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Por último, se están formando doctores en el país y en el extranjero en la disciplina, los proyectos y publicaciones que se generan en Chile dialogan con los principales centros internacionales, y las universidades han asumido un rol protagónico en este campo que lo requiere con urgencia. Sin investigación no hay innovación ni progreso, y las señales que vemos en educación generan gran optimismo. Es una buena manera de comenzar un año: con buenas noticias en educación.
Publicado en el diario El Mercurio el 21 de enero de 2013.
Estímulo y desarrollo de las ciencias
En las últimas semanas se ha generado un intenso debate por el presupuesto asignado a las ciencias en el país. Preocupa de manera especial el hecho de que debido al aumento significativo que han tenido los proyectos Fondecyt (Regular, Inicio y Posdoctorado) en los últimos años, que es la base de la productividad científica del país, no se van a poder asignar fondos para nuevos proyectos. Esto ocurre como una derivada del compromiso de continuidad de los fondos involucrados. Se requeriría un incremento del 30% del presupuesto para poder seguir creciendo en nuevos proyectos y se ha presentado un 16% de aumento, lo que solo permitiría financiar 600 proyectos, volviendo a la realidad del año 2010. El principal problema va a significar una disminución muy significativa de proyectos nuevos el próximo año, lo que afectará de manera especial a los investigadores jóvenes, quienes han terminado recientemente sus programas doctorales.
Existen desafíos pendientes para el desarrollo de la ciencia en nuestro país. Dentro de los principales están modernizar su institucionalidad, dándole una mayor representatividad a nivel de un ministerio que la articule de manera directa con la Educación Superior del país; potenciar la formación e inserción de investigadores, ya que tenemos solo un 25%, comparado con países de la OCDE; la internacionalización, para atraer más y mejores estudiantes e investigadores desde el extranjero; aumentar el financiamiento del sistema (hoy una universidad mediana de Estados Unidos tiene más presupuesto que lo que se destina a investigación en nuestro país), para poder así aumentar los proyectos de investigación que aporten al desarrollo integral del país; y potenciar la educación científica de nuestros niños, incrementando la difusión de las ciencias en la sociedad.
En los últimos años la producción científica del país ha crecido a un ritmo de 11% anual, superando el promedio de los países de la región. Este crecimiento se debe mantener, para poder aportar así al desarrollo que el país requiere y exige.
En el año 2011, Chile aportó con el 0,3% del total de la productividad científica mundial, ubicándose en el lugar 46 en el ranking, duplicando su actividad respecto de la medición del año 1996. En Latinoamérica, Chile se ubica cuarto en productividad, con un alto nivel de calidad científica. En relación con los alumnos de doctorado, la matrícula ha crecido un 59% en cinco años (4.482 en 2012), a los que se agregan los más de 2.000 estudiantes que están realizando sus estudios en el extranjero. Actualmente trabajan más de nueve mil doctores en diversas áreas del conocimiento como profesores e investigadores en el sistema universitario nacional.
La mayor parte del desarrollo científico y de investigación (91% de los proyectos en los últimos 5 años) se realiza en las universidades. En la actualidad, el 51% de los proyectos de investigación se enfocan en Ciencias Naturales y Tecnología, un 20% en Ciencias Sociales y solo un 8% en Humanidades. El respaldo y estímulo a las Artes y Humanidades es vital, con el objeto de que la expresión de las ciencias sea amplia, diversa y global. En este aspecto, es muy necesario potenciar los centros regionales, ya que Santiago concentra el 55% de la productividad científica, cifra muy superior a urbes como Madrid (23%) o Ciudad de México (35%). Otras regiones como Valparaíso representan el 9%, Biobío el 12% y La Araucanía el 4,7°%. Así también, en la formación de posgrado, Santiago concentra el 62% de los programas.
Debemos destacar que en los últimos años la producción científica del país ha crecido a un ritmo de 11% anual, superando el promedio de los países de la región. Este crecimiento se debe mantener, para poder aportar así al desarrollo que el país requiere y exige. Las oportunidades de desarrollo científico deben transformarse en proyectos que involucren a investigadores de las mejores instituciones, con el objeto de apoyar el desarrollo de los científicos e investigadores jóvenes que finalizan sus programas de formación y que estarán disponibles para aportarle su conocimiento, talento y esfuerzo al país.
Existe una clara relación entre investigación, innovación, transferencia del conocimiento y el desarrollo armónico e integral del país. La investigación nos abre la ventana del nuevo conocimiento y nos guía a mejorar la calidad de vida de las personas. El desafío es poder realizar esta tarea de manera armónica y con visión de futuro. Esperamos el respaldo de las autoridades del país en este gran proyecto. El compromiso de las universidades y de los investigadores está con el desarrollo de nuestro país y de sus personas.
Publicado en el diario La Segunda el 23 de octubre de 2013.
Innovación: Crear un mundo mejor
La investigación y creación de nuevo conocimiento en todas las áreas del saber es la clave de la innovación para soñar y poder avanzar en cambios que signifiquen mejorar las condiciones de vida de las personas. Así, se trata de destacar los aspectos integrales del desarrollo humano, que incluye los aspectos científicos, culturales, artísticos y de crecimiento personal.
Para poder desarrollar esta tarea, se requiere confianza y diálogo entre los diferentes actores. El crecimiento del país y sus habitantes va a depender de la visión que tenga la sociedad para invertir en proyectos innovadores y sustentables que beneficien a su población, en especial a los grupos más vulnerables. Este proceso requiere una mayor inversión en educación y en especial en investigación que permita innovar y transferir conocimientos y resultados a la sociedad.
Las actividades de innovación pueden ser de carácter social, diseño, tecnológicas, planes de negocios y culturales. Algunas de ellas requieren de un fuerte desarrollo de investigación y en el área científico-tecnológica, de importantes inversiones. La innovación entrega un nuevo valor a través de la creación, es un proceso que requiere de investigadores, inventores y diseñadores de nuevo conocimiento y tecnologías y, de manera esencial, de emprendedores que lleven estos avances e inventos a la sociedad, transfiriendo el nuevo conocimiento.
El crecimiento del país y sus habitantes va a depender de la visión que tenga la sociedad para invertir en proyectos innovadores y sustentables que beneficien a su población, en especial a los grupos más vulnerables.
El rol de las universidades en esta cadena de desarrollo es clave. En nuestro país, más del 95% de la investigación se realiza en las universidades y para aumentar nuestro aporte en innovación se requiere conectar mundos que están separados. Conectar a los investigadores con los emprendedores, para que en conjunto puedan crear y entregar valor en las diferentes áreas que la población necesita. Debemos ayudar a que haya mayor interacción y eliminar barreras que separan a grupos que hoy no se conocen lo suficiente. Para esto, si queremos que la innovación juegue un rol central en el desarrollo de Chile, se necesitan investigadores y futuros profesionales impregnados de la cultura innovadora. A nivel internacional, las innovaciones que se producen en las universidades se han transformado en una importante fuente de valor para el desarrollo y bienestar de los países, medido en patentes y licenciamientos.
En la UC trabajamos en varias líneas que aportan al país en este tema. El objetivo es formar investigadores y profesionales con un espíritu emprendedor e innovador. Hemos desarrollado un certificado en innovación para alumnos de pregrado, el programa Emprende UC y un Magister en Innovación Internacional con alianzas con universidades de primer nivel que ya cuenta con una veintena de egresados. Junto con esto, la universidad desarrolla investigación de calidad con un efecto positivo sobre la innovación social y tecnológica. Los resultados son visibles en los más de cincuenta proyectos de investigación aplicada y las plataformas de trabajo conjunto con los sectores público y privado, que permiten transferir el conocimiento a la sociedad. Además, para dar un gran salto en innovación, próximamente iniciará su actividad el Centro de Innovación Anacleto Angelini UC, que será un espacio de diálogo e intercambio de experiencias entre investigadores, jóvenes en formación, emprendedores y actores del sector público y productivo. A esto se agrega la próxima apertura de la oficina de transferencia y desarrollo de estos resultados. De esta manera, aportamos para generar un valor agregado a nuestros productos y crear nuevas iniciativas que se basen en innovaciones sociales, científicas y tecnológicas.
En los últimos meses hemos conocido la noticia de las nuevas universidades y empresas que están llegando al país. De hecho, cuatro nuevos centros de innovación de excelencia se instalarán en Chile a partir de 2014, en el marco del programa impulsado por la Corfo. Se destaca esta política de Estado que ha permitido continuar con la iniciativa durante los últimos dos gobiernos.
La innovación nos desafía a imaginar un mundo mejor. Un país más amigable, con cuidado del medio ambiente y en donde los habitantes se sientan acogidos y puedan desarrollarse de manera integral. Por esto, debemos pensar en innovar en todas las disciplinas y áreas del saber. Innovar para desarrollarnos de manera integral es nuestro sueño-país.
Publicado en el diario La Segunda el 23 de diciembre de 2013.
Innovación y universidad
La formación de los jóvenes y la investigación son las columnas de la labor universitaria. La creación de nuevo conocimiento en todas las áreas del saber y su transferencia a la sociedad es la clave de la innovación. Este aporte a través de la creación es un proceso que requiere de investigadores, inventores y diseñadores de nuevo conocimiento y tecnologías. Así, la innovación puede ser de carácter social, diseño, salud, tecnológica, planes de negocios y cultural.
El rol de la universidad en la innovación es esencial, ya que en Chile el 95% de la investigación se realiza en estas instituciones. La clave es unir la generación del conocimiento en las universidades con la del sector público y productivo; es decir, tener investigadores y profesionales impregnados de una cultura de innovación. Así, el nuevo conocimiento se aporta al país a través de nuevas patentes y licenciamientos.
El rol de la universidad en la innovación es esencial, ya que en Chile el 95% de la investigación se realiza en estas instituciones. La clave es unir la generación del conocimiento en las universidades con la del sector público y productivo; es decir, tener investigadores y profesionales impregnados de una cultura de innovación. Así, el nuevo conocimiento se aporta al país a través de nuevas patentes y licenciamientos.
En la UC hemos avanzado en esta línea. Hoy existen más de setenta proyectos de investigación aplicada, con plataformas de trabajo conjunto con el sector público y privado. Hace un mes, con la presencia de la Presidenta de la República, inauguramos el Centro de Innovación Anacleto Angelini UC, un lugar de trabajo para inspirar, orquestar y avanzar en el intercambio de experiencias entre investigadores, estudiantes, emprendedores, actores del sector público y privado, universidades y fundaciones internacionales. El desafío es activar la denominada cuádruple hélice: universidad, Estado, sector privado y la sociedad civil.
La innovación nos interpela a imaginar un mundo mejor. El desafío es innovar en todas las disciplinas y áreas del saber. La universidad está en el camino de la innovación para alcanzar una calidad de vida más plena e integral para sus habitantes.
Carta publicada en el diario El Mercurio el 11 de julio de 2014.
Desafíos de la ciencia
El país requiere de una fuerte inversión en educación en sus diferentes niveles. Además es crucial estimular el desarrollo científico, ya que genera nuevo conocimiento y permite la transferencia de sus resultados para el crecimiento integral del país y de sus habitantes. Con el objeto de avanzar en este camino, se requiere enfrentar algunos desafíos pendientes.
En primer lugar, es necesario modernizar la institucionalidad de las ciencias, lo que en algunos países desarrollados se ha logrado a través de un ministerio u otra estructura estatal de primer nivel. Existe un proyecto avanzado en este sentido, el que debiera discutirse en el Parlamento.
Otro aspecto clave es potenciar la formación e inserción de investigadores. Nuestro país tiene solo un cuarto de los científicos del promedio de los países de la OCDE, y si bien hay un incremento de la formación de doctores anuales financiados por Conicyt, es importante estimular el programa de contratación de los nuevos investigadores, que incluya a universidades, al Estado y también a empresas privadas. En tercer lugar, el avance científico requiere de una mayor internacionalización de nuestros programas, ya que es vital atraer los mejores alumnos e investigadores del extranjero. La construcción de redes de colaboración internacional es crucial.
Se debe diseñar una adecuada política de financiamiento de la investigación, con evaluación de resultados y nietas en un plan de largo plazo. En ella, son prioritarios los proyectos de gran envergadura, de calidad e impacto internacional, con colaboración interdisciplinaria de varias instituciones.
Así también, se debe diseñar una adecuada política de financiamiento de la investigación, con evaluación de resultados y metas en un plan de largo plazo. En ella, son prioritarios los proyectos de gran envergadura, de calidad e impacto internacional, con colaboración interdisciplinaria de varias instituciones. La inversión real del país está bajo el 0,5% del PIB, siendo el país de la OCDE que menos invierte en I+D, muy lejos del 2,3% promedio de estos países. Por último, para sembrar a futuro y hacer la ciencia sustentable, su difusión en la sociedad civil, la educación científica y el pensamiento metódico de los niños de nuestro país es clave. Son ellos los que se deben encantar con la ciencia.
Estos desafíos y tareas requieren del compromiso y trabajo de todos para avanzar con voluntad. Del esfuerzo del Estado, Parlamento, universidades, sector privado y la sociedad en su conjunto. Sin el desarrollo científico, la reforma educacional que el país anhela no va a significar el crecimiento integral que se espera.
Carta publicada en el diario El Mercurio el 20 de julio de 2014.
Desarrollo de las ciencias
El nuevo conocimiento constituye un factor determinante en el acervo cultural, bienestar social y económico. Las universidades cumplen un rol fundamental en este desarrollo. La producción de este nuevo conocimiento en Chile se realiza en las universidades (90% de las publicaciones, 60% de las patentes, 100% de la formación de doctores y 75% de las empresas incubadas).
Para avanzar en el desarrollo de las ciencias y humanidades en el país se proponen varias iniciativas. En primer término, es necesario crear una Subsecretaría de Ciencias e Innovación, con políticas de largo plazo. Se debe integrar a las universidades de investigación a Conicyt, CNIC, Corfo y a los ministerios involucrados.
En segundo lugar, es necesario aplicar una estrategia de desarrollo para la investigación en las universidades. Se propone definir plataformas estables de investigación con apoyo prioritario a proyectos de excelencia. Las universidades regionales deben ser estimuladas a aportar al desarrollo de sus comunidades.
Hay que promocionar las ciencias y las humanidades en la sociedad. Se requiere incrementar la difusión del valor de la investigación por sus efectos educativos. Se puede estimular la curiosidad de los niños e ilustrar sobre la ciencia y su impacto en el desarrollo nacional. Así podremos contar con la renovación de los científicos.
En tercer lugar, es imprescindible aumentar la inversión y el financiamiento. El apoyo debe ser de largo plazo en la formación de doctores y proyectos de investigación, con visión de las prioridades nacionales. Se propone aumentar la inversión privada en investigación. Los fondos concursables deben seguir disponibles para todas las universidades sobre la base de la calidad de los proyectos. Es preciso actualizar los costos directos en investigación, con un incremento significativo de los overheads de los proyectos.
Además, hay que promocionar las ciencias y las humanidades en la sociedad. Se requiere incrementar la difusión del valor de la investigación por sus efectos educativos. Se puede estimular la curiosidad de los niños e ilustrar sobre la ciencia y su impacto en el desarrollo nacional. Así podremos contar con la renovación de los científicos.
Las acciones descritas nos permitirán proyectarnos hacia un desarrollo humano sustentable, basado en el conocimiento generado en nuestro país.
Carta publicada en el diario La Tercera el 7 de septiembre de 2014.
Estímulo a las artes y humanidades
El cultivo de las disciplinas que se asocian a las humanidades, las ciencias sociales, las artes y la educación es clave para lograr una formación integral de los estudiantes universitarios, así como para la comprensión y avance en la construcción de un modelo de desarrollo más humano para nuestro país. Potenciar las artes y las humanidades es un bien en sí mismo.
Luego de un proceso de reflexión al interior de la UC, se presentan algunas propuestas para potenciar los aportes de estas disciplinas. En primer lugar, es vital generar nuevos indicadores para medir el desarrollo humano, de modo de complementar las actuales mediciones de crecimiento económico y reflejar así, de manera más integral, el progreso y bienestar de las personas.
En segundo término, es importante trabajar en el currículum escolar, con el fin de promover una mayor presencia de las disciplinas humanistas, artísticas y sociales en nuestro sistema educativo. Hay que reforzar la educación artística, la imaginación narrativa, la capacidad de juego, la cultura cívica, el sentido solidario y el respeto a los derechos de las personas, entre otros.
Tercero, debemos potenciar la participación de proyectos universitarios en el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNAC). Es crucial crear líneas específicas para las contribuciones de las universidades en este concurso, que permita la generación de redes regionales y nacionales, destinadas a cubrir áreas deficitarias e innovadoras. Así, se promueve la transferencia desde la academia a la cultura y a las políticas públicas del país.
Es vital generar nuevos indicadores para medir el desarrollo humano, de modo de complementar las actuales mediciones de crecimiento económico y reflejar así, de manera más integral, el progreso y bienestar de las personas.
Cuarto, se propone modificar la arquitectura curricular en la formación inicial docente, para potenciar una mayor formación básica en las disciplinas humanistas, sociales, artísticas y culturales. Los conocimientos más específicos debieran entregarse en el posgrado.
Por último, se postula la creación de fondos independientes en Conicyt para estas áreas del conocimiento, que permitan valorar el quehacer e impacto de las disciplinas humanistas, artísticas y sociales. Lo anterior requiere establecer términos de referencias e instrumentos de evaluación, seguimiento y monitoreo adecuados a la naturaleza de estas áreas disciplinarias.
Poder transmitir nuestros valores culturales, artísticos y sociales hará de nuestro país un mejor lugar para vivir. La historia, la literatura, la educación, el debate de ideas, el arte y la belleza enriquecen nuestra vida en comunidad. Estos son los grandes desafíos que asumimos en las universidades.
Carta publicada en el diario El Mercurio el 20 de septiembre de 2014.
Institucionalidad de las ciencias
Recientemente se desarrolló el seminario “Institucionalidad científica”, organizado por el Consejo del Futuro del Senado en conjunto con la Universidad Católica y la Universidad de Chile. Fue una excelente instancia de reflexión sobre el desarrollo del conocimiento científico en nuestro país, que reunió a parlamentarios, académicos, científicos y representantes de organizaciones de la comunidad con el fin de plantearnos los desafíos de la ciencia. Chile aporta el 0,3% del total de la productividad científica mundial, y en Latinoamérica nuestro país presenta una gran calidad científica. En los últimos años, su crecimiento ha sido del 1I% anual, mayor al promedio de los países de la región.
Sin embargo, la institucionalidad de las ciencias está dispersa en diferentes ministerios, lo que diluye su significación pública. Se requiere una planificación de mediano y largo plazo, con coordinación de los actores del sistema. Para lograr que sean una prioridad del Estado, estas deben estar representadas en las instancias que determinan los destinos del país. En países desarrollados, la educación superior, la ciencia e innovación están unidas en la misma cartera ministerial, por lo que en nuestro país se debiera reactivar la propuesta de un ministerio.
La institucionalidad de las ciencias está dispersa en diferentes ministerios, lo que diluye su significación pública. Se requiere una planificación de mediano y largo plazo, con coordinación de los actores del sistema.
La mayor parte del desarrollo científico e investigación en el país se realiza en las universidades. Es importante potenciar la formación e inserción de investigadores y promover su internacionalización, ya que en Chile hay solo un 25% del promedio de los países de la OCDE. Se debe apoyar un programa de contratación de nuevos investigadores, que incluya al Estado y a empresas privadas. Modelos interesantes son el programa de “carrera de investigador” con inserción en universidades y el programa “Start-Up Chile”, que atrae alumnos de doctorado. Existe, eso sí, una tarea pendiente en el apoyo a las universidades regionales y en el desarrollo de las humanidades, que representan solo un 8% del total de proyectos de investigación del país.
Además, el camino hacia el desarrollo requiere de una política de financiamiento en un plan a 10-15 años plazo, con evaluación de resultados y metas. En este plan deben ser prioritarios los proyectos de nivel internacional, que incluyan la colaboración entre instituciones nacionales que aspiren a ser de clase mundial. La educación científica precoz y la difusión de su significación es vital, a través de estimular la curiosidad por conocer a nivel escolar. Desarrollar estrategias para educar a la sociedad es fundamental para sustentar una política en ciencia y tecnología. La investigación abre la ventana al nuevo conocimiento y nos guía a mejorar la calidad de vida de las personas.
Así, el seminario destacó el rol de la ciencia en el desarrollo nacional y la función pública de las universidades que desarrollan investigación. Su fomento es clave como palanca de crecimiento en la construcción de un mejor país, que nos conduzca como sociedad a mejorar la calidad de vida de las personas. Se requiere del compromiso de todos, es decir, gobierno, Parlamento, universidades, sector privado y la sociedad en su conjunto.
Publicado en el diario La Tercera el 14 de octubre de 2014.
Formación de profesores
Mi sueño es que Pedagogía fuese una carrera más de aprender haciendo; que tuviera una red de colegios que le sirva como campos educacionales donde, desde primer año, los alumnos tengan algún horario semanal. Eso implica que quienes enseñen sean los mejores profesores en la realidad; si no, sería como que quienes forman cirujanos solo sepan la teoría de cómo se opera, pero nunca lo hayan hecho.






