Desafíos para la seguridad y la defensa en el continente americano 2020-2030

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Unirse a la OTAN era una prioridad para Canadá; incluso algunos países europeos argumentaron que, en el mejor de los casos, la contribución de Canadá a la alianza sería mínima y, por lo tanto, probablemente irrelevante. Sin embargo, con la ayuda de la insistencia de Estados Unidos, Canadá fue invitado a participar en la alianza. La motivación de Canadá fue doble. En primer lugar, Canadá quería demostrarle a la opinión pública, pero también a las naciones europeas, que el país tenía un interés en la defensa de Europa Occidental. Canadá creía que, al hacer esto, podría ampliar sus relaciones económicas12. Al final de la Segunda Guerra Mundial, casi todo el comercio de Canadá era con Estados Unidos. La OTAN debía ayudar a Canadá a mantener una presencia en Europa, y esto a su vez podría resultar en un beneficio económico. En segundo lugar, de acuerdo con la idea de una defensa común, los responsables de la toma de decisiones canadienses creían que, si Canadá ayudaba a defender a Europa Occidental, entonces Europa Occidental acudiría en ayuda de Canadá si fuera necesario13.
En su mejor momento, Canadá mantuvo una brigada de infantería mecanizada en Alemania Occidental a partir de la década de 1950, así como la Primera División Aérea, que constaba de 12 escuadrones de combate, cada uno con aproximadamente 12 interceptores de ataque totalmente modernizados; algunos contaban con capacidad de ataque nuclear. Sin embargo, en 1993, Canadá había retirado casi todos sus activos militares de Europa a medida que los recortes presupuestarios comenzaron a afectar las Fuerzas Armadas Canadienses. De hecho, ese año las capacidades militares de Canadá sufrieron enormemente por las restricciones fiscales. Se cancelaron los proyectos de modernización y se redujo el número de personal activo. El compromiso de Canadá con el mantenimiento de la paz, que había sido un sello distintivo de la política de defensa y seguridad canadiense, se redujo drásticamente. El prestigio de Canadá, como pacificador y combatiente, sufrió significativamente en la década de 1990 y se la conoce como la “década oscura”14. La década de 1990 fue particularmente difícil para las Fuerzas Armadas de Canadá debido al fracaso en dos despliegues. El primero ocurrió en 1993, en Somalia, donde se descubrió que varios paracaidistas canadienses habían torturado y posteriormente asesinado a un joven somalí bajo su custodia. Los investigadores determinaron que el entrenamiento y la mentalidad de la unidad contribuyeron al comportamiento del personal directamente involucrado. No solamente los soldados estaban directamente involucrados, sino que fueron encontrados culpables de delitos graves, y por otro lado, el oficial al mando también fue acusado de mala conducta, lo que llevó al regimiento a ser desmantelado permanentemente. Finalmente, el jefe de Gabinete y el ministro de Defensa renunciaron. A este episodio se le conoce como “La vergüenza de Canadá” y es, sin duda, el momento más oscuro de la historia militar canadiense.
El segundo despliegue que evidenció una falta de preparación se produjo con la contribución de Canadá a la guerra en Kosovo y Serbia, en 1999. La Fuerza Aérea desplegó un escuadrón de F-18 para la misión, el cual estuvo involucrado en varias campañas de ataque terrestre durante la guerra. Sin embargo, el problema con los F-18 de Canadá era que no tenían la aviónica adecuada para las misiones nocturnas. Por lo tanto, los F-18 de Canadá fueron relegados a misiones diarias con condiciones de vuelo casi perfectas. La misión en Kosovo demostró de forma muy clara y públicamente cómo una década de negligencia había impactado dramáticamente las capacidades de lucha de guerra de Canadá.
Canadá recuperó su reputación de tener un Ejército moderno y capaz con la guerra de Afganistán (2001-2013). Canadá envió de manera secreta a su primer grupo de soldados en octubre de 2001 desde la Joint Task Force 2, las fuerzas especiales de Canadá, mejor conocidas por su acrónimo JTF-2. El público canadiense no fue informado del despliegue. Los primeros contingentes regulares de tropas canadienses llegaron a Afganistán en enero-febrero de 2002. En agosto de 2003, las fuerzas canadienses se mudaron a la ciudad norteña de Kabul, donde se convirtió en la nación dominante de la recién formada Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad. Y en febrero de 2005, el ministro de Defensa canadiense anunció que Canadá duplicaría el número de tropas en Afganistán para el próximo verano, de 600 tropas en Kabul a 1.20015.
En la primavera boreal de 2005, los oficiales anunciaron que las fuerzas canadienses regresarían a la volátil provincia de Kandahar a medida que las fuerzas estadounidenses entregaran el comando a los canadienses en la región16. Justo un año después, Canadá tenía un papel importante en la región sur de Afganistán, con el Cuerpo Especial de Afganistán, que formaba un grupo de 2.300 soldados con base en Kandahar. Canadá también comandó la Brigada Multinacional para el Comando Sur, una fuerza militar principal en la región. En mayo de 2006, el gobierno canadiense extendió sus compromisos militares en Afganistán por dos años, reemplazando los planes originales de retirar soldados. En febrero de ese año, el control del Comando Regional Sur fue transferido desde el teniente general de Estados Unidos, general Karl Eikenberry, al general de brigada canadiense David Fraser, en una ceremonia en el aeródromo de Kandahar. En septiembre de 2006, el gobierno canadiense envió un escuadrón de tanques Leopard C2 y entre 200 y 500 soldados adicionales a Afganistán.
El gobierno del entonces primer ministro Stephen Harper extendió la misión militar nuevamente de febrero de 2009 hasta 2011. La extensión de otros casi tres años se centró en la reconstrucción y el entrenamiento de las tropas afganas, y estableció una fecha de retirada.
En diciembre de 2009, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció que enviaría otras 30.000 tropas a Afganistán17, lo que representó un aumento importante. Las tropas canadienses permanecieron principalmente activas en los distritos de Panjwaii y Kandahar, donde estaban ubicadas a fines de 2009. Canadá retiró la mayor parte de sus tropas de Afganistán en 2011, incluyendo al Grupo de Batalla de Infantería a fines de julio y a todo el personal y equipo de Kandahar a fines de diciembre de 2011.
La misión de Canadá no terminó completamente allí. Después del final de las operaciones de combate, las fuerzas canadienses (cerca de 950 del personal especializado recién enviado) fueron reubicadas en la Misión de Entrenamiento de la OTAN-Afganistán para continuar el entrenamiento del Ejército Nacional Afgano y la Policía Nacional Afgana. A finales de 2013, Canadá comenzó a retirar a sus últimos soldados de la misión de entrenamiento. En octubre, la fuerza se redujo a 650 de más de 800 personas y estaba previsto que la retirada de Afganistán se completara en marzo de 2014. El 12 de marzo, el gobierno anunció que el despliegue de Canadá en Afganistán finalmente había terminado. Fue la guerra más larga de Canadá, con una duración de más de 12 años.
Entre el 2001 y el 2014, 159 soldados canadienses murieron durante una misión en Afganistán18. De estos, 123 debido a circunstancias hostiles; 95, por dispositivos explosivos improvisados (IED) o minas terrestres; 21, por granadas propulsadas por cohetes, armas pequeñas o fuego de mortero; 11, debido a ataques suicidas con bombas, y finalmente, uno murió al caer de una posición elevada en un acantilado durante una operación de combate que involucró un tiroteo. Otros 22 soldados fallecieron en accidentes u otras circunstancias no relacionadas con el combate, incluidos siete debido a “fuego amistoso”. Canadá sufrió el tercer número más alto de muertes de cualquier nación entre los participantes militares extranjeros y una de las bajas más altas per cápita de los miembros de la coalición desde el comienzo de la guerra19.
Más de 2.000 soldados resultaron heridos durante la guerra entre abril de 2002 y diciembre de 2011. De ellos, 635 soldados fueron heridos en acción, mientras que 1.412 resultaron heridos en una patrulla o en una situación de no combate. Lo que es particularmente notable sobre la misión de Canadá en Afganistán es que los tomadores de decisión insistieron en que su personal sirviera en una de las áreas más peligrosas de Afganistán: Kandahar. Este fue el resultado del deseo del gobierno de demostrar a la opinión pública y a los aliados por igual que, a pesar de ser una fuerza pequeña, el Ejército de Canadá está abastecido con el equipo más moderno y capaz, y sus soldados están entre los mejores entrenados en el mundo.
La opinión pública tuvo opiniones mixtas sobre la guerra durante los primeros años. Sin embargo, a medida que las bajas comenzaron a aumentar después de 2005, se produjo un efecto de recuperación. El orgullo en las Fuerzas Armadas aumentó dramáticamente. De hecho, el coronel Jamie Cade (hoy retirado), quien fuera el subcomandante de las fuerzas canadienses en Afganistán (2005-2006), argumentó en una entrevista realizada por el autor que la misión fue un éxito rotundo para Canadá y sus Fuerzas Armadas, principalmente porque demostró que el país se había recuperado de los recortes presupuestarios de la década de 1990, pero también porque demostró a sus ciudadanos y al mundo que Canadá podía hacer mucho más que solo mantener la paz.
Otra misión que vale la pena mencionar es la intervención militar en Libia, en 2011, por parte de las naciones de la OTAN. Canadá no solo contribuyó con activos aéreos y navales a la misión, sino que el oficial al mando de todas las fuerzas de la OTAN fue un teniente general canadiense.
Estructura
Un libro blanco de defensa de marzo de 1964 trazó una importante reestructuración de los tres servicios armados separados, describiendo una reorganización que incluiría la integración de operaciones, apoyo logístico, personal y administración de las ramas separadas bajo un sistema de comando funcional. La unificación lograría ahorros de costos y proporcionaría una mejora en comando, control e integración de las fuerzas militares. Sin embargo, el ministro de Defensa fue acusado de no preocuparse por las tradiciones detrás de cada servicio, especialmente por las antiguas identidades de la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea. En lugar de la lealtad a cada servicio —que como lo expresó el historiador militar Jack Granatstein, era “vital para los marinos, soldados y aviadores y mujeres” que “arriesgan sus vidas para servir”— el ministro quería lealtad a las nuevas “Fuerzas Armadas Canadienses”20.
Como parte de la unificación, la Marina Real Canadiense, el Ejército Canadiense y la Real Fuerza Aérea Canadiense se fusionaron y perdieron su condición de entidades legales separadas. La mayoría de los comandos de los servicios anteriores se eliminaron y se crearon nuevos comandos unificados. El personal y el equipo del Ejército se colocaron bajo una entidad conocida como Comando Móvil (más tarde renombrado Comando de la Fuerza Terrestre). El personal de la Marina y los buques fueron puestos bajo el Comando Marítimo. El personal y los aviones de la antigua Real Fuerza Aérea Canadiense se dividieron entre Comando Móvil, Comando Marítimo, Comando de Defensa Aérea, Comando de Transporte Aéreo y Comando de Entrenamiento.
Sin embargo, en agosto de 2011, los tres comandos de combate de las Fuerzas Armadas Canadienses fueron renombrados para reflejar los nombres históricos de los servicios armados originales. El comando aéreo fue cambiado a la Real Fuerza Aérea Canadiense; el Comando Marítimo fue cambiado a la Marina Real Canadiense, y el Comando de la Fuerza Terrestre fue cambiado al Ejército Canadiense. El gobierno realizó los cambios para alinear a Canadá con otros países clave de la Commonwealth cuyos ejércitos usan la designación real. El cambio también fue consistente con los intentos del gobierno de Stephen Harper de modificar la imagen de las Fuerzas Armadas de Canadá como una fuerza de combate moderna y bien entrenada en lugar de simplemente las fuerzas de paz del mundo.
La estructura de comando unificada de las Fuerzas Armadas de Canadá no fue alterada por este cambio. A diferencia de la situación anterior a 1968, donde los servicios existían como entidades jurídicas separadas, la Marina Real Canadiense, el Ejército Canadiense y la Fuerza Aérea Real Canadiense actuales no tienen un estatus legal separado y, según los términos de las enmiendas hechas a la Ley de Defensa Nacional en 2014, existen como comandos dentro de las Fuerzas Armadas Canadienses unificadas. Además, el jefe de Estado Mayor Conjunto, un oficial de tres estrellas de cualquiera de los servicios, se mantuvo junto con tres subjefes que comandaban las ramas individuales, respectivamente.
Hoy las Fuerzas Armadas están financiadas por, aproximadamente, C$ 20,1 mil millones anuales (USD$ 15,5 mil millones), pero esta cifra también incluye fondos para asuntos de veteranos y otras agencias relacionadas21. Las Fuerzas Armadas de Canadá están actualmente posicionadas en el puesto 74 en comparación con otras del mundo por su número total de personal y en el puesto 50 en términos de personal activo, con una fuerza de, aproximadamente, 68.000, más 27.000 reservistas primarios (es decir, listos para desplegar si es necesario), llevando la fuerza total a, aproximadamente, 95.000 efectivos22.
El Ejército canadiense está encabezado por el comandante del Ejército Canadiense y administrado a través de cuatro divisiones: la 2.a División canadiense, la 3.a División canadiense, la 4.a División canadiense y la 5.a División canadiense. Actualmente, el componente de la Fuerza Regular del Ejército consiste en tres grupos de brigadas mecanizadas listas para desplegarse. Cada una contiene un regimiento o batallón de artillería, blindado, ingenieros de combate y tres de infantería, así como unidades de apoyo para logística, cuartel general y otras unidades de apoyo (en Canadá, como regla general, un batallón es equivalente a un regimiento y puede abarcar en tamaño de 500 a 1.300 soldados con unidades de infantería, que tienden a ser las más grandes). Un escuadrón táctico de helicópteros y una ambulancia de campo se ubican conjuntamente con cada brigada, pero no forman parte de la estructura de mando de la brigada. En general, cada división tiene un grupo de brigada de la Fuerza Regular y dos o tres brigadas de la Fuerza de Reserva (en total, hay diez grupos de brigada de la Fuerza de Reserva). Aproximadamente, dos tercios de la Fuerza Regular están compuestos por unidades anglófonas, mientras que un tercio es francófono.
Reserva principal
La Reserva principal es el componente más grande del Ejército canadiense. La Reserva del Ejército está organizada en regimientos ligeros a lo largo de líneas geográficas. La Reserva del Ejército es muy activa y ha participado, en gran medida, en todos los despliegues del Ejército regular en la última década, contribuyendo en algunos casos hasta el 40% de cada despliegue en el aumento individual, así como en subunidades formadas ocasionalmente (compañías). Los regimientos de reserva tienen la capacidad administrativa teórica para apoyar a un batallón completo, pero generalmente tienen la mano de obra desplegable de solo uno o dos pelotones. Se mantienen como tales para la absorción de reclutas en tiempos de guerra. La fuerza actual de la Reserva del Ejército es de, aproximadamente, 18.000 efectivos.
Canadá es una nación industrial con un sector de ciencia y tecnología altamente desarrollado hace décadas. Desde la Primera Guerra Mundial, ha producido sus propios vehículos de combate de infantería, misiles guiados antitanque y armas pequeñas para el Ejército. A pesar de los extensos recortes financieros al presupuesto de Defensa entre las décadas de 1960 y 2000, el Ejército está relativamente bien equipado. Actualmente, el Ejército opera, aproximadamente, 2.700 vehículos blindados de combate, incluido el LAV-III (conocido como Stryker y ampliamente utilizado en los Estados Unidos23) y el tanque Leopard 2. El Ejército también opera, aproximadamente, 150 piezas de artillería de campo, incluido el obús M777 y el LG1 Mark II24.
La Flota Atlántica de la Marina Real Canadiense, conocida como Flota Canadiense Atlántica, está ubicada junto a las Fuerzas Marítimas Atlánticas (MARLANT), con sede en CFB Halifax, en Halifax, Nueva Escocia. Adjunto a MARLANT está el ala 12a de la Fuerza Aérea con base en el Helipuerto de Shearwater, que proporciona apoyo aéreo a bordo de la Flota Atlántica. El 14 Wing Greenwood de la Fuerza Aérea proporciona soporte aéreo de ala fija para MARLANT. La Flota Atlántica, con 18 buques de guerra y varios buques auxiliares, es responsable de la zona económica exclusiva de Canadá en la costa este, así como del área de responsabilidad de Canadá en el océano Atlántico y el océano Ártico oriental.
La Flota del Pacífico de la Marina Real Canadiense, conocida como Flota Canadiense Pacífica, está ubicada junto a las Fuerzas Marítimas del Pacífico (MARPAC), con sede en CFB Esquimalt, en Columbia Británica. MARPAC consta con un personal naval de más de 4.000 y 2.000 civiles. Con 15 buques de guerra y varios buques auxiliares, la Flota del Pacífico es responsable de la zona económica exclusiva de Canadá en la costa oeste y el área de responsabilidad de Canadá en el océano Pacífico y el océano Ártico occidental. El Escuadrón 443 de Helicópteros Marítimos de la Fuerza Aérea, con sede en el Helipuerto de Patricia Bay, brinda apoyo de helicópteros a bordo de la Flota del Pacífico, mientras que el 19 Wing brinda apoyo aéreo marítimo de ala fija.
La Reserva Naval de las Fuerzas Armadas Canadienses es el componente de Reserva Primaria de la marina. Su propósito principal es administrativo, generalmente solo sirve en estaciones terrestres. Finalmente, el Grupo de Operaciones Tácticas Navales (NTOG) es una unidad de entre 85 o 100 miembros de las fuerzas especiales de la marina. El entrenamiento incluye disparos de precisión, combate cuerpo a cuerpo, técnicas de interrogación, habilidades médicas avanzadas, planificación de misiones, e identificación de dispositivos explosivos improvisados.
La Armada opera doce fragatas, cuatro submarinos de patrulla, doce buques de defensa costera y ocho buques de patrulla/entrenamiento desarmados25. Las naves de superficie consisten en 12 fragatas de patrulla de múltiples funciones de clase Halifax y doce naves de defensa costera clase Kingston. Aparte de los buques de superficie, la RCN opera cuatro submarinos de clase Victoria que fueron adquiridos a la Armada británica en 1998. Las fragatas de clase Halifax fueron sometidas a un programa de extensión de vida útil que comenzó en 2010 y se completó en noviembre de 201626. Dados los problemas presupuestarios, especialmente en el contexto de los miles de millones que el gobierno canadiense ha gastado en la pandemia de covid-19, el plan anterior para reemplazar la clase Halifax, probablemente se demorará más de lo previsto. Aunque ya se escogió el modelo T26 de fragata como reemplazo.
Desde 1975, todos los aviones que apoyan a la marina son operados por la Real Fuerza Aérea Canadiense a través de la 1.a División Aérea Canadiense. El CP-140 Aurora y CP-140 Arcturus (modelos basados en el avión estadounidense P-3 Orion modificado para uso canadiense) se emplean para misiones antisubmarinas y de vigilancia de buques. El patrullaje marítimo costero lo lleva a cabo el CP-140A Arcturus, todos aviones de ala fija con base en tierra. A partir de febrero de 2019, la Armada empezó a reemplazar su antigua flota de helicópteros Sea King con el CH 148 Cyclone (una versión militarizada del Sikorsky S-92). Hasta la fecha, Canadá ha recibido 17 de estos nuevos helicópteros. Finalmente, existe un programa para construir de cuatro a seis buques patrulleros árticos clase 5 Polar (Harry DeWolf), capaces de operar entre los hielos y desde la instalación Naval Nanisivik, una estación naval de aguas profundas. Hasta la fecha, dos de los buques se han construido y están diseñados para proyectar soberanía en el Ártico27.
En la actualidad, Canadá no tiene capacidad de reaprovisionamiento en el mar, lo cual es bastante extraño para una Armada que se considera oceánica. Por el momento, y hasta que Canadá complete la construcción de dos nuevos buques de reabastecimiento, su Armada depende de los aliados de la OTAN para sus capacidades de reabastecimiento y de un petrolero comercial reconvertido. Esto demuestra qué tan lejos ha ido Canadá en términos de interoperabilidad. De hecho, las fragatas canadienses pueden incorporarse fácilmente en cualquier fuerza de tarea naval aliada y en numerosas ocasiones, incluso, han servido como buque de comando para una fuerza de tarea naval estadounidense. Esto simplemente resalta el nivel de confianza que existe entre las Fuerzas Armadas de las dos naciones.
La Real Fuerza Aérea Canadiense (RCAF) está encabezada por el comandante de la Real Fuerza Aérea Canadiense. El comandante de 1.a División Aérea Canadiense y la Región NORAD de Canadá, con sede en Winnipeg, es responsable del comando operativo y el control de las actividades de la Fuerza Aérea en todo Canadá y en todo el mundo. Las operaciones de la 1.a División Aérea Canadiense se llevan a cabo a través de once escuadrones ubicados en todo Canadá. La 2.a División Aérea Canadiense es responsable de las funciones de capacitación y apoyo. Un componente canadiense de la fuerza de alerta temprana aerotransportada de la OTAN también se ubica en la base aérea aliada Geilenkirchen en Alemania.
El desafío más importante que enfrenta la Fuerza Aérea hoy es qué hacer con su antigua flota de F-18 comprada en la década de 198028. Originalmente, Canadá tenía programado reemplazarlos con el nuevo F-35, al menos esa era la intención del gobierno conservador de Stephen Harper. Sin embargo, las acusaciones del partido de oposición, respecto de que el gobierno estaba ocultando el verdadero costo del programa, llevaron a su cancelación cuando Justin Trudeau y los liberales asumieron el poder en 201529. Sin una decisión sobre qué reemplazará al F-18, el gobierno de Trudeau decidió, entre otras cosas, comprar a Australia una serie de F-18 usados, pero aún totalmente funcionales, como una solución provisional30. No está claro cómo avanzará el gobierno en este tema: los posibles reemplazos incluyen el Super Hornet, el Eurofighter, el Gripen sueco e incluso el F-35, pero por el momento el gobierno simplemente ha decidido ignorar el problema. Además, dado el costo de la gestión de la pandemia, parece extremadamente probable que a corto e incluso mediano plazo (10-15 años) la Fuerza Aérea continúe asumiendo el envejecimiento de los F-18.
El tema se ha convertido en un punto de controversia entre Canadá y Estados Unidos. Primero, porque el gobierno canceló el programa F-35, pero lo que es más importante, continuar indefinidamente con los F-18 pone en tela de juicio la contribución de Canadá al NORAD. A medida que los interceptores canadienses continúen fallando, Canadá tendrá que depender cada vez más de los Estados Unidos, incluso para la patrulla de los sectores canadienses del NORAD. Canadá necesita desesperadamente adquirir lo antes posible nuevos interceptores para poder continuar haciendo una contribución proporcional a la defensa del espacio aéreo de América del Norte debido a su compromiso con NORAD.
Desafíos actuales de seguridad y defensa
En 2008, el impacto del calentamiento global en Canadá se convirtió en un factor importante en la política exterior y defensa del país. El primer ministro en ese momento, Stephen Harper, dijo, refiriéndose al Ártico como una prioridad nacional, “o lo ganamos o lo perdemos”31. La capa de hielo del Ártico, como muchos científicos habían advertido durante años, se redujo en una medida sin precedentes, lo que sugiere que una nueva ruta comercial marítima de este a oeste podría abrirse de forma permanente en un futuro próximo32. Lo más importante de este enlace comercial este-oeste es que sería significativamente más corto que emplear el Canal de Panamá, lo que puede significar que el pasaje ártico eventualmente se convertirá en la ruta preferida de los cargueros de todo el mundo que son conscientes de los costos y del tiempo. Igualmente, importante es la especulación de los geólogos con respecto a que el área podría tener importantes reservas de petróleo y gas natural. Se dice que el Ártico posee el 13% del petróleo y el 30% del gas natural no descubiertos del mundo33.
Es fácil ver, por lo tanto, cómo no menos de cinco países podrían verse envueltos en una disputa sobre un territorio escasamente poblado. Canadá, Rusia, Estados Unidos, Dinamarca (debido a Groenlandia) e incluso Noruega se han involucrado directamente en la disputa sobre quién es el propietario del Ártico. Rusia, por ejemplo, anunció en 2009 su intención de desarrollar fuerzas árticas para proteger su territorio continental. Rusia ha invertido en buques de carga y rompehielos con capacidad para cruzar las aguas del Ártico.