Este era uno de los momentos más memorables y significativos de su vida y sintió la necesidad de compartirlo con alguien. Pero sabía que Danielle todavía estaría durmiendo y que probablemente no entendería su emoción. Chloe lo entendía. Tenían diferentes intereses y pasiones, y ninguna de las dos era buena para fingir entusiasmo.
Llegó a la dirección dos minutos antes que la hora que el GPS había indicado. Estaba en un edificio de departamentos deteriorado de un solo piso, del tipo que normalmente era visitado por la policía al menos una docena de veces durante un fin de semana por violencia, drogas, asalto sexual y casi cualquier otra cosa imaginable.
Había esperado llegar allí antes que Rhodes, pero le desanimó un poco ver que la otra agente no solo estaba allí, sino que ya estaba subiendo los escalones a la escena del crimen.
Molesta, se estacionó en la calle y caminó rápidamente por la acera. Llegó al porche justo cuando Rhodes terminó de abrir la puerta para entrar.
—Buenos días —dijo Rhodes con falsedad.
—Buenos días. Llegaste muy rápido.
Rhodes se encogió de hombros y dijo: —No me lleva mucho tiempo prepararme por las mañanas. No te preocupes, agente Fine. Esto no es una carrera.
Cuando entraron, vieron a un hombre parado en el medio de la pequeña sala de estar desordenada. Se volvió hacia ellas y su mirada se fijó en la agente Rhodes por un momento. Ella llevaba pantalones negros muy modestos y un top blanco conservador. Su cabello estaba liso y aunque había dicho que le tomaba muy poco tiempo prepararse por las mañanas, era obvio que se había maquillado antes de venir.
—¿Ustedes son del FBI? —preguntó el hombre.
—Sí —dijo Chloe rápidamente, para que el hombre captara que ella también estaba presente, no solo la otra agente rubia, bonita y alta.
—Agentes Rhodes y Fine —dijo Rhodes—. ¿Y tú eres?
—Detective Ralph Palace, del Departamento de Homicidios de Maryland. Solo estoy tomando algunas notas finales, ya que tengo entendido que este caso es de ustedes ahora.
—Háblanos del caso —dijo Chloe.
—Es bastante básico. Asesinato relacionado con pandillas. La MS-13 tiene una gran presencia en esta zona, así que suponemos que es la culpable. Los cuerpos de un esposo, esposa e hijo de trece años de edad fueron retirados ayer en la tarde, después de siete horas de la policía haber recibido la llamada. Algunos vecinos llamaron y reportaron que escucharon disparos, y el lugar terminó así. —Agitó los brazos por el apartamento para indicar el desorden—. La policía descubrió que el padre de familia estuvo involucrado con la pandilla rival, los Binzos.
—¿Si la pandilla MS-13 está implicada, por qué el ICE no está trabajando en este caso? —preguntó Chloe.
—Porque no se ha demostrado eso aún —dijo Palace—. Tenemos que estar bastante seguros respecto a los crímenes de pandillas relacionados con inmigrantes. De lo contrario, podríamos tener que lidiar con demandas y quejas sobre el trato injusto de grupos étnicos. —Negó con la cabeza y suspiró—. Así que sería genial si pudieran descubrir qué fue lo que pasó.
Luego, el hombre se dirigió a la puerta principal y sacó una tarjeta de presentación de su cartera. No fue nada sorprendente que se la entregó directamente a Rhodes antes de decir: —Llámame si necesitas algo más.
Rhodes no se molestó en responderle mientras se metió la tarjeta en el bolsillo. Chloe supuso que ya estaba acostumbrada a que los hombres se la comieran con los ojos. Estaba segura de que este encuentro con el detective Palace había sido solo un momento tedioso más.
Chloe se tomó un momento para mirar alrededor del lugar. Alguien había volcado la mesa de centro. Algo, al parecer un refresco oscuro, había sido derramado de la mesa durante el tumulto. El líquido oscuro se había mezclado con lo que parecía sangre en la alfombra que cubría toda la sala hasta la cocina contigua. Había más sangre salpicada en las paredes. También vio sangre en el piso de linóleo en la cocina.
—¿Cómo quieres dividir las tareas? —preguntó Rhodes.
—No sé. Si hubo disparos, es probable que una perforó una de las paredes del piso. Y dado lo desordenado que está el lugar, no fue un tiroteo simple. Hubo forcejeo. Y eso me dice que es probable que haya huellas dactilares en algún lugar.
Rhodes asintió. —También tenemos que averiguar cómo entró el asesino. ¿Le echaste un vistazo a la puerta principal? No hay señales de allanamiento de morada. Eso quiere decir que uno de los familiares dejó entrar al culpable, tal vez alguien que conocían bien.
Chloe estaba de acuerdo con todo esto y se encontró impresionada con Rhodes y la forma en que ya había comprobado la puerta siquiera antes de entrar.
—¿Por qué no echas un vistazo afuera para ver si ves alguna señal de allanamiento de morada? —sugirió Rhodes—. Voy a ver si puedo descubrir qué armas fueron utilizadas aquí. También veré si hay fragmentos de bala o algo por el estilo.
Chloe asintió con la cabeza, pero ya estaba sintiendo que Rhodes estaba haciendo todo lo posible para dirigir la investigación. Chloe se lo tomó bien, sin embargo. Basándose en lo que Palace les había dicho, y el hecho de que este había sido asignado a dos nuevas agentes con la supervisión de un subdirector, sabía que era considerada una tarea de poca monta en el gran esquema de las cosas. Rhodes quería entrar en un juego de poder, pero no dejaría que eso la inquietara. No todavía, de todos modos.
Chloe salió de la casa, imaginándose todo el escenario en su cabeza. Si el asesino era alguien que la familia conocía, ¿por qué hubo un forcejeo? Si el asesino había utilizado una pistola, tres tiros uno detrás del otro no habría permitido mucho tiempo para un forcejeo. Pero la puerta no se veía forzada. Así que una entrada forzada era mucho más probable. Pero si el asesino no allanó la morada por la puerta principal, entonces ¿por dónde?
Caminó lentamente alrededor del edificio, dándose cuenta que en realidad no era ningún edificio de departamentos. Se sintió segura de que se trataba de una vivienda urbana de las que el gobierno construía para la gente necesitada. Estaban en el último de otros cuatro edificios idénticos, separados por hierba casi muerta.
No encontró nada en el lado izquierdo. Solo encontró un pequeño tanque de gas y un grifo roto donde una manguera de agua estaba enrollada inútilmente en el suelo. Pero cuando dio la vuelta, vio varias cosas. En primer lugar, había tres ventanas. Una miraba a la cocina y las otras dos miraban a los dormitorios. También había unas escaleras de hormigón que conducían a una puerta trasera. Comprobó esta puerta y la encontró cerrada con llave. Daba a un área muy pequeña que parecía haber servido como un cuartito de la entrada. Encontró unos pares de zapatos sucios en el suelo y un abrigo sucio hecho jirones colgaba de un gancho en la pared. Comprobó la puerta y el marco y no vio nada fuera de lugar. No parecía forzada.
Volvió a cada ventana, en busca de algo sospechoso, y definitivamente encontró algo cuando miró la tercera ventana, la cual daba al dormitorio principal. Vio que le faltaban dos trozos de madera al marco. Uno era en el borde inferior, donde el marco tocaba el borde del vidrio. El otro estaba a lo largo de la parte superior de la parte inferior del marco. Lo que había astillado la madera había hecho que una grieta se formara en el vidrio.
No quería tocar nada por miedo a dañar cualquier huella que pudo haber quedado atrás. Pero a lo que se puso en puntillas, vio que esa grieta en la madera le hubiera permitido a alguien de afuera abrir el pestillo de la ventana.
Volvió a entrar por la puerta trasera y se dirigió al dormitorio principal. No encontró ninguna señal que indicara que alguien había entrado por la ventana. Pero también sabía que era posible que levantaran huellas de la ventana, lo que indicaría lo contrario.
—¿Qué estás haciendo?
Se dio la vuelta y vio a Rhodes parada en la puerta de la habitación. Tenía una mirada escéptica en su cara mientras estudiaba a Chloe.
—Esta ventana ha sido manipulada desde afuera —dijo Chloe—. Tenemos que levantar huellas.
—¿Tienes guantes para pruebas? —preguntó Rhodes.
—No —dijo Chloe. Eso le pareció irónico. Si hubiera comenzado su día como miembro del Equipo de Evidencias, los tendría encima. Pero como Johnson la había cambiado de departamento ayer, no se le había ocurrido traer nada para recolectar pruebas.
—Tengo unos en mi auto —dijo Rhodes antes de tirarle unas llaves con una mirada de fastidio—. En la guantera. Y por favor cierra el auto con llave cuando termines.
Chloe murmuró unas gracias cuando pasó a Rhodes para salir del dormitorio. Se preguntó por qué Rhodes mantendría guantes para pruebas en su auto. Según tenía entendido, a cada agente se le suministraría el equipo y los materiales apropiados para cualquier caso. ¿A Rhodes ya le habían entregado los materiales necesarios? ¿Su adición tardía al programa ViCAP ya le estaba comenzando a pasar factura?
Salió y encontró una caja de guantes de látex en la guantera de Rhodes. También encontró un kit de pruebas, el cual también se llevó. Era un pequeño kit de emergencias, pero era mejor que nada. Y aunque demostraba que Rhodes estaba preparada, también indicaba que no tenía ninguna intención de ayudar a Chloe. ¿Por qué mantener en secreto que tenía guantes y un kit de pruebas en su guantera a menos que ella hubiera planeado quedárselos?
Decidida a no dejarse abrumar por tales detalles, Chloe se colocó los guantes mientras caminó de regreso al departamento. Chloe le entregó el kit de pruebas a Rhodes a lo que pasó por su lado y le dijo: —Supuse que también lo necesitaríamos.
Rhodes la miró feo mientras Chloe se dirigió a la ventana. Chloe verificó el área astillada y se dio cuenta de que tenía razón. Le permitiría a alguien de afuera aplicar suficiente fuerza para abrir el pestillo.
—¿Agente Fine? —dijo Rhodes.
—¿Sí?
—Sé que no nos conocemos, pero te diré esto lo más amable posible. ¡Cuidado con lo que estás haciendo!
Chloe se volvió hacia Rhodes y le dio una mirada desafiante: —¿Disculpa?
—¡Mira la alfombra bajo tus pies por el amor de Dios!
Chloe bajó la mirada y el corazón le dio un vuelco. Había una pisada parcial allí. Estaba hecha de lo que parecía ser polvo y barro.
Y ella la había pisado.
«¡Mierda!», pensó.
Dio un paso atrás rápidamente. Rhodes tomó su lugar en la ventana, arrodillándose para mirar la huella. —Espero no la hayas arruinado —espetó.
Chloe se tragó la réplica que tenía en la punta de la lengua. Después de todo, Rhodes tenía razón. Había pasado por alto algo tan obvio como una pisada.
«Es porque no estoy concentrada —pensó—. Tal vez el hecho que Johnson me cambió de departamento me está afectando.»
Pero sabía que esa era una mala excusa. Después de todo, lo único que habían hecho en esta escena del crimen era recopilar pruebas… que era lo que había querido hacer después de todo.
Sintiéndose avergonzada y enfurecida, Chloe salió de la habitación para calmarse.
—Dios mío —dijo Rhodes mientras miraba la pisada—. Fine, inspecciona la casa a ver qué más encuentras. Hay agujeros de bala en la pared de la cocina que aún no he inspeccionado. Veré si puedo salvar esta pisada.
Chloe tuvo que volver a morderse los comentarios que tenía en la punta de la lengua. Sabía que no tenía razón, y eso significaba que tenía que pasar por alto la irascibilidad de Rhodes. Así que guardó silencio mientras se dirigió hacia la zona central de la vivienda, con la esperanza de encontrar algo para redimirse.
Fue a la cocina y vio los agujeros de bala que Rhodes había mencionado. Vio los cartuchos en cada agujero, a varios centímetros de profundidad en el yeso. Estaba segura de que sería capaz de descubrir qué tipo de arma había sido utilizada basándose únicamente en eso. Estos agujeros de bala eran pistas fáciles que les darían información suficiente para mantener el caso viento en popa.
«Tal vez encuentre otra cosa», pensó.
Se dirigió de nuevo al pasillo y se detuvo donde conectaba con la sala de estar. Si el asesino había entrado por la ventana del dormitorio principal, el tiroteo probablemente había comenzado aquí. La falta de sangre y caos en el dormitorio indicaba que nada violento había sucedido allí.
Miró hacia el sofá y vio el chorro de sangre en el piso delante de él.
«Ese probablemente fue el primer disparo», pensó.
Observó la distribución del lugar y vio todo en su cabeza. El primer disparo había matado a alguien en el sofá. Eso hizo que la persona que estuvo sentada en el sofá saltara rápidamente, tal vez tumbando la mesa de centro. La persona tal vez tropezó con ella o trató de saltar sobre ella. La sangre y el refresco al otro lado de la mesa de centro indicaban que esta persona no sobrevivió.
Caminó lentamente a la sala de estar, siguiendo el camino que asumía las balas habían seguido. La cantidad de sangre seca en la parte trasera del sofá la hizo entender que la persona que había estado sentada allí murió al instante. No vio ningún orificio de salida, lo que indicaba que la bala se había alojado en la cabeza de la víctima.







