Carnaval y fiesta republicana en el Caribe colombiano

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Carnaval y fiesta republicana en el Caribe colombiano
Carnaval y fiesta republicana en el Caribe colombiano
Resumen
Esta obra indaga sobre la incorporación de las prácticas festivas de un carnaval colonial a orillas del Caribe a la conmemoración republicana de la independencia absoluta de Cartagena de Indias de la Corona española el 11 de noviembre de 1811. El libro se enfoca en las rutas culturales migratorias y trayectorias festivas que hicieron posible la aparición y transformación de carnavales en Cartagena de Indias y el Caribe colombiano como resultado de la interacción de población de tres continentes. El libro argumenta que el carnaval no solo fue una fuerza motriz que en su circulación fue configurando una región cultural en el Caribe colombiano, sino que también fue parte fundamental del proceso de construcción nacional al incorporarse a la república con sus prácticas festivas.
Palabras clave: Historia Caribe, cultura, fiesta, vida social y costumbres, guerra de independencia, 1810-1819, Cartagena (Colombia).
Carnival and Republican celebration in the Colombian Caribbean
Abstract
This work investigates the incorporation of the festive practices of a colonial carnival on the shores of the Caribbean into the Republican commemoration of the absolute independence of Cartagena de Indias from the Spanish Crown on November 11, 1811. The book focuses on migratory cultural routes and festive trajectories that made possible the appearance and transformation of carnivals in Cartagena de Indias and the Colombian Caribbean as a result of the interaction of the populations of three continents. The book argues that carnival was not only a driving force that configured a cultural region in the Colombian Caribbean through circulation, but it was also a fundamental part of the national construction process as it got incorporated into the Republic with its festive practices.
Keywords: Caribbean history, culture, festivity, social life and customs, war of independence, 1810-1819, Cartagena (Colombia).
Citación sugerida / Suggested citation
Abello Vives, Alberto y Juan Sebastián Macías. Carnaval y fiesta republicana en el Caribe colombiano. Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, Universidad del los Andes, Universidad del Norte, Pontificia Universidad Javeriana, 2021. https://doi.org/10.12804/urosario9789587847345
Carnaval y fiesta republicana en el Caribe colombiano
Alberto Abello Vives
Juan Sebastián Macías
Abello Vives, Alberto
Carnaval y fiesta republicana en el Caribe colombiano / Alberto Abello Vives y Juan Sebastián Macías. – Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, Universidad del los Andes, Universidad del Norte, Pontificia Universidad Javeriana, 2021.
Incluye referencias bibliográficas.
1. Folclor – Cartagena (Colombia). 2. Cartagena (Colombia) – Historia. 3. Cartagena (Colombia) – Vida social y costumbres. 4. Colombia – Historia– Guerra de independencia, 1810-1819 – Aniversarios I. Abello Vives, Alberto. II. Macías, Juan Sebastián. III. Universidad del Rosario. IV. Título.
394.260986SCDD 20Catalogación en la fuente – Universidad del Rosario. CRAI
DJGREnero 26 de 2021Hecho el depósito legal que marca el Decreto 460 de 1995
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ISBN: 978-958-784-732-1 (impreso)
ISBN: 978-958-784-733-8 (ePub)
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https://doi.org/10.12804/urosario9789587847345
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Autores
Alberto Abello Vives†
Samario. Economista de la Universidad Externado de Colombia (1981) y magíster en Estudios del Caribe de la Universidad Nacional de Colombia, Sede San Andrés (2004). A lo largo de su extensa trayectoria profesional se desempeñó como docente universitario, gestor cultural, director y cofundador del Observatorio del Caribe Colombiano (1998-2005) y como director de la Red de Bibliotecas del Banco de la República (2017-2018). Entre sus obras más destacadas se encuentran La isla encallada: el Caribe colombiano en el archipiélago del Caribe (Siglo del Hombre Editores, 2015) y Los desterrados del paraíso. Raza, pobreza y cultura en Cartagena de Indias (Maremágnum Editorial, 2015).
Juan Sebastián Macías Díaz
Egresado del programa de pregrado en Historia de la Universidad de los Andes (2020). Estudiante de maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Connecticut, Estados Unidos. En 2020 ganó el estimulo a la investigación en nivel de pregrado del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH). Es autor, junto a Alejandra Mina y César Duque, de “Tejiendo la historia de la Historia. Reflexiones sobre la enseñanza de las Ciencias Sociales en el pos-acuerdo” Le Monde Diplomatique 174 (febrero 2018), 36-37.
Agradecimientos
Prólogo
Muriel Laurent
Presentación
Juan Sebastián Macías
Introducción
1. Los hechos festivos ocurridos en Cartagena de Indias en 1808
2. Prácticas festivas, mestizaje y región cultural
2.1. Travesías culturales transatlánticas
2.2. Travesías festivas por el Caribe colombiano
2.3. Travesía del carnaval colonial a la fiesta republicana
3. Fiesta y formación de la nación: cambios de paradigmas
3.1. Las fiestas de la independencia de Cartagena en la naciente República de Colombia
3.2. La búsqueda de la nación
3.3. Las élites y los símbolos de la independencia de Cartagena
3.4. La representación de las fiestas de noviembre
3.5. Consolidación de la transformación de las fiestas de noviembre
3.6. Soplan vientos de recuperación
Epílogo
Referencias bibliográficas
A Manuel Zapata Olivella, Nina S. de
Friedemann, Jorge García Usta
e Ignacio Abello Trujillo,
IN MEMORIAM
[…] y hasta se metieron disfrazados durante el carnaval de noviembre en los cuartos de alquiler del antiguo barrio de esclavos de Getsemaní.
Gabriel García Márquez
El once de noviembre es para los cartageneros, sobre todo, una fecha carnestoléndica.
Jorge Artel
Las “tradiciones” que parecen o reclaman ser antiguas son a menudo bastante recientes en su origen, y a veces inventadas.
Eric Hobsbawn
La “tradición” debe distinguirse claramente de la “costumbre” que predomina en las denominadas sociedades “tradicionales”. El objetivo y las características de las “tradiciones”, incluyendo las inventadas, es la invariabilidad. El pasado, real o inventado, al cual se refieren, impone prácticas fijas (normalmente formalizadas), como la repetición. La “costumbre” en las sociedades tradicionales tiene la función doble de motor y engranaje. No descarta la innovación y el cambio en un momento determinado, a pesar de que evidentemente el requisito de que parezca compatible con lo precedente o incluso idéntico a este le impone limitaciones sustanciales.
Eric Hobsbawn
La memoria suele apelar a la distorsión o al engaño.
Juan Gabriel Vásquez
Así ha sido siempre. Cuando llega el imperio de las lentejuelas, lo primero que se hace es apartar, en el cuarto de las cosas no mostrables, las pocas reservas de la inteligencia; se despoja, en sus puros huesos y médula, a las fiestas del sabor primordial.
Jorge García Usta
Agradecimientos
Dos fiestas populares de importancia nacional en Colombia y de relevancia regional en el Caribe colombiano atravesaban caminos divergentes al comenzar la década de los ochenta del siglo XX. Las fiestas de noviembre que conmemoran la independencia de Cartagena de Indias, a orillas del mar Caribe, se encontraban en una crisis producida por un conjunto de factores políticos, institucionales y económicos; por su parte, el Carnaval de Barranquilla iniciaba su franca recuperación por un sendero que lo conduciría a ser declarado, años más tarde, en 2003, como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Primero fueron conversaciones entre amigos las que generaron una serie de interrogantes sobre el papel de estas fiestas en la transformación de las ciudades, la configuración de una región cultural y la formación de la nación. Entre ellos, Jorge García Usta, pionero en los análisis y gestor de iniciativas frente a la crisis cartagenera; Margarita Abello Villalba; Carmen Arévalo Correa; Mirta Buelvas Aldana, y Jaime Abello Banfi brindaron conocimientos y fueron activos promotores de la recuperación del Carnaval barranquillero.
Por otra parte, la posibilidad de hacer parte de la comparsa “Disfrázate como quieras” del Carnaval de Barranquilla durante más de dos décadas y el haber participado en la fundación del Comité por la Revitalización de las Fiestas de Independencia de Cartagena me permitió a mí y a Juan Sebastián Macías conocer estas expresiones desde adentro. Pero fue la invitación, extendida por el Centro de Estudios Económicos Regionales del Banco de la República en Cartagena de Indias, para participar en el panel sobre Fiestas y Festivales en el Caribe Colombiano del seminario Estudios sobre el Caribe Colombiano: Balance de Medio Siglo, evento conmemorativo de los veinte años de ese grupo de investigaciones, realizado en 2017, la que brindó la oportunidad de presentar una primera y breve versión de este proyecto investigativo. Luego, con los interrogantes surgidos en aquel momento, Juan Sebastián y yo nos pusimos en la labor de continuar las búsquedas, reforzar el trabajo en archivos, revisar la rica bibliografía existente, entablar comunicación con expertos de distintas disciplinas y reorganizar el cuerpo de ideas centrales.
Expresamos especial agradecimiento al historiador Sergio Paolo Solano de las Aguas, quien con la generosidad que le es característica orientó, como el mejor de los maestros, el estudio de fuentes primarias en el Archivo General de la Nación (AGN) y nos brindó apoyo en distintos momentos de la investigación; le doy las gracias a la historiadora Muriel Laurent, directora del Departamento de Historia de la Universidad de los Andes, quien recomendó como asistente de investigación a Juan Sebastián Macías, de quien había sido su profesora, e hizo una lectura juiciosa de los borradores, al igual que a los profesores Francisco Javier Flórez Bolívar de la Universidad de Cartagena y Eloísa Berman Arévalo de la Universidad del Norte.
Asimismo, Juan Sebastián y yo agradecemos a los historiadores Roycer Flórez Bolívar, David Wheat, Joaquín Viloria, Antonino Vidal, Hughes Sánchez, Raúl Román y Adriana Maya por sus comentarios y aportes, muchos de ellos surgidos en conversaciones en medio de encuentros académicos. Todos ellos enriquecieron este trabajo y orientaron las búsquedas.
Contribuyeron a la mirada interdisciplinar que caracteriza esta investigación los profesores Armin Schwegler de la Universidad de California (Irvine), Ariel Castillo Mier de la Universidad del Atlántico y Cristo Figueroa de la Universidad Javeriana.
De Gina Ruz Rojas aprendimos gracias a su experiencia como gestora cultural y como investigadora, siempre estuvo atenta a nuestras inquietudes y pendiente de enviarnos hallazgos en su paso por los archivos de la Universidad de Tulane sobre el Carnaval.
Estamos en deuda con colegas y amigos, entre ellos Egberto Bermúdez, Guillermo Carbó, Fabio Zambrano, Mónica Lindo, Juan Ángel, Rafael Ramos Caraballo, Orlando Oliveros, Eduardo Hernández, Eduardo Polanco, Mercedes Posada, Cristo Hoyos, Mario Giraldo, Emiro González, Carmen Arévalo, Ana Valencia, Margarita Jacquin y Marco Antonio de la Ossa, quienes atendieron nuestras inquietudes y de quienes recibimos información y percepciones de las expresiones culturales que han estudiado o simplemente han disfrutado en algún momento de sus vidas.
Por su parte, las publicaciones diversas de Édgar Rey Sinning sobre fiestas y carnavales en el Caribe colombiano, las publicaciones de Édgar Gutiérrez Sierra sobre las Fiestas de la Candelaria y de la Independencia, así como la obra de Enrique Luis Muñoz Vélez son todo un amplio camino recorrido y fueron una fuente importante para nuestro estudio. Por sus aportes estamos muy agradecidos.
Agradecemos:
A María Beatriz García, Magnolia Hernández y Viviana Mejía, de la Biblioteca Bartolomé Calvo y la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, por su apoyo en la gestión de fuentes primarias y secundarias.
A María Teresa Ripoll y Lissette Urquijo, profesoras de la Universidad Tecnológica de Bolívar, siempre dedicadas a la salvaguarda de la Fototeca Histórica de esta ciudad, que se convirtió en fuente de observación de la memoria del Carnaval y las fiestas de noviembre de Cartagena.
A la Fundación Carnaval de Barranquilla, cuyo Centro de Información y Documentación del Carnaval consultamos. Allí hay material documental muy útil para comprender los vasos comunicantes entre las fiestas populares de Cartagena y Barranquilla.
A la familia Macías Díaz, que financió la estancia en Oxford de su hijo Juan Sebastián, quien mientras elevaba su nivel de inglés tuvo acceso a importante bibliografía. Él, en su paso como estudiante del programa de Historia de la Universidad de los Andes, reconoce los aportes en su formación de los profesores que lo integran, y les agradece haber compartido sus conocimientos, especialmente a los profesores Diana Bonnet Vélez, Muriel Laurent, Margarita Garrido, Santiago Muñoz, Adolfo Polo y La Borda y Ana María Otero Cleves, así como a los miembros del grupo de Historia Colonial, Nelson Fernando González Martínez, Katherine Bonil y Martin Álvarez por el intercambio intelectual que facilitaron. Por último, le extiende sus agradecimientos a la familia Ruiz Castro quien hizo posible, con sus consejos y apoyo, su estancia en Bogotá.
Alberto Abello Vives
Prólogo
Si no estoy mal, Alberto compartió con muchos/as amigos/as y colegas su intuición relacionada con el zambapalo. Este libro sobre carnavales era un proyecto que le importaba mucho y, para tristeza de muchos y muchas, se fue antes de que se publicara. Afortunadamente, ya estaba terminado.
Fue el mismo Alberto quien quiso que Juan Sebastián fuera coautor. Yo los conecté, luego de que Alberto me preguntará por un/a estudiante versado/a en paleografía que pudiera colaborarle con la revisión de unos archivos del siglo XVIII. Enseguida pensé en Juan Sebastián quien, en clase de Fuentes, recién había sido el más interesado y capacitado en la lectura del material manuscrito. Se entendieron pronto y trabajaron durante varios meses, en una colaboración que fue más allá que la ayuda paleográfica. En realidad, supe poco del proceso investigativo que compartieron o de sus conversaciones. Lo único es que, más de una vez, Alberto me dijo que estaba muy contento con el trabajo que estaban adelantando.
La intención de Alberto era publicar el libro con el Fondo de Cultura Económica, lo que no fue posible, por la situación de esta editorial. Resulté metida en el proceso de edición, probablemente por la conjunción de ser quien tenía contacto con Juan Sebastián y de ser cercana a las hermanas de Alberto, Carmen Cecilia y Tere Abello Vives, a quienes agradezco por la confianza que depositaron en mí para este acompañamiento. Pronto resolvimos, con Ricardo —mi marido, primo de Alberto—, que lo mejor era presentar el libro a través de la Editorial de la Universidad del Rosario, donde es profesor, y que de ahí se pudiera revisar la posibilidad de una coedición con otras instituciones: la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad de los Andes y la Universidad del Norte. Con todas tenía sentido publicar un trabajo de Alberto. Con el Rosario, porque ahí trabaja su primo Ricardo, con quien hablaba del Caribe. Con los Andes, porque Juan Sebastián era estudiante de Historia ahí (entre tanto, ya se graduó). Con la Javeriana, porque Nicolás Morales siempre dio enormes muestras de interés. Con Uninorte, no solamente porque Adolfo Meisel también estaba interesado, sino porque tenía toda la lógica que una universidad del Caribe estuviera asociada. Sin duda, también mediaron vínculos de amistad y de familia en esta red que se tejió para la edición del libro. En todo caso, se pudo adelantar esta coedición y estoy muy agradecida con Juan Felipe Córdoba, de la Editorial de la Universidad del Rosario, por ello y por el profesionalismo y la seriedad con la que el proceso se llevó a cabo.
Si este tema del cambio de editorial y luego de la coedición es una de las explicaciones del tiempo que ha tomado la publicación de este libro, hay otras dos razones. Toma su tiempo conseguir imágenes en alta resolución y las autorizaciones de publicación correspondientes. Agradezco mucho a Ana Roda, actual directora de la Biblioteca Luis Ángel Arango, por su gestión, y a Greta Friedemann-Sánchez, por su permiso. Obviamente, que estas gestiones tuvieran lugar en pandemia no agilizó en nada el proceso. Pero ya el libro está. A pesar de las decisiones que tuvo que tomar Juan Sebastián en la fase final, quedó casi igual a como lo quiso y conoció Alberto. Qué felicidad la de cerrar este ciclo y sentir que pude colaborarle a Juan Sebastián para que viera la luz este caro proyecto de Alberto, que muchos y muchas esperan con ansías.
Del proceso de investigación, además de los recuerdos de Juan Sebastián sobre la fase que adelantaron juntos, quedan notas como esta, que recién encontré en un libro que fuera de Alberto: me encogió el corazón… El famoso zambapalo…

Muriel Laurent
Amiga, prima por adopción y profesora del Departamento de Historia y Geografía de la Universidad de los Andes
Presentación
En 2018, Alberto Abello Vives me invitó a trabajar con él como asistente de investigación en un proyecto sobre fiestas y carnavales en el Caribe colombiano. Después de algunos meses de estar involucrado en su trabajo, vi cómo el interés de Alberto por los itinerarios atlánticos de los zambapalos y carnavales se iba convirtiendo en un ambicioso proyecto intelectual que tomó la forma de un libro. A pesar de que yo solo era un estudiante de pregrado, y él, un intelectual consagrado, siempre escuchó con interés mis ideas y comentarios e, incluso, me invitó a participar como coautor.
Después del fallecimiento de Alberto, un gran número de amigos, alumnos, colegas y familiares (tantos que es imposible nombrarlos a todos aquí) expresaron el deseo de que el manuscrito en el que estábamos trabajando se publicara como una obra póstuma y así cumplir el deseo de Alberto. Gracias a su apoyo, paciencia y generosidad, pude culminar la difícil y dispendiosa tarea de reajustar el formato de citación, solicitar las licencias para usar determinadas imágenes y mapas e introducir al texto algunas ideas que Alberto había dejado consignadas en notas y anotaciones marginales.
En medio de la inesperada crisis sanitaria ocasionada por la covid-19, la publicación del libro se retrasó por las restricciones de desplazamiento y la difícil y lenta adaptación a la virtualidad. Sin embargo, esto fue posible gracias a la ayuda de un gran número de personas e instituciones. Agradezco a Ana Roda, directora de la Biblioteca Luis Ángel Arango en Bogotá, quien me facilitó el acceso a importante material de la colección y me concedió los permisos necesarios para usar parte de este. De la misma forma, estoy en deuda con Greta Friedemann-Sánchez, quien autorizó el uso algunas de las fotos del importante archivo audiovisual de su madre, Nina S. de Friedemann.
En el Archivo General de la Nación, María Elvira Zea facilitó el acceso a importantes documentos en un momento cuando las medidas de prevención impedían que los consultara en sala. Con una amabilidad casi injustificada, la doctora María Cristina Navarrete interrumpió sus vacaciones para proporcionarme los mapas de los palenques en la provincia de Cartagena de los siglos XVI y XVII, cruciales para desarrollar algunos de los argumentos presentados en el libro. Asimismo, el doctor Shawn van Ausdal, profesor de la Universidad de los Andes, me permitió reproducir uno de los mapas del Estado Soberano de Bolívar, de su disertación doctoral, y me concedió el permiso para usarlo en el libro.
El proyecto también recibió el apoyo de las editoriales de la Universidad del Rosario, la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad del Norte y la Universidad de los Andes, que emprendieron un esfuerzo conjunto para editar el manuscrito y transformarlo en un libro. Finalmente, quiero agradecerle a Ingrith Torres Torres, jefe editorial de la Universidad del Rosario, quien siempre estuvo dispuesta a resolver las dudas que tuve durante el proceso de edición del libro y por su disposición a concederme el espacio para hacer modificaciones de última hora.
Al finalizar estas palabras, vienen a mi mente todos los fines de semana que pasé con Alberto en su apartamento del Bosque Izquierdo, compartiendo comidas, amables conversaciones y nuestros puntos de vista acerca de la historia, la región y la cultura. En abril de 2019, cuando estábamos cada vez más cerca de finalizar el manuscrito, Alberto solía decirme con mucha sensatez y algo de contundencia, “¡continuemos, que cuando acabe el libro, comienza nuestra amistad!”. A pesar de su inesperada partida, estas palabras se quedaron conmigo, y con algo de nostalgia solo puedo imaginar cómo habría sido ese futuro y en lo mucho que a Alberto le hubiera gustado tener el libro que el lector tiene ahora en sus manos.