La culebra sigue viva: miedo y política. El ascenso de Álvaro Uribe al poder presidencial en Colombia (2002-2010)

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El problema del orden, es decir, el de la convivencia pacífica de los colombianos, será la prioridad del Gobierno; de la resolución de este problema dependerá que el país supere los demás problemas sociales y políticos. Para hacer frente al desafío que para la convivencia representaban los grupos armados, el Gobierno concibió la PDSD. El análisis de esta política se aborda en el capítulo 3, “Las luchas se libran también en el campo de la representación”. En este capítulo se presentan los discursos de la seguridad en Colombia desde el Frente Nacional, al tiempo que se avizoran los desarrollos y retrocesos del país en materia de seguridad y defensa. Se muestran también las luchas que se libraron en el terreno de lo imaginario, entre defensores y detractores de la Seguridad Democrática.
El capítulo 4, “Uribe y la oposición: el juego de la enemistad”, examina el proceso mediante el cual, mientras crecía la popularidad del presidente y el apoyo a la Política de Seguridad, prosperaba la hostilidad del Gobierno contra las voces disidentes, se tratara de la oposición en el Congreso (especialmente la bancada de la izquierda democrática, liderada por el Polo Democrático Alternativo), de los activistas a favor del acuerdo humanitario, o las organizaciones de la autodenominada sociedad civil,74 proclives no sólo al Acuerdo, sino también a la búsqueda de la paz por la vía de la negociación.
El capítulo 5, “La reelección presidencial inmediata: el cambio de las reglas de juego”, aborda el discurso de Uribe sobre la “necesidad” de continuar en el poder, su justificación. Se analiza la forma como el Gobierno se va deslizando, a veces sutilmente, otras, de manera descarada, de la “nueva política”, que decía encarnar el candidato presidencial, a las prácticas de la “vieja política”, y cómo en función de sus intereses reeleccionistas pasa de la defensa del Estado (la lucha contra los grupos armados ilegales), a su debilitamiento, mediante el cambio de las reglas de juego previamente establecidas, para favorecer sus aspiraciones políticas.
Al final se presentan algunas de las principales conclusiones de este trabajo.
1. Véanse Gonzalo Sánchez, “Guerra prolongada y negociaciones inciertas en Colombia”, en Violencias y estrategias colectivas en la región Andina. Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú yVenezuela, eds. Gonzalo Sánchez y Eric Lair (Bogotá: Norma, 2004), 17-72, y Daniel Pécaut, Guerra contra la sociedad (Bogotá: Planeta, 2001).
2. Daniel Pécaut, “Simbólica nacional, liberalismo y violencias”, en Colombia 1910-2010, eds. María Teresa Calderón e Isabela Restrepo (Bogotá: Tauros, 2010), 41-118.
3. Esta guerrilla tiene su origen en la llamada Violencia de los años cincuenta y en los procesos de autodefensa campesina, orientados por el Partido Comunista Colombiano (PCC). Públicamente se van a constituir como FARC en la Segunda Conferencia del Bloque Guerrillero del Sur, abril-mayo de 1966. Eduardo Pizarro Leongómez, Las FARC (1949-1966): de la autodefensa a la combinación de todas las formas de lucha (Bogotá: Universidad Nacional - Tercer Mundo Editores, 1991), 187.
4. El paramilitarismo en Colombia es un fenómeno complejo, aún no suficientemente estudiado y explicado. No obstante, sus orígenes en los años ochenta parecieran estar relacionados con el narcotráfico. En este sentido, afirma Fernando Cubides: “Si hay una verdad establecida, una sabiduría convencional como se dice, es la que relaciona la primera etapa de actividad de los narcotraficantes —una etapa de acumulación y expansión patrimonial—, con la formación de los primeros grupos de justicia privada, los núcleos originales del paramilitarismo […]”. Fernando Cubides, “Narcotráfico y guerra en Colombia: los paramilitares”, en Violencias y estrategias colectivas en la región Andina. Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú yVenezuela, eds. Gonzalo Sánchez y Eric Lair (Bogotá: Norma, 2004), 389.
5. Mauricio Romero, “Democratización política y contra reforma [sic] paramilitar en Colombia”, en Violencias y estrategias colectivas en la región Andina. Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú yVenezuela, eds. Gonzalo Sánchez y Eric Lair (Bogotá: Norma, 2004), 342.
6. Peter Waldmann, “Guerra civil: aproximación a un concepto difícil de formular”, en Sociedades en guerra civil. Conflictos violentos de Europa y América Latina, comps. Peter Waldmann y Fernando Reinares (Barcelona: Paidós, 1999), 29-60.
7. Véase Daniel Pécaut, Crónica de cuatro décadas de política colombiana (Bogotá: Norma, 2006), y Juan Guillermo Ferro y Graciela Uribe Ramón, El orden de la guerra: las FARC-EP, entre la organización y la política (Bogotá: Centro Editorial Javeriana (CEJA), 2002).
8. Eduardo Pizarro Leongómez, Las FARC (1949-1966):…
9. Daniel Pécaut, “Guerra, proceso de paz y polarización política”, en Violencias y estrategias colectivas en la región Andina. Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, eds. Gonzalo Sánchez y Eric Lair (Bogotá: Norma, 2004), 73-102.
10. Daniel Pécaut, “Guerra, proceso de paz…”, 73-102.
11. Partido creado bajo la tutela del Partido Comunista Colombiano (PCC) y las FARC, durante los acuerdos de paz entre este grupo guerrillero y el gobierno de Belisario Betancur. Daniel Pécaut, “Guerra, proceso de paz…”, 73-102.
12. Daniel Pécaut, “Guerra, proceso de paz…”, 73-102.
13. Daniel Pécaut, “Guerra, proceso de paz…”, 73-102.
14. Prohibir la extradición de colombianos a Estados Unidos era la meta principal.
15. Comisión de Estudios sobre la Violencia, Colombia: violencia y democracia. Informe presentado al Ministerio de Gobierno (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia Colciencias, 1989).
16. Daniel Pécaut, “Guerra, proceso de paz…”, 73-102.
17. Gonzalo Sánchez, “Guerra prolongada…”, 17-72.
18. La mayoría de los analistas coinciden en afirmar que la improvisación y la falta de una estrategia de negociación resultaron claves a la hora de explicar el fracaso de las negociaciones de paz de Andrés Pastrana.
19. Jesús Antonio Bejarano Ávila, Una agenda para la paz.Aproximaciones desde la teoría de la resolución de conflictos (Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1995).
20. “[…] enemigos de la paz y la rehabilitación, que están agazapados por fuera y por dentro del gobierno”. Esta frase la acuñó el político liberal Otto Morales Benítez, en carta dirigida al presidente Betancur, cuando renunció a la Comisión de Paz creada en ese gobierno. Allí se refirió a las dificultades del proceso de paz en curso: “Sé que aún le falta a su gobierno una tarea muy exigente. La más apremiante, es rechazar el escepticismo, y a veces el pesimismo beligerante, que se apodera de todos.Y combatir contra los enemigos de la paz y de la rehabilitación, que están agazapados por fuera y por dentro del gobierno. Esas fuerzas reaccionarias en otras épocas lucharon, como hoy, con sutilezas contra la paz, y lograron torpedearla. Por ello nunca hemos salido de ese ambiente de zozobra colectiva”. Otto Morales Benítez, “Renuncia a la presidencia de la Comisión”, 25 de mayo de 1983, en Papeles para la Paz (Bogotá: Árbol que piensa, 1991), http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/sociologia/papeles/papeles6.htm (Fecha de consulta: 12 de octubre de 2011).
21. Movimiento guerrillero de composición indígena, cuyo nombre refiere al líder indígena caucano más importante del siglo xx (1880-1967).
22. Malcolm Deas, “Prólogo”, en Una agenda para la paz. Aproximaciones desde la teoría de la resolución de conflictos, por Jesús Antonio Bejarano Ávila (Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1995), vii-xxiii.
23. La Alianza Democrática M-19 (movimiento creado tras la desmovilización de ese grupo guerrillero) obtuvo la segunda votación (15,48%), después del Partido Liberal (26,75%), en las elecciones del 9 de diciembre de 1990 para la conformación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Dicha Asamblea sesionó entre el 5 de febrero y el 14 de julio de 1991, y produjo como resultado la Constitución de 1991, que rige desde esa fecha el ordenamiento jurídico-político colombiano. El EPL, el PRT y el Quintín Lame contaron con “Delegatarios con voz en la ANC, el primero con dos delegatarios, el segundo y el tercero con uno respectivamente”. Estos delegatarios fueron nombrados por el presidente César Gaviria Trujillo. Miguel Silva, “La Asamblea Constituyente de 1991”, en Nueva Historia de Colombia, vol. 7, dir. Álvaro Tirado Mejía (Bogotá: Planeta, 1998), 107-121.
24. Daniel Pécaut, Midiendo fuerzas. Balance del primer año del gobierno de Álvaro Uribe (Bogotá: Planeta, 2003).
25. Alfredo Rangel Suárez, Colombia: guerra en el fin de siglo (Bogotá:Tercer Mundo Editores - Universidad de los Andes, 1998).
26. Daniel Pécaut, Midiendo fuerzas.
27. Importante zona de ganadería extensiva situada en el norte del país, limítrofe con el departamento de Antioquia.
28. Aunque la región de Urabá comprende parte de los departamentos de Chocó, Antioquia y Córdoba, en la investigación se hace referencia al Urabá antioqueño, en el noroccidente del departamento. Estos territorios albergan grandes plantaciones de banano para la exportación.
29. Se le denominó “Proceso 8.000” pues “fue el número del expediente del proceso que la Fiscalía adelantaba contra nueve congresistas y dos funcionarios que supuestamente habían recibido dinero del Cartel de Cali”. Redacción El Tiempo, “Investigan a Ernesto Samper por dineros de ‘narcos’ durante el Proceso 8000”, El Tiempo, Bogotá, 23 de noviembre de 2010, http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-8430520 (Fecha de consulta: 16 de agosto de 2011).
30. Arlene B.Tickner, “Tensiones y consecuencias indeseables de la política exterior estadounidense en Colombia”, Revista Colombia Internacional, núms. 49-50 (2000): 39-61, http://colombiainternacional.uniandes.edu.co/view.php/370/index.php?id=370 (Fecha de consulta: 15 de octubre de 2011).
31. Palabra usada por García Durán. Mauricio García Durán, “De Turbay a Uribe: sin política de paz pero con conflicto armado”, en En la encrucijada: Colombia en el siglo XXI, ed. Francisco Leal Buitrago (Bogotá: Centro de Estudios Sociales Universidad de los Andes (CESO) Norma, 2006), 479-511.
32. Político conservador que gobernó a Colombia en el período 1974-1978, después de un discutido triunfo electoral sobre el exgeneral y expresidente de facto Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957), candidato de la Alianza Nacional Popular (ANAPO), movimiento de clara orientación populista, inspirado fuertemente por la experiencia de Juan Domingo Perón y Eva Duarte en Argentina (1946-1955). Este acontecimiento ha sido interpretado por los historiadores de ese período y por muchos comentaristas de todo tipo, como un “fraude electoral”.
33. Alfredo Rangel Suárez, Colombia:…
34. Alfredo Rangel Suárez, Colombia:…, 180.
35. Reconocido economista y profesor de la Universidad Nacional de Colombia, experto en problemas agrarios, exconsejero de paz del gobierno de Gaviria y asesor de la campaña de Andrés Pastrana.
36. Bibiana Mercado, “No tenemos candidato, dicen las FARC”, El Tiempo, Bogotá, 18 de junio de 1998, www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-785991 (Fecha de consulta: 12 de noviembre de 2011).
37. Creadas mediante el Decreto 356 de 1994. Para Gonzalo Sánchez, en regiones como Antioquia, las “Autodefensas recibieron una especie de legalización encubierta a través de las llamadas CONVIVIR […]”. Muy cercanas, para este autor, a las Rondas Campesinas en Perú, y las Patrullas Civiles, en Guatemala. Gonzalo Sánchez, “Guerra prolongada…”, 50.
38. Daniel Pécaut, Midiendo fuerzas.
39. Véanse Daniel Pécaut, Midiendo fuerzas, y Daniel Pécaut, “Guerra, proceso de paz…”, 73-102.
40. Daniel Pécaut, Midiendo fuerzas.
41. Daniel Pécaut, “Simbólica nacional…”, 105.
42. Daniel Pécaut, “Simbólica nacional…”, 105.
43. Corey Robin, El miedo. Historia de una idea política (México: Fondo de Cultura Económica, 2009), 15.
44. Corey Robin, El miedo…, 15.
45. Corey Robin, El miedo…, 15-16.
46. Corey Robin, El miedo…, 40.
47. Francisco Gutiérrez, ¿Lo que el viento se llevó? Los partidos políticos y la democracia en Colombia 1958-2002 (Bogotá: Norma, 2007).
48. Francisco Gutiérrez, ¿Lo que el viento se llevó?…, 497.
49. Francisco Gutiérrez, ¿Lo que el viento se llevó?..., 497.
50. Francisco Gutiérrez, ¿Lo que el viento se llevó?…, 497.
51. Véase Redacción El Espectador, “La desconfianza ciudadana se apoderó del sector privado”. El Espectador, Bogotá, 3 de junio de 2009, http://www.elespectador.com/articulo143815-desconfianza-ciudadana-se-apodero-del-sector-privado (Fecha de consulta: 20 de septiembre de 2011).
52. Guillermo O’Donnell, Osvaldo Iazzetta y Hugo Quiroga, coords., Democracia delegativa (Buenos Aires: Prometeo libros, 2011).
53. Emilio Durkheim, Las formas elementales de la vida religiosa (Buenos Aires: Schapire S.R.L., 1968).
54. Emilio Durkheim, Las formas elementales…, 434.
55. En esta interpretación, el conflicto armado había llegado a un punto de evolución en el cual ni el Estado estaba en capacidad de propinarle una derrota militar a la insurgencia, ni ésta tenía condiciones para acceder al poder por la vía armada. De esa manera, entonces, se imponía la negociación.
56. Sheldon S. Wolin, Democracia S. A. La democracia dirigida y el fantasma del totalitarismo invertido (Buenos Aires: Katz Editores, 2008).
57. Corey Robin, El miedo…
58. Corey Robin, El miedo…, 17.
59. Max Weber, Economía y sociedad, t. 1 (México: Fondo de Cultura Económica, 1984).
60. Bronislaw Baczko, Los imaginarios sociales. Memorias y esperanzas colectivas (Buenos Aires: Nueva Visión, 2005).
61. Pierre Rosanvallon, Le peuple introuvable. Histoire de la represéntation démocratique en France (París: Gallimard, 1998), 346.
62. Véanse Neyla Graciela Pardo, “Representaciones de la política de seguridad democrática en el discurso de Álvaro Uribe Vélez: ¿Estado Comunitario?”, Revista Discurso y Sociedad, vol. 4, núm. 2. (2010), http://www.dissoc.org/edi-ciones/v04n01/DS4%281%29Pardo.pdf (Fecha de consulta: 10 de noviembre de 2011); Ana Cristina Vélez López, ”La presión simbólica de la opinión pública en la prensa: análisis del caso reelección presidencial en Colombia 2004-2005”, Reflexión Política, núm. 18 (2006): 104-115, y Alejandro Carvajal Pardo, “Semántica y pragmática de la guerra y de la paz. Usos discursivos de presidente Uribe para incidir en el conflicto armado colombiano”, Perspectivas Internacionales, vol. 3, núm. 2. (2007): 7-38.
63. Véanse Omar Rincón, “La televización de la política (Uribe: ¿una producción de la realidad o una historia de ficción?)”, Revista Foro, núm. 45 (2002): 38-49, y Omar Rincón, “¿La comunicación no tiene ideología?”, en Los tele-presidentes: cerca del pueblo, lejos de la democracia. [Crónicas de 12 presidentes latinoamericanos y sus modos de comunicar], ed. Omar Rincón (Bogotá: Centro de Competencia en Comunicación para América Latina Friedrich Ebert Stiftung, 2008), 5-13.
64. Véanse Ana María Miralles, “Medios y elecciones: la fabricación del consenso”, Revista Foro, núm. 45. (2002), 50-61, y Fabio López de la Roche, “Opinión, información y ficción en los medios de comunicación colombiano”. Revista Foro, núm. 45. (2002): 15-34.
65. Bernard Manin, Los principios del gobierno representativo (Madrid: Alianza, 1998).
66. Cristina de la Torre, Álvaro Uribe Vélez o el neopopulismo en Colombia (Medellín: La Carreta, 2006).
67. Ricardo Sánchez Ángel, Bonapartismo presidencial en Colombia: el gobierno de Álvaro Uribe Vélez (Bogotá: Uniediciones, 2005).
68. Jurgen Habermas, Perfiles filosóficos-políticos (Madrid: Tauros, 1975).
69. Norbert Elias, La sociedad cortesana (México: Fondo de Cultura Económica, 1982).
70. Michel Foucault y Gilles Deleuze, “Un diálogo sobre el poder”, en Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones, Michel Foucault (Madrid: Alianza: 1981), 7-19.
71. Lucrecia Escudero Chauvel, “Espacio público y espacio de los medios: la agenda y las elecciones mexicanas”, Cuadernos de información y comunicación, vol. 13 (2008): 107-130.
72. Renán Silva, A la sombra de Clío (Medellín: La Carreta Histórica, 2007).
73. “‘Ley 002 sobre tributación’ del Estado Mayor de las FARC, promulgada en marzo del 2000, para los patrimonios superiores a un millón de dólares”. Gonzalo Sánchez, “Guerra prolongada…”, 45.
74. El concepto de sociedad civil se define en el capítulo 4.
1.1. LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES DEL 2002
Es común en Colombia que, de cara a unos nuevos comicios electorales, la actividad militar de los grupos armados ilegales se incremente. Son varias las razones de este comportamiento: en unos casos, estos grupos buscan impedir el desarrollo libre de las elecciones; en otros, mostrar que constituyen un poder territorial, aunque, sin lugar a dudas, pretenden incidir en los resultados de la contienda electoral. Como una rutina que suele repetirse cada cuatro años, la guerrilla despide al presidente saliente y recibe al nuevo huésped de la Casa de Nariño (sede de gobierno) con una ofensiva militar.1 Con esta conducta, tratan de mostrarle al nuevo presidente que son un actor político con el que tendrá que contar, presionar el ingreso del tema de la paz en la agenda del presidente recién elegido y forzar otra vez el inicio de las negociaciones.
En ese momento, como en otras ocasiones, estaba en curso en Colombia un proceso de paz (entre el gobierno de Andrés Pastrana Arango y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia —FARC—). Es habitual que durante los diálogos de paz, el activismo armado de la guerrilla se incremente, buscando mejorar su posición en la mesa de negociación. En esta ocasión, la guerrilla pretendía, con su activismo armado, mejorar dicha posición y obligar al nuevo presidente a continuar con los diálogos de paz. A su vez, las operaciones armadas de los grupos paramilitares estaban dirigidas a consolidar y expandir su dominio territorial, a debilitar las conversaciones en curso y, sobre todo, a buscar el reconocimiento de estatus político como actores del conflicto. La actividad militar de estos grupos en los límites de la “zona de despeje” ocasionó innumerables reclamos por parte de las FARC al Gobierno y produjo constantes desencuentros entre las partes.2 Además, se convirtió en uno de los pretextos de esa guerrilla para dar por terminados los diálogos de paz y culpar al gobierno del presidente Pastrana por el fracaso.
En esta coyuntura, se adelantaban también dos procesos electorales en Colombia: elecciones parlamentarias en el mes de marzo y presidenciales en el mes de mayo. Los asuntos del orden público y de la seguridad de los candidatos fueron ampliamente debatidos en la prensa:
Este año los candidatos a la Presidencia y al Congreso de la República tienen dos retos: llegar vivos a las elecciones y luego ya elegidos, hacer profundas reformas al sistema político si quieren evitar un colapso institucional. Los actores armados ilegales —guerrilla, paramilitares y narcotraficantes— han logrado apostarse en espacios estratégicos de la sociedad y pretenden amedrentar a quienes compiten por el poder en las urnas […] Los candidatos, todos, han eliminado itinerarios por tierra y reuniones a campo abierto. Su trabajo proselitista se hace, principalmente, a través de los medios de comunicación. Pocas reuniones de plaza pública se verán en los próximos cinco meses […] En la actualidad cuatro congresistas aparecen secuestrados por las Farc […] El nivel de riesgo que se cierne sobre los congresistas los llevó a aprobar el año pasado una ley que los habilita para ser elegidos, si están secuestrados […].3
Las condiciones de seguridad obligaron a los candidatos a realizar el debate electoral básicamente a través de los medios de comunicación. En consecuencia, el conflicto armado y su solución estuvieron en el centro de la discusión pública, mientras que otros asuntos de interés, como la gestión macroeconómica, el desempleo y la desigualdad social, perdieron relevancia en esa coyuntura.
Entre tanto, el gobierno de Andrés Pastrana se percibía por la opinión pública como débil; era un mandato que había hecho del tema de la paz su bandera y que, no obstante, carecía de una estrategia concreta de negociación. Su gobierno no había pactado, previamente a las negociaciones de paz, un cese de hostilidades con la guerrilla, ni establecido desde un principio controles claros por parte del Estado para el territorio “despejado”. Todo esto era interpretado por un sector de la opinión, incluidos algunos candidatos a la presidencia, como exceso de concesiones por parte del Gobierno a la guerrilla. Estas ventajas, decían, habían sido utilizadas de manera hábil por la guerrilla para fortalecerse militarmente y continuar con su proyecto estratégico de toma del poder por la vía armada. Particular polémica generó el uso que las FARC hicieron de la llamada “zona de distensión” o de “despeje”, que comprendía cinco municipios del suroriente del país.4
Las innumerables crisis del proceso de paz y su posterior ruptura tuvieron una amplia difusión en los medios de comunicación. Si en algo coincidieron analistas políticos de distintos matices era en que ningún balance que se hiciera del proceso podía ser optimista, entre negro, gris y preocupante, como lo definió el diario El Tiempo:
El proceso de paz resiste balances de diferentes matices, aunque ninguno de ellos dé lugar al optimismo. El primero y más evidente, es negro. En el 2001 fueron voladas 254 torres, destruidos docenas de inermes pueblos y secuestradas casi 3.000 personas. Paramilitares y guerrilleros cobraron la vida de 2.060 civiles, hubo 4.820 operaciones del Ejército (1.600 más que en el 2000), incontables masacres y cerca de 1.000 desplazados que salieron cada día de más de 500 municipios. Fueron asesinados 153 líderes sindicales y 13 defensores de derechos humanos, y muchos más fueron amenazados o partieron al exilio. Un segundo balance es gris. Las negociaciones con la guerrilla transcurren en el mejor estilo kafkiano, y los diálogos con el Eln y las Farc pasaron más tiempo suspendidos que activos […] Un tercer balance, preocupante, es el de la opinión. El pesimismo es generalizado y hay síntomas de derechización en sectores medios que lamentablemente ven una salida en el ángel de la muerte de las Autodefensas o en la guerra total […].5
La ausencia de resultados y las fallas del proceso fueron ampliamente comentadas y circularon continuamente en la prensa: “Tres años después de iniciarse el proceso de diálogo entre el Gobierno y las Farc, la paz no llega y el conflicto se ha degradado por culpa de la guerrilla y los paramilitares”.6 Analistas políticos y candidatos trataban de explicar lo que sucedía: “Las Farc han ganado sin negociar, mientras que el Gobierno ha negociado sin ganar”, dijo Pedro Medellín, analista político. “Volvieron el Caguán una especie de Escuela Superior de Guerra”, manifestó Luis Eduardo Garzón, candidato a la presidencia por el Frente Social y Político. “Pero es mejor tener diálogo que no tenerlo”,7 apuntó Gustavo Petro, representante a la Cámara por el Movimiento Vía Alterna y candidato a esa corporación, otra vez con el aval del mismo movimiento.8
Para Pedro Medellín, que las FARC ganaran sin negociar, significaba que aprovecharían el tiempo para tomar aire y rearmarse, sin avanzar en ningún punto de la agenda. El concepto del entonces candidato del Frente Social Político sobre la “zona de despeje” expresó el sentimiento dominante en la opinión pública: la crítica al uso que las FARC hicieron de ese territorio despejado de la presencia de fuerza pública, no como zona para adelantar diálogos y negociación, tendientes a la búsqueda de la paz, sino como lugar para entrenar sus tropas y avanzar hacia una nueva fase de la guerra. Desde esta perspectiva, la negociación con el Gobierno fue parte de una estrategia de la guerrilla conducente no a la paz, sino a la guerra.9
El punto de vista de Gustavo Petro, de insistir en continuar con el proceso de paz, no obstante expresar críticas al mismo, representó un sector de la opinión que, en la puja por la presidencia, coincidió con el del candidato oficial del Partido Liberal, Horacio Serpa Uribe. El candidato liberal mantuvo en esta campaña la línea que siguió a lo largo de su carrera política, y que respondía a una tendencia del electorado colombiano hasta ese momento, la de preferir las políticas de diálogo y negociación;10 por tanto, optó por presentarse ante los electores como el candidato de la paz y la reconciliación nacional, decisión que, a la postre, no benefició sus aspiraciones presidenciales.