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¿Qué es pobreza?
La forma en que entendemos la naturaleza de la pobreza y quéla causa es muy importante, porque tiende a determinar cómo respondemos al fenómeno. Estructurar esto nos ayuda a determinar la fuente de gran parte de nuestro entendimiento acerca de qué es el desarrollo transformador y cómo se debe practicar. El propósito del capítulo cuatroes tratar e integrar lo mejor de lo que las personas han estado pensando sobre la naturaleza de la pobreza y su causa.
Debemos empezar con nosotros mismos. Necesitamos trabajar duro para descubrir nuestros supuestos y nuestro precondicionamiento con respecto a la pobreza y los pobres. Esto es particularmente cierto para los cristianos, porque ha habido una variedad de puntos de vista de los pobres, dependiendo de la tradición cristiana.
El capítulo cuatro revisa entonces los cambiantes puntos de vista de pobreza como una forma de mostrar que entender la pobreza es una tarea sin fin. En los primeros días del desarrollo muchos asumieron que pobreza podría explicarse como la ausencia de cosas. Después, a la mezcla se agregó la ausencia de ideas o conocimiento y luego, cuando la naturaleza sistémica de la pobreza se aclaró, la privación de acceso al poder, recursos y opciones formó parte de nuestro conocimiento de pobreza. En la década de 1980 surgió una visión sistémica de la pobreza con la propuesta de Robert Chambers,quien señalóque la pobreza es un sistema de enredos. A inicios de la década de 1990 John Friedmann agregó a la discusión describiéndola como la privación de acceso al poder social. Posteriormente, en 1990, Amartya Sen argumentó que era más el resultado de una falta de libertad que falta de dinero. Más recientemente, los sicólogos comunitarios Isaac Prilleltensky y Geoffrey Nelson argumentaron que es el resultado de la opresión que disminuye el bienestar personal y relacional.
Sopesando desde una perspectiva cristiana, Jayakumar Christian, con baseen Chambers y Friedmann, describe la pobreza como un sistema de desempoderamiento que crea relaciones opresivas y cuyas causas fundamentales son espirituales. Finalmente, introduzcoel marco holístico de pobreza de Ravi Jayakaran como una falta de libertad para crecer.
El capítulo diez explora las causas de la pobreza. Analizo la interacción entre las causas físicas y sociales como causas mayormente externas a los pobres. Luego exploro la gran contribución interna a la pobreza como resultado de las causas mentales y espirituales. Inspirándome en Jayakumar Christian, propongo que la naturaleza de la pobreza es fundamentalmente relacional y que su causa es fundamentalmente espiritual.
Los pobres son pobres, en gran medida, porque viven en redes de relaciones que no trabajan para su bienestar. Por lo general, sus relaciones con otros son opresivas y desempoderantes como resultado de los no pobres que “juegan a dios” en las vidas de los pobres. Su relación dentro de ellos mismos está disminuida y debilitada como resultado de la rutina de la pobreza y del sentimiento de impotencia permanente. Su relación con los que ellos llaman “otros” se experimenta como exclusión. Su relación con su entorno es cada vez menos productiva porque la pobreza no deja espacio para cuidar del medioambiente. Su relación con el Dios que los creó y sustenta su vida está distorsionada por un conocimiento inadecuado de quién es Dios y qué desea para toda la humanidad. La pobreza es toda familia de nuestras relaciones que no son todo lo que pueden ser.
Las relaciones de los pobres no trabajan por su bienestar debido a los valores espirituales que tienen los “otros” y los pobres, que no mejoran ni apoyan la vida. El egoísmo, amor por el poder y sentimientos de privilegio ordenado se expresan en complejos divinos. La pérdida de esperanza, oportunidad y reconocimiento deterioran la identidad de los pobres. El racismo, eternocentrismo y ostracismo erosionan la bendición pretendida de tener muchas culturas. El temor a los espíritus y creencias en dioses que no pueden salvar ensombrece la oferta del Dios que desea salvar. A fin de cuentas, las causas de la pobreza son espirituales.
La sección final del capítulo cuatro se centra en la pobreza de los no pobres. Ellos también sufren de un sentido de identidad y vocación deterioradas, de forma diferente a la experiencia de los pobres.
Perspectivas de desarrollo
Al haber desarrollado un marco holístico para pensar en la pobreza, el capítulo cincoestudia una serie de formas de pensar acerca de lo que es desarrollo y cómo debería funcionar.
Empiezo explorando de donde vienen nuestras ideas de desarrollo. La pregunta central es “¿Quién nos salvará?”. Esto es importante porque existen historias que compiten en este siglo, y todas ofrecen salvación. Algunos creen que seremos salvados por la ciencia y la tecnología. Otros descansan su fe en los mercados libres y la globalización. Otros ponen su fe en el ingenio humano y la idea del inevitable progreso humano. La visión cristiana de la salvación apunta a la cruz y a la resurrección como el único marco que puede verdaderamente traernos a casa.
Exploro un rango de propuestas para pensar en desarrollo. Para los evangélicos, la conversación empezó en una consulta en Lausanne, Wheaton 1983, en la cual teólogos y profesionales fueron más allá del debate en cuanto a si el evangelismo y la acción social eran actividades cristianas legítimas y comenzaron la búsqueda de un marco bíblico para entender el desarrollo. De particular interés fue un documento de Wayne Bragg, entonces del Wheaton Hunger Center, en el que propuso la frase desarrollo transformador como una alternativa bíblica holística a la modernización occidental.
Describo la propuesta de desarrollo centrado en las personas de David Korten, en la que él cuestiona el crecimiento económico como un motor del desarrollo sostenible e insiste en que el ambiente y las limitaciones del “planeta azul” se vuelven más centrales para las conversaciones de desarrollo. Exploro el punto de vista de John Friedmann de un “desarrollo alternativo” que se enfoca en expandir el poder político y social de las familias pobres apoyando las prácticas democráticas populares y construyendo la sociedad civil. Describo la propuesta de Isaac Prilleltensky y Geoffrey Nelson, dos psicólogos comunitarios que ven el desarrollo como mejoramiento personal, poder colectivo y relacional. Resumo la propuesta de Robert Chambers de desarrollo como bienestar responsable, aprovechando los principios de equidad y sostenibilidad perseguidos mediante el aumento de los medios de vida, seguridad y capacidades de los pobres. Finalmente, introduzco la propuesta de Amartya Sen de que la libertad humana es tanto la meta como el medio para el desarrollo.
Luego paso un buen tiempo explorando el trabajo de Jayakumar Christian y su idea de desarrollo como una respuesta del reino a la impotencia de los pobres, que expone la red de mentiras sobre la identidad y el valor de los pobres y las redes de Dios de los no pobres a la verdad transformadora y las demandas del reino de Dios.
Hacia un entendimiento cristiano del desarrollo transformador
Con estas tres piezas establecidas —un marco bíblico, un entendimiento holístico de pobreza y una encuesta de pensamiento de desarrollo— el capítulo seis intenta hacer una síntesis que reúne muchas de las piezas en una propuesta para un entendimiento cristiano del desarrollo transformador. Mi propuesta empieza estipulando lo obvio: el viaje de desarrollo transformador pertenece a Dios y a aquellos que están en él; no a los expertos, agencias de donantes o facilitadores de desarrollo. Cualquiera que sea nuestro marco o nuestros métodos, debemos estar dispuestos a dejarlos de lado y permitir que los pobres descubran su propio camino tal y como nosotros hemos hecho.
La primera pregunta que un programa de desarrollo debe responder es“¿Cuál es el mejor futuro hacia el que apunta?”. Esto supone que hemos respondido la pregunta más fundamental de lo que es el bienestar humano. El relato bíblico y nuestra teología suministran la respuesta. El mejor de los futuros humanos yace en la dirección del reino de Dios y hacia Jesucristo como la persona que ofrece el camino para formar parte del reino de Dios. Como la pobreza es fundamentalmente relacional, luego articulo las metas dobles de desarrollo transformador como personas cambiadas y relaciones justas y pacíficas. Por personas cambiadas me refiero a aquellosque han descubierto su verdadera identidad como hijos de Dios y que han recuperado su verdadera vocación como mayordomos leales y productivos de los dones de Dios para el bienestar de todos.
Estas metas dobles de desarrollo transformador aplican a los pobres, a los no pobres y a los facilitadores de desarrollo por igual. La búsqueda humana de significado y propósito es una búsqueda universal e interminable. Lo que es diferente es únicamente la naturaleza de la lucha. Los pobres sufren por identidades deterioradas y la creencia no tiene vocación significativa a parte de servir a los poderosos. Los no pobres, y a veces los facilitadores de desarrollo, sufren de la tentación de jugar a ser dios en las vidas de los pobres y creen que lo que tienen en términos de dinero, conocimiento y posición es el resultado de su propia astucia o el derecho de su grupo. Tanto los pobres como los no pobres tienen que recuperar su verdadera identidad y su verdadera vocación. Todos son pobres en el mundo de Dios y todos necesitan transformación.
Luego exploro las implicaciones de estas metas dobles del desarrollo transformador en términos de enmarcar un proceso de cambio. Ninguna revolución, ni evolución, ni resginación al statu quo es aceptable. Describo un proceso de cambio que afirma los roles conjuntos de Dios y los seres humanos, la necesidad de concentrarse en restaurar relaciones en todas las dimensiones, y la necesidad de mantener el fin en mente y reconocer que existe un adversario que trabaja activamente para vencer toda transformación genuina. Señalo la importancia de buscar la verdad, la justicia, la rectitud y también la belleza, el arte yla celebración. Finalmente, me refiero a la importancia de abordar las causas de la pobreza, de expresar un sesgo hacia la paz y de afirmar a la iglesia local o iglesias como críticas y socios indispensables en el proceso de búsqueda del cambio sostenible.
El capítulo concluye con una breve exploración de las cuatro dimensiones de sostenibilidad —física, mental, social y espiritual— y algunas reflexiones sobre las diferentes formas en que necesitamos pensar holísticamente en materia de desarrollo transformador. En particular, la sección de sostenibilidad social explora las dinámicas de opresión proponiendo una nueva síntesis de la idea de Jayakumar Christian de desempoderar sistemas, y la propuesta de Ann Cudd para entender las dinámicas de opresión.
Principios y profesionales
El capítulo sietepasa a la práctica de desarrollo transformador con un enfoque en los tipos de principios y las características de personas que serán necesarias para buscar el entendimiento de Jayakumar Christian en cuanto a desarrollo transformador propuesto en el capítulo.
Empiezo reiterando la afirmación básica de que la pertenencia del proceso de desarrollo está en las personas mismas. Ellas tienen una historia que necesitamos escuchar y respetar, mientras afirmamos que Dios también nos ha dado algo que ofrecerles. Necesitamos superar nuestros modernos puntos ciegos en términos del mundo espiritual de manera que podamos escuchar toda su historia, incluyendo el hecho de que crean que muchas de las causas de su situación actual y la influencia dominante en términos de su futuro están en el mundo invisible de los espíritus, dioses y ancestros. También recuerdo que ya saben mucho y que se debe dejar salir y respetar este conocimiento autóctono. Los pobres ya saben cómo sobrevivir. Ningún viaje de desarrollo transformador tiene que empezar con este hecho importante.
El capítulo continúa con una discusión sobre moverse desdela participación al empoderamiento. La participación no es un fin en sí y por ende la calidad de la participación importa. Cuando las personas cambian volviéndose menos pasivas y más actores principales en su propio desarrollo, la participación se convierte en empoderamiento. Son las personas cambiadas quienes cambian a otras. Finalmente, la participación que no logra construir un sentido más fuerte de comunidad también es defectuosa.
Después, el capítulo pasa de los principios a los profesionales de desarrollo transformador. El desarrollo es mediado a través de las personas y las relaciones. La actitud, conocimiento y comportamiento del profesional holístico son vitales para cualquier posibilidad de ver alguna transformación genuina. La calidad del profesional debe ser holística para que el programa también lo sea. Si el profesional holístico trata a las personas como si estuvieran hechas a imagen y semejanza de Dios, entonces las personas pueden llegar a creer que son verdaderamente hijos de Dios y que no son los olvidados de Dios. Si el profesional holístico cree que las personas tienen dones y una contribución que hacer, entonces las personas también harán este descubrimiento.
Se ofrece un perfil para profesionales holísticos. Los profesionales holísticos deben ser cristianos con una verdadera cosmovisión bíblica. Deben tener carácter cristiano: actuar, pensar y trabajar como discípulos holísticos. Deben ser profesionales del desarrollo, capaces de aprovechar lo mejor que la profesión tiene que ofrecer. Los profesionales holísticos deben conocer toda la Biblia y ser teólogos laicos que entienden que existe una fina línea entre hacer desarrollo y hacer teología. Finalmente, deben ellos mismos formar parte de un proceso continuo de formación profesional y espiritual.
Diseño de programas para transformación
El capítulo ocho empieza con una discusión acerca de cómo está diseñado un programa de desarrollo. Se describe el rol tradicional de las herramientas de diseño, monitoreo y evaluación para completar un plan de programa lineal y lógico empacado nítidamente en un marco lógico. Luego explico por qué este enfoque de gestión por objetivos tradicional para planificación del programa de desarrollo no está bien adaptado para planificar el cambio en sistemas sociales. Los sistemas sociales son contra intuitivos y dinámicos (un término técnico que significa que no son lineales ni repetitivos). Los sistemas sociales se auto organizan, pero no son particularmente asequibles a gestión y control. Concluyo argumentando que, en vez “planificar nuestro camino hacia la transformación”, nosotros y las personas con quienes trabajamos estaremos mejor servidos “aprendiendo nuestro camino hacia la transformación”. Por lo tanto el énfasis está menos en la metas e hitos (excepto a corto plazo) y más en la visión, valores y monitoreo, y evaluación regulares. El rol de las disciplinas espirituales en este proceso se explora brevemente con la ayuda de mi esposa Lisa Myers, que ha estado haciendo dirección espiritual de grupos por más de veinticincoaños.
Luego paso a algunas reflexiones sobre lo que le sucede a nuestra respuesta de desarrollo cuando pasamos del análisis de necesidades al análisis social. Se describe la forma en se hace esto usando el análisis de vulnerabilidades y capacidades de Mary Anderson y de Peter Woodrow. El enfoque de seguridad de medios de vida se introduce como un marco de diseño de programa seguido por una breve introducción a la organización comunitaria. El capítulo se enfoca luego en una de las más importantes herramientas de planificación e investigación de desarrollo de las décadas de 1980 y 1990. Las herramientas de Acción y Aprendizaje Participativo (PLA, por sus siglas en inglés) “ponen la estafeta en las manos de la comunidad” para que el método de investigación, análisis y planificación en sí sea potencialmente transformador. El capítulo continúa para introducir la Consulta Apreciativa, un desarrollo más reciente en investigación participativa y planificación que se basa en el trabajo de David Cooperrider de Case Western Reserve University. El supuesto de la consulta apreciativa de salud, vitalidad y organización social que da la vida incluso en las comunidades más pobres mantiene una promesa particular de ayudar a los pobres a recuperar su identidad y a descubrir su verdadera vocación.
El capítulo luego informa sobre algunas investigaciones que tratan de investigar cómo los programas de desarrollo podrían terminar en una transición hacia la sostenibilidad e introduce un marco para transiciones de programa, así como una propuesta de factores críticos de éxito para transiciones exitosas. Uno de los cambios que ocurre conforme los programas maduran es que los temas de abogacía, política, ciudadanía empoderada y buena gobernanza tienden a surgir como preocupaciones centrales de la comunidad. Esto se explora brevemente.
Concluyo con una breve exploración de una serie de preocupaciones de otros programas de diseño. ¿Qué significa cuando hablamos de la comunidad y quién está hablando por ella? ¿Cómo garantizamos que estamos escuchando a mujeres, niños y niñas? ¿Cuál es el ritmo apropiado para un programa y quién decide? ¿Dejamos que la cosmovisión espiritual de los pobres surja?
Aprendizaje hacia la transformación
Este capítulo, redactado con la ayuda experta del Dr. Frank Cookingham, jefe de evaluación de Visión Mundial Internacional, empieza definiendo monitoreo, evaluación y reflexión. Observamos que en el mundo del desarrollo actual el monitoreo se malbarata, la evaluación se sobrevende y la reflexión se ignora.
Empezamos con el hecho de que, si los programas de desarrollo aspiran a cambiar los sistemas sociales dinámicos de los pobres, se prestan a planes y acciones claros, lineales y lógicos, entonces lo inesperado, y posiblemente lo más importante, es la norma. Las comunidades que realizan programas hacen cosas inesperadas y cambian su mentalidad. Los mosquiteros que se dan gratuitamente para prevenir la malaria terminan siendo usados como protectores de ventana o un nuevo sistema de suministro de agua no se usa por temor a los espíritus del antiguo sistema. Así que el monitoreo y la evaluación, que tratan de evaluar la fidelidad del diseño del programa original incorporado en su Marco Lógico, costarán dinero y perderán mucho de lo que es importante. Si debemos aprender nuestro camino al futuro en un programa de desarrollo, entonces las evaluaciones de impacto se vuelven significativamente menos importantes, mientras que el monitoreo consistente y la reflexión en lo esperado y lo inesperado se convierten en la clave para este aprendizaje social.
El capítulo nueve examina otras preguntas cruciales relativas al monitoreo y evaluación: ¿Para qué es? ¿Para quién es? ¿Qué cambió? ¿Quién cambió? ¿Qué observamos y medimos?
La pregunta “¿Durará?”, habla de la preocupación por la sostenibilidad. La sostenibilidad social y mental se explora brevemente. Como este libro busca una perspectiva cristiana de pobreza y desarrollo, pasé más tiempo en el tema de sostenibilidades espiritual y exploro lo que se puede observar y medir, que habla de la calidad de nuestro testimonio cristiano.
Nuevamente con la ayuda de Lisa Myers, el capítulo termina con una breve reflexión acerca de cómo la espiritualidad y la disciplina espiritual deben moldear la evaluación de los programas de desarrollo.
Testimonio cristiano
El libro concluye con un capítulo sobre testimonio cristiano, ya que se expresa a la perfección en el contexto de hacer desarrollo transformador. Empieza explorando tanto la necesidad como el problema de testimonio cristiano para la agencia de desarrollo y ayuda cristiana. Debemos dar testimonio porque el testimoniar es una característica central de nuestro compromiso de fe; no es una opción. Sin embargo, la forma en que damos testimonio plantea una dificultad y un reto. La dificultad es que todos —cristianos o no cristianos—están siempre siendo testigos de todos modos. La única pregunta es “¿A qué o a quién están testimoniando?”. No existen facilitadores de desarrollo “sin valores”. El reto es descubrir un marco para pensar en el testimonio cristiano de forma que sea consistente con los principios del desarrollo transformador.
El capítulo presenta un marco derivado del trabajo de Lesslie Newbigin. Hacer desarrollo y vivir nuestras vidas en formas que resulten en preguntas sobre nosotros planteadas por la comunidad o por algunos de sus miembros, preguntas para las que el evangelio es la respuesta, une el evangelio como vida y el evangelio como obra con el evangelio como palabra. Este enfoque coloca la iniciativa para invitar a las personas a dar testimonio y la responsabilidad de dar un testimonio efectivo en el lugar al que pertenece: en el cristiano. Nuestro testimonio depende de nuestra vida para que el Espíritu Santo pueda evocar preguntas para las cuales nuestra fe es la respuesta.
Con este marco de provocar la pregunta, el capítulo discute posteriormente temas relativos a testimonio holístico, incluyendo la necesidad de contar todo el relato bíblico; la interrelación de vida, palabra, obra y signo; y la necesidad de evitar hacer una dicotomía entre evangelismo y discipulado.
Continúa explorando temas relativos a garantizar que nuestro entendimiento de testimonio cristiano sea consistente con nuestro marco para el desarrollo transformador. Empieza señalando que las metas de testimonio cristiano son las mismas que las metas de desarrollo transformador: personas cambiadas y relaciones cambiadas. La única diferencia es que el énfasis principal de testimonio cristiano está en la relación de las personas con Dios.Esta convergencia de metas es evidencia de que hemos superado la dicotomía entre lo físico y lo espiritual.
La sección continúa presentando un conocimiento orgánico o integrado del evangelio como estando con Jesús de manera que podamos “dar testimonio por obra, palabra y signo”. El mensaje cristiano es un mensaje encarnado, realizado por testimonios vivos. La claridad y lo atractivo de este mensaje dependen de la calidad de nuestra vida con Jesús y de nuestra disponibilidad para dar expresión a esa vida por medio de la palabra, obra y signo. Luego se presenta una alerta indicando que debemos evitar separar el evangelismo y el discipulado. Esta es una falsa dicotomía, y superarla es vital para resolver nuestra preocupación por la clase de cristianos que van a resultar de nuestro testimonio. La sección concluye con un llamado a estar seguros de que, cuando damos testimonio, lo hagamos de manera que tarde o temprano comparta el relato bíblico completo. Es todo el relato bíblico el que lleva la cuenta de quiénes somos y para qué estamos, que declara el señorío de Cristo sobre toda la creación y sobre todas nuestras relaciones.
Luego pasa al tema de cómo debemos dar testimonio. Empieza con un llamado para que los cristianos vivan vidas elocuentes, la clave para provocar preguntas para las cuales el evangelio es la respuesta. Continúa recordándonos la importancia de llevar a cabo nuestro testimonio cristiano con una mente crucificada, una mente cruzada. Tomo nota de la importancia de ayudar a la comunidad —y a nosotros mismos— a descubrir las huellas de Dios en nuestra historia, en la creación y en las intervenciones de desarrollo. Señalo que las preguntas sobre sentido y propósito contienen la mayor promesa para cambiar la cosmovisión y cambiar la opinión que los pobres tienen de sí mismos y de su futuro. Esta sección incluye una breve discusión acerca de cómo podemos interpretar la tecnología de manera que no señale su propia eficiencia sino la actividad y la figura del Dios que la hizo posible, y concluye con un recordatorio de que necesitamos evitar ser apologéticos para ser cristianos y, por tanto, estar dispuestos a decir lo que creemos.
En este punto, el capítulo cambia a la importancia de la Biblia para el proceso de desarrollo transformador. Argumenta que la Biblia, como la palabra viva de Dios, debe ser liberada de su cautiverio espiritual del domingo por la mañana y de la devoción personal y debe permitirse estar activa en el proceso de desarrollo. El capítulo nos reta a encontrar maneras de permitir que la Biblia hable por sí misma. Se introduce el marco católico romano del círculo pastoral. Y luego comparto los ejemplos de la Búsqueda de las Escrituras y los Siete pasos en los cuales se utiliza la Biblia en programación de desarrollo. También describo brevemente la innovación de Misión Nuevas Tribus de Storying the Bible (Narración de la Biblia) y hago una sugerencia sobre cómo puede hacerse más holístico y, por lo tanto, más aplicable para usarlo en el proceso de desarrollo.