2018: un presidente convaleciente. Ali Bongo, de 59 años, sufrió un derrame cerebral el 24 de octubre de 2018. Fue hospitalizado en Arabia Saudita y luego se sometió a una prolongada convalecencia en Marruecos. La oposición está preocupada por su salud y su capacidad para gobernar el país. Dirigido por miembros de la oposición y de la sociedad civil, el colectivo
Appel à Agir pidió a la magistratura gabonesa un peritaje médico para el presidente. Después de varios seriales judiciales tensos, el caso fue enviado al Tribunal de Casación en septiembre de 2019. Mientras tanto, Ali Bongo tomó la palabra el 17 de agosto de 2019, sin convencer a la oposición. Unas semanas más tarde, fue hospitalizado de nuevo en Londres para «exámenes médicos de rutina», según el gobierno. Es una cuestión a seguir de cerca, porque si se revela la incapacidad del jefe de Estado para gobernar, se podrían convocar elecciones anticipadas.
Economía
Gabón tiene uno de los PIB per cápita más altos en el continente africano (7584 dólares en 2017), junto con Guinea Ecuatorial y Botsuana. Esto se debe en gran medida a la riqueza de sus recursos naturales, en particular los hidrocarburos. La estructura de la economía muestra claramente el predominio del sector secundario, 42,9 % en 2014. Solo el petróleo representa más del 30 % de esta actividad. Este sector está sujeto a las fluctuaciones de los precios en la economía mundial. Gabón depende esencialmente de la explotación de los recursos fósiles, por lo que no promete un futuro sostenible y estable. Así lo indica que, a pesar de no tener mucha deuda, el descenso de los precios del petróleo en 2014 y 2015 sumiera al país en una crisis económica. La venta, en 2017, de los activos de Shell y Total, los dos principales grupos petroleros, fue un duro golpe para Gabón, que no ha firmado ningún contrato petrolero en cinco años. La producción cayó de 240 000 barriles diarios en la década anterior a solo 200 000 barriles diarios en 2018. Para revitalizar el sector, el Estado promulgó el nuevo código de hidrocarburos en julio de 2019, introduciendo una reducción de los impuestos.
El sector primario, por su parte, hizo una pequeña contribución a la actividad interna, del 3,6 % en 2014, pero en los últimos años se ha observado un aumento de las actividades vinculadas a la mejora de la producción agrícola, entre otros aspectos. Sin embargo, los alimentos siguen siendo en gran medida importados, representando el 80 % del total. Solo el 1,21 % de la superficie del país se dedica a la agricultura y cubre el 15 % de las necesidades alimentarias. La ganadería es una práctica reciente y se ha desarrollado especialmente en las provincias de Ngounié y Nyanga (Sogadel) y Haut-Ogooué. La producción es principalmente de carne de ternera, cerdo, pollo y oveja. No obstante, los costes de producción no permiten competir con la carne importada de África Austral, Argentina o Europa.
Por último, el sector terciario representa más del 50 % de la economía. Es, con mucho, el sector más prometedor. El turismo, y más concretamente el ecoturismo, ha iniciado su andadura y tiene un gran potencial de desarrollo.
La crisis, el retorno a la calma, la crisis. En 2008, Gabón atravesó una emergencia alimentaria debido a la crisis financiera mundial. Las manifestaciones y las huelgas fueron constantes en el sector público. La autosuficiencia alimentaria se convirtió en una prioridad. La respuesta del Gobierno fue reactivar las plantaciones de café y brindar mayor apoyo a la producción de mandioca. Sin embargo, la economía de Gabón resistió la crisis financiera con más entereza y facilidad de lo esperado. Tras una ligera recesión en 2010, el crecimiento se recuperó en 2012 hasta el 6,2 %, superando incluso la estimación inicial del 4,4 %. Se estabilizó en torno a estas cifras hasta 2014, cuando la tasa de crecimiento fue del 4,3 %. El país está experimentando una nueva crisis relacionada con la caída de los precios del petróleo. La tasa de crecimiento bajó a solo el 1 % en 2017. Sin embargo, con un mejor desempeño de los sectores primario y terciario, el país se fue recuperando gradualmente y alcanzó un crecimiento de alrededor del 2 % en 2018. No obstante, Gabón debe seguir enfrentándose a la caída del precio del barril de petróleo. Al caminar por Port-Gentil o Gamba, uno puede sentir el impacto en el día a día. El gobierno se vio obligado a rebajar las expectativas de sus últimos presupuestos, demasiado optimistas. El nuevo código de hidrocarburos, que entró en vigor en 2019, debería atraer a los inversores petroleros gracias a una fiscalidad y unos períodos de explotación más flexibles. El gobierno ha asumido el desafío de desarrollar la explotación de gas, que se espera que crezca significativamente.
Un programa de privatizaciones iniciado en 1995
Hace una década, el sector público estaba muy extendido, mientras que en la actualidad hay una tendencia general a la privatización. Francia ha sido el primer inversor del país durante mucho tiempo. Hoy en día, Gran Bretaña, los países de África Central, Estados Unidos, Japón y China se han convertido en otros clientes importantes del país.
El programa de privatizaciones iniciado en 1995 incluía grandes sociedades adquiridas por empresas francesas (SEEG —Sociedad de Agua y Electricidad de Gabón— concedido a Veolia), empresas italianas o grandes grupos españoles o belgas. La privatización en Gabón muestra un balance positivo en la medida en que las empresas en dificultades financieras han recuperado el aliento y las ventas de activos han aportado más de 50 millones de euros al Estado, a pesar de que el coste de la reestructuración y los pagos de la deuda superan los 35 millones de euros. Sin embargo, el objetivo principal pretendía reactivar la economía y que sus beneficios llegaran a todos los estratos sociales, cosa que dista mucho de haberse alcanzado.
Principales recursos
Recursos minerales. Los recursos naturales del país son inmensos y diversificados. La explotación petrolera comenzó en 1956 en Ozouri, al sur de Port-Gentil. El manganeso ha sido extraído por Comilog (Compañía Minera del Ogooué) desde 1953 y el uranio, el oro y los diamantes fueron descubiertos entre 1940 y 1950. En 1970, la gran mayoría de los recursos procedían de la minería: el petróleo en la región de Ogooué-Maritime, y el manganeso y el uranio de la región de Haut-Ogooué. La minería de uranio fue abandonada en 1999 debido a la baja rentabilidad de los yacimientos, pero se valoraba su reactivación antes de que comenzara la crisis. El grupo francés Areva retomó la prospección en el país. En la actualidad no se están explotando todos los recursos disponibles. Es el caso del oro, los diamantes y el cobalto, que guardan reservas potenciales. En 2013, la industria petrolera representaba alrededor del 50 % del PIB. Sin embargo, con la caída del precio del petróleo en torno al 40 % en 2014, el sector solo alcanzó el 31,6 % del PIB al año siguiente. Estados Unidos es el principal comprador, mientras que China, Singapur y Francia comparten el resto. Sin embargo, gracias a la industria minera, el país ha pasado a ocupar el segundo lugar en la clasificación del PIB per cápita del África subsahariana y, aunque la producción está estancada, coloca a Gabón en una situación económica cómoda. Ocupa el puesto 37.º del mundo y el 8.º del continente y cuenta con una población muy pequeña. Tras beneficiarse de unos ingresos excepcionales provenientes del petróleo, Gabón está sufriendo ahora la caída de los precios del crudo, a la par que una reducción de la producción que alcanzó el 6 % en 2018. Las perspectivas a largo plazo son preocupantes, a menos que la exploración de la cuenca del océano profundo repita los mismos resultados que en el sur de Angola. Gracias al nuevo código petrolero, el gobierno pretende impulsar la inversión ofreciendo a las empresas beneficios fiscales y tasas preferenciales. El manganeso explotado por Comilog (66 % de la empresa francesa Eramet) representa el 4 % del PIB del país y el 6 % de sus exportaciones. En 2009, la producción cayó de forma muy acusada, pero en 2013, un año excepcional, la recuperación efectiva de la producción mundial de acero impulsó la producción gabonesa a 3,7 millones de toneladas. El nuevo complejo metalúrgico de extracción de manganeso, que costó 200 millones de euros, inaugurado en junio de 2015, es una señal contundente del compromiso y confianza por parte de un operador francés. El país es ahora el segundo productor mundial de manganeso, después de Sudáfrica. El sector tiene un futuro prometedor, ya que con la apertura de la mina de Okouma alrededor de Moanda, Comilog pretende alcanzar una producción de 7 millones de toneladas anuales en todo el país en 2023. En resumen, la economía de Gabón depende en gran medida de la política exterior, debido a los desafíos mundiales en los sectores del petróleo y la minería.

La industria maderera ha sufrido un cambio importante desde la llegada de Ali Bongo al poder. El veto a la exportación de madera en 2010 fue una de las decisiones tomadas al asumir la presidencia. De este modo, se impuso el procesamiento de la madera en la explotación pensando en que la industria dejara sus frutos en la economía gabonesa. Fue una decisión radical y controvertida que en un principio provocó una crisis en el sector, pero que ahora permite que la industria maderera se desarrolle en fábricas locales y no en el extranjero. De otro modo, la explotación forestal se limitaba a la exportación de troncos al extranjero: a Francia y al sudeste asiático. Solo una pequeña parte se procesaba localmente para la producción nacional. El fin del monopolio en enero de 2006 todavía no ha dado lugar a una reestructuración del sistema y la crisis mundial ha asestado el golpe final a esta industria, que ahora se encuentra en dificultades. Empresas legendarias como Rougier han cerrado la explotación de algunas concesiones. En 2010 se introdujeron y aplicaron incentivos para la industria de transformación de la madera. Estas medidas, junto con las reforestaciones puestas en marcha por el Ministerio de Recursos Hídricos y Bosques deberían contribuir a la recuperación de este sector. La gestión sostenible de los ecosistemas forestales y la mejora de la biodiversidad son elementos clave de la política gubernamental y la estrategia de desarrollo económico del país. Estos son los grandes temas de «Gabón emergente». Este sector de actividad se considera una forma de diversificación y alternativa económica sostenible al sector petrolero.

El aceite de palma es la inversión agrícola más prometedora hasta la fecha (49 949 toneladas en 2018). Este «aceite rojo» es un componente básico de la cocina gabonesa. Se utiliza localmente para producir aceite de mesa y jabón. En el extranjero, se emplea en muchos alimentos y productos de belleza porque sigue siendo barato. El aceite de palma se identifica a menudo como causa de obesidad y enfermedades cardiovasculares. La posibilidad de que se cree un «impuesto Nutella» ha indignado a los países productores, aunque la idea parece haber caído en el olvido. La ambición de Gabón es convertirse en el primer productor africano, alcanzando las 250 000 toneladas en 2025 para desesperación de los ecologistas. Señalan que las plantaciones de palma aceitera implican la destrucción de los bosques tropicales y sus ecosistemas.
El aceite de cacahuete, el cacao y el café se producen a pequeña escala. Se consumen en la cocina local y también se exportan.
Importancia del turismo
En la actualidad, el turismo aporta solo el 4 % del PIB nacional. Hay varias razones para ello.
El coste de los viajes para los extranjeros y, en particular, para los occidentales, está frenando el entusiasmo de muchos viajeros. El visado sigue siendo caro. Cruzar el país en doce horas con el Transgabonés cuesta 65 E en 2.ª clase y 100 E en clase VIP. Los vuelos nacionales tampoco bajan de los cien euros por trayecto de ida, incluso en la ruta que conecta las dos ciudades más grandes del país. Estos costes alejan también al turista más acaudalado. El alojamiento turístico, incluso en la capital, ofrece una mala relación calidad-precio, al igual que la restauración. El turismo en Gabón sigue siendo un privilegio para un pequeño segmento de la población mundial y para la parte más rica de la sociedad gabonesa. Aun así, los gaboneses siguen prefiriendo viajar al extranjero antes que por su propio país, excepto para volver a su pueblo natal.
Las infraestructuras turísticas siguen estando poco desarrolladas en relación al potencial turístico que ofrece la naturaleza gabonesa. Incluso parques emblemáticos como Loango o Lopé ofrecen pocas alternativas de alojamiento. Qué decir de los parques más remotos, pero muy ricos, como Moukalaba-Doudou, donde apenas hay alojamiento.
La dificultad del gobierno para crear o mantener la infraestructura vial. El clima la deteriora regularmente, en especial durante la temporada de lluvias, lo que dificulta o incluso imposibilita el acceso al interior del país. Los receptivos turísticos ubicados en los parques están aislados. Sigue siendo necesario establecer una formación en materia de acogida, información, orientación y servicios hoteleros, que son ingredientes esenciales para el desarrollo de una prestación de servicios de calidad y garantizan la sostenibilidad de las estructuras.
Sin embargo, existe la voluntad de desarrollar el sector. El turismo se orienta hacia el ecoturismo, la única economía aceptable para preservar el medioambiente teniendo en cuenta el bienestar de las poblaciones locales. Con todo, seguirá siendo un turismo excepcional y de alto coste. El deseo de apoyar al sector privado y el fomento de las inversiones de los principales grupos internacionales sugieren que el sector turístico se está convirtiendo en un verdadero desafío económico para Gabón. En la actualidad, los operadores turísticos privados asumen los costes de explotación, mantenimiento e innovación de las principales estructuras o redes de carreteras. Algunos han formado asociaciones o clubes para hacer oír su voz y defender sus intereses. Es el caso del Club de Turismo, que reúne a una treintena de empresas (hoteles, turoperadores, empresas de transporte, etc.) o del Grupo de Operadores Turísticos Gaboneses (G.O.TO.GABON), estructurado como una plataforma de consulta y trabajo. Para demostrar su determinación de hacer de este sector uno de los motores económicos del país, el ministerio de Transportes y Turismo organizó los primeros «Encuentros Nacionales de Turismo» a principios de julio de 2019, a los que asistieron numerosos agentes públicos y privados del sector. Durante cuatro días, trabajaron en talleres sobre varios temas para identificar las necesidades y estrategias a implementar. Estas reuniones dieron como resultado la firma de una Carta Nacional de Turismo, aprobada por muchos profesionales. También están surgiendo otros tipos de turismo. Gabón sigue atrayendo a los aficionados a la pesca deportiva. En los últimos años, el turismo de iniciación ha seducido a más y más occidentales que han venido a aprender sobre el
bwiti (rito de iniciación de los pueblos mitsogo y gapinzi) en busca de espiritualidad y nuevas prácticas (se estima que hay cerca de 2000 visitantes al año solo por esa razón). Siguen siendo nichos de mercado excepcionales y con costes elevados.
Combatir la caza furtiva y limitar la deforestación son prioridades importantes para el presidente Ali Bongo. La Agencia Nacional de Parques invierte muchos recursos en la defensa del patrimonio natural de las áreas protegidas de las que es responsable. Del mismo modo, los permisos de construcción y plantación están regulados y son difíciles de obtener. Gabón junto con Alemania aprobó en las Naciones Unidas en julio de 2015 una resolución no vinculante, pero única en su género, para combatir el comercio ilegal de especies amenazadas, alentando a los países a adoptar medidas eficaces para luchar contra la caza furtiva y el contrabando. Esta iniciativa ha afirmado la posición de Gabón ante el mundo y ha sido un hito histórico a los ojos de la comunidad internacional.
Retos actuales
Después de algunos años de crecimiento sólido impulsado por los precios mundiales del petróleo y el trabajo realizado para la organización de la Copa Africana de Naciones (CAN) de 2012, Gabón se ha visto debilitada por el colapso de los precios del petróleo crudo.
Sin embargo, el impacto negativo de la disminución de la producción de petróleo ha sido ligeramente atenuado por la expansión de otros sectores más sostenibles. El gobierno está aumentando su apoyo a la Oficina Nacional de Empleo y está tomando medidas para estimular la inversión extranjera directa.
Parece que el país está empezando a darse cuenta de la necesidad de orientarse hacia industrias distintas a la petrolera. La madera y el aceite de palma han surgido como sectores prometedores. Se espera que el procesamiento local de materias primas despegue por primera vez en las zonas económicas especiales. Por su parte, el ecoturismo sigue aumentando lentamente, pero a intervalos regulares.
Sin embargo, quedan dos grandes retos: reducir la pobreza, que aún afecta a un tercio de la población, con una tasa de paro de casi el 20 %, y luchar contra las desigualdades exorbitantes.
ANPI (AGENCIA NACIONAL DE PROMOCIÓN DE INVERSIONES)
✆ +241 11 76 48 48
www.anpigabon.ga
contact@anpi-gabon.ga
ANPI Gabón, la antigua APIEX, es una nueva estructura para vincular a todos los actores económicos que contribuyen al desarrollo del país. Se trata de una institución pública con carácter administrativo cuyo propósito es asistir al gobierno en la implementación de su política de promoción de inversiones y exportaciones. También apoya la creación y el desarrollo de empresas y ayuda a los promotores y a la puesta en marcha de asociaciones público-privadas. El impulso de la inversión y la competitividad contribuye a fortalecer las capacidades operativas de la ANPI Gabón, atrayendo a inversores de África y de todo el mundo. La seguridad de la red de suministro de electricidad es una prioridad para el desarrollo económico del país, ya que a veces las carreteras no son muy accesibles. La ANPI Gabón centraliza toda su documentación de forma informatizada para facilitar los intercambios y la ejecución de grandes proyectos. También cabe señalar que se ha creado un centro de negocios para mujeres que lleva a cabo acciones y desarrolla las relaciones comerciales.
Población e idiomas
La mayoría de las etnias tiene un sustrato común en la lengua bantú. Las similitudes en el lenguaje y la organización social se explican, en parte, por los sucesivos movimientos de poblaciones migrantes desde el exterior, pero también dentro del propio país, desde el siglo XIII hasta el siglo XIX. Estos grupos se mezclaron en ocasiones. El primer mestizaje tuvo lugar alrededor de 1880, cuando Savorgnan de Brazza subió por el Ogooué. El río se convirtió rápidamente en un eje de confluencia para los pueblos gaboneses. El segundo mestizaje demográfico se produjo cuando se pusieron en marcha los proyectos forestales a principios del siglo XX. Mientras tanto, los grupos recién creados se cristalizaron a través de etnias o grupos de «habla». En términos de movilidad demográfica, la tendencia a agrupar los pueblos a lo largo de los ejes de comunicación, sustituto de la dispersión de las aldeas, es el resultado de la política administrativa colonial. Esta política se mantuvo después de la independencia porque favorece los desplazamientos y la administración.
Población
LAMBARÉNÉ - Comercio.
© Bernadette VOISIN
Dinámica demográfica. Los datos demográficos han experimentado profundos cambios desde 1960. La población se ha triplicado desde la independencia, en parte gracias a las mejoras en el sistema sanitario, mientras que desde el establecimiento de los europeos había disminuido. La trata y la alta mortalidad debida al trabajo forzoso durante la época colonial habían contribuido a reducir el crecimiento de la población, ya limitado por la elevada mortalidad infantil y las enfermedades. Sin embargo, hay otras razones para este crecimiento repentino de la población, como la migración y los movimientos internos vinculados al éxito económico de la minería. La explotación de petróleo y manganeso en la década de 1960 causó dos fenómenos concomitantes: una afluencia masiva de extranjeros y la urbanización revolucionaria alrededor de los campos mineros, que como hemos visto con el uranio en Mounana, a veces es efímera. En la actualidad, según la oferta del mercado mundial, la explotación petrolera está atrayendo un flujo migratorio desde China. Además, Gabón acogió en la década de 1970 a un número considerable de inmigrantes de países vecinos, mientras que ahora la tendencia se está invirtiendo en favor de los migrantes del África Occidental. Gabón se considera el Dorado africano en una subregión inestable y pobre. A pesar de la reducción de su crecimiento económico, ha ofrecido desde su independencia perspectivas de empleo atractivas para muchos otros países. Los extranjeros de todos los orígenes representan actualmente más del 20 % de la población. Por último, el movimiento demográfico interno siguió al auge del petróleo de los años cincuenta. Se produjo un éxodo rural significativo a los principales centros de explotación forestal y a la capital, ya que los jóvenes aceptaban cada vez menos la precariedad de los estilos de vida tradicionales en un contexto difícil y aislado. Los ingresos del oro negro provocaron un aumento de la inversión pública y privada en las zonas afectadas por esta urbanización masiva y repentina. Se importaron todas las características y atractivos de la modernidad únicamente en las ciudades, provocando así un cambio social y cultural.

Localización. El censo de población parece ser particularmente complicado en Gabón y las cifras varían según las fuentes. Según el Banco Mundial, la población de Gabón se estimaba en 2 119 275 habitantes en 2018, de los cuales casi un millón vivían en la capital y sus alrededores. Con una densidad media de 7,2 habitantes/km², Gabón parece ser uno de los países menos poblados de África. La distribución de la población es muy desigual según las provincias, pero, por regla general, la mayoría de los habitantes se encuentran en zonas urbanas: más del 85 % de los gaboneses viven en ciudades. Libreville está superpoblada (con una densidad de 1800 habitantes/km²). Aunque Port-Gentil y Franceville ocupan el segundo y tercer lugar, su densidad de población es mucho menor (unos 10 habitantes/km²) y desciende significativamente en el resto del país hasta menos de 1 hab/km² en algunos departamentos. Además de las tres principales ciudades de Gabón, la región de Woleu-Ntem en el norte tiene una población notable. En la actualidad, la población cada vez más joven es un reto para el futuro del país. Los bosques son muy extensos y están poco poblados. Las zonas de sabana albergan algunas aldeas, mientras que el resto de la población sigue viviendo junto a las carreteras y vías fluviales.