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El fotógrafo de estilo fotoperiodístico busca narrar una historia completa de la boda, por lo que empezará con el proceso de vestirse de los novios, continuará en la ceremonia y seguirá disparando en la fiesta y el baile. Al cobrar una cantidad fija por todo el reportaje puede dedicar su atención a pequeños detalles y gestos entre los participantes que aportan fotografías importantes para la narración, pero que en una boda tradicional no estarían entre las fotografías escogidas para incluir en el álbum o para pedir copias por los familiares.
Todo puede ser importante para la narración. Documente exhaustivamente los detalles, como los zapatos, la tiara o los anillos, que contribuyen con sus primeros planos a dar variedad al relato. Siga a los participantes continuamente, capte la interacción entre ellos, incluso si son pequeños gestos o movimientos. Un niño acercándole el ramo a una novia, una mano posándose sobre otra o el beso de una amiga a la novia en la siguiente fotografía transmiten sentimientos al espectador, haciéndole que se sumerja más en la historia que desee narrarle. El fotógrafo de este estilo no sugiere ni dirige las poses, sino que recurre a provocar sentimientos en la pareja —por ejemplo, sugiriéndoles que comenten el momento en que se conocieron o qué sintieron cuando hablaron por primera vez de casarse— para que ellos se olviden de la cámara, se miren o se rían… ¡y entonces disparar su cámara! mientras están distraídos y ensimismados en su diálogo.

En el día de la boda se suceden muchos momentos fugaces de una gran intensidad emocional, por lo que el fotógrafo de estilo fotoperiodístico debe estar muy concentrado en todo lo que ocurre para poder atraparlos. Esta imagen, tomada mientras se maquillaba a la novia, logra captar muchas de las emociones de sus personajes, entre ellas alegría, ternura, amistad, ilusión y esperanza. A los fotógrafos de El Marco Rojo les gusta mucho asistir al proceso de vestirse de los novios, pues el entorno más íntimo de una habitación propicia que la familia y amigos expresen más fácilmente sus emociones.
Nikon D-750, 35 mm, ISO 800, f/3,5, 1/80 segundos.

Un retrato de grupo no tiene porqué ser aburrido. Para evitarlo no hay nada mejor que buscar una acción sencilla y pedir a los participantes que la realicen simultáneamente, ya sea dar un paso al frente o saltar desde una silla. Mida la exposición y ajuste su cámara para disparar en modo ráfaga a la máxima velocidad que le permita su cámara. Después elija la mejor toma en la edición y cree una historia divertida en vez de un retrato de grupo convencional. El Marco Rojo.
Nikon D4, 85 mm f/1,4, ISO 320, f/5,6, 1/250 segundos.
No se preocupe por el número de fotografías que tome, sino por buscar la esencia de este estilo: transmitir emociones. Al realizar una boda con este estilo es normal que vuelva a su estudio con tres o cuatro mil fotografías. No se agobie por esas cantidades, ya le indicaré en capítulos posteriores cómo seleccionarlas rápidamente y construir una historia.
Aunque algunos fotógrafos de este estilo se niegan a realizar imágenes de grupos, suelen hacer algunas concesiones, sobre todo por la insistencia de los propios participantes en tener las fotografías que tradicionalmente han visto en todos los álbumes de bodas. Aquí el fotoperiodista puede aportar su toque personal de frescura y humor para distanciarse de la fotografía de grupo habitual. En vez de pedirles que se coloquen ordenadamente mirando a la cámara y sonriendo, indíqueles que realicen alguna acción: desde situarse en círculo alrededor de la novia a que den un paso de baile. Víctor Martí insiste en “la importancia de realizar estos grupos durante el cóctel porque dejarlo para más adelante supone un riesgo importante, ya que no es tan fácil reunir a las personas y, en general, están ya más en otra dinámica. Sugiérales a los novios que limiten el número de grupos para que no se convierta en una sesión interminable y puedan disfrutar del cóctel y de la celebración de la boda”.
Suele ocurrir que algunos de los invitados desean también tomar fotografías de los grupos. Además de que no podrá hacer mucho por impedírselo, considere que usted facturará por el reportaje y no por las copias vendidas, por lo que realmente no le supondrá ningún perjuicio a su facturación. Quizás hasta beneficiarse de dicha situación porque animen a la acción a los que están en el grupo y contribuyan a un ambiente más distendido. Ahora bien, insístales en que siempre se mantengan a una cierta distancia para no interferir en su trabajo y disparen simultáneamente sus tomas para que todo el proceso no se retrase.
Estilo retrato creativo: crear sobre el evento
El estilo de retrato creativo está inspirado por las sesiones fotográficas para revistas de moda y por mucha de la fotografía creativa contemporánea. La cobertura de la boda suele incluir algunas fotografías de la ceremonia en un estilo más fotoperiodístico o tradicional; sin embargo, en otros momentos no está limitada al seguimiento de los personajes que implica el estilo fotoperiodístico, sino que el fotógrafo interviene para dirigir la atmósfera general que desea ofrecer en cada escena.

Los reportajes de Xpression International pertenecen al estilo de retrato creativo, pues la mayoría de sus fotografías, como ésta, tomada en el interior de la Alhambra de Granada, no se diferencian de las mejores imágenes en la historia de la fotografía de moda. En esta imagen se condensan las claves de su estilo: una cuidada composición y atención al color, acentuando el contraste con los colores pasteles de la fotografía mediante los velos rojos, una iluminación que destaca las formas y texturas de los tejidos y una exposición perfecta para captar todos los detalles de un entorno espectacular.
15 mm f/2,8, ISO 800, f/3.2, 1/80 segundos.
El fotógrafo selecciona escenarios interesantes o sorprendentes, donde busca o añade iluminaciones que provoquen una atmósfera, ya sea de ensoñación o dramática. Sugiere acciones, movimientos y poses a la pareja, tal como si estuviera dirigiendo una película. Busca puntos de vista y encuadres inusuales, que le permitan destacar las formas de los edificios de alrededor o concentren la mirada sobre la pareja. También este estilo suele incorporar mucha postproducción digital, desde añadir una atmósfera determinada de luz a la escena a retocar bastante la piel y los cuerpos de los participantes.
En la mayoría de las imágenes de este estilo puede decirse que se combinan la creatividad del fotógrafo y la personalidad de la pareja que se casa para concebir imágenes de gran belleza. Muchos personajes famosos contratan a estos fotógrafos porque desean que expresen sus bodas con su estilo característico, incluso sabiendo que los elevados gastos de producción de este tipo de fotografías les costarán varios miles de euros. De hecho, su demanda es cada vez mayor, entre otras cosas porque la difusión de cobertura de bodas de personajes populares en las revistas está provocando que muchas otras parejas, incluso de menor capacidad económica, deseen lo mismo para sus propias bodas.
Dentro de este estilo general pueden identificarse numerosos subestilos. Entre los más habituales y demandados se encuentran los siguientes:
•Estilo de vida (Lifestyle): El fotógrafo desea añadir un tono más desenfadado a la documentación de las aficiones y actividades de la pareja. La parte del reportaje más centrada en los protagonistas suele realizarse en una sesión preboda o postboda en algún entorno apropiado. Por ejemplo, si a la pareja les gustan los caballos y la vida rural, se podría efectuar en un club hípico; mientras que si prefieren el surf, ¿por qué no situarlos en una playa con otros deportistas?
•Dramático: En este estilo el fotógrafo busca crear atmósferas de luz únicas, mediante la aplicación abundante de flashes portátiles, accesorios de iluminación y gelatinas de colores. Muchos de estos trabajos se ejecutan de noche para poder usar solamente luz artificial y crear efectos aún más impactantes.
•Ensoñación: La intención es trasladar al espectador a mundos imaginarios seleccionando escenarios que puedan alejarle de la realidad más inmediata, incluso usando técnicas de montaje fotográfico, y también por medio de recursos técnicos como dejar fuera de foco grandes áreas de la imagen, usar tonos pasteles o, al contrario, muy saturados, zonas muy sobreexpuestas, etc.
•Vintage: Cuando los escenarios y elementos de atrezo de las fotografías en el reportaje buscan reflejar una atmósfera de tiempos pasados. Preste mucha atención a los detalles y el estilismo para no caer en reproducir fotografías demasiado antiguas. Si busca recrear décadas anteriores (de 1960 a 1980), sitúe a la pareja en un bar de aquellos años o en un Volkswagen escarabajo de entonces, no en un coche antiguo de época. Habitualmente los fotógrafos de este estilo se apoyan mucho en cámaras antiguas de película o en un procesado digital que recrea los efectos de desvanecimiento y pérdida de algunos colores en los positivos fotográficos antiguos y las películas instantáneas tipo Polaroid.

El equipo del fotógrafo de retrato creativo incluirá dos o más cámaras digitales con objetivos muy similares a las usadas en el estilo fotoperiodístico, es decir ópticas luminosas, habitualmente de distancia focal fija y con aperturas máximas entre f/1,4 y f/2,8. También suelen añadir alguna óptica especial (lentes de foco variable o lentes de efectos tipo LensBaby) y filtros para varios efectos (filtros difusores, degradados, polarizadores, etc.).
Aunque muchos de estos fotógrafos usan bastante la luz natural, les gusta tener el control del color y del balance de luces y sombras en todo momento. Por ello no dudan en llevar varios flashes portátiles o incluso flashes de estudio con sus generadores, además de sus trípodes y accesorios, para lograr controlar al máximo la iluminación en todo tipo de circunstancias y permitirles crear atmósferas de luz únicas para cada imagen.

Durante la mayor parte del día de la boda, el fotógrafo de retrato creativo trabajará de forma muy parecida al fotoperiodista. En la preparación del novio y la novia buscará lograr una narración coherente y variada. Efectuará tomas de los detalles que le interesen, modificando su posición o iluminación si es necesario; así como algunas fotografías que recojan las acciones que van transcurriendo. También buscará un par de lugares especiales donde su ayudante irá preparando la iluminación, para después situar a los novios por separado y captar los retratos con poses sugeridas por el propio fotógrafo.
Mientras se celebra la ceremonia no hay lugar para excentricidades creativas, ya que la mayoría de las parejas desean que estas fotografías sean percibidas como naturales, por lo que es mejor volver a un estilo fotoperiodístico que colisione lo mínimo posible con los rituales del enlace. Después de la ceremonia y antes de la celebración, el fotógrafo y la pareja se ausentarán a los sitios escogidos para la sesión de fotografías más elaboradas y creativas. Si las localizaciones se encuentran demasiado lejos, la logística para llegar y realizar con un mínimo de tiempo las fotografías puede ser compleja. En ese caso, o también si se desea tener una boda menos interrumpida por la sesión de retrato creativo, debería hablar con los novios durante la fase de planificación y contratar una sesión de preboda o postboda para esas fotografías especiales.
Debido a la mayor complejidad técnica de las iluminaciones usadas en este estilo, suele ser habitual requerir de otro fotógrafo o de un ayudante, que vaya preparando la iluminación de la siguiente escena mientras el fotógrafo se encuentra realizando las tomas de la anterior. Este es un asunto importante que debe hablarse previamente con la pareja y realizar el presupuesto de forma acorde.
Desarrolle su propio estilo
Si usted desea establecerse como fotógrafo de bodas, es muy probable que ahora se encuentre pensando qué estilo de los anteriores se adapta más a su personalidad, conocimientos y experiencia. Tanto si es autodidacta como si ha estudiado fotografía en una escuela, posiblemente la mejor forma de iniciarse en este campo profesional es trabajar como ayudante de un fotógrafo de bodas ya establecido. En este caso, el estilo de dicho fotógrafo marcará seguramente una primera senda para comenzar su propia investigación, pues le dará las bases técnicas y prácticas necesarias para posteriormente evolucionar hacia su propio estilo más personal.
Si no ha trabajado con ningún fotógrafo de este campo, pero sí cuenta con alguna experiencia en otros tipos de fotografía, pregúntese si puede adaptar lo aprendido en su trayectoria profesional al campo de la fotografía de boda. Víctor Martí y Antonio Trigo (El Marco Rojo) decidieron plantear la cobertura de sus bodas de una forma similar a cómo realizaban sus reportajes con la cámara de vídeo en mano para la televisión. También profundice en otros fotógrafos clave para usted, aunque sean de otras especialidades. Víctor Martí considera que “han sido claves para su evolución los fotoperiodistas desde los más clásicos hasta los actuales: Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, Robert Frank, William Klein, Mary Ellen Mark, Sebastiao Salgado, Steve McCurry o James Nachtwey, así como los españoles Ramón Masats o Cristina García Rodero. También en nuestros comienzos —continúa Víctor Martí— nos fijábamos mucho en los mejores estudios norteamericanos de fotografía de boda que eran un referente para nosotros. Hemos aprendido mucho de los estudios canadienses Davina+Daniel y Two Mann, así como del mejicano Fer Juaristi, por su forma de considerar las bodas y cómo editan sus trabajos”.

Desde sus comienzos, la fotografía de arquitectura ha sido una de las preferencias de los fotógrafos de Xpression International y les han encargado muchos trabajos en ese campo; por ello, fue una consecuencia lógica aplicar todos sus conocimientos y experiencia en esa especialidad a sus reportajes de boda. En esta fotografía han capturado la emoción de la entrada de la novia con el padre pero también han recogido la impresionante bóveda de la basílica de San Juan de Dios en Granada.
15 mm f/2,8, ISO 3200, f/3,2, 1/80 segundos.
Revise sus mejores fotografías realizadas hasta la fecha, busque identificar en ellas algunas pistas que le puedan guiar en el desarrollo de su propio estilo. Si posee gran cantidad de imágenes donde se acerca mucho a sus personajes, recogiendo sus gestos y expresiones, probablemente se sentirá cómodo aplicando el estilo fotoperiodístico a sus reportajes de boda. En caso de tener un buen conjunto de trabajos con modelos y empresas de moda, busque aplicar esa experiencia a sus reportajes de boda con una forma más cercana al retrato creativo. Si en cambio se encuentra con imágenes de arquitectura y paisajes muy elaborados, posiblemente un estilo más tradicional y pausado, donde todo está más controlado, se adapte mejor a usted. Una vez escogido su punto de partida, a medida que realice más bodas, su estilo se irá definiendo cada vez con mayor claridad.
No les diga a sus clientes que puede ofrecerles cualquier tipo de reportaje de boda. En primer lugar porque no podrá cumplirlo, les creará frustración a ellos y a usted, haciendo que en poco tiempo su reputación pueda caer por los suelos. Cualquier estilo exige realizar un buen número de bodas para dominarlo, por lo que será mejor que concentre todo su esfuerzo en mejorar su técnica y lograr que, con la práctica, sus reportajes sean cada vez fluidos. Además, si logra dominar un estilo y añadirle su sello personal, habrá logrado posicionarse de forma diferente frente a los competidores, lo que redundará en una mayor facilidad para promocionarse y hacer que sean las propias parejas las que lo busquen.
Sobre todo piense que no hay un estilo mejor que otro a la hora de realizar el reportaje de una boda. Hay parejas para todo tipos de estilos fotográficos. Lo importante para ellos es que usted, como profesional, pueda garantizarles que el reportaje de ese día único será similar en calidad a los que pueda haberles mostrado en su porfolio.
Atención a las prioridades de las parejas
Aunque le contraten a usted por su estilo creativo y original, asegúrese de hablar con la pareja sobre todas las fotografías que ellos consideran importantes para que pueda garantizarles su cobertura. En algunas ocasiones los novios pueden dar por asumido que, además de sus fotografías con un estilo más personal y artístico, usted realizará la cobertura de toda la ceremonia y de los grupos. Especifique claramente todos esos puntos en el contrato y pídales a la pareja que lo revise con atención, anotando explícitamente las ceremonias y los grupos que desean incluir en el reportaje.
Además, solicíteles que mencionen a aquellos familiares y amigos especiales para los novios. Piense que si usted no concreta que la mejor amiga de la novia es aquella chica extranjera, tímida, que fue su compañera de curso en Inglaterra, resultará muy probable que no aparezca en ninguna imagen con la consecuente frustración de la novia.

Analice buenas fotografías de boda… y de otras especialidades fotográficas
Seleccione un pequeño número de imágenes de sus fotógrafos favoritos —no sólo de boda, sino también de moda, publicidad u otras especialidades fotográficas— y analícelas en profundidad. Si puede le aconsejo que las imprima o que las consulte en un libro, para poder apreciarlas más tranquilamente; pues desgraciadamente en la era Internet no nos detenemos lo suficiente a observar las fotografías relajadamente, ya que exploramos las galerías y páginas web a toda velocidad. Sobre cada una de ellas analice qué le ha motivado a elegirla, qué iluminación ha usado, cómo está compuesta la imagen, etc. A menudo realizo el ejercicio de pedir a mis alumnos que escojan una de sus fotografías favoritas y se concentren en mirarla sin distracciones durante al menos diez minutos. Mientras tanto deben escribir lo que la imagen les va sugiriendo, qué cosas nuevas ven en ella, que aspectos técnicos o compositivos aprecian, etc. Normalmente después de los dos primeros minutos les resulta difícil continuar el ejercicio; sin embargo, si mantienen su atención pasado este punto, suele ocurrir que empiezan a entusiasmarse al apreciar muchas cosas que se les había pasado por alto. ¡Pruebe a hacerlo con algunas de sus imágenes favoritas; seguro que descubrirá muchas de sus claves ocultas a primera vista!
Evite los ‘efectos de moda’
Sus clientes desean un álbum que sea atractivo para ellos, para sus hijos y para sus nietos. Si aplica algún efecto que pueda ser popular ahora, debería considerar cómo puede apreciarse dentro de unos años. ¿Recuerda la moda de convertir a blanco y negro toda la fotografía excepto una pequeña zona en color? ¿O los novios reflejados en todo tipo de objetos? ¿O, yendo aún más atrás en el tiempo, aquellas fotografías con mucho flou (desenfoque suave) y grano de la época hippie en la década de 1970? Todos recordamos técnicas aplicadas a la fotografía de boda que a día de hoy se aprecian como caducadas. Evidentemente las fotografías que realice cualquier fotógrafo van a ser herederas de la técnica actual y de las influencias del arte, la cultura y la sociedad que haya recibido y siga recibiendo. Sin embargo, una cosa es que su fotografía tenga una apariencia contemporánea y otra es que busque todo tipo de efectos para conseguir artificialmente dotar de un aire de modernidad a sus fotografías. Si aplica efectos en la toma y/o en el procesado, recuerde que debe aplicarlos de forma discreta, para que el protagonismo en sus reportajes de bodas lo sigan teniendo los personajes de sus fotografías y las historias que ocurren ese día.
La inspiración como punto de partida, no para copiar directamente
Busque en otros fotógrafos y artistas algún elemento que le sirva como base para empezar a crear sus propias imágenes. No pretenda copiar aquella fotografía de boda que le pareció lo máximo, porque en el mejor de los casos sólo conseguirá una copia mala. Piense que esa imagen es el resultado de muchos factores e incluso si lleva a la pareja al mismo lugar, los ilumina de forma parecida, dispara con el mismo objetivo… habrá factores que le resultarán imposibles de clonar: sus protagonistas, sus personalidades y las reacciones a sus indicaciones y, en general, su forma de interactuar con ellos. Elija algún elemento inspirador de esas fotografías favoritas —la suavidad de la luz, las composiciones en diagonal, las sombras interesantes proyectadas o cualquier otro— y busque aplicarlo, no copiarlo, en sus próximos reportajes.
Exprima su equipo en días de experimentación, no en las bodas
En días que no tenga reportaje de boda, seleccione algún elemento de su técnica —puede ser un objetivo o una nueva ventana para su flash— aplíquelo de varias formas a diferentes sujetos, usando todas las posibilidades que le ofrecen las variaciones de ese elemento. Si por ejemplo elige un objetivo, un día puede disparar todas las fotografías con los diafragmas más abiertos que le permita dicho objetivo, otro día puede buscar sobreexponer algunas zonas de los fondos, otro a desenfocar mucho algún primer plano incluido en la escena.

La experimentación para conseguir fotografías panorámicas verticales de interiores de edificios le ha permitido a Xpression International dominar esta técnica, incluso en situaciones muy complejas de iluminación. José Luis Guardia subraya “la importancia de medir muy bien, de equilibrar la exposición en situaciones como la de este contraluz donde conseguimos recoger el detalle en sombras del bello artesonado del techo así como de la Alhambra a través de la ventana”.
15 mm f/2,8, ISO 800, f/4, 1/60 segundos.
Coherencia en los días de boda
Sin embargo, en los días de boda debe dejar a un lado la experimentación continua anterior. En el reportaje de boda es muy importante conseguir coherencia, es decir, que el conjunto del reportaje posea una unidad de estilo. Por ello, si le gusta usar un diafragma intermedio, f/4 por ejemplo; porque ha observado que en sus objetivos zoom de apertura máxima f/2,8, usar f/4 le permite obtener una buena resolución, a la vez que una profundidad de campo limitada para obtener una buena separación del fondo. Entonces aférrese a ese diafragma f/4, realice la mayor parte de sus fotografías con ese diafragma y logrará tener una coherencia en todas ellas, lo que le permitirá combinarlas en el álbum o audiovisual de la boda sin problemas de transición entre unas y otras.