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Los estudiantes de primero sienten que les facilito su transición del colegio a la universidad, eso es bueno. De los mayores he recibido agradecimiento por haber apoyado sus procesos, por haber dado un consejo sabio en un momento de crisis o por haberlos hecho reír en un momento triste, por haber dado ánimo y motivación en momentos difíciles. Es una iniciativa muy linda de reconocimiento (J. Arias Palacios).
Enseñar en la universidad contemporánea puede ser desafiante de distintas maneras: no solo por la diversidad radical y las consecuencias inesperadas de las múltiples transformaciones que emergen en distintos aspectos de nuestras vidas, sino por la responsabilidad que acarrea educar para un escenario social de pocas certezas que va configurando un mundo desconocido8. Sin duda, las universidades se tienen que repensar frente a los desafíos que tendrán que enfrentar los futuros profesionales como el cambio climático, las crecientes desigualdades y la condición deshumanizante de la convivencia en el planeta.
De este modo, presentamos a continuación un conjunto de reflexiones que nos entregan los maestros entrevistados y que permite la apertura a mundos posibles en la formación universitaria:
Yo creo que hay un discurso grande de la paz donde están inmersos muchos sectores de la realidad colombiana. La educación está inserta en ese gran interés nacional y sin dejar de lado estos empeños, también creo en lo micro: creo en el proceso de paz dentro del núcleo familiar, con los vecinos; en el transporte público; en ambientes de concurrencia masiva, como los conciertos y las marchas. Ahí es donde se mide el talante del ciudadano con características personales, y es donde se evidencia el respeto por el otro (S. Moreno Ortiz).
En los últimos años he descubierto, dentro de este horizonte liberador, el rostro de la mujer como una de las más afectadas por esta realidad de injusticia. Ya no solo por el nivel socioeconómico, sino por el nivel cultural de estereotipos de género, entonces por eso también mi otro horizonte ahora es el feminista (O. C. Vélez Caro).
Me preocupa que se quiera utilizar la historia como una herramienta ideológica y que, como herramienta ideológica, sea utilizada en las aulas de clase en los colegios. Porque si la vas a utilizar como una herramienta ideológica, lo que vas a hacer es falsear la historia y eso me preocupa enormemente [...]. Y es que no es solamente en Colombia, hablemos de cualquier país del mundo, como lo que sucede en Europa y el problema migratorio que han tenido de los países de oriente medio, donde se ha utilizado la historia como un arma de exclusión (S. Cogollos Amaya).
Ya que lo planteas, en un mundo tan cambiante, el profesional tiene que estar moviéndose a una velocidad igual a la del mundo. Las carreras disciplinares tan rígidas van a tener problemas. Entonces, el abogado tradicional tiene un reto muy complejo. Tiene que estar abierto con las antenas a todo lo que está pasando en robótica y en todos los sistemas intercomunicacionales, las carreras van a ser mitad presenciales o menos, y la otra mitad online, y entonces, o te llenas de edificios, o te llenas de sistemas interconectados, o cómo juegas a las dos variables al tiempo para seguir siendo una gran universidad, que lo somos, obviamente (G. Zafra Roldán).
El mundo sigue cambiando, la contaduría sigue cambiando, las diferentes áreas de auditoría siguen cambiando, todo eso está implicando más y más espacios y reflexiones para la formación de los estudiantes (H. Bermúdez Gómez).
Yo pienso que en diez años tendremos funcionando nuestro nuevo programa, aunque es un reto su implementación. Yo veo un odontólogo a otro nivel, más pensante, menos operativo e interesado en crear ciencia y entendiendo que la odontología va más allá. Ahora todos quieren aprender a hacer diseños de sonrisa, pero en diez años van a querer impactar en políticas sociales, en creación de productos de odontología sostenibles, van a querer darle otra cara a la odontología y que, de pronto, van a hablar más de odontología como un campo amplio (C. Bernal Vélez).
Nos enfrentamos al fenómeno migratorio entre otros grandes desafíos, que nos plantean problemas en la atención en salud, por escasa infraestructura de recursos y aparición de problemas de salud ya superados (M. López Maldonado).
Una de las tareas más importantes e inmediatas es dar una adecuada atención física y psicoemocional a las víctimas directas e indirectas de la guerra interna y de las distintas formas de violencia. Esto no es solamente para los desplazados, no es solamente para la gente del campo, esto también es para la ciudad, esto también es para nuestros médicos. Esto requiere la recuperación de la capacidad de llegar a todos los rincones del país, prestar un servicio de salud preventivo y asistencial. Aprender por parte nuestra a reconocer las lesiones, secuelas y consecuencias de la guerra interna, no solo desde el punto de vista corporal, sino desde el punto de vista mental y desde el punto de vista emocional de todas las víctimas. Nuestro sector salud debe ayudar a que se cicatricen las heridas y ayudar a recomponer nuestro país desde el punto de vista social (A. Hani Amador).
Finalmente, debemos anotar que en esta obra no se busca ofrecer elementos prescriptivos, tampoco presenta respuestas definitivas, más bien ofrece narrativas que tal vez puedan inspirar a los profesores a iniciar cambios en sus propios contextos y prácticas pedagógicas. Esperamos que disfruten su lectura.
FABIOLA CABRA TORRES
Profesora titular de la Facultad de Educación
Pontificia Universidad Javeriana
NOTAS
1 Reglamento del profesorado, Pontificia Universidad Javeriana, 2014.
2 Peter-Hans Kolvenbach, S. J. (2007). Cura personalis. Revista de Espiritualidad Ignaciana, 114, 9-17.
3 Peter Hans Kolvenbach, S. J., ibíd.
4 Gerardo Remolina, S. J. (1998). La responsabilidad social de la universidad frente a la problemática del país. Conferencia del P. rector de la Universidad al Consejo Académico (28.X.98) y al Consejo del Medio Universitario (12.XI.98).
5 Philippe Perrenoud (2009). Diez nuevas competencias para enseñar. Barcelona: Graó.
6 Carolina Álvarez Valdés (2018). La perspectiva generacional en los estudios de juventud: enfoques, diálogos y desafíos. Ultima década, 26(50), 40-60.
7 Mariana Maggio (2018). Reinventar la clase en la universidad. Buenos Aires: Editorial Paidós.
8 Ronald Barnett (2007). Will to Learn: Being a Student in an Age of Uncertainty. Londres: Open University Press.
Educación humanística
P. Sergio Bernal
Restrepo, S. J.,
in memoriam

P. SERGIO BERNAL RESTREPO, S. J.
MARY BERMÚDEZ GÓMEZ
Facultad de Medicina
Pontificia Universidad Javeriana
SU HISTORIA DE VIDA, SU FORMACIÓN Y SUS LOGROS ACADÉMICOS
El padre Sergio Bernal Restrepo, S. J., nació en Medellín (Antioquia) el 28 de agosto de 1933, en el hogar formado por el doctor Alberto Bernal Nichols y doña Mercedes Restrepo Jaramillo y fue el mayor de tres hermanos. Tuvo una vida académica muy productiva, fue un sacerdote excepcional, un gran líder e inspiración para muchos jóvenes en los colegios y en las universidades donde trabajó, así como para quienes se formaban como sacerdotes. Su actividad intelectual, su dominio y experiencia en los temas de doctrina social fueron muy importantes para la iglesia, especialmente en el Vaticano y en América Latina. Era un excelente ser humano, maestro y formador. Falleció en Bogotá el 28 de enero de 2017, a los 83 años de edad, dejando una huella significativa en muchas personas, alumnos, colegas y sus amigos.
El padre Sergio realizó sus estudios de bachillerato en el Colegio San Ignacio de Loyola en Medellín. Al terminar su bachillerato viajó a Estados Unidos e ingresó a Brown University (Providence, Rhode Island), donde cursó algunos semestres, pero su vocación religiosa fue más fuerte y decidió regresar a Colombia antes de terminar sus estudios e ingresó a la Compañía de Jesús el 30 de julio de 1953 en el Noviciado del Sagrado Corazón de Jesús, en Santa Rosa de Viterbo (Boyacá), donde hizo sus primeros votos religiosos el 31 de julio de 1955, día de la fiesta de San Ignacio de Loyola.
En el noviciado realizó sus estudios humanísticos entre 1955 y 1956 y luego realizó estudios de filosofía en la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá entre 1957 y 1959, donde obtuvo el título de licenciado en Filosofía. En 1960 fue destinado a Roma a la Universidad Gregoriana, allí completó sus estudios de Sociología entre 1960 y 1961 y obtuvo el título de licenciado en Ciencias Sociales. En 1962 cursó estudios teológicos en Sankt Georgen (Frankfurt am Main), el Teologado de los jesuitas en Alemania. Después de terminar el primer año se fue a Roma donde continuó sus estudios teológicos entre 1963 y 1965 para recibir su licenciatura en Teología. Fue ordenado sacerdote en Roma en 1964 y, luego de terminar su cuarto año de Teología en 1965, hizo su Tercera Probación en La Ceja (Antioquia) en 1966.
Entre 1967 y 1968 estuvo en Medellín como coordinador de estudios y profesor del CESDE (Centro de Estudios Sociales para el Desarrollo), y participó en el comité organizador del Survey que se llevó a cabo en la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús, como preparación de su planeación estratégica.
En 1969 estuvo en la Universidad de Champaign (Illinois, EUA) preparando su grado en Economía y posteriormente en 1971 recibió el máster en Sociología en Brown University (Rhode Island), después de lo cual regresó nuevamente al CESDE donde fue profesor, y en 1972 fue nombrado director y superior de la comunidad educativa hasta 1973. El 15 de agosto de ese año hizo su incorporación definitiva a la Compañía de Jesús.
Entre 1974 y 1975 fue socio (secretario privado) del padre provincial y consultor de provincia en Colombia. Fue rector del Colegio San Luis Gonzaga de Manizales entre 1976 y 1979, y en 1980 fue nombrado superior de la casa de formación de los jesuitas en el Juniorado de Bogotá, cargo que ejerció hasta 1983.
En 1984 fue destinado a la Universidad Gregoriana en Roma como profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y allí recibió el Doctorado en Ciencias Sociales en 1985. En 1988 fue nombrado decano de la Facultad de Ciencias Sociales y profesor de Sociología de la Universidad Gregoriana hasta 1996. En 1997 fue nombrado prefecto de estudios del Colegio Pío Latino Americano de Roma, y en el año 2000 nuevamente fue nombrado decano de la Facultad de Ciencias Sociales, cargo que desempeñó hasta el 2006.
De regreso a la Provincia Colombiana fue nombrado decano del Medio Universitario en la Facultad de Ingeniería de la Pontificia Universidad Javeriana entre 2007 y 2013; en 2009 fue nombrado decano del Medio Universitario de la Facultad de Medicina, por lo que ejerció simultáneamente los dos cargos hasta el 2013 cuando terminó su período en la Facultad de Ingeniería y pasó a ser decano del Medio Universitario de la Facultad de Enfermería hasta el 2014. A partir de ese momento siguió como decano del Medio en la Facultad de Medicina hasta su fallecimiento.
El padre Sergio hablaba 7 lenguas: español, inglés, italiano, francés, portugués, alemán y latín, lo que le permitió realizar muchas tareas a nivel internacional y tener una actividad intelectual muy productiva.
Fue su sencillez y su generosidad en el momento de aportar su sabiduría las que hicieron que esta labor fuera más importante y significativa. Fue un educador, pero sobre todo un formador.
EL EDUCADOR, MAESTRO Y FORMADOR
El padre Sergio tenía un nivel de formación académica muy alto, ocupó muchas posiciones destacadas y reconocidas en la Universidad Gregoriana, en la Pontificia Universidad Javeriana y en el Vaticano como experto en Doctrina Social, como consultor y gran colaborador en estos temas. Pero fue su sencillez y su generosidad en el momento de aportar su sabiduría las que hicieron que esta labor fuera más importante y significativa. Fue un educador, pero sobre todo un formador. Su experiencia como rector en los colegios de la Compañía le permitieron acercarse a los niños y jóvenes, y comenzar con ellos el ejercicio de la pedagogía ignaciana, conocerlos, cuidarlos y acompañarlos en su proceso de formación. Esta tarea la continúa posteriormente en las casas de formación de los jesuitas y más adelante como profesor de los jóvenes universitarios en las diferentes instituciones por las que pasó. Es en esta actividad donde el padre Sergio, como lo pregona la pedagogía, fue un formador a través del ejemplo, más allá de sus conocimientos y su formación académica. Conoció a sus alumnos, con sus problemas y necesidades, fue cercano a ellos y esto le permitió ser su acompañante, su orientador y consejero.
En su labor como decano en poco tiempo logró entender y compenetrarse con el día a día, con la particularidad y con el mundo complejo de cada una de las facultades por las que pasó, tanto en La Universidad Gregoriana como en la Javeriana. En sus afectos siempre estuvo la Universidad Gregoriana e Italia como ciudadano italiano que fue, pero en la Javeriana los ingenieros lograron conquistar sus afectos y, posteriormente, los médicos y las enfermeras, todos lograron ganarse un espacio y compartir ese gran corazón.
Muchos aspectos marcaron su labor como educador y como formador, comenzando por su liderazgo y su carisma, por su compromiso y su ejemplo de vida. El padre fue un gran trabajador, dinámico, activo, incansable, siempre listo y dispuesto a recibir a aquel que necesitara de su apoyo y orientación. Su mente abierta, su capacidad de escucha, su visión clara y profunda del mundo universitario y del entorno, y su gran sabiduría le permitían ejercer su papel de líder, ser un crítico siempre positivo y constructivo, pero intolerante con la mediocridad y la ineficiencia y así lo transmitía a los estudiantes. Su ecuanimidad, sentido de justicia y equidad, su preocupación constante por el otro le permitían orientarlos y guiarlos en su mundo, en sus tareas y en sus retos.
Muchos aspectos marcaron su labor como educador y como formador, comenzando por su liderazgo y su carisma, por su compromiso y su ejemplo de vida.
Su mente abierta, su capacidad de escucha, su visión clara y profunda del mundo universitario y del entorno, y su gran sabiduría le permitían ejercer su papel de líder, ser un crítico siempre positivo y constructivo, pero intolerante con la mediocridad y la ineficiencia y así lo transmitía a los estudiantes.
Fue un maestro cálido y amable, siempre abierto y comprensivo. Capaz de combinar mil tareas y actividades, presente en diversos frentes y en diferentes niveles de formación desde el pregrado, el posgrado, hasta los doctores de la iglesia, lo cual le permitía enseñar la importancia del trabajo en equipo, la búsqueda de la excelencia y la inclusión. Una entrega a su misión a toda prueba.
Su vida era una lección de fe y de confianza en la providencia divina y en la ayuda de la Madona como él siempre llamaba afectuosamente a la Virgen, en cada acción, en cada actividad siempre invitaba a creer, a confiar y a poner las cosas en manos de Dios y de la Virgen, habiendo hecho la tarea en una forma juiciosa y responsablemente.
El padre Sergio trabajó incansablemente en las facultades y en la Universidad por llevar el Medio Universitario a todos sus estamentos, sus vivencias profundas de los principios y la filosofía ignaciana para que fueran una realidad en el día a día. El trabajo con los estudiantes fue su principal y más significativa obra en la Universidad y en las facultades. Logró motivarlos, convocarlos, enseñarles y convertirlos en replicadores de estos valores ignacianos. La lista de los estudiantes que querían ser parte de todas las actividades promovidas y lideradas por él fue creciendo día a día y muchos realizaron su formación en liderazgo ignaciano, lo acompañaron en sus proyectos sociales y comprendieron el significado de la formación integral, más allá de la formación disciplinar.
Siempre estuvo preocupado por quienes tenían dificultades académicas, personales, económicas o familiares: los acompañaba y buscaba opciones de apoyo y ayuda para ellos, lo que lo llevaba a hacer de estas situaciones una prioridad en el quehacer diario. Era parte de su trabajo acompañar y cuidar en el proceso de formación. Los estudiantes fueron para él lo más importante. Para ellos fue un gran líder, siempre presente, que los acompañó y los estimuló a crecer y ser personas de bien.
En el trabajo con los profesores siempre estuvo buscando estrategias para abrir espacios que le permitiera convocarlos sin reñir con su tarea disciplinar, ni con su trabajo en el aula, encontrando la forma de atraerlos y llevarlos a pensar y reflexionar sobre su rol docente, la importancia de ser buenos profesores, el significado del compromiso y responsabilidad adquiridos en la formación de los alumnos, dentro del marco de la misión, la visión y el proyecto educativo de la Universidad. Fue un crítico de la forma de ejercer la docencia, pues buscaba espacios para la construcción, la reflexión y el mejoramiento, siempre propendiendo por un mayor acercamiento entre el Medio Universitario y el ejercicio de la docencia, teniendo siempre presentes los principios de la pedagogía ignaciana especialmente en la formación integral y el cuidado del otro.
El trabajo con los estudiantes fue su principal y más significativa obra en la Universidad y en las facultades. Logró motivarlos, convocarlos, enseñarles y convertirlos en replicadores de estos valores ignacianos.
Su presencia y aportes en el Comité de Investigación y Ética de la Facultad de Medicina y el Hospital Universitario San Ignacio fueron muy orientadores especialmente en situaciones de difícil manejo médico, y de conflicto ético o moral. Igualmente, su participación orientadora en el comité de investigación, como garante de los principios de la Universidad.
Como sacerdote, como decano del Medio y como directivo trabajó por mejorar los canales de comunicación al interior de las facultades y de la Universidad, nuestra capacidad de trabajo en equipo, nuestra capacidad de entender, respetar y acompañar al otro, cómo articularnos mejor, cómo aportar a la tarea conjunta y cómo reconocer el trabajo del otro. Desde su llegada a la Facultad de Medicina se involucró activamente en el proceso de construcción, desarrollo e implementación de la reforma curricular del programa de pregrado, para lo que aportó toda su experiencia en el campo de la educación, buscando que el proyecto no perdiera su objetivo principal en cuanto a la formación integral y se mantuviera dentro de lo planteado por el PEI de la Universidad. En la difícil etapa de implementación, el padre fue un gran apoyo especialmente para los profesores, estuvo siempre presente escuchando, guiando, ayudando a buscar soluciones estratégicas, lideró varios encuentros y jornadas de reflexión con los docentes, para pensar sobre el significado de la reforma, el cambio que esto exigía en el rol del profesor y cómo enfrentarlo con tareas prácticas y acciones concretas.
También trabajó muy de cerca con el grupo de administrativos. Siempre preocupado por el bienestar y los logros de cada uno de ellos, por impulsar y potenciar sus talentos, por comprometerlos con la búsqueda de oportunidades de mejoramiento a través de la formación y la capacitación. Siempre tuvo un espacio para escuchar, para compartir, para consolar y aconsejar, pero también para celebrar los logros y los momentos significativos de la vida de cada uno de los miembros de su equipo. Con su ejemplo transmitió la importancia de la unidad de cuerpo y del cuidado por el otro.
Siempre estuvo preocupado por quienes tenían dificultades académicas, personales, económicas o familiares: los acompañaba y buscaba opciones de apoyo y ayuda para ellos, lo que lo llevaba a hacer de estas situaciones una prioridad en el quehacer diario.
El padre Sergio fue un sacerdote con un gran compromiso social, su capacidad de ayudar y de tender una mano a los más necesitados a través de proyectos que él impulso y lideró, como Prosofi, Techo, y las obras de los grupos estudiantiles, entre otros, tarea en la cual nos involucró y nos impulsó a trabajar en ellas, con el mismo entusiasmo y compromiso que teníamos con las demás tareas académicas y de investigación. El padre Sergio tuvo un papel fundamental en la reforma curricular de la carrera de Medicina, desde la concepción de la propuesta curricular, hasta las estrategias pedagógicas y el apoyo a los profesores y estudiantes en todos los momentos de la implementación. Siempre salvaguardando lo consignado en la propuesta de la reforma, teniendo como base los principios ignacianos, el acompañamiento y la cura personalis.
Se fue un gran hombre, un gran sacerdote, un formador a toda prueba, un amigo, un consejero, un compañero, un gran ser humano. Un educador que ha dejado un gran ejemplo de vida, un legado y enseñanzas que perduraran por siempre.
FUENTES Y AGRADECIMIENTOS
Al Archivo Histórico Javeriano, Juan Manuel Pacheco, S. J., por el acceso a documentos valiosos. Al padre Gerardo Remolina Vargas, S. J., por su contribución con sus memorias y aportes sobre la vida del padre Sergio Bernal, S. J. A los amigos, familiares, estudiantes y compañeros de trabajo que, a través de sus mensajes y escritos sobre el padre Sergio Bernal, permitieron inspirar este artículo.
TRAYECTORIA ACADÉMICA
• 1933
Nació en Medellín, Colombia.
• 1959
Culminó estudios de Licenciatura en Filosofía y Letras de la Pontificia Universidad Javeriana.
• 1961
Obtuvo el título de Licenciatura en Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Gregoriana.
• 1965
Culminó estudios de Licenciatura en Teología de la Pontificia Universidad Gregoriana.
• 1966-1969 y 1971-1974
Fue director del Centro de Estudios Superiores para el Desarrollo (CESDE) en Medellín, Colombia.
• 1971
Obtuvo Master of Arts en Sociología de la Brown University (Providence, EUA).
• 1976-1980
Fue rector del Colegio San Luis Gonzaga de Manizales.
• 1971-1983
Fue miembro del Equipo de Formación de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR).
• 1980-1981
Fue decano académico de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Javeriana.
• 1983-2006
Fue profesor en la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Gregoriana.
• 1985
Obtuvo el Doctorado en Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Gregoriana.
• 1986-1996
Fue decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Gregoriana.
• 2000-2004
Fue decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Gregoriana.
• 2007-2013
Fue decano del Medio Universitario de la Facultad de Ingeniería de la Pontificia Universidad Javeriana.
• 2012-2016
Fue miembro del Consejo Directivo Universitario de la Pontificia Universidad Javeriana
• 2013-2014
Fue decano del Medio Universitario de la Facultad de Enfermería de la Pontificia Universidad Javeriana.
• 2009-2017
Fue decano del Medio Universitario de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Javeriana.
• 2017
Falleció en Bogotá, Colombia, el 28 de enero.
OBRAS SELECCIONADAS
• 2017
Continuidad y renovación. La Encíclica Laudato Si del Papa Francisco. Conferencia. Ordo Socialis, Academic Association for the Promotion of Christian Social Teaching.
• 2013
Las iglesias de América Latina y su contribución a la elaboración de la Doctrina Social. Pensamiento Social, Revista del Instituto de Estudios Social Cristiano 1, 9-23.
• 2008
Desarrollo y paz desde la óptica de la Iglesia. Revista Javeriana, 144(746), 33-45.
• 2007
El desarrollo, camino de liberación: a los 40 años de la “Populorum Progresssio”. Theologica Xaveriana, 57(164), 533-548.
• 2005
Respuesta cristiana a la globalización. México: Instituto Mexicano de la Doctrina Social Cristiana.