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La trata de esclavos

La trata de esclavos - Representación de un esclavo encadenado en la ruta de los Esclavos.
© C. THARREAU – Association 1,2,3 Déclics
La utilización de mano de obra esclava de origen africano está atestiguada desde la época faraónica. Conoció un primer momento de apogeo con el desarrollo del comercio con los países árabes y, a principios del siglo XVII, este comercio adquirió una magnitud considerable. Con la conquista del Nuevo Mundo, cuando la población local fue ampliamente diezmada, surgieron nuevas necesidades. Existía un notable comercio triangular entre los puertos europeos (Londres, La Haya, Nantes, La Rochelle, Lisboa…), las costas africanas (la costa de los esclavos frente al actual Benín, la isla de Gorea frente a Senegal y las costas angoleñas) y la costa este del continente americano (desde Louisiana a Brasil). Con la bendición de la Iglesia y la activa colaboración de los monarcas africanos, este comercio se desarrolló en tres fases. En Europa, los barcos negreros eran cargados con baratijas (abalorios, tejidos…), y también con rifles. Luego ponían rumbo a la costa de los esclavos. Allí adquirían los esclavos capturados por los guerreros a sueldo de los monarcas que reinaban en el litoral. La «madera de ébano» se dirigía entonces a las costas americanas, donde se intercambiaba por productos tropicales que, en última instancia, eran vendidos en Europa con grandes beneficios. Se estima que fueron transportados al Nuevo Mundo más de quince millones de hombres y mujeres, y a esto hay que añadir que, por cada esclavo capturado, varias personas eran asesinadas durante las cacerías realizadas en el interior del continente.
Danxomé: reino de Agbomé


Origen de Dahomey: Dan-Homè
Bajo el reinado de Houégbadja, en las proximidades de la capital vivía un líder hostil de nombre Dan. Para deshacerse de él, Houégbadja envió a su hijo Houessou a solicitarle tierras, con la esperanza de poder castigarlo cuando se negara. Pero Dan aceptó. Houessou empezó a construir viviendas en su nueva posesión para su familia y sus amigos y, cuando ya no quedó sitio, volvió a pedir más tierras. Furioso, Dan le tendió una trampa para evitar la petición, pero Houessou, advertido por los tambores, consiguió esquivarla y volvió a demandarle más tierras. En tono de burla, Dan le preguntó si quería construir casas en su vientre. Houessou se enojó, mató a Dan y le clavó una estaca en el estómago sobre el que construiría su nueva casa. Esta casa se convirtió en Dan-Homè, es decir, «en el vientre de Dan».
Francisco de Souza (1754-1849)
Nacido en Brasil en 1754, don Francisco de Souza encarna el oscuro pasado de la trata de esclavos. Criollo descendiente de negrero, él mismo fue comerciante de esclavos y desempeñó un papel relevante en el desarrollo de Danxomé, ya que organizó el golpe de Estado que destituyó al rey Adandozan, y después fue consejero en la corte del rey Ghézo, que lo nombró {1}yovogan{/1} de Ouidah. Tenía muchas mujeres, más de cincuenta, y, según se dice, se le atribuye la ascendencia de todos los apellidados de Souza de Benín y Togo.
Dodds envía una carta a Béhanzin
«Nombrado por el presidente de la República para ejercer como líder de las dependencias francesas situadas en la costa de los Esclavos, llegué a Cotonú el 28 de mayo. Mi sorpresa fue mayúscula al enterarme tras desembarcar de que, despreciando el derecho de las personas, usted ha detenido ilegalmente a tres comerciantes franceses en Ouidah y ha violado de nuevo los compromisos libremente contraídos por sus representantes el 3 de octubre de 1890 al invadir el territorio del protectorado francés, que vuestras tropas siguen ocupando aún en Cotonú, Zablo y Descamé…».
Colonia de Dahomey

A partir de 1896, la administración de Dahomey fue adoptando formas diferentes. Los reinos de Porto Novo y Abomey se convirtieron en protectorados. El norte del país fue dividido en círculos (división administrativa en las colonias francesas), mientras que Cotonú, Ouidah y Grand Popo se transformaron en territorios anexados. En 1904 la colonia pasó a depender del África Occidental Francesa (AOF), cuyo gobernador general residía en Dakar (Senegal). Dahomey se reorganizó administrativamente en ocho círculos, divididos en cantones y ciudades, que pasaron a trece en 1934 y, por último, a nueve círculos en 1938. El gobernador residía en Porto Novo, desde donde dirigía la colonia con la ayuda de administradores franceses y de algunos dahomeyanos. Después de Victor Ballot se sucederían veintitrés gobernadores y, al final de la Primera Guerra Mundial, R. Cornevin fue nombrado gobernador de Dahomey y Togo, anexado a la colonia.

En 1895, después de la guerra de Dahomey (1892-1894), los padres Schenckel y Steinmetz iniciaron un viaje de exploración del vicariato de Dahomey en el sur del país, asentando, de manera definitiva, las misiones bajo el protectorado de Francia, a partir de las cuales surgieron los elementos fundadores de los nuevos asentamientos en el norte del país. En 1906 el padre Steinmetz fue nombrado vicario y se dedicó a reforzar la evangelización del país frente a las religiones animistas y el islam, proveniente principalmente del norte, hasta 1934. En un último homenaje a su enorme labor, en 1941 Steinmetz dio nombre a un bulevar de Cotonú. Otras fechas destacadas: 1928, ordenación del primer sacerdote dahomeyano en Ouidah y, en 1940, fundación de una misión en Natitingou, en el País Somba, poniendo el broche de oro a la labor misionera en Benín.


En 1963 las huelgas y las manifestaciones de estudiantes provocaron la caída del Gobierno, que fue confiado al coronel Christophe Soglo. En diciembre, el ejército devolvió el poder a Apithy y a Justin Ahomadegbé, que entre tanto habían fundado el Partido Democrático Dahomeyano (PDD). El 22 de diciembre de 1965 se produjo un nuevo golpe militar y el 17 de diciembre de 1967, jóvenes militares dirigidos por el comandante Maurice Kouandété, constituidos en el Comité Militar Revolucionario, alzaron a uno de sus integrantes al poder. Este prohibió por decreto a los antiguos líderes políticos postularse para un nuevo mandato electivo. En 1968, tras unas elecciones apresuradas, el ejército nombró al Dr. Emile-Derlin Zinsou jefe de Estado. Pero su mandato no duró mucho. El 10 de diciembre de 1969 fue derrocado por los militares. Llamados a dirigir el país, los líderes históricos Maga, Ahomadégbé y Apithy fueron capaces de encontrar un cierto entendimiento e instauraron un Consejo presidencial con presidencia rotatoria. En mayo de 1970 Maga formó el primer Gobierno del nuevo régimen, aunque tuvo que enfrentare a una situación turbulenta. Un grupo de militares intentó asesinar a Paul-Emile de Souza, el garante del régimen. Luego le tocó el turno a Justin Ahomadégbé, que fue investido el 7 de mayo de 1972 como jefe del Estado… aunque para un mandato efímero.
Régimen marxista-leninista
El 26 de octubre de 1972, el ejército toma el poder y disolverá el Consejo Presidencial y la Asamblea Nacional. El comandante Mathieu Kérékou encabezó el nuevo Gobierno, llamado Gobierno Militar Revolucionario (GMR). El 30 de noviembre presentó su programa político, una nueva vía política para el país. En 1973 se creó una nueva institución: el Consejo Nacional de la Revolución. La formación ideológica y patriótica se convirtió en obligatoria. Al año siguiente, en 1974, la reforma de la administración territorial suprimió las estructuras tradicionales. Los alcaldes y los delegados sustituyeron a los líderes de las localidades, las congregaciones religiosas y a los sacerdotes animistas. Por último, el 30 de noviembre de 1974, el Gobierno aprobó oficialmente en Abomey la doctrina del marxismo-leninismo y pasó a engrosar las filas de países adscritos al lado soviético. En 1975 se creó un partido único: el Partido de la Revolución Popular Beninés (PRPB). El mismo año, Dahomey se convirtió en la República Popular de Benín. Las grandes empresas —bancos, aseguradoras y hoteles— fueron nacionalizadas. El 21 de junio de 1975, tras la supresión del cargo de ministro de Interior, los sindicatos y los estudiantes convocaron una huelga general que fue reprimida violentamente. Muchos benineses se refugiaron en el extranjero. Dos años después fracasó un intento de golpe de Estado dirigido por Francia, con el apoyo de Marruecos y Gabón, y liderado por Bob Denard. El régimen se radicalizó y, en agosto de 1977, el Consejo Nacional de la Revolución aprobó la Ley fundamental, que reforzaba el poder del partido único, con la instauración de un sistema de candidatura única para las elecciones. La opinión fue amordazada y los presos políticos internados durante años en Parakou sin juicio previo. Por todas estas razones, los resultados de los escrutinios realizados en 1979 y después en 1984 superaron el 90%; pero a causa de la mala gestión financiera del país y la corrupción de la administración, el país acabó sumido en una grave crisis económica en 1986. Y a pesar de estar lejos del modelo en el que se inspiraba, el sistema político fue calificado, a modo de mofa, de «laxismo-beninismo».
A partir de 1988, las dificultades se agravaron. El régimen estaba sometido a la presión de la calle y al ansia de venganza de los obispos de Benín. El presidente salió indemne de un complot en marzo y de un golpe militar en junio. Pero en abril de 1989 se decretó una huelga general ilimitada que puso al poder al borde del abismo. Finalmente, el 29 de noviembre, Mathieu Kérékou decidió organizar una conferencia nacional con todos los actores políticos y representantes de la sociedad civil para encontrar una salida a la crisis. La Conferencia Nacional, la primera celebrada en África, tuvo lugar en Cotonú del 19 al 28 de febrero de 1990 bajo la presidencia del arzobispo de Cotonú, monseñor Isidore de Souza. Se decidió suspender la Ley fundamental a la espera de la adopción de una nueva Constitución, que debía establecer un verdadero estado de derecho y autorizar el pluripartidismo. Allí se establecieron las bases de la democracia y de una economía liberal. Nicéphore Soglo fue nombrado primer ministro por los participantes de la Conferencia Nacional. Formó un Gobierno de transición bajo la presidencia de Mathieu Kérékou con la finalidad de aplicar las resoluciones de la Conferencia Nacional. Sus prioridades eran: devolver al país al pleno empleo, restaurar la autoridad del Estado, moralizar la vida pública y convocar elecciones. El 2 de diciembre de 1990 se celebró un referéndum en el que se adoptó la nueva Constitución.
Un misionero visita su parroquia a trescientos kilómetros.
«Llego por la mañana a Nikki. Encuentro un sólido núcleo de cristianos. Estos buenos creyentes y el administrador insisten en que me quede. Aprovecho para ver a los indígenas y hablarles de las verdades de nuestra santa religión. Mi éxito es mediocre, porque hay muchos musulmanes. A pesar de todo, sembremos; tal vez un día la semilla germinará y dará sus frutos».

Benín democrático
Las elecciones legislativas se celebraron en febrero de 1991. El Parlamento que salió de las urnas disponía de sesenta y cuatro diputados que representaban a veintiún partidos políticos. Estaba presidido por Adrien Houngbédji. La elección presidencial fue el último escrutinio de la nueva era democrática. Organizada el 24 de marzo, dio como resultado la selección de Nicéphore Soglo con el 67,7% de los votos. Sin embargo, el nuevo Gobierno debía enfrentarse a una difícil situación económica y, aunque el país volvió a contar con ayuda internacional, la población apenas percibió los frutos de las reformas económicas llevadas a cabo por el presidente Soglo. Las elecciones legislativas de marzo de 1995 y las presidenciales de 1996 se celebraron en un contexto socioeconómico difícil. Dieron como resultado el Gobierno «Kérékou II», es decir, la reelección de Mathieu Kérékou como presidente de la República, pero esta vez comprometido con la causa democrática. Finalmente, también sería nombrado primer ministro tras la dimisión, en 1998, de Adrien Houngbédji. En las elecciones legislativas de 1999 se produjo la alternancia, ya que los partidos de la oposición, encabezados por Soglo y Houngbédji, consiguieron treinta y ocho de los ochenta y tres escaños del Parlamento y se convirtieron en la primera fuerza política del país. No obstante, Kérékou no se dio por vencido y se postuló para un segundo mandato presidencial en 2001. Volvió a salir victorioso tras obtener el 84% de los votos en la segunda vuelta. Pero lo que sucedió en estas elecciones es una de esas paradojas de la democracia. Nicéphore Soglo, el eterno rival, y Adrien Houngbédji, presidente del Parlamento, se retiraron al final de la primera vuelta tras calificar el proceso de «farsa», y Bruno Amoussou, el oponente de Kérékou en la segunda vuelta, pidió el voto para… Kérékou.