El crecimiento empieza donde la acusación termina

- -
- 100%
- +
Hay una emoción válida y que es condenada casi universalmente y es la autocompasión. Se oye la frase “No haces más que complacerte de vos mismo”, ignorando por supuesto, que la autocompasión es un recurso que tiene el ser humano para ocultarse ante una pena, aislarse y volver a levantarse. De lo contrario, corremos el riesgo de la mecanización, sin espacios interiores para nuestros sentimientos y emociones. Por ejemplo, aislarse para llorar por alguna tristeza, retirarse de una relación donde se profieren palabras desedificantes, permitirse drenar evangélicamente con un amigo espiritual, con un director espiritual, con el Señor en el Sagrario o con un crucifijo en nuestras manos.
Por todo lo desarrollado hasta el momento, nos damos cuenta que para el sistema de pensamiento del ego resulta esencial la creencia de que el mundo exterior es la causa de nuestro dolor. No es extraño, que al levantarnos tengamos el pensamiento amedrentado de ¿“qué cosa horrible me pasará hoy?”.
La mente de nuestro ego hace que las cosas parezcan muy complicadas. Su consigna es “busca, pero no encuentres jamás lo que buscas”. Al animarnos en buscar permanentemente defectos en todo, y hacer juicios y condenas de todo, el “ego” bloquea nuestra conciencia del amor que buscamos.
Al decir verdad, el amor y la autoagresión que sugiere la conciencia culpógena no pueden coexistir, aunque el ego trata de hacernos creer que sí. Entonces, cuando fracasamos en la búsqueda de la felicidad, el ego nos convence de que nuestros miedos, culpa o infelicidad, son causados por alguna persona o causa externas.
Como dice San Pablo: “… examínenlo todo y quédense con lo bueno”, 1ª Tes 5, 21. Freud, si bien no abrazó la fe cristiana, tiene aportes psicológicos altamente reconocibles. En su obra titulada “El yo y el ello”, desmembra tres sistemas de la mente humana: “El yo”, “el Superyó” y “El ello”. Vamos a tomar sólo los conceptos y a aplicarlos a un texto paulino.
“El yo”: es el encargado de los intereses de una persona. Por tanto, coordinador de toda la persona.
“El superyó”: está constituido con los principios morales que son “introyectados”. Para Freud es el heredero del complejo de Edipo.
“El ello”: es la parte inaccesible y más oscura de la personalidad. Por eso, Freud la designa con pronombre impersonal. Es su opinión, del “ello” surgen los impulsos pulsionales e instintivos.
Tomemos las luchas que el Apóstol Pablo presenta en Rom 7, 23-24: “Observo que hay en mis miembros otra ley que lucha contra la ley de mi razón y me ata a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Ay de mí!, ¿Quién podrá librarme de este cuerpo que me lleva a la muerte?
A la luz de lo anterior, se podría leer así: “Según mi SUPERYÓ, me deleito en la ley de Dios, pero veo otra ley en mi ELLO que hace guerra contra la ley del SUPERYÓ y me hace prisioneros de la ley del pecado que está en mi ello. Pobre de mi YO (ego) humano”.
Lo que en versículo 24 se traduce como “Ay de mí” o “Miserable de mí”, en griego es talaíporos ego ánthropos: “miserable yo hombre (soy). En nuestro sentido: “Pobre de mi YO humano”. En breve, el ello es totalmente inconsciente mientras que el yo y superyó tienen una parte consciente y otra inconsciente.
Nos preguntamos, nos respondemos:
¿He dejado de dar vueltas a mi pasado plagado de errores?
¿He olvidado mi sensación de vergüenza por mis fracasos y remordimientos?
¿Puedo decir con honestidad y paz: “Ése es quien yo era, mi antiguo yo, no quien soy ahora, mi nuevo y actual yo?
¿Respeto mis espacios de silencio, de interioridad, personales o comunitarios?
¿Expreso mis emociones y sentimientos? ¿A quién? ¿Cómo?
“Yo, el Señor, sondeo el corazón
y examino las entrañas,
para dar a cada uno según su conducta,
según el fruto de sus acciones”.
Jeremías 17, 10
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.






