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En marzo de 2006, Mathieu Kérékou decidió finalmente abandonar la escena política, pues la Constitución limita a dos el número de mandatos presidenciales. Es cierto que hubo una gran tentación de seguir el ejemplo de otros jefes de Estado africanos, es decir, modificar la Constitución para permanecer en el poder salvaguardando las apariencias de la legalidad. Pero las presiones, sobre todo de su entorno, convencieron al viejo león. Así pues, las siguientes elecciones, que según los observadores internacionales, se desarrollaron en plena legalidad, dieron como resultado la elección de Yayi Boni, un candidato «nuevo» en la escena política beninesa, con ideas innovadoras y una verdadera voluntad de cambiar el sistema político. Según Maurice Mahounon, eminente periodista de la ORTB, «pocos meses después de su elección el resultado sigue siendo moderado, dado que solo ha adoptado algunas acciones de relumbrón, como la detención de los «intocables» bajo el régimen Kérékou, vanos intentos de eliminar la venta de combustible de contrabando al borde de las carreteras y la reactivación del sector del algodón». Aunque el balance económico de su mandato fue moderado, se mantuvo la estabilidad política del país. Este fue un dato decisivo para la población beninesa, que lo reeligió en la primera vuelta (con el 53,14% de los votos) para un segundo mandato el 13 de marzo de 2011. Este segundo mandato estuvo marcado por un ambiente tenso en el país. Yayi Boni sospechaba que sus oponentes, dirigidos por el influyente empresario Patrice Talon, pretendían atentar contra él. Boni acusó a Talon de envenenarlo en 2012, y después de haber intentado un golpe de estado en 2013 orquestado desde París (donde estaba exiliado). Tras la solicitud de extradición de la justicia beninesa, Talon se benefició de seis sobreseimientos. Al mismo tiempo, el pueblo beninés temía que Yayi Boni modificara la Constitución para acceder a un tercer mandato, por lo que se empezaron a alzar algunas voces en el país. Una parte de la población ponía en duda el verdadero avance democrático de Benín. Finalmente, Boni se vio obligado a respetar la Constitución y Talon pudo volver a Benín y presentarse a las elecciones presidenciales, unas elecciones que tuvieron la nada despreciable cifra de cuarenta y ocho candidatos.
Tras un encendido debate, no fue una sorpresa que Lionel Zinsou, el primer ministro saliente y candidato apoyado por el poder, y Patrice Talon ganasen la primera vuelta (con, respectivamente, el 28,43% y el 24,73% de los votos) el 28 de febrero de 2016. Aunque Talon iba en desventaja, el apoyo del tercer candidato, Sébastien Ajavon (22,96% de los votos en la primera vuelta), fue decisivo y le permitió ser elegido presidente de la República en la noche del 20 de marzo. El empresario, que ha hecho fortuna con el algodón, fue investido oficialmente en Porto Novo el 6 de abril. Una decepción para el presidente saliente, Yayi Boni, pero sobre todo unas elecciones que ha sido una lección de democracia para todo el continente.
Política y economía

Política

Política - Bidones de gasolina en la carretera.
© C. THARREAU – Association 1,2,3 Déclics
Forma de gobierno
La Constitución de 1990 establece un régimen presidencial.



Partidos
En Benín existe un gran número de partidos y la escena política está siempre en movimiento, ya que al juego de las alianzas, a menudo cuestionadas, se añade el fenómeno del transfuguismo, una expresión que describe los cambios de bando y de alianzas, que pueden ser tan repentinos como inesperados. Por tanto, es complicado distinguir entre partidos propiamente dichos, aunque se pueden diferenciar distintas tendencias representadas por los grandes actores de la vida política.







Reforma de la descentralización
Desde la reforma de la descentralización, que data de 1999, se ha llevado a cabo una nueva distribución territorial. Las seis provincias instituidas durante la época colonial francesa en 1958 dieron paso a doce departamentos: Cotonú, Atlantique, Ouémé, Mono, Kouffo, Plateau, Collines, Donga, Alibori, Zou, Borgou y Atakora. La reforma de la descentralización se tradujo también en la transferencia de nuevas competencias a las autoridades locales y en la organización, en 2002, de las primeras elecciones municipales y locales. Las últimas tuvieron lugar el 28 de junio de 2015, en las cuales las Fuerzas Cauris para un Benín Emergente (FCBE), el partido del ex presidente Yayi Boni, ganaron en la mayoría de los municipios.
Economía
Tras una crisis aguda en la década de 1980, la economía beninesa se ha estabilizado mediante la aplicación de planes de ajuste estructural durante unos diez años y la liberalización de la economía dominada por el Estado durante todo el período de la revolución. Como resultado, las finanzas públicas se han saneado, se ha observado una leve recuperación de la economía y el país ha podido beneficiarse de una reducción de su deuda externa. Sin embargo, la economía del país sigue siendo frágil y se ha visto perjudicada por la crisis con Nigeria. Porque el comercio es uno de los dos pilares de la economía beninesa, junto con la agricultura, y, al cerrar sus fronteras a la importación de un gran número de mercancías, su poderoso vecino ha cortado una importante fuente de ingresos. Aunque el crecimiento ha sido bastante notorio en los últimos años y se sitúa en torno al 5%, el nivel de vida de la población no ha mejorado porque el crecimiento demográfico sigue siendo elevado. Hay que señalar que el salario mínimo mensual beninés es de unos 50.000 FCFA (apenas 75 euros) desde 2014 y que muy a menudo no se respeta.
Benín pertenece al grupo de los «países menos desarrollados» (PMD). Clasificado en la posición 166 de 188 según el índice de desarrollo humano (datos de finales de 2015, bajó dos posiciones con respecto al año anterior), es una de las naciones más pobres del planeta.
La tontina
Se trata de un sistema de ahorro muy extendido que sirve para financiar la economía sumergida en Benín, así como en muchos países africanos. Funciona de acuerdo con el principio de solidaridad y confianza. La tontina es una especie de caja común a la que se puede acudir para pedir un crédito. Las aportaciones provienen de amigos, vecinos y conocidos que no pueden obtener créditos de los bancos clásicos porque son demasiado exigentes. A intervalos regulares, los socios pagan una suma idéntica (alrededor de 100 FCFA cada día por término medio) y, al final de cada mes, el importe total de las contribuciones se reembolsará por turno a uno de los miembros de la tontina. A veces, el sistema es un poco más formal y utiliza un tontinier, una especie de banquero ambulante que recorre pueblos o barrios para realizar operaciones de depósito y crédito. En la mayoría de los casos, la tontina es el recurso utilizado para empezar una discreta actividad comercial o abrir un pequeño taller.
Principales recursos

Principales recursos - Granero de cereales.
© C. THARREAU – Association 1,2,3 Déclics





Importancia del Turismo
Tras un largo período de aislamiento, Benín se ha abierto al turismo, aunque todavía tímidamente. Las infraestructuras hoteleras y turísticas (agencias de viajes, transporte interior) son limitadas y están desigualmente repartidas en el país, aunque las agencias de viajes tienden a multiplicarse en Cotonú. Ciertamente, esta relativa falta de infraestructuras no es un impedimento para los que realmente quieren ir de aventura, pero eso requiere tener tiempo. Sin embargo, el Gobierno ha anunciado su voluntad de desarrollar el sector. Hay varios proyectos en mente. Uno sería acondicionar la ruta de los pescadores creando nuevas infraestructuras hoteleras y aumentar así el flujo turístico, además de darle la importancia que merece al emplazamiento de la ruta de los Esclavos en Ouidah. De hecho, el sitio es prácticamente desconocido, a diferencia de la isla de Gorea (Senegal), lo que resulta paradójico, pues se ha puesto en tela de juicio que muchos de los miles de esclavos que embarcaron hacia el Nuevo Mundo lo hicieran desde Gorea. Sin embargo, ante el temor legítimo de la población local de ver como su costa salvaje se desfigura, como ha ocurrido en ciudades como Saly (Senegal), los profesionales del turismo se han agrupado en asociaciones para oponerse a proyectos de turismo masivo.
Retos actuales
La economía sumergida está muy desarrollada en Benín. Habitual en África Occidental, este fenómeno se palpa perfectamente en Benín, pues en cualquier rincón de cualquier calle se ven grandes botellas de cristal llenas de gasolina de contrabando importada desde Nigeria por la laguna o por la carretera. La SONACOP, la antigua empresa pública de productos petrolíferos privatizada, tiene una red de estaciones de servicio en todo el país pero cobra precios más altos. Por lo tanto, la elección es fácil para la mayoría de los conductores. Otra característica es que, aun perteneciendo a la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA), que agrupa a todos los países del África Occidental que pertenecen a la zona franca (CFA), Benín realiza el grueso de sus intercambios comerciales con Nigeria y no dentro de este espacio de libre comercio.
El país ha heredado, de su período marxista-leninista, un gran número de empresas públicas, tanto en el sector productivo como en el de los servicios, que se han privatizado de manera caótica, especialmente bajo la presidencia de Boni Yayi. La Sociedad Nacional de Bebidas (Sobebra), que produce, entre otras cosas, las cervezas Flag, Béninoise y Fizzi, fue comprada por el grupo francés Castel. La Sociedad Nacional de Cementos (Sonaci) y la Sociedad de los Cementos de Onigbolo (SCO) pertenecen actualmente al grupo noruego Scancem y al grupo francés Lafarge, respectivamente. Pero todavía quedan muchas empresas por privatizar. A pesar de la insistencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, la reforma todavía no ha alcanzado a la Sociedad Benínesa del Agua y la Electricidad (SBEE) o a la Oficina de Correos y Telecomunicaciones (OMI)… Asimismo, varios hoteles de Cotonú y Natitingou siguen perteneciendo al Estado y están vinculados al Ministerio de Turismo, aunque su número disminuye cada año. Pero no cabe duda de que el presidente Patrice Talon (el industrial del algodón elegido en 2016) continuará favoreciendo las privatizaciones.

Población e idiomas

© Pascal Mannaerts – www.parcheminsdailleurs.com

Población

Población - Niño beninés.
© C. THARREAU – Association 1,2,3 Déclics

La población supera los 10,04 millones de habitantes y el crecimiento demográfico sigue siendo elevado, por lo que la tasa de fertilidad es de 4,95 hijos por mujer en edad de procrear (en 2015). La población beninesa es así muy joven: el 43,4% tiene menos de 15 años. Las ciudades están principalmente situadas en el Bajo Benín y en la llanura costera. Cotonú es la más importante (924.000 habitantes). Luego vienen Porto Novo (314.000 habitantes), Parakou (232.000), Djougou, Natitingou, Abomey, Kandi, Lokossa, Ouidah… Más de la mitad de la población vive así sólo en el 15% del territorio, es decir, los departamentos del sur. Con unas 46 etnias identificadas, Benín presenta una gran diversidad cultural. Sin embargo, la población se divide en los tres grandes grupos étnicos aja-fon, yoruba y beba, pero la historia de Benín también se cimentado en el mestizaje. Los yoruba mezclados con los adja han dado origen a los gun en Porto Novo. Otras sociedades se han quedado aisladas, como los peuls o los batammariba.

