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Algunos bungalós están más o menos bien equipados: muy raramente tendrá aire acondicionado, con más frecuencia verá ventiladores, mosquiteras, en muchos casos los aseos están fuera, a menudo sin agua caliente, pero el agua fría tiende a ser tibia. El jefe vive en la caseta de al lado, pero también se junta con la gente. Él es el que va a negociar, el que va a buscar el pescado cuando vuelven las canoas, el que acepta gustosamente llevarle allí y descubrirle la vida real de los aldeanos, algo ideal para el sector turístico.
Los precios son muy variables dependiendo de la ubicación y condición de las casetas, pero calcule entre 15 y 40 € por pareja. En Casamance, estos campamentos son gestionados por una asociación con sede en Ziguinchor que garantiza una homogeneidad en los precios y en las instalaciones que se vayan a construir para adaptarse mejor a las necesidades de los turistas. Muchos occidentales han invertido en Senegal. Tenga en cuenta que, si bien los precios de los terrenos y los edificios son muy atractivos, la iniciativa de trabajar en Senegal tiene muchas sorpresas de todo tipo y no siempre son agradables. Si está interesado en invertir, puede ser buena idea informarse mientras está en el país.
Cómo moverse
Cabe recordar que en África el tiempo y el espacio no tienen el mismo significado. El pronóstico y la planificación a menudo pueden resultar difíciles. Sin embargo, Senegal lo está haciendo bastante bien. Se están reconstruyendo gradualmente las carreteras principales. Para descubrir el interior, lo mejor es alquilar un coche, con o sin conductor. Para aquellos con presupuestos ajustados y los que disfrutan del contacto humano, les recomendamos utilizar los taxi-brousse y autobuses. El tren, cada vez más infrecuente, sigue siendo imprevisible.
En barco
Los ríos del país son parcialmente navegables. Las aguas senegalesas son accesibles en todas las estaciones, y no hay un tráfico importante por mar. Aún se puede alquilar una piragua, pero es muy caro. A veces navegan localmente pequeñas piraguas para cruzar entre pueblos y en recorridos cortos, pero nada que tenga un gran alcance y que le permita diseñar un circuito de trazado regular. Al sur de la capital, las provincias de Casamance y Sine-Saloum se sitúan entre tierra y mar, ofreciendo muchas oportunidades. Para los que viajan en grupo o para aquellos que desean tener libertad de movimiento, en muchos pueblos de Saloum y Casamance disponen de piraguas de alquiler. Saint Louis y su región también se prestan a rutas en piragua.
Las embarcaciones del pueblo de Casamance y las piraguas de courier de Saloum (no solo transportan el correo, sino todo lo que se pueda subir) salen en días fijos o según el mismo principio que los taxi-brousse, es decir, tan pronto como la embarcación esté llena. En general, en los deltas del Sine-Saloum y Casamance, las piraguas son una buena forma de descubrir la región. Ir en grupo es ventajoso. Para encontrar canoas baratas, a menudo basta con llamar a la puerta correcta. Al norte, sobre el río Senegal, viaje con la empresa Compagnie du Fleuve. En 1950, la empresa colonial Messagerie du Sénégal transportó un barco desde un astillero holandés hasta el río Senegal para llevar correo, mercancías y pasajeros a través de núcleos comerciales desde Saint Louis hasta Podor. Hoy en día, Bou el-Mogdad disfruta de un segundo esplendor y le ofrece unos originales cruceros llamados «La route des comptoirs» : en el programa, un viaje por el río Senegal combina excursiones y visitas, mientras disfruta de la sensación única de navegar en un barco de leyenda.
En autobús
Es una forma barata de viajar y conocer gente. El hacinamiento y el confort más básico es lo normal, pero el ambiente es único y las experiencias, inolvidables. Proporcionan la mayoría de las conexiones entre las ciudades y salen en cuanto están llenos (siete plazas en los taxi-brousse). Los precios se fijan en función de la distancia y del tipo de vehículo. El punto de controversia a menudo se centra en el equipaje. En teoría, el precio debería aumentar un 10% por bulto (entre 100 y 500 FCFA), pero en la práctica, hay que pelearlo duro. Aparte del transporte en sí, su viaje será un poco más agradable gracias al entorno de las estaciones de autobuses, proveedores de bocadillos, agua, bissap, jengibre en bolsas y todo lo que necesite para viajar (linterna, maquinillas de afeitar, abanico...). De hecho, los autobuses y autocares dignos de este nombre son raros fuera de Dakar, donde los llamados «3D», de «Dakar Dem Dikk» (ida y vuelta a Dakar), han reemplazado a los difuntos Sotrac. También cabe destacar los esfuerzos de Niokolo Transport (autobuses hacia el este de Senegal), cuya flota es relativamente nueva. Los vehículos más utilizados son las furgonetas o miniautocares equipados para una veintena de personas y decorados según el gusto y el espíritu del conductor.
En tren
En nuestras últimas indagaciones, la Régie des chemins de fer sénégalais (RCFS) había dejado de prestar servicios a la vecina Malí. La conexión entre Dakar y Saint Louis tampoco está asegurada. Por el momento, permanece la conexión diaria Dakar-Thiès, utilizada por los trabajadores a diario. En el momento en el que redactamos nuestro guía, se estaba construyendo una línea de ferrocarril eléctrico entre el centro de Dakar y el aeropuerto internacional Blaise Daigne. A principios de 2019 se inauguró la primera sección, que conecta Dakar con la nueva ciudad de Diamniadio (36 km), pero, cuando este expreso regional esté terminado, dará servicio a catorce estaciones, incluyendo Rufisque, Bargny y Diamniadio, en una distancia de 55 km, en solo 45 minutos.
En coche

También peude encontrarse con muchos imprevistos: camiones y autobuses difíciles de adelantar, muchos pueblos en los que es necesario frenar (niños, adultos, cabras y vacas cruzan sin preocuparse por los coches), una carretera en mal estado, una larga espera para coger un ferri (especialmente para los que atraviesan la carretera transgambiana para llegar a Casamance). Se recomienda encarecidamente no conducir de noche y, si el programa es demasiado justo, es mejor cambiarlo por otro más tranquilo y encontrar un lugar para dormir. Una regla de oro: calcule al menos el doble de lo que tardaría en Europa para recorrer una distancia equivalente.
Antes de coger la carretera para un viaje largo, debe pensar en conseguir algo de beber y comer, abastecerse de combustible, etc., y no perder la paciencia. Una vez fuera de Dakar, incluso en las carreteras donde el camino es bueno, a veces hay gente. Si, por desgracia, tiene una avería, sepa que los senegaleses son unos manitas. No dude en pedir ayuda para cambiar una rueda, se arreglan con una pequeña propina. A continuación, diríjase rápidamente a un taller para que le revisen la reparación o para que le sustituyan la rueda de repuesto. Busque en la estación de autobuses, suele haber alguno por la zona.



Las vías renovadas








En taxi
Los taxi-brousse son el transporte estrella. También llamados «siete plazas» y con menos personas a bordo, estos vehículos Peugeot 504 son un poco más caros que los autobuses, pero mucho más rápidos. Una vez en la carretera, un buen taxi-brousse va al menos tan rápido como un coche particular. El precio se basa en el número de personas que vayan, lo que explica por qué la salida no tiene horario fijo, es decir, que el conductor espera a que el vehículo esté lleno, ¡incluso con la cabra en el techo y todo! Puede, si tiene prisa y se lo puede permitir, pagar por los espacios que queden vacíos para poder salir antes. Resulta muy barato de todos modos porque, si son empresas privadas, sigue siendo el Estado el que establece los precios; y solo han aumentado de 200 a 500 FCFA (dependiendo de las rutas) en los últimos veinte años.
DESCUBRIR
Senegal en 30 palabras
Cacahuete
Se come de todas las formas: a la parrilla y salado como aperitivo, caramelizado como merienda por la tarde, o en salsa, con carne de vaca o de cordero. Se utiliza para hacer de todo, desde aceite y jabón hasta tortas que se usan como alimento para el ganado. Su pequeña semilla, llamada guerté —tiga en las zonas en las que domina el idioma mandingo—, no cuenta como cacahuete para los senegaleses. En Kaolack, su olor revela su presencia mucho antes de ver los seccos (montañas de cacahuetes) utilizados como puntos de recolección. Para los que les gusta el mafé (salsa hecha de pasta de cacahuete) al mediodía, se recomienda que planee echarse una buena siesta para hacer la digestión.
Bana-bana
El bana-bana se dedica a vender al por menor y a domicilio, por lo que se trata de un vendedor ambulante. Los senegaleses recuerdan con nostalgia a un bana-bana de la región de Diourbel que iba de puerta en puerta por Medina ofreciendo productos que vendía a crédito, y que pasaba diariamente cobrando 25 FCFA a sus deudores hasta que le devolvían todo el dinero. Esto ocurría en un ambiente de cordialidad y hospitalidad, ya que a la hora de comer, siempre invitaban al vendedor a sentarse alrededor del puchero familiar. Desgraciadamente, en Dakar muchos turistas experimentan otra cara muy diferente de los bana-bana: en la carretera, cuando llevan horas esperando a los clientes, o en la ciudad, cerca de los mercados, resultan pesados, como ellos mismos reconocen.
Baobab

Baobab - Baobab en la región de Darou Mousty.
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Uno de los emblemas de Senegal (junto con el león) es este enorme y misterioso árbol conocido por su singular silueta. Llamado «árbol botella», este paquidermo vegetal parece haber sido arrancado, volteado y plantado en el aire. Tiene un tronco muy ancho, cuya madera es muy esponjosa, una verdadera reserva de agua que le permite soportar largos períodos de sequía. El baobab, árbol sagrado, tiene un fuerte simbolismo en los rituales animistas, ya que algunos morabitos lo utilizan para curar la infertilidad femenina o para invocar a la lluvia. Su tronco hueco ha sido durante mucho tiempo la tumba de los griots en el país de los serer en el Sine-Saloum, cuya gente con creencias animistas no quería enterrarlos porque podía hacer que el suelo quedara estéril. Llamado gouye (pronunciado «gui»), se puede utilizar para muchos fines: con su corteza se fabrican cuerdas; sus hojas se utilizan en la cocina y en la farmacopea para preparar tés de hierbas; sus frutos, llamados «panes de mono» o bouye, se utilizan para hacer zumos de sabor amargo, mientras que sus semillas se emplean para hacer aceite. Los bosques de baobabs del Senegal, como el bosque de Nianing en la Petite Côte, se encuentran entre los más grandes del mundo.
Baye fall
Los baye fall son discípulos al servicio exclusivo de un morabito muridí. Constituyen una rama de esta hermandad fundada por el jeque Ibrahima Fall (o Sheikh Ibra Fall o Lamp Fall), uno de los talibés (discípulos) del jeque Ahmadou Bamba, fundador del muridismo. Se les reconoce por su atuendo: ropa al estilo patchwork de colores vivos (diakhass) o con un montón de prendas diferentes, collares de ébano, rastas, algunos con los pies descalzos, y otros con calabazas en las manos o palos colgando de su cinturón.
«Ser baye fall es sobre todo tener un gran corazón y no guardar rencor a nadie», describe Paco el aldeano, baye fall en Saint Louis al servicio de un marabuto de Touba. Deben dedicar toda su vida y las ganancias de sus actividades (la mendicidad y el trabajo agrícola en concreto) a su marabuto que, a cambio, ora por ellos, eximiéndolos así de toda obligación de oración y ritual religioso. Se entrenan en escuelas llamadas daara, en las que aprenden a ser mentalmente fuertes. Una variante dio origen a la expresión baye faux, que se aplica a los falsos baye fall, a menudo verdaderos ladrones y responsables de la estigmatización de los verdaderos discípulos.
Bissap
El bissap (Hibiscus sabdariffa, de la familia Malvaceae), también conocido como acedera de Guinea (o carcadet, en Egipto), es una planta cuyos frutos y hojas se utilizan en la cocina y medicina tradicionales. Sus hojas, una especie de espinacas ácidas, reducen el pronunciado sabor de los cacahuetes y realzan la salsa cuando se añade al maafe. Existen dos tipos, que se distinguen por el color de sus fibras: rojo y verde (o blanco).

Fresco o con hielo resulta muy refrescante (aunque a veces demasiado dulce, porque se mezcla con gaseosa). Y si está caliente, facilita la digestión y reduce la presión arterial, según los expertos.

Bolong
No es necesario que vaya corriendo a buscar esta palabra en un diccionario de geografía, pues no encontrará ninguna definición. El bolong es específico del ecosistema de algunas zonas costeras de Senegal y Gambia, particularmente en las áreas de Sine-Saloum y Casamance. No es ni un delta ni un estuario fluvial como se podría pensar, sino una sonda que ocupa una zona muy llana excavada por el curso de un viejo río. Es como una ría, formada exclusivamente de agua salada, que se extiende muy adentro: hasta Kaolack en el río Saloum, hasta Fatick en el Siné y hasta Diana Malari en Casamance, a 217 km de la costa. El agua sube y vuelve a bajar dos veces al día, dependiendo de las mareas del océano. De febrero a mayo, la salinidad de los bolongs es mayor que la del mar, ya que el agua se evapora, aumentando la concentración de sal, por lo que no hay mosquitos. La región de Kaolack es el epicentro de la explotación de salinas naturales que suministran sal a todo el país. De septiembre a diciembre, el agua está más o menos desalinizada por las lluvias, que suponen la única fuente de agua dulce. Rodeado de manglares y salpicado de islas arenosas, el bolong es rico en peces, ostras y berberechos y alberga muchas aves locales y migratorias que normalmente se pueden observar desde la canoa durante paseos inolvidables.
Choza

Choza - Pequeño pueblo cerca de Diakhao.
© Author's Image
Circulares, cuadradas o rectangulares, y de una o dos plantas, las chozas son las viviendas tradicionales de Senegal. Construidas principalmente de ladrillos de laterita (suelo propio de las regiones cálidas), paja y madera de palmyra (una variedad de palmera). Dependiendo del clima, de las técnicas adoptadas en su construcción y de los gustos de sus habitantes, su estilo es totalmente distinto en las zonas fulani, serer, bassari, diola o bambara. Prestar atención a esas diferencias supone un excelente ejercicio de observación y de descubrimiento cultural.
Clandos
También conocidos como «taxis clandos», estos coches privados, a diferencia de los taxis tradicionales, operan sin licencia en total clandestinidad. Generalmente trabajan en los suburbios de Dakar y conectan pueblos de otras partes del país. A menudo se encuentran en malas condiciones, pero son muy recomendables para viajar por la selva, en la que con frecuencia se pueden encontrar «aparcamientos de clandos», los cuales resultan mucho más baratos para los turistas que el alquiler de un coche con conductor.
Cofradías
Después de la etnia, la pertenencia a una determinada religión dicta la identidad de una persona. Las cofradías representan de alguna manera al clero del islam, cada una con sus propias preferencias en la interpretación del Corán. Los tiyaníes tienden a enfatizar una forma de vida muy santa, mientras que los muridís remarcan la importancia del trabajo. La cofradía muridí ejerce un gran poder económico en el país; es la única que sigue una doctrina iniciada por un senegalés (Sheikh Ahmadou Bamba). En su jerarquía, los morabitos (poder local) están por debajo de los jeques o califas (poder nacional). Se dice que en la organización de los que toman las decisiones en el país, las cofradías tienen más poder que la clase política. Hasta hace poco, los políticos solían ver con buenos ojos a los jeques y morabitos que llamaban a la gente a que votara a uno u otro partido según ndigeul (instrucciones de votación). Estas consignas de voto se dieron desde finales de la década de los noventa y aumentaron durante las elecciones presidenciales de 2012. Ahora estamos en un momento de neutralidad o, al menos, de no dar instrucciones de forma tan clara. Para votar, el ciudadano está solo dentro de la cabina.
Dibiterie
La palabra dibiterie se refiere al lugar donde se puede comprar dibi, carne asada generalmente de cordero, pero según las zonas y disponibilidad, también puede ser de vaca, pollo, cerdo o, incluso, de cocodrilo (sí, sí, en Djibelor, cerca de Ziguinchor).
Los dibiterie abundan en Dakar, sobre todo en los barrios populares. Podrá elegir entre trozos de carne o menudillos, bien condimentados, acompañados de cebolla, pan o patatas fritas, según el lugar, para llevar o para degustar en el local. Se pueden encontrar todo tipo de dibiterie: desde un simple barril transformado en una parrilla en la esquina de la calle hasta un restaurante de lujo (algunos ofrecen dibi en la carta) o pequeñas tiendas con una mesa. Perfecto para comer por un precio medio, o incluso barato, si no se presta mucha atención a la decoración y al grasiento delantal del jefe de cocina. Para el turista que presta atención a esos detalles, en cambio, no es recomendable que haga una visita a estos establecimientos, pues sus normas de higiene y sus métodos para conservar la carne son muy diferentes de los europeos.