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54. Apariciones celestiales relatadas en la Biblia, en el Nuevo Testamento.
55. Revelaciones recibidas por la venerable María de Ágreda y consignadas en el siglo XVII en su obra magna de más de 3000 páginas, Mística ciudad de Dios la cual ha superado las 170 ediciones en más de 40 idiomas a lo largo de cerca de 400 años. María de Ágreda es considerada una de las más grandes místicas cristianas de toda la historia, bendecida con numerosas manifestaciones espirituales incluyendo: 1) Fenómenos místicos de orden cognoscitivo como apariciones y visiones de Jesús y de la Virgen María, multitud de apariciones angélicas, locuciones y revelaciones; 2) Fenómenos místicos de orden corporal como levitaciones e ingravidez, bilocaciones, dos horas de sueño por día, comida una sola vez al día y cuerpo incorrupto y 3) Fenómenos de orden afectivo como los éxtasis.
56. Le es revelado a la mística española María de Ágreda la razón del anuncio concretamente a los pastores y, por otro lado, el que el Espíritu Celestial que lo efectúa es el Arcángel San Gabriel, el mismo que había realizado la Anunciación a la Virgen María con anterioridad.
57. M. DE ÁGREDA, Mística Ciudad de Dios, Tomo IV. Librería Religiosa - Imprenta de Pablo Riera, Barcelona 1860, pp. 84-85.
58. M. DE ÁGREDA, Mística Ciudad de Dios, Tomo IV. Librería Religiosa - Imprenta de Pablo Riera, Barcelona 1860, p. 85.
59. Ibid., pp. 155-156.
60. M. DE ÁGREDA, Mística Ciudad de Dios, Tomo IV. Librería Religiosa - Imprenta de Pablo Riera, Barcelona 1860, pp. 156-157.
61. M. DE ÁGREDA, Mística Ciudad de Dios, Tomo IV. Librería Religiosa - Imprenta de Pablo Riera, Barcelona 1860, p. 158.
62. Ibid., pp. 157-158.
63. Ibid., p. 216.
64. M. DE ÁGREDA, Mística Ciudad de Dios, Tomo V. Librería Religiosa - Imprenta de Pablo Riera, Barcelona 1860, pp. 216-217.
65. Ibid., pp. 43-44.
66. M. DE ÁGREDA, Mística Ciudad de Dios, Tomo V. Librería Religiosa - Imprenta de Pablo Riera, Barcelona 1860, p. 44.
67. Se refiere a los Santos Ángeles.
68. M. DE ÁGREDA, Mística Ciudad de Dios, Tomo V. Librería Religiosa - Imprenta de Pablo Riera, Barcelona 1860, pp. 44-45.
69. Alude aquí también a los Santos Ángeles.
70. M. DE ÁGREDA, Mística Ciudad de Dios, Tomo V. Librería Religiosa - Imprenta de Pablo Riera, Barcelona 1860, pp. 44-46.
71. Ibid., p. 46.
72. M. DE ÁGREDA, Mística Ciudad de Dios, Tomo V. Librería Religiosa - Imprenta de Pablo Riera, Barcelona 1860, pp. 46-47.
73. Ibid., p. 201.
74. M. DE ÁGREDA, Mística Ciudad de Dios, Tomo V. Librería Religiosa - Imprenta de Pablo Riera, Barcelona 1860, pp. 201-202.
75. Ibid., pp. 202-203.
76. Ibid., p. 203.
77. M. DE ÁGREDA, Mística Ciudad de Dios, Tomo V. Librería Religiosa - Imprenta de Pablo Riera, Barcelona 1860, pp. 203-204.
Las enseñanzas de Jesús acerca
de los Santos Ángeles
Fueron varias las enseñanzas de Jesús acerca de los Santos Ángeles (Cuadro No. 2) que se refirieron: al Ángel de la Guarda de cada persona, a la alegría de los Ángeles de Dios ante la conversión de un solo pecador, al servicio en la conducción del alma al Paraíso, a la disposición que tienen para Jesús por parte de Dios Padre, al acompañamiento de Espíritus Celestiales en su propia Ascensión, a nuestra similitud con ellos en la resurrección de los muertos, a su misión en la segunda venida de Jesús y a su misión en el Juicio Final.
La enseñanza acerca de la existencia de los Ángeles de la Guarda
La enseñanza con respecto a la dignidad de los niños78 y a la existencia de sus Ángeles Guardianes, es expresa: «guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque os digo que sus Ángeles, en los Cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los Cielos» (Mt 18, 10).
Es hermoso apreciar de qué manera la dignidad de un niño está relacionada con el hecho de tener un Ángel Custodio asignado para protegerlo, iluminarlo y guiarlo en su peregrinaje al Cielo en donde compartirá su vida eterna junto a los Ángeles de Dios.
Cuadro No. 2
Enseñanzas de Jesús acerca de los Santos Ángeles79
AsuntoDescripción de la enseñanzaÁngel de la GuardaExistencia de los Ángeles de la GuardaConversión de pecadoresAlegría de los Ángeles de Dios ante la conversión de un solo pecadorAlmas al ParaísoConducción de las almas al Paraíso por los Santos ÁngelesDisposición de ÁngelesDios Padre puede disponer de legiones de Santos Ángeles para JesúsAscensiónLos Ángeles de Dios acompañan a Jesús en su AscensiónResurrección de los muertosEn la resurrección de los muertos seremos como los Ángeles en el CieloParusíaMisión de los Santos Ángeles en la segunda venida de JesúsJuicio FinalMisión de los Ángeles de Dios en el Juicio FinalLa enseñanza de la alegría de los Ángeles de Dios ante la conversión de un solo pecador
Concerniente a la conversión de cada pecador, en las parábolas de la oveja extraviada y de la moneda perdida, Jesús señala que «Os digo que de la misma manera habrá más alegría en el Cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión» (Lc 15, 7) y luego menciona la Sagrada Escritura la siguiente enseñanza de Jesús: «Pues os digo que, del mismo modo, hay alegría entre los Ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta» (Lc 15, 10).
Jesús revela por una parte que los Santos Ángeles son de Dios y por otra que se alegran ante la conversión de un solo pecador, lo que significa que los Espíritus Gloriosos en el Cielo están íntimamente conectados a la realidad de los seres humanos ya que como Espíritus Celestiales se regocijan por la conversión de un solo pecador. Este hecho provoca la alegría no solo del respectivo Ángel Custodio de cada persona sino igualmente de los Espíritus Bienaventurados. Jesús donó su vida por la salvación de los pecadores y cada vez que uno de ellos se convierte, causa júbilo en los Santos Ángeles.
La enseñanza acerca de la misión de los Santos Ángeles en la conducción de las almas al Paraíso
En el relato80 del rico Epulón y el pobre Lázaro, Jesús revela que los Espíritus Angélicos realizan una labor de la mayor importancia, al conducir las almas listas para ingresar al Cielo. Así lo relata san Lucas: «Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico (…) pero hasta los perros venían y le lamían las llagas. Sucedió, pues, que murió el pobre y los Ángeles le llevaron al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado» (Lc 16, 19-22).
La enseñanza acerca de la disposición de legiones de Santos Ángeles para Jesús por parte de Dios Padre
Jesús señala que los Espíritus Angélicos están puestos a su disposición por parte de Dios Padre en caso de necesitarlo. Luego de su prendimiento, el Señor le dice a uno de los que estaban con él, que los Espíritus Gloriosos lo hubieran salvado si así él lo hubiera solicitado a su Padre: «El que le iba a entregar les había dado esta señal: Aquel a quien yo dé un beso, ése es; prendedle. Y al instante se acercó a Jesús y le dijo: “¡Salve, Rabbí!”, y le dio un beso. Jesús le dijo: “Amigo, ¡a lo que estás aquí”. Entonces aquéllos se acercaron, echaron mano a Jesús y le prendieron. En esto, uno de los que estaban con Jesús echó mano a su espada, la sacó e, hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le cortó la oreja. Le dice entonces Jesús: “Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que empuñen espada, a espada perecerán. ¿O piensas que no puedo yo rogar a mi Padre, que pondría al punto a mi disposición más de doce legiones de Ángeles? Mas, ¿cómo se cumplirían las Escrituras de que así debe suceder?” En aquel momento dijo Jesús a la gente: “¿Como contra un salteador habéis salido a prenderme con espadas y palos? Todos los días me sentaba en el Templo para enseñar, y no me detuvisteis. Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas”. Entonces los discípulos le abandonaron todos y huyeron» (Mt 26, 49-55).
La enseñanza acerca de los Ángeles de Dios que acompañan a Jesús en su Ascensión
Jesús señala la realización del sueño de Jacob en su Ascensión en cuanto a que los Santos Ángeles están plenamente a su servicio: «En verdad, en verdad os digo: veréis el Cielo abierto y a los Ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre» (Jn 1, 51).
La enseñanza acerca de la similitud con los Santos Ángeles en el Cielo en la resurrección de los muertos
Ante unos saduceos que negaban la resurrección de los muertos81, Jesús revela que en esta tampoco se reconstituirán los matrimonios terrenales y que quienes fueron esposos se asemejarán a los Ángeles de Dios: «Pues en la resurrección, ni ellos tomarán mujer ni ellos marido, sino que serán como Ángeles en el Cielo» (Mt 22, 30).
La enseñanza acerca de la misión de los Ángeles de Dios en la segunda venida de Jesús
Jesús revela en varias ocasiones que su segunda venida se realizará con sus Espíritus Angélicos: «Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus Ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta» (Mt 16, 27). También nos enseña que ni siquiera él ni los Ángeles conocen la fecha de su segunda venida: «Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los Ángeles de los Cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre» (Mt 24, 36).
Jesús nos revela también el gran encargo que tendrán los Espíritus Celestiales en su segunda venida: «Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, y las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces se golpearán el pecho todas las razas de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria. El enviará a sus Ángeles con sonora trompeta y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos al otro» (Mt 24, 29-31).
La enseñanza acerca de la misión de los Ángeles de Dios en el Juicio Final
En el Juicio Final todos los Espíritus Angélicos de Jesús lo acompañarán: «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus Ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria» (Mt 25, 31).
En la interpretación que Jesús hace de la parábola de la cizaña, los Santos Ángeles cumplen una misión especialísima en el Juicio Final82: «Entonces despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. El respondió: “El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los Ángeles. De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus Ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga”» (Mt 13, 36-43).
Asimismo, los Espíritus Celestiales estarán al servicio del Juicio del Señor: «Yo os digo: Por todo el que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los Ángeles de Dios. Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los Ángeles de Dios» (Lc 12, 8-9).
78. A. URIBE JARAMILLO, Nuestros amigos los Ángeles, Ed. Lumen, Buenos Aires 2009, p. 22.
79. Enseñanzas relatadas en la Biblia en el Nuevo Testamento.
80. Se trata de un relato de Jesús mas no de una parábola suya, como algunos lo señalan. Ana Catalina Emmerick en sus Visiones y Revelaciones Completas relata que: «La historia del rico Epulón y Lázaro es verdadera y era conocida, pues la muerte de este mal rico había sido espantosa. He visto de nuevo en esta ocasión que el rico Epulón y el pobre Lázaro habían existido en realidad y que la vida y la muerte de ambos era bien conocida en el país (…) Habían muerto ambos durante la infancia de Jesús y la historia había pasado de casa en casa entre las familias piadosas (…) Vivía en la misma ciudad un hombre muy piadoso, pero en extremo pobre y enfermo, lleno de llagas, que llevaba con suma paciencia su miseria y su enfermedad. Se llamaba Lázaro». A. C. EMMERICK, Visión y Revelaciones Completas, Tomo tercero, Libro II. Ed. Guadalupe, México 1944, p. 285.
81. La resurrección de los muertos se realizará en «cuerpo espiritual» (1 Co 15, 44).
82. El Juicio Final se realizará luego de la segunda venida de Jesucristo y de la resurrección de los muertos, siendo juzgada toda la humanidad según sus obras.
SEGUNDA PARTE.
María Reina de los Ángeles
Apariciones angélicas en la vida de María83 madre de Jesús
Los Espíritus Celestiales acompañaron permanentemente la vida de María y como Reina de los Ángeles tuvo el privilegio de interactuar continuamente con ellos84.
A continuación, se presentarán algunas apariciones angélicas en la vida de María, relatadas en la Biblia85 y otras provenientes de revelaciones privadas a la mística alemana Ana Catalina Emmerick86. Describiremos las experiencias con los Espíritus Bienaventurados iniciando con la concepción de María para seguir con su nacimiento, infancia, Anunciación, nacimiento de Jesús hasta la gloriosa Asunción de María al Cielo.
Aparición angélica antes del nacimiento de María
La bienaventurada Ana Catalina Emmerick87, relata88 la aparición por separado de un Santo Ángel a santa Ana al igual que a san Joaquín89 en el momento de un inmenso sufrimiento debido al rechazo y reproche de quienes los rodeaban ya que santa Ana tenía más de cuarenta años de edad y aún no había concebido un hijo. Era tal la situación de tristeza que «cinco meses permaneció Joaquín oculto en el monte Hermón»90 y por su lado santa Ana oraba largamente «clamando a Dios y diciendo: Si quieres Señor, que yo quede estéril, haz que, al menos, mi piadoso esposo vuelva a mi lado. Entonces se le apareció un Ángel. Venía de lo alto y se puso delante, diciéndole que pusiera en paz su corazón porque el Señor había oído su oración; que debía ir a la mañana siguiente con dos criadas a Jerusalén y que, entrando en el templo, bajo la puerta dorada del lado del valle de Josafat, encontraría a Joaquín. Añadió que él estaba de camino a ese lugar, que su ofrenda sería bien recibida, y que allí sería escuchada su oración. Le dijo que también ya había estado con Joaquín, y mandándole que llevase palomas para sacrificio, le anunció que el nombre de la criatura que tendría, luego lo vería escrito»91. Felizmente se encontraron de nuevo y «he visto que cuando se abrazaron Joaquín y Ana, estaban en éxtasis. Estaban rodeados de numerosos Ángeles, que flotaban sobre ellos, sosteniendo una torre luminosa y recordando la torre de marfil, la torre de David y otros títulos de las letanías lauretanas. Desapareció la torre entre Joaquín y Ana: ambos estaban llenos de gloria y resplandor. Al mismo tiempo, el Cielo se abrió sobre ellos y vi la alegría de los Ángeles y de la Santísima Trinidad y la relación de todo esto con la concepción de María Santísima. Cuando se abrazaron, rodeados por el resplandor, entendí que era la concepción de María en ese instante, y que María fue concebida como hubiera sido la concepción de todos sin el pecado original»92.
Aparición angélica durante el nacimiento de María
En el nacimiento de María, Ana Catalina Emmerick relata que «se levantaron entonces las mujeres y en medio de la mayor admiración recibieron en brazos a la criatura recién nacida, derramando lágrimas de alegría. Entonaron todas juntas un cántico de acción de gracias, y Ana alzó a la niña en el aire como para ofrecerla. Vi entonces que la habitación se volvió a llenar de luces y oí a los Ángeles que cantaban Gloria y Aleluya. Pude escuchar todo lo que decían: supe que, que según lo anunciaban, veinte días más tarde la niña recibiría el nombre de María»93. Luego prosigue Ana Catalina Emmerick: «En el instante en que la pequeña María se hallaba en los brazos de santa Ana, la vi en el Cielo presentada ante la Santísima Trinidad y saludada con júbilo por todos los coros celestiales. Entendí que le fueron manifestados de modo sobrenatural todas sus alegrías, sus dolores y su futuro destino. María recibió el conocimiento de los más profundos misterios, guardando, sin embargo, su inocencia y candor de niña. Nosotros no podemos entender la ciencia que le fue dada, porque la nuestra tiene su origen en el árbol fatal del Paraíso Terrenal»94.
Aparición angélica en la
presentación de María en el templo
En los preparativos para la presentación de María en el templo, «María tenía tres años de edad y tres meses cuando hizo el voto de presentarse en el templo entre las vírgenes que allí moraban»95. Igualmente «…respondía con sabiduría infantil que dejaba admirada a todos. He visto durante todo el tiempo a los Ángeles en torno a ella, que le sugerían y guiaban en todos los casos»96. Ya propiamente en la presentación en el templo, «Todo estaba lleno de Ángeles, y la gloria, que ahora rodeaba a la Virgen Santísima, lo estaba con cabezas de estos espíritus»97.
La Anunciación del Arcángel San Gabriel a María
La Anunciación98 del Arcángel San Gabriel a María relatada por san Lucas, es quizás la experiencia angélica de María, más difundida y conocida en la tradición cristiana hasta nuestros días: «Al sexto mes envió Dios el Ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: “Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo”. Ella se conturbó por esas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El Ángel le dijo: “No temas, María, por que has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin”. María contestó al Ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?” El Ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este ya es el sexto mes de la que se decía estéril, porque no hay nada imposible para Dios”. Dijo María: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra”. Y el Ángel, dejándola, se fue» (Lc 1, 26-38).
La bienaventurada Ana Catalina Emmerick relata la Anunciación de la siguiente forma: «…puso delante de si un pequeño cojín redondo, sobre el cual se arrodilló, afirmándose con las dos manos sobre la mesa. María veló su rostro y juntó las manos delante del pecho, sin cruzar los dedos. Durante largo tiempo la vi orando ardientemente, con la faz vuelta al Cielo, invocando la Redención, la venida del Rey prometido a Israel, y pidiendo con fervor le fuera permitido tomar parte de aquella misión. Permaneció mucho tiempo arrodillada, transportada en éxtasis; luego inclinó la cabeza sobre el pecho. Entonces del techo de la habitación bajó, a su lado derecho, en línea algo tanto oblicua, un rayo tan grande de luz, que me vi obligada a volver los ojos hacia la puerta del patio. Vi, en medio de aquella manifestación de luz, a un joven resplandeciente, de cabellos rubios flotantes, que había descendido ante María, a través de los aires. Era el Arcángel Gabriel. Cuando habló vi que salían las palabras de su boca como si fuesen letras de fuego: las leí y las comprendí. María inclinó un tanto su cabeza velada a la derecha. Sin embargo, en su modestia, no miró al Ángel. El Arcángel siguió hablando. María volvió entonces el rostro hacia él, como si obedeciera una orden, levantó un poco el velo y respondió. El Ángel dijo todavía algunas palabras. María alzó el velo totalmente, miró al Ángel y pronunció las sagradas palabras: “He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra”»99.
Aparición angélica durante el nacimiento de Jesús
La Bienaventurada Ana Catalina Emmerick relata la presencia de los Santos Ángeles en el nacimiento de Jesús: «Llegada la media noche la vi arrebatada en éxtasis (…) Allá arriba había un movimiento maravilloso de Glorias Celestiales, que se acercaban a la tierra, y aparecieron con toda claridad seis coros de Ángeles celestiales. La Virgen Santísima, elevada de la tierra en medio del éxtasis, oraba y bajaba las miradas sobre su Dios, de quien se había convertido en su Madre. El Verbo eterno, débil Niño, estaba acostado en el suelo delante de María. Vi a nuestro Señor bajo la forma de un pequeño Niño todo luminoso, cuyo brillo eclipsaba el resplandor circundante, acostado sobre una alfombrita ante las rodillas de María (…) La Virgen permaneció algún tiempo en éxtasis; luego cubrió al Niño con un paño, sin tocarlo y sin tomarlo, aún en sus brazos. Poco tiempo después vi al Niño que se movía, y lo oí llorar. En ese momento fue cuando María pareció volver en sí misma, y, tomando al Niño, lo envolvió en el paño con que lo había cubierto, y lo tuvo en sus brazos (...) Vi entonces en torno, a los Ángeles en forma humana, hincándose delante del Niño recién nacido, para adorarlo» 100.
Aparición angélica durante
la Asunción de la Virgen María
La Asunción101 de la Virgen María también estuvo rodeada de la presencia de Ángeles de Dios: «En la noche de la sepultura sucedió la Asunción de la Virgen al Cielo con su cuerpo. He visto a varios apóstoles y mujeres esa noche rezando ante la gruta o, mejor dicho, en el jardincito delantero. He visto bajar del cielo una senda luminosa y tres coros de Ángeles rodeando el alma de María, que venía resplandeciente a posarse sobre la sepultura. Delante del alma venía Jesús con sus llagas luminosas. En la parte interior de la gloria donde estaba al alma de María, se veían tres coros de Ángeles (…) Cuando esta aparición se hizo más clara y se posó sobre el sepulcro, se abrió una senda desde allí hasta la celeste Jerusalén. El alma de María, pasando delante de Jesús, penetró a través de la piedra en el sepulcro; luego se alzó de allí con su cuerpo, resplandeciente de luz, y se dirigió triunfante, con el angélico acompañamiento, a la celeste Jerusalén»102.
83. María de Nazaret hija de santa Ana y san Joaquín, es llamada también María, María Santísima, Virgen María, Santísima Virgen María o simplemente la Virgen. Es a su vez la madre de Jesús de Nazaret.
84. En forma muy detallada, el mundo celestial y las experiencias de María con los Espíritus Angélicos, se encuentran relatadas por la mística española María de Ágreda en su extraordinaria obra Mística Ciudad de Dios en donde consignó en el siglo XVII, en aproximadamente 3000 páginas, las revelaciones sobre la vida de la Virgen María y su permanente relación con los Santos Ángeles. Las apariciones celestiales en la vida de la Virgen María reveladas a María de Ágreda fueron tan numerosas que se requeriría al menos de un tomo completo para relatarlas a cabalidad, lo que no constituye el propósito del presente escrito.
85. En la Biblia se relatan algunas apariciones angélicas a María. En las revelaciones a María de Ágreda se describen un sin número de apariciones celestiales a la Virgen.
86. A. C. EMMERICK, Visiones y Revelaciones Completas, Tomo segundo, Libro I. Ed. Guadalupe, México 1944.
87. Ana Catalina Emmerick fue una mística alemana, vidente, escritora y hermana canonesa regular de San Agustín, quien a la edad de veinticuatro años empezó a presentar estigmas. Fue beatificada por el papa san Juan Pablo II. Sus visiones fueron descritas en cuatro tomos, por el escritor alemán Clemens Brentano en la obra llamada Visiones y Revelaciones Completas.
88. A. C. EMMERICK, Visiones y Revelaciones Completas, Tomo segundo, Libro I. Ed. Guadalupe, México 1944.






