Análisis de redes sociales

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En la literatura más actual sobre el tema se encuentran autores que siguen definiendo las redes sociales a partir del desarrollo de diferentes tipos de estudios, proponiendo definiciones propias o trayendo las de autores que han alcanzado un reconocimiento importante en la materia. Así, por ejemplo, Stanley Wasserman y Katherine Faust, en su reconocido texto sobre el ars, definen red social como “una red de relaciones que vincula a las entidades sociales, o de redes o vínculos entre las unidades sociales que emanan de la sociedad”.22 Para Montoya, Valencia y Montoya, “una red social puede definirse como un conjunto de puntos (actores sociales) vinculados por relaciones que cumplen determinadas propiedades. Las redes sociales poseen una estructura y una morfología propias, cuyas cualidades, como la posibilidad de cuantificar las relaciones y su consiguiente tratamiento matemático, evidencian diversas aplicaciones para el análisis e interpretación de las conductas sociales”.23 James Mitchell define la red social como “un conjunto específico de lazos entre un conjunto definido de personas, con la propiedad de que las características de estos vínculos pueden ser utilizadas para interpretar la conducta social de los individuos”.24
Sonia Bertolini y Valentina Goglio,25 Carlos Lozares26 y Rita de Cássia Melão de Morais et al.27 coinciden en definir las redes sociales como un conjunto de actores unidos de manera específica por vínculos y relaciones sociales, que pueden influir en los demás para orientar sus acciones mediante la socialización de información. Coleman28 define las redes como relaciones que conFiguran un capital social, por lo que su acceso puede ser socialmente calificado de acuerdo con las condiciones del contexto social de pertenencia, es decir, según las condiciones sociales, familiares, laborales, entre otras, de un individuo. Para Adilson Luiz Pinto y Audilio Gonzáles red social es la “forma de representar las relaciones y las cooperaciones afectivas o profesionales entre integrantes que se conectan horizontalmente”.29 Pablo Galaso, Sebastián Goinheix y Adrián Rodríguez se acogen a la postura de Isset et al., quienes señalan que el término red se emplea en la literatura de tres formas diferentes: “(1) metafóricamente, con el fin de describir un fenómeno de organización social [...] (2) para referirse a los métodos y paradigmas metodológicos que, desde el análisis de redes sociales, permiten medir las estructuras de las interrelaciones políticas [...] (3) de forma práctica, entendiendo a las redes como una herramienta que contribuye a lograr determinados objetivos, tales como la provisión de servicios públicos o la implicación en la gobernanza colaborativa local”.30
Humberto Charles, Aldo Torres y David Castro31 hacen la distinción entre las redes sociales físicas y las redes sociales virtuales. Las primeras las definen como el conjunto de contactos que posee un individuo, ya sean familiares, conocidos o amigos, y de los cuales puede recibir apoyo material o simbólico; las segundas se refieren al mismo tipo de contactos, pero cuya forma de localización es principalmente por internet.
Un trabajo más reciente en el país es el de José Hernando Ávila Toscano,32 en el que se discute el tema de las redes sociales enfocándose principalmente en su uso para la medición y análisis de la producción científica. Allí se reafirma que Colombia es un país emergente en el análisis de redes, reconociendo los avances en el tema de autores como Camilo Madariaga y Jorge Palacio, de la Universidad del Norte, quienes ya fueron mencionados; Gabriel Vélez, de la Universidad de Antioquia, y Sebastián Robledo, de la Universidad de Manizales, por sus investigaciones en bibliometría; Dolly Cristina Palacio, de la Universidad Externado de Colombia, por su trabajo en el análisis de redes socioecológicas y la importancia de la colaboración que ha tenido lugar entre diferentes colegas latinoamericanos para realizar seminarios internacionales sobre el ars.
Este balance de definiciones es posible ampliarlo reconociendo que todas son válidas o, dicho de otra forma, no hay argumentos para invalidarlas, en tanto son las construcciones que les permiten a los autores dar cuenta de la realidad social que estudian o intervienen desde una perspectiva reticular. Es por ello por lo que a lo largo del texto irán apareciendo otros autores con los que se podrá seguir ampliando este tema.
Queda claro hasta aquí que, en primer lugar, no hay una única definición del concepto de red social, lo que lo hace problemático, especialmente para el análisis. El énfasis que se hace en este concepto se presenta de manera diferenciada según el tema de interés, el contexto del fenómeno, la población objetivo, entre otros elementos emergentes, que definen la intención del análisis o de la intervención. Mientras que unos autores se quedan en un nivel general del concepto, otros trabajan las redes sociales de manera muy particular o específica, incluso en algunos casos podría decirse que se minimiza, tomando como referencia unas pocas características de la población que se investiga.
Hasta aquí puede establecerse que las redes sociales se identifican como: (1) una forma de entender cómo funciona el mundo y, por consiguiente, la forma en aprehenderlo en la investigación o en la intervención, (2) una forma de operativizar una práctica académica y/o social y (3) en algunos casos hay una fuerte orientación a verlas como una metodología, esto es, una manera de hacer algo, dirigido especialmente hacia organizaciones para la consecución y optimización de recursos. Estas definiciones tienen en cuenta el concepto desde lo más general y complejo, hasta lo más particular y sencillo, o viceversa.
En la vida práctica, es decir, no académica, pueden identificarse también muchas formas de comprender el concepto de red social, encontrando que esta, como una forma organizativa, es quizá la definición que mayor representación y uso tiene en diferentes espacios en el país. Así, por ejemplo, se tienen asociaciones, comités, mesas de trabajo, alianzas, agrupaciones, redes, etc., tales como redes de adulto mayor, redes de mujeres, redes de políticas públicas, redes de niñez, redes de bibliotecas, redes de jóvenes, entre tantas otras, y, en la mayoría de los casos, hay una referencia a lo organizativo, es decir, a la conformación de una organización que agrupa diferentes actores, para la cual se define una estructura de funcionamiento y existencia jurídica, aunque ello no es garantía de la existencia de lazos entre los miembros. De hecho, en algunas ocasiones quienes operan las organizaciones “redes” son los miembros de la junta directiva o secretarías técnicas, y puede darse una ausencia de cada miembro de la organización o una participación pasiva con mínimas interacciones.
Hay otras formas de participación abierta que ven las redes sociales como una metodología que permite avanzar en los objetivos que hayan sido propuestos con algún carácter colectivo y, de esa manera, lograr apertura, mayor participación, horizontalidad y otra cantidad de cargas mesiánicas que se ponen en este concepto, como si por su sola existencia (la del espacio colectivo como red) realmente se generara la vinculación entre los diferentes actores participantes de los espacios colectivos, haciendo prácticamente imposible rastrear los orígenes de las definiciones que aparecen en estas situaciones prácticas.
Sin embargo, y en segundo lugar, las definiciones citadas y otras tantas, que se encuentran en diferentes autores no citados en este apartado, como Barry Wellman, Mark Granovetter, Pablo Forni, Denise Najmanovich, José Ignacio Porras, Mario Albornoz y Fabio Alfaraz, Félix Requena Santos, Linton Freeman, Sonia Fleury, Harrison White, entre otros, así como las definiciones que han sido creadas como producto de la praxis, tienen dos aspectos en común: por un lado la existencia de vínculos y, por otro, la de partes que están vinculadas. Alrededor de estos dos aspectos se mueven todas las definiciones presentadas, es decir, en la especificación de lo que define los vínculos y la identificación de las partes se dota de contenido el concepto de red social en cada caso, pero aquí estaría la raíz del asunto para todos ellos.
Por tanto, en este texto se propone esa definición ya construida, y que se encuentra planteada por otros autores, solo con la variación de algunos términos de entender la red social o redes sociales como la existencia de un conjunto de vínculos o conexiones entre un conjunto de elementos, unidades o partes, siempre que estas unidades o partes sean personas individualmente consideradas u organizadas, formal o informalmente. Esta definición está basada en la que realizaron Wasserman y Faust, en la cual se entiende “por dato relacional un vínculo específico existente entre un par de elementos”,33 estableciendo unos lentes específicos para dar cuenta de todo aquello que se considera está conectado por alguna razón, constituyendo la base de lo que es común a las múltiples comprensiones de lo que es una red social.
De aquí también se tiene que la red social no es sujeto (en el sentido gramatical), más bien se considera una acción (verbo), es decir, el hablar de un vínculo necesariamente conlleva entender que hay una interacción, la cual se genera solo a partir de un intercambio de algo. El intercambio como tal es una acción que realizan las partes o unidades de un todo, y, por tanto, es posible definir que el nombre que se le asigna a algo no es garantía suficiente de que ese algo exista, en este caso vínculos, toda vez que no se evidencien dichas acciones o, de otra forma, interacciones. Por tanto, se puede decir que las redes sociales son dinámicas, de ninguna manera estáticas e inmóviles.
En algunos ejercicios que se han acompañado hay escenarios que se resisten a ser denominados red, en consideración de que hacerlo puede amenazar la existencia de estos (concepción negativa). En otros en los que se denominan red hay evidencia de pocos vínculos entre quienes participan, y en otros existen los vínculos, pero no hay ninguna mención a las redes o cualquier forma que exprese conexión entre las partes. En fin, ¿cómo se resuelve esta situación? El ars puede ser de mucha ayuda para resolverla, aunque ello se abordará más adelante, lo que interesa en esta parte del texto es poner en común estas situaciones, que sin duda el lector podrá encontrar en su cotidianidad y, aunque no haya aquí una respuesta precisa para esta pregunta, el poder identificarlas ayudará a entenderlas y abordarlas. Esto lleva a dar cuenta de alguna información sobre el surgimiento del concepto, así como algunas de sus aplicaciones.
1.2. Sobre el origen
Como fenómeno, las redes sociales pueden considerarse tan antiguas como la existencia misma del hombre, aunque no es fácil establecer su origen como término. No obstante, una primera muestra de estas se hizo visible en los procesos de trueque que tenían lugar en las sociedades primitivas para garantizar la supervivencia de pequeños grupos sociales, proceso que derivó con los años en el desarrollo de redes organizacionales.
En el transcurso del desarrollo de la humanidad y, por ende, de los sistemas de producción, la economía del trueque probablemente jugó un importante papel en la conformación de la red social primitiva, y su sentido inicial fue garantizar la supervivencia del grupo. Debido a que la red optimizó la organización para la producción, no es de extrañar que sus usos tengan cada vez mayor injerencia en el aumento de la efectividad de los sistemas productivos y empresariales. Por ejemplo, las redes institucionales constituyen en la actualidad formas de potenciar al máximo los recursos materiales y humanos en la consecución de fines comunes.
En lo que respecta a los intentos de desentrañar los antecedentes del término red, Parrochia (1993) se remonta a Antoine Laurent Lavoisier (1743-1794), padre de la química moderna, quien en el paso del siglo xviii al xix otorga a la química el estatus de ciencia de las combinaciones y de las comunicaciones de las sustancias. No obstante, y siguiendo el criterio de Parrochia, es posible rastrear la teoría de las redes mucho antes, en las concepciones de Raimundo Lulio (1235-1315) y Gottfried Wilhelm von Leibniz (1646-1716). Ya en el Medioevo (siglo xiii), Lulio construía aparatos rudimentarios para explotar automáticamente series de combinaciones entre conceptos. Por su parte Leibniz con su Dissertatio de Arte Combinatoria introduce en las matemáticas el término “combinatoria”, tal como es usado actualmente, lo cual abre paso a una nueva rama de esta ciencia pura. En este caso Leibniz presenta la idea de sistema binario al mundo occidental, lo cual constituyó una verdadera revolución en el ámbito del procesamiento de información.34
Camilo Madariaga y su equipo de trabajo hacen un desarrollo más amplio del tema, planteando lo siguiente:
Del término red se deriva el cultismo “reticular” y “retículo”, que significa redecilla, como en el francés “reticule”, utilizado inicialmente en Astronomía para luego designar un bolsito de señora. En portugués es rêde, en italiano rete, en inglés net, en francés réseaux, en alemán netz.
Desde el punto de vista de la hermenéutica simbólica, el término red simboliza un atributo y propiedad de casi todos los dioses, así como el aspecto aprisionador y negativo del poder femenino: La Gran Madre es a menudo diosa de las redes. Las redes son el símbolo de complejas relaciones que superan la secuencia de tiempo-espacio, sugieren una relación ilimitada. También en la mayoría de las religiones simboliza una estructura compuesta por lo visible y lo invisible en relación con la idea de unidad. En la simbología taoísta, la red es un atributo del cielo que significa unidad. En China, por ejemplo, las estrellas reciben el nombre de “Red del Cielo”; en el Egipto antiguo se mencionaba la “Red del mundo subterráneo”; en la cultura escandinava la red es un atributo de la diosa Ran, que tenía por apodo “la raptora”. En la religión grecorromana, la red simboliza el atributo de Hefeso/Vulcano, por ser un dios herrero con poderes vinculantes. En la simbología cristiana, la red es el atributo de la indestructibilidad de los lazos de las iglesias y, al mismo tiempo, simboliza el poder de captura del demonio.
Nótese que el término engloba confusamente las nociones de lazo, vínculo, trama, nodo, flujo, grupo, relación, conjunto, conexión (horizontal y vertical), etc.35
En el desarrollo del concepto es claro que el apellido “social” del nombre “red”, para referirse a la estructura social, es una denominación necesaria, toda vez que por red pueden entenderse muchas cosas. En la actualidad, el concepto de red puede conducirse a partir de dos formas de significado principalmente: en primer lugar, se tienen las redes “físicas”, en donde encontramos redes viales, de comunicaciones, de transporte, redes de servicios públicos y, ahora más que nunca, las redes aplicadas en el área de la computación y la internet. En segundo lugar, se encuentran las redes sociales, para referirse a las conexiones o vínculos entre personas consideradas individualmente, u organizadas formal o informalmente a través de las cuales fluyen recursos materiales o simbólicos.
En términos generales, existen dos grandes enfoques acerca de lo que es una red: el que considera solo la realidad material para definirla y el que tiene en cuenta el hecho social presente en su conformación. Con base en el primer enfoque, “Currien [...] da el nombre de red a toda infraestructura que permite el transporte de materia, de energía o de información, y que se inscribe sobre un territorio caracterizado por la tipología de sus puntos de acceso o puntos terminales, sus arcos de transmisión y sus nudos de bifurcación o de comunicación. En la segunda perspectiva, la red adquiere un carácter social y político, puesto que la dinámica y el entramado humano con evidentes propósitos sociales así lo demuestran”.36 Entre las primeras aplicaciones del concepto de red dentro del análisis sociológico se encuentra la referencia al trabajo realizado en los años 60 por el psicólogo Stanley Milgram, de la Universidad de Harvard, conocido como la “teoría de los seis grados”, quien en su faceta de sociólogo buscaba conocer cómo estaban conectadas las personas. Para ello elaboró un estudio con 160 personas, por medio del cual Milgram
Pretendía averiguar cuántos nexos o enlaces eran necesarios para que un paquete enviado por una persona en Omaha, Nebraska, llegara a un corredor de bolsa en Boston. Milgram buscaba llevar el experimento al extremo y por eso eligió 160 granjeros de uno de los lugares de la América más profunda, Omaha, y un destinatario con muy poco que ver con aquel grupo, un corredor de bolsa de Boston. Cada uno de los remitentes de estos paquetes debería pensar en las personas que pudiesen conocer con mayor cercanía posible al destinatario del paquete y pedirle que a su vez le enviara a la persona que más cerca pudiese estar del corredor de bolsa. Antes de realizar el experimento Milgram preguntó a sus colegas que predijesen el resultado. La mayor parte esperaban que se necesitasen hasta cien intermediarios entre el granjero de Omaha y el corredor de bolsa en Boston. [...] La mayor parte de los paquetes llegaron al corredor de bolsa en un máximo de cinco o seis pasos y éste es el origen del famoso concepto de los seis grados de separación.37
Con base en este trabajo de Milgram, años después fueron realizados otros con aplicaciones diferentes, uno de ellos el realizado por estudiantes universitarios de Pensilvania, quienes trataban de conocer las conexiones de su actor favorito. El estudio llegó a demostrar que el actor menos conocido era el más conectado, porque había actuado en películas de diferente género, lo que le daba la posibilidad de hacer parte de redes diferentes o lo que podría denominarse de otra forma como un actor de múltiples pertenencias, en tanto que aquellos que siempre actuaron en el mismo género, aunque presentaban un número mayor de películas en las que habían actuado, siempre trabajaban con los mismos actores, haciendo parte de las mismas redes sociales.
En años anteriores se ubica el trabajo de Jacob Levy Moreno, inmigrante en 1925 en Estados Unidos, quien a partir de algunos experimentos aplicó el concepto de red al trabajo con sus pacientes. Linton Freeman38 afirma que Levy Moreno fue el primero en utilizar el término red como hoy se usa, a través de la sociometría, por medio de la cual pretendía aplicar métodos cuantitativos para estudiar la evolución y organización de grupos, y la posición de los individuos que los componen. Es en este estudio que se hace por primera vez uso de las cuatro características del ars en una sola estrategia de investigación social, las cuales son:
1. Partir de la intuición estructural de la existencia de lazos que ligan a actores sociales
2. Basarse en información empírica sistemática
3. Hacer amplio uso de imágenes gráficas
4. Utilizar modelos matemáticos y computacionales
En este caso, Levy Moreno hizo uso de modelos matemáticos y computacionales para medir el tiempo que compartía un actor A con un actor B o C, la distancia espacial entre dichos actores y el efecto que tenían dichas medidas en el comportamiento y actuación de los actores, entre otras cosas. Con esto buscaba descubrir la organización real de un grupo, identificando los criterios alrededor de los cuales se desarrollaba cada estructura en particular, tales como sus necesidades, objetivos, valores, entre otros.39
Finalmente, Carlos Lozares, en su texto “La teoría de las redes sociales”, también ubica a Levy Moreno como desarrollador de la propuesta de la sociometría, aclarando que su trabajo estuvo orientado al trabajo terapéutico, estudiando desde allí la estructura de grupos de amigos. Asimismo, haciendo referencia al origen de este concepto, cita a Scott, quien a su vez ubica en Kurt Lewin uno de sus iniciadores. Lewin, también inmigrante en Estados Unidos en 1925, “puso de relieve el hecho de que la percepción y el comportamiento de los individuos y la misma estructura de grupo al que pertenecen se inscriben en un espacio social formado por el grupo y su entorno formando un campo de relaciones. Estas relaciones del campo social pueden ser analizadas formalmente por procedimientos matemáticos”.40
El antropólogo social norteamericano John Barnes se destacó, por sus aportes desde la antropología, con su estudio acerca de las redes formales e informales en un pueblo de pescadores en Noruega, donde analizó relaciones de amistad, parentesco y vecindaje. Allí puso “en evidencia la importancia de los vínculos sociales extrafamiliares en la cotidianidad”41 y concluyó que todas las “relaciones sociales debían estudiarse como un conjunto de puntos (correspondientes a nodos) que se vincularan con líneas para formar redes totales de relaciones, siendo este un modelo gráfico empleado en la actualidad”.42 Desde la disciplina sociológica se destacó Harrison White, quien “trató de darle consistencia relacional a conceptos tales como estructura, rol social o mercado”,43 y otros que destacaban las relaciones sociales como constituyentes de capital social.
Desde estos trabajos, principalmente, se empieza a desarrollar la teoría matemática de grafos aplicada a las redes, en un intento por formalizar el trabajo de Lewin, Levy Moreno y Heider (en la misma línea de los anteriores, con un trabajo sobre grupos dinámicos). En este desarrollo se ubican diferentes autores, entre los que se podrían mencionar a Cartwright, Zander, Harary y Norman en 1953, a Bavelas en 1950, a Festinger, que hace su aparición en 1949 y 1954, aunque el mismo Carlos Lozares44 va a ubicar a König en 1936 como uno de los primeros autores en trabajar los modelos de grafos. El desarrollo de esta teoría ha permitido que se puedan analizar conjuntos de relaciones entre actores de manera sistemática, y con el apoyo de programas informáticos ha sido posible procesar grandes volúmenes de datos.
1.3. Referentes teóricos
El desarrollo académico del concepto de red tuvo su principal auge a partir de la década de 1960, donde autores de diferentes lugares, especialmente de Estados Unidos, empezaron a aplicar en sus investigaciones la visión de las redes; sin embargo, este concepto se nutre de y nutre a otras teorías emergentes, sobre las cuales no podría decirse que son teorías de redes específicamente, sino más bien que obedecen a una visión en la cual hay una serie de actores relacionados. Lo que sí podría decirse es que es posible encontrar en muchas teorías sociales una propuesta relacional desde la cual fundamentar el concepto de red social; sin embargo, es un alcance que no tiene este texto. Así, por ejemplo, entre estas teorías, quieren mencionarse aquí las siguientes: la teoría del capital social, una de las más trabajadas por los autores que abordan el concepto de red social, incluso algunos de ellos ponen el capital social como una categoría inherente a las redes sociales, y la hacen parte de sus escritos. Un comentario desde la experiencia al respecto es que el capital social es una entre muchas teorías que puede brindar un marco de comprensión a los vínculos sociales. Más adelante se presentarán algunos estudios de caso que lo ilustran. Esta teoría tiene en sus principales exponentes, conocidos también como fundadores, a Pierre Bourdieu, James Coleman y Robert Putnam (ver Tabla 1).
Tabla 1. Definiciones de capital social.
AutoresDefinicionesPierre BourdieuConjunto de recursos reales o potenciales a disposición de los integrantes de una red durable de relaciones más o menos institucionalizadas45 James ColemanLos recursos socioestructurales que constituyen un activo de capital para el individuo y facilitan ciertas acciones comunes de quienes conforman esa estructura;46 se equipara con bienes colectivos como la confianza, las normas y otros valores compartidos.47 Este autor, junto con MacRae y Spilerman, hacen parte de los creadores de programas computacionales que permitieron la estandarización del análisis de datos estructurales, permitiendo encontrar grupos de individuos cercanos en una red social más amplia48Robert PutnamAspectos de las organizaciones sociales, tales como las redes, las normas y la confianza, que facilitan la acción y la cooperación para beneficio mutuo. El capital social acrecienta los beneficios de la inversión en capital físico49 Nan LinRecursos integrados en una estructura social a los que se puede acceder y/o movilizar a través de acciones intencionales. Es una inversión en relaciones sociales, como amigos, familiares y vecinos50 John F. Helliwell y Robert PutnamConexiones y lazos de apoyo recíproco que tienen las personas51Martin van der Gaag y Tom SnijdersEs el conjunto de recursos que pertenecen a los miembros de una red social personal de un individuo, que pueden estar disponibles para el individuo, como resultado de la historia de las relaciones que este tiene con los miembros de su red52